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¿Quién tiene el control ?


Vemos salir de la comisaria a una camioneta negra, que al tener el visado para el ingreso momentos antes, no tuvo problemas para su posterior salida. Mientras desde la ventana se asomaba Kayle, despidiéndose de todos amistosamente. 

— ¿Qué crees que haces muchacho?. Mostrar tu rostro puedes hacer que nos sigan. — Dijo uno de los encapuchados que iba a un lado de Kayle. Para luego de un suspiro insistir. — Quizas entramos con tu ayuda, pero ahórranos las molestias que de la salida ya nos encargamos nosotros. 

— Que equivocado estas, además de asustado. Ellos ya me vieron entrar, cuando se enteren de lo que sucedió no tardaran en darse cuenta de que soy el principal sospechoso. Era mi forma de despedirme de esos oficiales, la próxima vez que nos veamos quizas me quieran ver muerto. — Dijo Kayle. Luego de que todos guardaran silencio por sus palabras, después se dirigió a su hermana. Todos allí respetaron la conversación de los hermanos, entendiendo talvez la empatía que debían sentir, al final solo seguían siendo unos niños. 

— Cuéntame todo de ti, Sary. Hay tanto que quisiera saber, pero por ahora me conformo sabiendo que estas bien.  — Dijo Kayle sonriendo

— Hermano .. yo .. hice cosas terribles. — Dijo Sary mientras se largaba a llorar desconsoladamente.

— No hiciste mas que salvarnos hermanita, estuviste realmente increíble esta ultima vez. Pero me queda una duda, si necesitas el sol para usar tus poderes de demonio ¿ como es que pudiste usarlos en la comisaria?. — Dijo Kayle, quien a pesar de esta duda se veía totalmente despreocupado.

— Yo te daré las respuestas. — Dijo la jefa, que se despertaba de estar inconsciente. — De todos modos les debo una muy grande a ambos, quizas gracias a ustedes la operación siga su curso. En fin, por alguna razón que desconocemos tu hermana parece tener cierto control sobre su posesión. Sigue teniendo dependencia a la luz solar para activarse, pero tu hermana puede detener esa activación unos momentos. Nunca vimos un patrón así, debemos estudiarla igual como te estudiaremos a ti. Dinos, ¿Qué sabes de tu demonio?.

— Eres increíble pequeña, lo escuchaste cierto. — Dijo Kayle zamarreando sutilmente a Sary, que reaccionaba secándose las lagrimas y abrazando a su hermano. — Debes hacerte aun más fuerte, para asi ayudar a esta gente que por lo visto igual nos ayudará. Y pues respecto al otro tema, nose muy bien que demonio tomó posesión de mi, quizá uno muy débil y por ello no se muestra. 

— No debes tener la menor idea de lo que esta pasando en ti, pobre. — Dijo la jefa retocándose su melena rubia. — Por ahora tu hermana seguirá en nuestra base, es nuestra mejor arma. Pero que hay de ti, dime que sientes diferente estos últimos dias. 

— Parece que quieren a mi hermana a salvo, estoy de acuerdo con aquello. — Dijo Kayle, tomándose un momento mientras pensaba en una respuesta. — Últimamente me he sentido muy bien realmente, han habido momentos en los que pensé iba a salirme de mis casillas pero no.

— ¿Tu hermano siempre ha sido así?. — Dijo la Jefa volteándose hacia Sary.

 — La verdad es que no, estas ultimas semanas ha estado más atento de lo normal y mucho más tranquilo. Suele ser dramático, sobretodo con el orden y con que no salga de casa. — Dijo Sary tímidamente, mientras no dejaba de tomar la mano de su hermano. — Quisiera ir al baño Ema, lo siento no debía decir tu nombre.

— Bueno mi nombre es lo de menos, soy la jefa y ya está. Entonces, dirías que ha cambiado en ese sentido últimamente, más empático y mucho más tranquilo. Que interesante. — Dijo Ema analizando detenidamente a Kayle, para luego hablarte en tono serio. — Por alguna razón en ti tambien parece actuar distinto el demonio que te posee. Pero no habrá tiempo de estudiarte, necesito usarte más veces. Ya que vamos llegando, no te acostumbres mucho que vamos de salida nosotros dos.

La camioneta había seguido un camino montañoso en dirección hacia las afueras  de la ciudad. Hasta detenerse frente a un portón que no tardó en abrirse.

— Nosotros dos nos bajamos acá. — dijo Ema, quien no tenia dudas de que Kayle le seguiría sin rechistar. — Los demas entren e informen de todo, pasamos a la siguiente fase.

- Solo espero no nos tome mucho tiempo. - Respondió Kayle, mientras no soltaba la mano de su pequeña hermana.

- Debes seguirle el juego completamente hermano, tomate tu tiempo, nos veremos pronto.-  dijo Sary devolviéndole la sonrisa a su hermano y soltándole la mano para que este baje de la camioneta. A un lado del camino esperaba una motocicleta, rubia casi del mismo color que el pelo de Ema, asi como igualmente el casco que le esperaba era de un tono símil.

No hubo una charla ni explicaciones de los pasos siguientes a dar. Ema como piloto esperaba pacientemente a Kayle, quien era primera vez que usaba uno de esos cascos, eran realmente grandes y totalmente ajustables lo que los hacia muy cómodos.

En el principio, la mente de Kayle se mantuvo apacible. Pero comenzaron los pensamientos intrusivos. Justo cuando Ema, que estaba siendo abrazado por Kayle aun con el brazalete puesto, se percata que el color del brazalete que debía ser verde comenzaba a parpadear y a cambiar a leves tintes rojizos a ratos.

Kayle reflexionaba sobre los acontecimientos de los últimos dias, no estaba para nada de acuerdo con la forma en que su hermana había tenido que vivir experiencias tan tétricas y horrorosas. Comenzaba a desconfiar de los reales intereses de Ema y su grupo que ahora parecían mas una banda criminal que posibles aliados. 

La primera reacción de Ema fue detenerse lo mas rapido posible, inclusive tuvo que arriesgarse a realizar una maniobra bastante brusca pero llevada a cabo a la perfección. Al detenerse lo primero que hizo fue saltar de su asiento y quedar frente a frente a Kayle, pero sin dejar de mirar el brazalete del chico. 

— Que estas pensando ahora, debes decírmelo, solo asi podré ayudar a tu hermana. — dijo Ema, quien mostraba una gran serenidad, pero su mano que escondía detrás de su cuerpo temblaba.

— Ustedes no son buenas personas, solo quieren usarnos y eso no lo puedo permitir. — dijo Kayle, mientras su brazalete tomaba un color dorado.

En este punto Ema sube a la moto y mira a Kayle quien parece despedirse con una mirada lejana y una sonrisa leve. Con su mano derecha toma control de la motocicleta y emprende rumbo a toda velocidad, pero su mano izquierda intenta tomar control de su otra mano como si aquella no estuviese bajo su control. Ema pierde el control al chocar contra un auto de frente al perder la visual de su camino y concentrarse en la batalla de sus manos. 

Ema sale disparada y se azota fuertemente contra un suelo con grandes pedruscos, pero la suerte hace que ella no caiga sobre ninguno. Levanta la cabeza para ver a lo lejos y al otro lado de la calle a Kayle, aun con el brazalete y sus destellos dorados. Kayle es recogido por un auto que se detiene a un lado del camino y se lo lleva de allí.

Ema parece entender lo que estaba pasando, no parecía sorprendida. Toma su teléfono y marca un numero con un botón de seguridad.

— Lo ha logrado antes de lo esperado, ya parece tener control completo sobre el demonio. — Estas fueron las ultimas palabras de Ema quien perdió la conciencia, quedando en la otra linea un griterío por intentar entender que estaba pasando del otro lado. 





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