CAPITULO 48

Eric bajó la vista a su regazo, Jesse dormía pacíficamente sobre sus muslos, lo había llevado hasta el sillón luego de descargarse en el cuerpo del rubio y lo había cubierto con el saco de su traje. Joder, lo de la noche anterior había sido aterradoramente increíble.

Por un momento Eric se había perdido en su propia mierda y Joder...Miró las marcas de sus dedos alrededor del cuello de su esposo sintiéndose ligeramente incómodo. Lo aterraba la reacción del rubio cuando descubriera la magnitud de su mierda, lo había estrangulado hasta el desmayo, dios, lo más probable era que el chico se levantara y corriera lejos. Probablemente eso hubiera sido lo mejor para Jesse, demonios. No quería que eso pasara.

Eric volvió sus ojos al rostro dormido de Jesse con su cabello revuelto en todas direcciones, realmente lucía como lo más puro y magnífico que Eric hubiera contemplado en su vida.

Tan perfecto...

Estiró mejor su saco sobre el cuerpo del rubio para cubrirlo del frío y enredó sus dedos en aquella mata dorada antes de acariciar con su otra mano la perfecta curva de su cintura. Dios, se había pasado toda la noche controlando que el chico estuviera todo lo relativamente bien que podría estar alguien después de ser asfixiado hasta la inconsciencia. Maldita sea, Eric no quería hacerle daño al poli.

Pero él QUERÍA.

Joder. Estaba tan jodido.

Y Jesse...

¡Dios!

Oliver se equivocaba, ese chico no era ordinario. Jesse era la persona más extraordinaria que Eric hubiera conocido. Eric se removió y Jesse se acurrucó mejor contra su cuerpo buscando instintivamente su calor en sueños. Eric no pudo evitar que una sonrisa tirara de sus labios sintiendo como algo cálido crecía en su pecho.

Oh Jesús, Jesse lo hacía sentir tan cálido solo estando cerca.

¿Qué tan mal había caído por el chico para que todo fuera un desastre afuera pero no le importara?

Tonto corderito.

Bueno, su corderito no era tan indefenso como había creído en un principio, pero le seguía gustando tanto...

Vamos, si era honesto consigo mismo puede que Incluso le gustara más. Ver a Jesse en modo policía era caliente, Joder. Jesse no era un hombre fácil de someter, le había quedado claro como el agua, pero se entregaba voluntariamente para él y eso hacía que su polla palpitara, que dominar a una persona débil era naturalmente fácil. Lo excitaba, sí, Eric no iba a negarlo, pero que una persona fuerte se dejara hacer voluntariamente lo volvía más afrodisiaco si eso era posible.

Jesse no era un chico débil, pero lo era por él. Para él. Le regalaba voluntariamente el control absoluto sobre su cuerpo, para complacerlo y para Eric ese era el mejor de los regalos.

Suspirando bajó con sus dedos por la mejilla del rubio hasta la cadena que colgaba de su cuello y tiró ligeramente de ella hasta tener la placa de Jesse en sus manos, delineando con cuidado el grabado del águila dorada sobre el blasón del departamento de justicia.

Joder, ese era otro importante problema con su perfecto amante.

"agente especial" ponía el objeto por debajo en letras doradas.

¿Seguiría Jesse entregándose a él de la manera en la que lo hacía si supiera quien era Eric de verdad? ¿Perdería Eric su completa y devota confianza? Siempre estaba la posibilidad que su Chofer tuviera razón en sus observaciones, Eric era consciente de su sesgada capacidad para juzgar a las personas cuando se involucraba emocionalmente. Carajo.

En esos momentos aquella duda lo aterraba.

Él necesitaba a Jesse, necesitaba su sumisa entrega, necesitaba todo del rubio, desde su jodida cabeza rebelde disfrazada de sumisión, hasta la manera en la que se acurrucaba a su lado después del sexo como un gatito bien mimoso. Esas semanas de mierda solo habían sido una confirmación de lo mucho que lo necesitaba.

Mortificado bajó de nuevo sus ojos a Jesse para encontrarse con que el chico lo observaba con sus amplios ojos verdes. Sus miradas conectaron por un momento.

"te quedarías conmigo?" Pensó Eric temiendo la respuesta.

"Dime que no eres tú, por favor" pensó Jess a su vez.

Eric enredó su mano en la cadena del policía y tiró de Jesse hacia su boca.

—No lo besé, Jess.—Murmuró Eric separando sus labios, apoyó su frente en la mejilla de Jesse con sus ojos cerrados. —Yo no besé a Jed. Yo lo rechacé, puedes preguntárselo si quieres. No quiero besar a nadie que no seas tú. Vuelve conmigo, por favor. Ya no soporto estar lejos de ti.

—Eric...—Jesse apoyó sus manos en los hombros del castaño sin estar seguro de si apartarlo o aferrarse a él como su cuerpo le pedía en ese momento.

—¿sabes que es lo más irónico? —Eric no esperó a que contestara— puedo controlarte unos minutos durante el sexo, tu eliges cuando darme el control, pero tú, mi estrella, tu tienes el control de mi vida y yo no puedo hacer nada para evitarlo.

Eric alzó la vista por fin y se apartó solo unos centímetros para verlo a la cara.

Odiaba tanto lo que sentía por el chico. Parte de Eric quería apartarse, poner su cabeza en orden, pero no podía hacerlo, no sin Jess, la sensación de vacío de las últimas semanas había sido abrumadora para soportarlo por mucho más tiempo, no podía.

—Soy tuyo, Jess ¿Cómo puedes creer que yo querría besar a alguien que no fueras tú? —Eric negó con una mueca—Siempre creí que yo era el todo, antes de conocerte no necesitaba ser la otra mitad de nadie, creí que estaba completo, pero estaba tan equivocado, —Se lamentó y entonces clavó aquellos ojos agatunados en los verdes de Jess con una intensidad que quemaba — tú lo eres, tú eres mi todo, Te amo Jesse Roger. Debe ser la peor putada del destino burlándose de mi, pero estoy enamorado de ti.

La boca de Jesse quedó abierta en una graciosa "o" con sus bien besados labios rosados y carnosos. ¿Era en serio? ¿Podía realmente lucir tan sorprendido? ¿Qué acaso no se daba cuenta lo que hacía con él?

—oh.

—te amo tanto mi angel. —Dijo besando con cuidado las marcas que le dejó la noche anterior. —te amo, tanto, tanto. Quédate conmigo, mi ángel vuelve a casa por favor.

Jesse pasó de la confusión a la tensión, adoptando una postura defensiva intentó alejarse de Eric. —Basta. No lo digas.

—Jesse—Eric observó con sorpresa deteniéndolo de su huida.

—no digas cosas bonitas para que me acueste contigo. Podemos hacerlo, puedo dejar que me folles pero no hagas esto Eric. —Jesse se cubrió los ojos con las manos. —Yo si te amo, No merezco que me mientas por una jodida. Si tú lo amas a él, está bien, tu lo dijiste y yo lo acepté, no necesitas mentirme... puedo, puedo volver, pero no uses los te amos para retenerme solo porque soy el culo donde te gusta meterla. Por favor no me mientas sobre esto.

—Jesse tu no...— Eric desvió su vista por un segundo como si el rubio acabara de abofetearlo. Joder, sus palabras lo habían golpeado más fuerte que todos los golpes que el rubio le había dado la noche anterior —Tú no eres solo una jodida para mi. Mi ángel — Le dijo con una nota de indignación en su voz ¿Joder, Jesse realmente lo veía como eso? — ¿Tu realmente crees que solo te quiero por el sexo?—Jesse no respondió, pero bastó que lo oyera sorber por la nariz para que su corazón se rompiera. No soportaba ver llorar a su esposo, menos si era él la causa.—No, mi vida, te amo a ti. Amo cada cosa loca de ti. Cada pieza rota de tu cabeza. Jesse mírame a la cara. Por favor. Por favor mírame—Le pidió apartando las manos de su rostro. Jesse se resistió por unos segundos hasta que finalmente clavó sus de cachorro triste en Eric, y el sincero dolor en ellos fue peor que cualquier impacto que Eric hubiera recibido antes.— Escúchame Jess, por favor, Me gustas, no voy a negarlo, me encanta el sexo contigo, me gusta que me dejes explorar mis fantasías sexuales contigo y que tu lo disfrutes es fantástico para mi, es joder, es increíble y sí, la compatibilidad de nuestros cuerpos es aterradora, pero tu mi estrella, eres mucho más que eso para mi, lo eres todo. Realmente lo eres todo para mi. El día que te conocí Jess... mi vida se derrumbaba, ya no quería seguir vivo, había caído todo lo bajo que una persona puede llegar hasta tocar fondo y tú llegaste con tu desorden, como caído del cielo a sacarme de allí, sé que no debería poner esta presión sobre tus hombros, pero tu me salvaste Jess, yo estaría muerto si tu no hubieras aparecido en mi vida para ayudarme a salir del pozo de mierda donde estaba metido ¿Por qué crees que te llamo mi ángel?

—Yo... —Jesse nunca había pensado en por que Eric lo llamaba de esa forma.

— Mi vida puede ser un caos, ahora mismo lo es. Pero si te tengo... si yo puedo tenerte conmigo no me importa nada más. Es probablemente lo más absurdo, egoísta y ridículo que he dicho en mi vida y estoy seguro de que no te he devuelto ni la mitad de todo lo que tu me diste, Jess. Podría darte todo lo que tengo y nunca sería suficiente, Yo debería dejarte ir.

—Eric— Susurró sintiendo su pulso acelerado por las palabras de Eric. EL pelilargo volvió a interrumpirlo acunando su rostro con cariño entre sus manos.

— Tu no solo me gustas, ¿no lo ves? y si me dices que a partir de hoy solo quieres hacerlo suave seré el hombre más afortunado del mundo por hacerte el amor. Yo te hago el amor cada maldita vez que te toco, no importa si lo hacemos suave o rudo. Si lo algo no te gusta Jess, si soy demasiado duro contigo solo mándame al carajo. ¡He dejado que me apuntes con un arma a la cabeza! ¿Jesse no te das cuenta de que lo que siento por ti ni siquiera tiene punto de comparación? Amé a Jed, lo amé por muchos años. Pero no es ni cerca de lo que siento por ti, no. No sonrías Jess, no es bueno. Ni bonito.—Le recriminó viendo como una encantadora sonrisa iluminaba el rostro de Jesse. Pequeño idiota, Eric quería verlo sonreír así cada maldito día de su vida, no pudo evitar devolverle una resignada sonrisa. Él estaba malditamente perdido.—Lo que siento por ti es jodidamente enfermizo, egoísta  y posesivo. Cuando Jed se fue con Romeo, dolió pero pude dejarlo ir, pude dejarlo ir con cada amante que tuvo y sé que lo que siento por él es amor de verdad porque realmente quiero lo mejor para el. ¿Pero contigo Jesse? Contigo no puedo hacerlo. Te quiero para mi, todo el maldito tiempo, no puedo ser generoso contigo. Lo intenté,  realmente lo hice. Pero jess yo quiero matarte si no estas conmigo.   

—eso es bueno.

—no mi ángel, no lo es. 

—claro que si lo es, yo tambien quiero matarte a ti.

Eric soltó una risa sospechosamente agudos antes de negar y acariciar el rostro de su esposo con adoración— Me aterra que te alejes de mi, te amo como no te das una idea, si tu te quedas, si tu me eliges Jess ya no te dejaré ir. Ya no puedo seguir cuidándote de esto, yo no puedo salvarte de mí, de lo que soy, ni de toda esta obsesión enfermiza que siento por ti. Lo intenté, intenté dejarte ir... es la razón por la que me aparté todo este tiempo, no porque estuviera enamorado de Jed. Joder, lo estuve, antes de ti pude haberlo amado, no puedo cambiar lo que hice antes de conocerte Jess, pero desde que te conocí solo existe tú en mi vida, yo te amo solo a ti, no te imaginas la agonía que de verte de lejos... tu mereces a un hombre mejor que yo.

—Eric, mirame tu ¿No lo ves Eric? — le sonrió con tristeza.—No hay salvación para mí. No quiero a otro hombre. Si tu me amas, si lo que dices es cierto, no hay nada que me aparte de ti.

— ¿y si las hubiera?. Cosas que no podrías manejar...

—Eric...—Sus ojos buscaron en los del pelilargo — dime la verdad, por favor...

—Te amo. Es la única verdad que conozco Jesse, por favor ni por un segundo pienses que tu eres menos que el amor de mi vida. Yo, haría cualquier cosa, cualquier cosa por ti, Jess. Te lo prometo. Si no quieres que vuelva a ver a Jed, lo haré, está bien. Dejaré todo por ti. ya te lo he dicho, lo decía en serio, vayámonos lejos. 

—Eric.—Jesse agarró el rostro del pelilargo—Nunca te pediría que dejes a tu familia por mí. No soy el chico que va a arrastrarte por ese camino— le dijo apoyando su frente en el otro para verlo a los ojos.—Pero si vuelve a besarte juro que le daré un puñetazo en la cara.

Eso hizo que Eric se riera. —Es justo. Solo no lo golpees muy fuerte. En el fondo no es mal hombre, solo es un idiota de mierda.

—Como lo sigas defendiendo solo querré golpearlo más fuerte.—Le advirtió Jesse y eso bastó para que Eric atrapara la boca de su esposo en un beso dulce y cariñoso.

Sus cuerpos no tardaron en encenderse con los toques del contrario, demasiadas emociones a flor de piel mientras lo recostaba sobre el sillón. Ellos volvieron a hacerlo esa mañana, Eric lo tomó con estocadas cortas y superficiales que dieron directamente sobre la próstata del rubio llevándolo con rapidez al orgasmo.

A diferencia de la noche anterior, sus acciones no estaban cargadas de violencia o desenfrenada pasión, había adoración y cariño en cada caricia delicada con la que Eric consistió el cuerpo ligeramente dolorido de su esposo. Un par de golpes profundos después Eric se vino con un gruñido dejando caer su frente en la húmeda garganta de Jesse.  

Él definitivamente estaba perdido.

Okey fin de las actualizaciones ¿Qué les ha parecido?

48 capitulos después Eric por fin admite lo que siente por Jesse jjajaja okey, creo que nuestro pelilargo fue un hueso duro de roer. en  fin los amodoro, nos vemos en la proxima actu