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CAPITULO 19
—¿Tengo que preguntar por que llevas dos horas sacando y guardando ese frasco?—Eric dio un brinco y se sonrojó notablemente al verse descubierto por Jesse.
Lo cierto era que llevaba un buen rato en la cocina intentando cambiar de lugar el frasco de las especias. Había sido algo así como una prueba personal en la que estaba fallando considerablemente.
Suspiró rendido y volvió a tomar el frasco de la alacena entre sus manos.
—no puedo sacarlo de ahí.—Admitió acunándolo debajo de su barbilla pensativamente.—de verdad quiero pero no puedo.
—Pero lo tienes en tu mano.—Jesse lo observó sin comprender.
—Mi ligero grado de TOC no puede sacarlo de ahí. Jess...¿Cómo haces para soportar todas mis manías?
La pregunta era retorica, pero el chico de todos modos respondió.
—Ignoro cuando te pones en modo raro.—admitió con un encogimiento de hombros.
—¿Modo raro?
—Obsesivo, sombrío, o borracho. Modo raro. Aunque borracho eres tierno.—admitió. —de hecho me gustas más cuando dejas de ser complaciente y agradable.
—¿No te gusta que sea agradable?
—No. Quiero decir.—Jesse frunció el entrecejo graciosamente. No se estaba haciendo comprender.—Me resultas agradable siendo tu.
Eric alzó una de sus cejas invitándolo a que se explicara.
—Digo que a veces me gusta cuando te alteras y me gritas porque te arruiné un traje.
—¿te gusta que te grite? ¿Algún fetiche del que quieras hablarme Jess?
—No—Se apresuró en responder y el rubor creció en sus mejillas.
¿Estas seguro? Le preguntó la vocecita de su conciencia.
¿Lo estaba? Jesse sacudió la cabeza descartando ese pensamiento y volvió a concentrarse en la charla.
Maldita mente cabrona que lo hacía pensar cosas que no quería.
—Lo que quiero decir es que eres un tipo interesante cuando pierdes los papeles. Digo, a veces creo que dejo las cosas fuera de lugar solo para molestarte.
—Eso no es sano, Jess. —le recriminó Eric volviendo a colocar el frasco en su sitio.
—Intentar ser agradable todo el día tampoco debe serlo. Nadie puede ser perfecto 24 hs
—No soy perfecto, Jess —Le dijo Eric distraídamente observando el estante.
Si quieres un ejemplo, Jesse, mírame luchando con ese maldito frasco de ahí, pensó.
—Lo sé. Nadie lo es, no deberías pretenderlo. A veces es un fastidio. Digo, a veces quiero pelear contigo y tu todo amable haces que me sienta idiota.
—No me gustan las discusiones, Jess. Casi nunca peleo.
Los ojos de Eric se desviaron del frasco a Jesse y de nuevo a la repisa.
—Pásamelo—le pidió Jesse harto de ver a Eric observando el especiero. El pelilargo lo hizo y segundos después de que el dichoso frasco tocara los dedos de Jesse acabó en el suelo derramando todo su contenido.
—Lo rompiste.—los ojos de Eric se abrieron de par en par al ver lo que el chico había hecho.
—Dime por favor que no tenía ningún tipo de valor emocional.—Pidió Jesse preocupado al ver el gesto horrorizado de Eric
—No.
Jesse suspiró de alivio.
—Entonces genial, problema solucionando ya no hay manera de volverlo a su sitio Eric. Debiste ver tu cara. Ese frasco parecía estar torturándote. Deberías agradecerme que te rescatara de él.
Eric lo evaluó por un momento con esa mirada que no decía nada y luego aguzó sus ojos hacia el chico.
—Tu eres la entropía en mi vida, Jess.
—¿Es algo malo? —Preguntó sin saber leer el gesto del pelilargo.
—¿Qué no te enseñaron nada en la escuela, Jess?—le recriminó con paciencia—La entropía es el desorden en la teoría del caos. —Eric lo observó esperando reacción. Nada, Jesse no parecía entenderlo. Suspiró. — El mundo está en constante desorden, Jess, cada sistema, incluso el ser humano como sistema biológico tiende al desorden. Recuerdo que lo estudié en primer año de la carrera. Decía algo de que si se alcanzara el orden absoluto, el mundo o sistema se detendría. Sería el final. Mi mundo estaba alcanzando su completo orden antes de conocerte Jess. Eres mi caos.
—oh, uhm...
El chico seguía sin entenderlo del todo ¿le había dicho que era un caos? El caos era malo... pero Eric lo hizo sonar como algo bueno ¿no? Dios, en ese momento se sentía un idiota rascándose la cara nerviosamente.
—Ven aquí, kotyonok.— Eric le hizo un gesto de que se acercara y jesse obedeció algo dudoso, recibiendo a cambio un abrazo de parte de Eric.
—¿entonces no estas molesto porque rompiera tu frasco?
—No. Pero tendrás que limpiar eso.
—oye...¡Pero dijiste que era tu caos! Eso sonó como una manera muy difícil de decir algo bueno... Creo. ¿Era algo bueno?¿no?
Eric rodó los ojos divertido.
—límpialo Jess.
Jesse suspiró dramáticamente. Intentó separarse pero Eric se lo impidió apretando más su agarre alrededor de la cintura del poli y con sus labios cerca del oído del rubio susurró un
《Gracias》
Jesse sonrió. Por muy tonto que suene, oír la aprobación de los labios de Eric hizo que su corazón bailoteara en su pecho. Nunca creyó que llegaría el dia en el que el pelilargo lo felicitara por ensuciar algo.
—ty zvezda, kotoraya osveshchayet moyu zhizn, kotyonok —murmuró el pelilargo. Se alejó un poco para verlo a la cara y le dejó un beso en la frente.
—¿Qué has dicho? Eso si Suena a algo lindo ¿es algo lindo?—preguntó alzando los ojos curiosos.
—dije que tu eres la estrella que ilumina mi vida , gatito. —Admitió Eric consiguiendo que Jesse se ruborizara sin parar de sonreir.
—¡lo sabia! si era algo lindo. Pero... Er. No soy un gatito..
—Eres lo más parecido a un gatito que existe Jess, eres tierno, mimoso, echas todo al suelo y no asustes a nadie.
—¡ey!—Jesse se quejó alzando la vista hasta los ojos ambarinos que lo miraban intentando contener la diversión.—tu nunca me has visto enojado. Puedo asustar mucho cuando quiero.
—¿si?—los pulgares de Eric comenzaron a trazar círculos pequeños en la espalda baja del poli, se sentía cómodo tenerlo en sus brazos.
—uhum... y además—Jesse pasó las manos alrededor del cuello de Eric.—tu eres el que tiene más de gatito, tienes todo ese aura misteriosa y tu ojos, tienen ese color extraño como miel verdoso, no es como el de la mayoría de las personas que los tienen miel o verde, los tuyos son distintos como los de los gatos ¿te lo han dicho?
—un par de veces—. Admitió Eric.—pero nunca me dijeron que parezco un gatito pequeño y tierno, de hecho dicen que mi mirada es sexy.
Jesse soltó un bufido.
Claro que se lo abrían dicho, una de las cosas más atractivas que el hombre tenía era esa mirada penetrante que hacía vibrar tu cuerpo.
—Tu por otro lado ...eres todo un gatito tierno, y celoso, por lo que veo.—murmuró Eric divertido alzando su mano a la barbilla del chico para que lo vea la cara.
—No es cierto.
—¿Que cosa?
—no soy un gatito, tendría que ser tonto para no sentir celos y puede que no termine de entender tus crípticos cumplidos, pero no soy tonto. Eres un hombre inteligente, eres rico, paciente y ¿te has visto en un espejo? Si fueras un cretino que no tuviera donde caerse muerto, aun así eres guapo —Jesse enredó sus dedos en el cabello de Eric probándolo entre sus yemas. —y de verdad debes gastarte una fortuna en cosméticos para mantener este cabello así de sedoso. Ni mi mamá lo tiene tan bonito y suave. ¿Has pensado en hacer propagandas de shampoo?
—Nunca te burles del cabello de un hombre, mi ángel. Podría irte mal. —Le advirtió deslizando sus dedos entre los rizos dorados de Jesse.
—lo digo en ...auch. Mmm...—Jesse gimió al sentir el tirón en su cabello consiguiendo que los ojos curiosos de Eric se posaran en el rostro del chico entre sus brazos.
¿Qué había sido eso?
Los dos se miraron compartiendo la sorpresa.
Ookeey...
Eric tiró una segunda vez con algo más de fuerza estudiado el rostro del chico. Otro jadeo. Los ojos de jesse le mantuvieron la mirada todo el rato invitándolo a que lo volviera a hacer. Eric lo hizo y observó como esas esmeraldas se encendían deseosas. Las miradas de ambos chocando, verde y oro encontrándose a medio camino.
Joder, santísimos y jodidos infiernos. De pronto el aire de la cocina se volvía espeso mientras la boca de Jesse se abría ligera para respirar .
—kotyonok...—Gruñó apero.
Tomó el rostro de Jesse en sus manos, sus pulgares tiraron ligeramente del labio inferior del chico. Lucía tan sonrosado y... besable.
Eric nunca había sentido tantas ganas de besar una boca como en esos momentos la de Jesse.
Si existía la definición de una boca besable, definitivamente esa debía de corresponder a la de Jesse con esos labios tan suaves y rosados, tan hinchados...
Eric lo acercó dudoso a su rostro. Quería besarlo, tanto, pero no de la manera tierna, sino de la manera desesperada en la que una boca como esa podían llamarte, clavó sus ojos en los de Jesse pidiéndole permiso y el chico solo separó más sus labios como respuesta. Una invitación envuelta en su cálido aliento. Y ...
Otra vez el maldito teléfono de Eric cortando el momento.
—Govno—Gruñó el pelilargo con fastidio hundiendo la nariz entre los risos dorados del poli.
—¿Eso fue una maldición?—Preguntó Jesse con su respiración ligeramente desigual ¿Eric ya no iba a besarlo? Se mordió el labio inferior intentando saborear el beso que no se dieron. Diablos. Quería que lo bese.
Maldito sea el día en el que habían creado los celulares.
—sí.—admitió Eric.
—Govno.—repitió Jesse con énfasis.
El teléfono siguió sonando.
—¿no vas atender?
—es el tono de Jed.—Explicó sin apartar el rostro de su escondite
—¿y lo estás ignorando porque...?
Eric esperó a que el teléfono dejara de sonar para contestar .
—Nosotros discutimos hace unos días, por lo visto tiene una visión muy negativa de mi y fue lo suficientemente explicito al respecto.
—¿Qué te dijo?
—De verdad no quiero hablar de eso.
—¿Fue malo ?—Insistió Jesse, intentó verlo a la cara pero Eric se negó.
—Puede que la forma en la que lo dijo fuera mala. No esperaba menos viniendo de él, no es un tipo que te diga las cosas con delicadeza, nunca lo fue, tiene el tacto de un elefante, pero tiene razón en la mayoría de lo que dijo de mi, Jess. No fue malo, solo no quiero hablar con él ahora.
El teléfono volvió a sonar, Eric soltó otra maldición aferrándose mas fuerte al cuerpo de Jesse para no sucumbir a la tentación de cogerle la llamada.
—¿y si es importante?—Preguntó en voz alta a la tercera vez que el aparato calló y retornó a la vida.
Jesse rodó los ojos y metió la mano en el bolsillo de Eric para sacar el móvil del pelilargo, antes de que su dueño lo hiciera por si mismo.
—¿Que haces? No quiero...
Pero en vez de tendérselo para que conteste, Jesse le dio a la opción de contestar y se lo llevó la oreja.
—¿hola? Si, habla Jesse ¿Que pasa? No, en este momento no puede contestar. Que no puede contestar. Sé bien quien eres.—Gruñó y había fastidio en su voz.— No. Sí es importante dímelo a mi. Que no. Escucha...si es de vida o muerte me lo dices a mi, si no... intenta más tarde si quieres pero no te daré con él... No está disponible ¿de acuerdo? No te daré explicaciones, tengo su teléfono porque soy su esposo, y lo seguiré teniendo mientras me de la gana... No es asunto tuyo...No me importa lo que creas que él quiera... Créeme, no está disponible para hablar contigo. ¿Qué qué hace?—los ojos de Jesse viajaron a Eric que negaba con la cabeza— Recibiendo un oral. Estamos ocupados . Adios. —Jesse le cortó.
—¿Acabas de decirle a Jed que me estabas haciendo un oral?—Eric lucia genuinamente sorprendido.
Los ojos de Jesse se abrieron de par en par y Eric no pudo evitar soltar una carcajada al ver la cara de horror del rubio al darse cuenta de lo que había hecho.
—yo.. uhm. ¿Ups? —Jesse estaba completamente ruborizado ¿En serio había dicho eso? ¿Qué acaso había tenido alguna clase de colapso mental momentáneo? En su defensa el maldito Jed y sus aires de importancia habían hecho que perdiera un poco los papeles —¿eso creo? ¿lo siento?
—eres increíble estrellita, luego dices que no eres un gatito. Mírate sacando tus garritas —Eric le sonrió de medio lado volviéndolo a abrazar —Eres sexy defendiéndome. —Se burló acariciando la mejilla del chico con la nariz.—Un gatito muy sexy.
—Te dije que te cuidaría... Siempre cumplo con mi palabra.
—mmm...entonces deberías cumplir con tu palabra y hacerme ese oral ¿no crees?
—Yo...—Jesse se separó un poco y observó el suelo entre ellos como si se lo pensara. —Lo haría, pero no eres el único aquí al que no le gusta ponerse de rodillas.
—¿Dónde está tu palabra? pequeño poli deshonesto.
—No harás que me arrodille, Eric. Yo tampoco me arrodillo por nadie.
—oh Jess. No debiste decir eso—Eric cerró los ojos e hizo una mueca como si de verdad se lamentara por las palabras del rubio —Ahora no pararé hasta que lo hagas. ¿Por qué no nos evitamos una molestia y lo haces ya? Sería menos agotador para ambos. Créeme que haré que cedas.
—Eso si no consigo que tu lo hagas primero.
Los ojos de Eric volvieron a abrirse aguzándose hacia Jesse, el chico tenía escrito desafío en cada gesto.
—no juegues ese juego conmigo,—Le advirtió el pelilargo.
—¿O qué?—Jesse acortó la distancia con la barbilla en alto.
—Oh, Jess...Créeme que no quieres hacerlo...—Y antes de que Eric pudiera explicarle por que no querría hacerlo su telefono volvió a sonar.
Jesse intentó tomarlo dispuesto a mandar al demonio por segunda vez al que supuso debía ser Jed llamando desde otro número, pero antes de que lo consiguiera Eric había contestando, en un perfecto y fluido ruso.
Lo vio dar un par de pasos alejándose de la cocina mientras una voz femenina al otro lado de la línea parecía gritarle en el mismo idioma. Estaban discutiendo. No necesitaba ser un genio para darse cuenta de eso pero antes que pudiera preguntar que estaba ocurriendo Eric ya había desaparecido.
¿Qué demonios había sido eso?
🖤🖤🖤🖤🖤🖤🖤
Fin del cap! no sé si me ha quedado muy bueno, pero en fin eso es todo por ahora.
Pd: ni nivel de ruso es de malo a deplorable, asi que si hay errores en la frase acepto correcciones jajaj
besotes con sabor a algodón de azucar
los amodoro
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