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Capitulo 37

—¿Otra vez tú Roger? —Jesse alzó la vista al detective Abrams.

El hombre era guapo, sin dudas. Esa mañana Jesse tuvo tiempo para detallarlo, cabello oscuro con bucles cortos y ojos oscuros como dos pozos de cemento húmedo en su cara que  lucían especialmente atractivos  sobre la piel de un bronceado caribeño artificial.

Esa mañana su traje  arrugado, y las ojeras de sus ojos decían  a las claras que  el hombre no  había pegado ojo en toda la  noche.  Era sábado por la mañana, y no pudo evitar preguntarse que demonios habría estado haciendo. Por lo que sabía no estaba de guardia ese fin de semana. Sí, Jesse  se había aprendido sus horarios.

Bueno, el tenía el sábado libre y ahí estaba. ¿No? Probablemente no lucía mucho mejor que su compañero, aunque no había sido ningún caso el que lo mantuvo despierto toda la noche. Eric había estado especialmente enérgico el día anterior, sus músculos  anales se contrajeron recordando los repetidos asaltos del pelilargo.  Lo habia jodido hasta dejarlo muerto, literal, Jesse creyó que no podría levantarse en días, que no solo su cuerpo se sentía agotado físicamente , su cerebro también se había sentido exquisitamente licuado, había planeado desconectar del mundo y aprovechar que se sentía relajado para holgazanear hasta tarde en la casa y pasar tiempo de calidad con Max. Que aún se sentía sensible por todos lados… okey. No podía ponerse a pensar en Eric en ese momento. 

La mente en el trabajo, se recriminó.

El punto era que los horario podían volverse flexibles llegado el caso.

Él lo sabía mejor que nadie.

¿Habría estado tras alguna pista importante de Caín?

Jesse no pudo evitar que la curiosidad se hiciera hueco en su estómago.

  Diablos.

Jesse extrañaba el caso.

De hecho había sobornado a Ben para que le filtrara algunos archivos de la fotocopiadora. Sí, tal vez estaba un pelín obsesionado.

—Eres oficial de drogas. ¿por que siempre te veo cuando hay homicidios? —Preguntó  Abrams volviéndolo a la tierra.

En ese momento se encontraban en medio de una escena del crimen zumbando de actividad, había varios oficiales uniformados patrullando y manteniendo el perímetro para alejar a los ojos curiosos, el fotógrafo en la escena capturaba imágenes desde todos los ángulos  y otros tantos investigadores se desplazaban con cuidado por todo el recinto como bailarines expertos desde que  habían llegado apenas se notificó la alarma.

Jesse habia dado la notificación. De echo había  sido quién  encontró el cadáver  esa mañana luego de que lo llamaran para intervenir con otro par de policías.

—Eres detective de crímenes organizado ¿Por qué será que nunca te veo hacer nada por resolver tu caso?
Abrams hizo una mueca  mientras se ponía  un par de guantes de nitrilo y le lanzó   una mirada exageradamente fastidiada,   Jesse casi podía jurar que las comisuras de su boca tiraron hacia arriba.

Con un gesto de cabeza Abrams  lo invitó a que lo siguiera dentro del perímetro.

Jessee abrió los ojos con sorpresa pero lo siguió recibiendo un asentimiento de La oficial uniformada que custodiaba la escena antes de hacerse a un lado dejándolos pasar a ambos.

—Es el segundo eslavo muerto esta semana—dijo el hombre de pronto sorprendiendo a Jesse al compartir esa información con él.

Abrams se agachó junto al cadáver para observarlo y por costumbre llevó sus manos a los los bolsillos para no tocar nada. Jesse lo imitó.  Los CSI llevaban casi unas 2 hora trabajando en el cadáver y 2 detectives de homicidio se encontraban de camino en ese momento o al menos eso había oído entre todo el jaleo.

—¿Sabes  quién  es? —preguntó Jesse.

Abrams desvió la vista del hombre en el suelo hasta el poli—¿Tu no?

Jesse lo sabía, había recibido una alarma para investigar un supuesto movimiento entre el ucraniano Kravets y un “nuevo socio" habían enviado a 4 oficiales de drogas y 3 uniformados. Jesse había tenido que dejar a Max a cargo de Eric para acudir al llamado por ser uno  los que se encontraban mas cerca de la escena.

El caso debía tratarse con la mayor rapidez y discreción para no alterar a nadie que pudiera dar aviso al ucraniano.

Anton Kravets era un pez gordo, había entrado y salido varias veces de la estación sin que pudieran retenerlo por más de 2 hs. El hombre contaba con Fisher Broyles LPP la mejor  firmas de abogados del país detrás de su cabeza. Era esa clase de casos en los que sabías  que el hombre era un criminal pero los baches legales lo habían mantenido fuera del ojo de la ley.

Una mierda más en el escusado judicial.

Habría sido un maldito golpe de suerte que lo encontraran en medio de una transacción, Jesse lo creía casi como un cuento chino desde el momento que lo llamaron, pero no podía negarse a la posibilidad de atraparlo con las manos en la masa, de modo  que había dejado todo para correr tras esa mínima esperanza, y vaya si no se había sorprendido al encontrarlo.

Kravets tenía una puñalada en la mano derecha que los forenses no tardaron en descartar como posible lesión de lucha. Como fuera que se la hiciera, había sido varias horas antes de su muerte. Incluso estaba vendada cuando fue emboscado. 

Quien haya sido su atacante no se la había  llevado de rosas. El ucraniano le había  dado pelea hasta con los dientes, literalmente, encontraron  restos de piel entre ellos. Esperaban que con eso y los restos en sus uñas pudieran hacer un ADN del agresor.

Jesse hizo una mueca hacia Kravets sin poder evitar sentir desilusión por su muerte.

—¿Has desayunado? —Jesse pestañeó y volvió sus ojos a Abrams que esa mañana parecía especialmente agradable.  Negó. —Vamos  por algo de café. 

Tanto Jesse como Abrams habían llegado a la escena en sus coches particulares por lo que condujeron uno detrás del otro en dirección a la estación haciendo una pequeña parada en un Starbucks donde Jesse pidió un chocolate ante la incrédula mirada de su acompañante.

—No me gusta el café—Admitió con un encogimiento de hombros. Abrams rodó los ojos como si lo creyera imposible pero no añadió ningún comentario.

Ya en la central  lo guió hasta la oficina temporal que le habían asignado los de arriba desde que lo habían enviado. Trabajaba allí con otro par de policías uniformados, detectives y especialistas  con los que llevaba el caso del que Jesse habia sido discretamente retirado.

Jesse lo siguió, medio sorprendido, medio desconfiado. Frunció ligeramente su ceño.

Abrams encendió su ordenador tecleando un par  de contraseñas y le indicó una de las sillas frente a él pero Jesse rechazó la oferta manteniéndose de pie.

Volviendo a la calma del día y sin la adrenalina de un posible tiroteo o el reciente hallazgo del de cadáver de uno de los hombres más buscados  de chicago, podía volverse a concentrar en su cuerpo. Y joder, su trasero dolía demasiado como para aceptar esa invitación. Era recién horas después  cuando Jesse se daba cuenta de lo jodidamente duro que lo habia follado Eric. Y por mucho que le gustara la sensación de entirse lleno horas después, no estaba entre sus planes hacer muecas frente al repentinamente amable detective Abrams.

—Siéntate—le ordenó al ver que el chico seguía de pie.

—Estoy bien asi.

Abrams hizo un gesto de disgusto pero volvió a concentrarse en el ordenador. Tecleó un par de cosas más y se volteó para enseñarle la pantalla  a Jesse.

—El primero apareció en un contenedor a dos cuadras de una escuela de niños. Ivan Popov , ni siquiera estaba registrado en el país. Tenia afiliación a la familia Voronin en Moscú. Torturado hasta morir—Resumió  sorbiendo de su café con tranquilidad—Sea cual sea el motivo por el que un hombre de los Voronin terminó muerto en América, no es bueno. —Continuó sin despegar los ojos del rubio.

Jesse había investigado lo suficiente sobre narcotráfico para conocer los nombres más importantes de la mafia eslava incluso si trabajaban fuera del territorio americano. Habían registros de más de una relación entre los  cargamentos en chicago y el jefe del crimen organizado en Moscú.  No era su área de especialidad pero Jesse siempre se había interesado un poco en los rusos desde que había hecho la conexión entre el asesino de su padre-Cain-y el colectivo eslavo. Por lo que tenía bastante en claro quienes eran los Voronin. Una antigua familia rusa con una larga tradición Vory, asesinos, criminales, traficantes.

Jesse frunció el ceño con desconfianza—¿Por qué me estas contando esto?

Abrams le mantuvo la mirada un buen tiempo estudiando su rostro. Jesse esperaba que no lo estuviera asociando a su padre. Sabía que según las investigaciones su James Roger había sido incriminado por aceptar sobornos de los rusos y que esa información estaba al alcance de cualquiera dentro del cuerpo. Apretó la mandíbula y le mantuvo la mirada. Él nunca se relacionaría con la mafia eslava, nunca, como siquiera lo insinuara Jesse se sentía bastante capaz de arrojarse sobre él a darle un puñetazo. Estaba harto de vivir bajo la sombra de los supuestos crímenes de su padre. Apretó los puños frustrado por no poder hacer nada, harto de tener que bajar la cabeza con vergüenza, harto de no saber la verdad. Después de unos eternos minutos en los que Jesse se sintió  bajo el escrutinio de un juez, Abrams se encogió de hombros .

—No pasará mucho que todos en la estación hablen de esto.  Kravets fue asociado un par de veces con los Volkov—Dijo haciendo énfasis en esd último apellido, hizo una pausa y estudió la reacción de Jesse. Nada. Jesse habia oído ese nombre en algún  lado antes. No era eraro, a fin de cuentas era uno de los apellidos más comunes entre las familias Rusas, pero había algo que pinchaba en  el fondo de su cerebro al oírlo.

Tomó todo de sí mantenerse imperturbable, Jesse  no estaba seguro de que era lo que le hacía  ruido sobre los Volkov  y no tenía planes de admitirle a Abrams que no sabía de quien hablaba—lei los informes y tus notas Rogers, le dedicaste mucho tiempo al caso de Cain, Pensé que te alegrarías de saber que la ciudad se está limpiando por si sola. Una de las redes de narcotráfico mas grande de los últimos 100 años desmoronándose desde dentro. Es algo para celebrar. ¿No crees?

—Creo que la muerte de nadie debe celebrarse. Me alegraría que fueran condenados por la justicia —Le dijo manteniendo un tono neutro—no. No puedo alegrarme  por esto.

Abrams le sonrió como si acabara de decir algo estúpido pero no lo contradijo.

—Por cierto—Abrió uno de los cajones  de su escritorio y   sacó un par de fotos de él. una de Eric, la otra de max y su madr. Las dejó sobre el escritorio para que Jesse las tomara—Esto estaba entre las cosas que el METs se llevó. ¿Son tuyas?

—Es mi familia. —Admitió  agarrando los portarretratos. —No debieron llevárselo todo así.

—Lamento eso. El METs puede exagerar con las medidas a veces.

—¿Por qué?

—¿Por qué? Precausion…

—No. ¿Por qué estas siendo amable conmigo?—Preguntó con desconfianza.

—Porque espero que tu y yo estamos del mismo lado.

Abrams se puso de pie abrazando el aire en una invitación para que se marchara y lo acompañó a la puerta soltandole una palmada  en la espalda que lo tomó por sorpresa haciéndolo gemir de dolor.

El detective lo observó curioso.

—¿Todo bien Roger?

Jesse asintió.

Capítulo (2/3)
Que les parece el detective Abrams? Que creen que se traiga entre manos con Jesse?

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