Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🖤20🖤

CAPÍTULO 20

Eric  salió de la casa como alma que se la lleva el diablo. Jesse lo oyó ladrarle una orden a Oliver en ruso y tras subirse a uno de los coches desparecieron sin dar explicaciones. Cuando quiso preguntar a Rebeca que habían dicho, hubo un incómodo silencio y luego se hizo la que no entendía el inglés. Jesse  no quiso discutir, pero bien que se habían pasado una tarde entera charlando sobre que la mujer era la tía de Oliver no hacía mucho, hasta le había contado varias anécdotas sobre la infancia del hombre y de Eric.

Claramente la mujer no quería explicarle que estaba pasando.

Jesse fingió que se lo creía bajo la atenta mirada de la mujer que no dejaba de echarle el ojo. Lo estaba vigiando, no era tan tonto para no notarlo.

Simuló un bostezo y trató de irse a la cama. Se metió en las sabanas y esperó. Hizo bien, porque a los pocos minutos la mujer había pasado a revisar el cuarto. La oyó murmurar algo en ruso y Jesse no se atrevía a voltearse, pero se apostaba a que la mujer estaba hablando por teléfono.

De pronto sentía que estaba siendo discretamente secuestrado. ¿Qué demonios había pasado?

Oliver volvió por la mañana asegurándole que tenía ordenes de ser su chofer personal hasta el regreso del patrón. Amablemente se le había prohibido salir sin compañía. Jesse había querido protestar pero sin Eric cerca el chofer lo intimidaba un poco... bastante.

Que tenía ese no sé que intimidante y algo le decía que no estaba muy contento con su presencia en la casa. Le lanzaba miradas juzgadoras como si fuera... Jesse no estaba seguro, pero a Oliver de verdad que parecía no agradarle.

A la segunda noche sin noticias de Eric, Jesse esperó a que la casa quedara vacía (lo que era normal durante la noche ya que los empleados tenían su casa en la parte posterior de la mansión) tomó el ordenador de Eric y se metió en las cámaras. Sí, como habían descubierto antes, Eric no era lo que se diría un Az de la improvisación para las contraseñas.

La misma que en toda la casa.

Jesse evaluó las pantallas intentando determinar donde estaba la cámara que daba a la "oficina de Eric" era la única habitación de toda la casa sin cámaras. Tras una buena hora analizando los ángulos salió al pasillo como quien no quiere la cosa buscando el dichoso objeto en la pared. Jesse sabía que la cámara estaba ahí. Solo que no podía verla. Mierda. La curiosidad lo había picado ¿Por qué no había cámaras en la oficina? ¿Dónde estaba Eric? ¿Por qué no se había comunicado con él en todo ese tiempo? ¿Por qué sentía de proto que todas sus respuestas estaban al otro lado de esa puerta?

Jesse podía forzar la cerradura, se encontraba entre las habilidades extraoficiales que todo policía desarrollaba con el tiempo, pero no podía hacerlo con una cámara sobre su cabeza ¿Cómo le explicaría al de seguridad por que lo había hecho? ¿Y a Eric?

Como si fuera convocado mentalmente, su teléfono sonó anunciando una llamada del pelilargo.

—¿Dónde estás?—Preguntaron los dos a la vez.

Jesse suspiró a pesar de la molestia, se sentía aliviado de escucharlo—En la cama.

—no suenas como si estuvieras en la cama Jess. Odio que me mientan—Le advirtió Eric y Jesse se ruborizó sintiéndose descubierto. No podía saber donde estaba ¿no? ¿O si? Jesse descartó el pensamiento y se tiró a la opción más segura.

-—Por qué te mentiría? Yo no soy el que ha desaparecido de la nada.—Le reclamó fingiendo enojo, era lo que su madre hacía cuando estaba en falta ¿no? ser el más enojado de la discusión siempre daba la ventaja—¿Dónde estás tu?

Esperaba oir culpa en la voz o sorpresa, sin embargo Eric se mantuvo estoico cuando respondió.

—En Cuba.

Esperen...

—¿Qué?

—Hubo problemas con la tabacalera, tuve que venir a solucionarlos personalmente. Fue una emergencia Jess. Te hubiera traído conmigo pero supuse que no podrías ausentarte sin dar explicaciones y no podía esperar. Es un lugar bonito. Te gustarían las playas, el agua es caliente, la vista es buena y los mojitos lo son aun más.

Okey, Jesse no esperaba a que Eric respondiera sin vueltas, de hecho se había preparado para discutir, pero otra vez Eric lo había desarmado con su voz serena y sus respuestas honestas. Eric parecía siempre tan trasparente cuando respondía que a Jesse le molestaba, juraría que pasaría un detector de mentiras sin hacerlo saltar. Mierda, se abrazó a si mismo y reacomodó el teléfono en su oído suavizando su postura.

—Suena como si estuvieras de vacaciones.

—Hay que saber aprovechar las oportunidades. Prometo que te traeré en algún momento. Tengo un rancho bastante bueno aquí, te gustará.

Jesse suspiró y se deslizó con la espalda en la pared hasta quedar sentado en el suelo. Cuando Eric hablaba sobre ranchos en cuba, tabacaleras, viajes por el mundo como si fuera ir de ciudad en ciudad era cuando Jesse recordaba lo asquerosamente rico que era el hombre.

—Te extraño.—Admitió bajito, mirando a los lados, la mansión de Eric le resultaba atormentadoramente grande.

—Apenas pasaron 2 días.—Había una sonrisa en la voz de Eric.

—lo sé pero esta casa es demasiado grande sin ti. Y se siente...

—fría y solitaria—completó Eric.—Lo sé. Siento dejarte solo mi ángel.

—¿cuando vas a volver?

—Estaré fuera un par de semanas más. Lo siento.

—Esta bien.—Jesse suspiró.

—Jess...

—¿Sí?

—No te separes de Oliver .

—¿Qué?—Frunció el ceño—¿Para qué?

—Prométemelo.

—¿Qué está pasando, Eric? Tus empleados no me dicen nada.

—Todo está bien Jess. —La voz de Eric sonaba tranquila pero a Jesse no lo convencía—Es algo que llevo tiempo pensando. Eres el esposo de un magnate millonario. Sé que solo parezco alguien con un buen nivel de vida. Pero créeme que soy alguien muy, muy rico y eso es peligroso. Oliver ha sido mi guardaespaldas desde que era niño, estarás seguro con él.

—Creí que era tu chofer.

—Lo es. Es mi mano derecha, mi guardaespaldas, mi chofer y al hombre al que le confiaría mi vida. Si estas con él sabré que estas a salvo.

—¿A salvo de que?

—De todo Jesse. De todo lo que pudiera hacerte daño mientras no estoy, no soportaría que algo te pasara mi estrella.

Jesse suspiró, por más irracional que sonara cómo podía enfadarse con alguien cuya voz necesitada al otro lado del teléfono decía que solo quería cuidarte.

—En primer lugar no necesito un guardaespalda que me defienda, yo soy el que defiende a las personas de los tipos malos. En segundo lugar, creo que no le agrado.

—No importa si le agradas o no. Oliver te cuidará.

—¿Y si no quiero?

—No discutas conmigo Jess, estoy muy lejos ahora mismo. ¿Lo hablamos cuando estés en casa, si? Tengo trabajo que hacer y no pudo concentrarme si estoy preocupándome por ti. Por favor. Hazlo por mi.

Jesse bufó.

—De acuerdo. Pero pasaré estas semanas en casa de mi madre. Hablé con ella por la mañana. No me gusta quedarme aquí Eric.

—Esta bien—No sonaba como si estuviera bien pero no tiraría de la soga—Mejor así. Hablaré con Oliver sobre eso. Le diré que vaya contigo.

—oye. No. Espera—Jesse intentó pedirle que no lo hiciera pero Eric ya le había cortado.

Genial. Sí creía que a Oliver no le agradaba, su sospecha fue confirmada cuando a la mañana siguiente el hombre lo fulminó con la mirada. Jesse no podía juzgarlo, diablos. Que Eric le había ordenado que se quedara fuera de la casa materna de Jesse vigilando el terreno.

"Es su trabajo" le había dicho Eric como toda respuesta cuando Jesse lo llamó para decirle que aquello era inaceptable. Que el pobre hombre dormía en el coche.

Suspiró y miró a través de la ventana en la cocina de paredes color Limón de la casa de su madre. Llevaba una semana allí cuando por fin Carol se decidió a preguntar por el coche aparcado en su acera.

—Es mi guardaespaldas. Creo—Admitió Jesse.-—o mi chofer. No lo sé. Mi esposo...

—¿Te ha puesto un guardaespaldas? ¿Por qué?

—Eric no es alguien con el que puedas discutir.

Carol hizo un gesto de reprobación.

—No me gusta. En todo este tiempo ni una vez ha venido a presentarse conmigo ¿Cómo es eso de que de un día para el otro se casaron y en todos los meses de noviazgo no pudo dar la cara ni una sola vez?

—Tiene que gustarme a mi, mamá. Y es un hombre muy ocupado, pero es un buen hombre y cuida bien de mi, lo prometo—Dijo Jesse, sí, puede que le mintiera un poco sobre el tiempo de relación que llevaba con Eric.

Se había inventado algo así como una historia romántica de amor a primera vista de un par de meses de noviazgo que no colaba del todo pero había sido mejor que decirle la verdad. Vamos, que claramente a Carol no le agradaba que su hijo se fuera a vivir con un hombre que ni siquiera conocía.

—Un hombre que te aparta de tu familia no es un buen hombre, Jesse, y esa otra noche cuando llamaste que vendrías y luego no lo hiciste. Te oías angustiado. Dime la verdad ¿Ese hombre te hace daño?

Los ojos de Jesse se abrieron como plantos.

—No. Solo discutimos. Bueno. Creo que yo discutí conmigo mismo. Eric no discute conmigo. Eric no me aparta de ti ma, estoy aquí ¿no? Deja de verlo como una amenaza. El estaría encantado de conocerte, lo sé, solo que su horario es muy apretado.

—¿Y en que momento entonces es tan bueno contigo?

Jesse rodó los ojos. Definitivamente eso de "todo lo que digas será usado en tu contra" no había nadie que lo llevara mejor a la práctica que Carol Rogers, la mujer era una experta en eso de enredarte con tus palabras para hacerte sentir en falta.

—Él se hace tiempo. Él siempre se hace tiempo para todo. Solo nunca le pedí que viniera para no presionarlo. ¿Si? Iré a llevarle algo de cenar a Oliver. Te amo, mamá.—Jesse se puso de pie, le dejó un beso en la mejilla y sirvió un plato antes de salir.

El chofer estaba parado junto al coche estirando las piernas. Jesse se sintió un poco avergonzado por tener a ese hombre entumeciéndose ahí.

—hola yo...había sido una buena excusa para salir del radar de su madre, pero ahora que estaba frente al ceñudo guardaespaldas no le parecía la mejor idea del mundo.

—Te traje algo de cenar.

—Estoy trabajando. No como en mi horario de trabajo.

—Oh... bueno. —Jesse abrazó el plato.—Puedes entrar si quieres ¿lo sabes? —Oliver lo observó con el gesto serio.—a mamá no le molestaría y no creo que Eric se enfade si lo haces...

—Tu no lo conoces. —okey esto era lo más parecido a una charla que habían tenido en todo ese tiempo y no estaba saliendo bien.

—Puedo hablar con él si te hace sentir más tranquilo. Estoy seguro que...

—ese no es mi lugar.—Lo cortó seco.

Okkkk...

—¿y tu lugar es?

—Aqui vigilando. Tenego ordenes.

—¿y si te ordeno que entres?—Sugirió Jesse intentando sonar amable.

El hombre lo miró como si acabara de decir la idiotez más grande del mundo.

—yo no resibo ordenes de ti.

Auch.

—Bien. Lo siento.—Jesse estaba a punto de entrar de nuevo a la casa pero antes de hacerlo se volvió a voltear a enfrentar al chofer.—¿Por qué demonios no te agrado? ¿Tienes algún tipo de enamoramiento platónico por Eric y me ves como una amenaza o que?

Los ojos de Oliver se abrieron como platos y se apresuró a negar horrorizado.

—Yo no soy un—-Oliver se detuvo.—Yo no soy como ustedes.

—Un marica.—Completó Jesse asintiendo—¿Y Eric sabe que eres homofóbico? Espera —Se detuvo—-¿me odias por eso? Porque Eric era gay antes de mi. Yo no lo convertí ni nada, no entiendo cuál es tu problema conmigo.

—Tú eres el problema.

—¿De que estas hablando?

Jesse frunció su entrecejo y Oliver se dio cuenta de que había hablado de más.

—Tu traerás problemas—Repitió.

—¿De que hablas?

—De que si fueras inteligente te meterías en casa, abrazarías a tu familia y correrías todo lo lejos que puedas de nosotros.

Jesse frunció el ceño no le gustaba la manera en la que Oliver parecía creerse superior a él de alguna forma.

—¿y que se supone exactamente es "nosotros"?

Oliver desvió la vista antes de volver sus ojos molestos a Jesse.

—Eric, la familia, nosotros. Tu no entiendes nada.

—¿Y por que no me lo explicas?

Oliver respondió con el mismo tono desagradable en otra pregunta.

—¿Por que no te ayudas a ti mismo y me haces caso?

—No soy de los que obedezcan sin preguntar.

Oliver asintió.

—Ahora entiendo por que eres su mascota favorita. . —Dijo y volvió a alzar su vista dando por terminada la charla.-—Vuelva a la casa.

¿Masco...qué?

Jesse quiso discutir pero Oliver lo ignoró.

¡Estúpidos rusos! ¿Qué? ¿eso de no discutir lo llevaban en la sangre o que? Volvió a entrar dando un sonoro portazo y fue hasta el cuarto de su hermano pequeño para abrazarlo. No porque Oliver se lo hubiera ordenado, nada tenía que ver con eso. No tenía por que hacerle caso, pero esa noche se puso a jugar con max y la vieja figura del capitan america que su padre le había regalado cuando niño, se quedaron juntos hasta que ambos cayeron dormidos por el agotamiento y fue su madre quien los cubrió con una manta al pasar a revisarlos a medianoche. 

🖤🖤🖤🖤
Fin del cap. Tengo la mitad del próximo ya termianada asi que estare actualizando mas pronto que tarde. Los amo

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro