Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🖤18🖤


Capítulo 18

El Jueves al mediodía una cabellera rubia apareció tras la puerta del consultorio de Eric. No era extraño que Jed fuera a visitarlo. Pero lo cierto era que Eric no tenía ganas de verlo.

Sin permiso el rubio se sentó en el escritorio pasando sus piernas una a cada lado de la silla de Eric para que le prestara atención. El pelilargo lo ignoró a propósito siguiendo con sus anotaciones.

—Ehem—Jed carraspeó balanceando sus piernas como niño.

—¿Jed, que haces aquí?—Le preguntó con paciencia dejando la tablet sobre el escritorio junto a su mejor amigo.

Inconscientemente se había pasado toda la semana evitando al rubio. Que tenía una charla pendiente con él, lo sabía, pero no había encontrado el momento. Necesitaba terminar de procesarlo. Además que había tenido otros asuntos que solucionar, como su contacto en la policía que en esos momentos se encontraba colgando del puente Wells a la espera de que alguien lo descubriera.

Eso sin contar las incomodas charlas pendientes que tenía con Jesse sobre su "incursión alcohólica" y el asunto de que acababa de descubrir que el novato tras sus pasos era nada más ni nada menos que su esposo.

Sí, el bastardo de su contacto se había merecido su suerte, que a la primer amenaza, el cobarde se había ofrecido entregar al buen poli como tributo. Eric odiaba a los cobardes, el deshacerse del tipo no había tenido nada que ver con que expusiera a jesse, bueno, casi nada que ver. Lo hubiera hecho de todos modos, que así como había entregado a Jess lo entregaría a él también a la primera de cambio. No era de confianza, sí. Por eso se había deshecho de él, nada tenía que ver con motivos personales.

Que Eric no tenía para nada la mala costumbre de volver las cosas personales.

Diablos, era un imbécil.

El único punto a favor era que al menos había confirmado que su pequeño apolo no sabía nada. Según su contacto, el buen poli era incorruptible, no habría manera de que se pasara al otro lado. El maldito se había ofrecido a deshacerse del "crío" antes de que trajera problemas del mismo modo que lo había hecho con su padre. Eso tenía sus pros y contras. No dejaba de pensar en que haría si se enterara de quien era. Eric no quería que eso pasara.

De hecho, lo que no quería era pensar en lo que  él tendría que hacer si eso pasara. Que de hecho parte de él se estaba replanteando si lo mejor no era deshacerse del buen poli antes de que aquello pasara a mayores. Su contacto podía ser un corrupto sin códigos, pero tenía experiencia en el asunto, eso era indudable. Probablemente tuviera razón sobre lo de cortar el problema de raíz antes de que diera frutos. Oliver le había insinuado lo mismo la noche siguiente a que se metieran en los archivos de la policía y si bien Eric lo había mandado a callar, sabía que aquella era la opción más sensata.

—hey te estoy hablando, tierra llamando a Eric. Ericlandia responde. —Le reclamó Jed.

—Lo siento ¿Qué pasa?

—Te dije que vine a que me lleves a almorzar a un sitio bonito.—-Dijo Jed dándole un golpecito en la pierna.

—¿No tienes un esposo para eso?—Preguntó Eric apartándose inconscientemente del rubio.

Aquello los sorprendió a ambos.

—Ya estoy cansado de la comida italiana. —Dijo Jed frunciendo ligeramente el ceño. No era normal que el pelilargo lo ignorara de ese modo—Vamos. —Insistió estirando la mano en dirección al pelilargo.—Se que quieres venir, Eric... escapémonos juntos... Como cuando íbamos a la escuela y nos saltábamos clases para ir a fumar en el baño.

—Ya estamos viejo para eso, Jed. Hay pacientes y...

—No iremos muy lejos. Vamos—Insistió abriendo y cerrando su mano.

Eric suspiró y se puso de pie tomando la mano de Jed.

—Bien. Vamos. Pero no traje mi coche. —Le advirtió dejándose arrastrar por el rubio sin poner verdadera resistencia.

—y yo que quería jugar con uno de tus juguetes. En fin, tendré que conformarte con mi miserable coche.

Eric rodó los ojos, el coche de Jed no estaba mal. No era de colección pero era un buen coche. Como prometieron no se alejaron demasiado del hospital, que ambos debían estar cerca por si surgía alguna urgencia, pero había un buen restaurant cerca donde podías comer las mejores especialidades de carne y allí fue donde terminaron.

—Entonces... ya suéltalo—-le dijo distraído Jed llevándose la copa de vino a los labios a la segunda vez que notó la mirada de Eric sobre él.

—Engañas a Romeo.

Jed abrió los ojos con sorpresa solo por un segundo antes de fruncir el ceño.

—¿Otra vez mandaste a que me siguieran?—Jed ni siquiera lucía todo lo sorprendido que debería.—Ya me preguntaba por que me cruzaba a Oliver tan convenientemente a menudo.

Jed negó y soltó una risa incrédula sin una pisca de gracia.—-¿Te dijo que me ayudó a cambiar un neumático la otra noche? Había olvidado cambiar la rueda de auxilio y estaba varado en medio de la nada. Dijo que iba de camino a la iglesia cuando se cruzó conmigo, lo gracioso es que le creí, estaba demasiado desesperado por ayuda que ni siquiera me di cuenta de lo "conveniente" y sospechoso que era cruzarme con uno de tus empleados. ¿Al menos vas a negar que me seguía? —Eric desvió la vista.—Eres increíble— y no, no lo decía en el buen sentido. Jed revolvió su comida y se encogió de hombros. —Como sea. Romeo también se acuesta con otros. Supongo que estamos a mano.

—¿qué demonios Jed? ¿también están a mano golpeándose?

Jed apretó los cubiertos en su mano antes de dejarlos y bajar la vista apartando su plato.

—Eric, ese no es tu problema.

—Claro que lo es, eres...

—No—Jed lo interrumpió.—No soy tu jodida cosa. Deja de tratarme como si lo fuera. Lo que hago con mi vida y con mi culo no te incumbe. ¿Cuántas malditas veces voy a tener que decírtelo? No soy otra de tus malditas propiedades.

—Jed...

—Sé lo que sientes por mi. Lo tengo claro hace años ¿tienes idea de lo incómodo que es tener a tu mejor amigo enamorado de ti? Escúchame. Lo siento. No quiero ser grosero y si muchas veces dejo que te pases de la raya es porque eres un obsesivo de mierda. ¡Pero ya basta Eric! ¿por que no puedes ser un jodido amigo normal como el resto del mundo?

Eric se cruzó de brazos. Sí, definitivamente no había sido un buen momento para hablar.

—Tu tampoco actúas como un amigo normal Jed—Lo acusó el pelilargo.-—lo que hiciste ese día en el almuerzo con Jesse...

—Sí, estuvo mal. Lo sé. Debiste detenerme y no lo hiciste porque estas malditamente obsesionado conmigo y creo que me has contagiado un poco de tu mierda, porque yo también lo estoy un poco contigo. Es cómodo tener alguien que lo de todo por ti, es seguro y es egoísta y sí, me sentí amenazado por él. —Jed negó para si mismo antes de alzar sus ojos a Eric—Te quiero. Pero Esto no es sano. Te agradezco todo lo que has hecho por mi y por mi hermano, pero no puedes meterte así en mi vida. Debí ponerte limites antes, lo sé, dejar que me trataras como si fuera tuyo estuvo mal. No lo soy Eric, nunca voy a serlo, no de la manera que tu quieres y antes de que sigas gastando tu dinero mandando gente detrás de mí, sí, nos golpeamos, a veces. Él no se la lleva de rosas. No es de todos los días tampoco, peleamos como todo el mundo, a veces nos vamos a las manos, pero si quieres saberlo, si sé que lo amenazaste. Romeo me lo contó. Me contó lo del prostituto también. No puedes amenazar a mi esposo ni poner gente que me siga ¿te das cuenta de lo malditamente enfermo que es? Eres psiquiatra, hombre. No necesito ser un profesional de la salud mental para saber que esto no esta bien.

—Lo que no está bien es que lo aceptes tan tranquilo, ¿no lo ves? Así empiezan las tragedias, Jed..

—Ese es mi jodido problema, Eric. Es mi esposo y es mi vida. Ocúpate de la tuya.—Jed se levantó y sacó su billetera dejando el dinero de la cuenta.

—Jed no hace falta. ¿Qué haces?

—No necesito que me invites, Eric. No soy tu esposo. Soy tu colega, Tengo trabajo, tengo una vida y sí, gracias por haberme apoyado siempre pero tu y yo deberíamos tomarnos un tiempo hasta que resuelvas tu obsesión conmigo. Esto ya no da para más.

—Espera Jed, oye, lo siento.—-Eric corrió detrás de él.—por favor. Lo siento. Me excedí, lo siento, no te enojes, estaba preocupado. Jed—Eric intentó agarrarlo por un brazo para detenerlo—Espera.

—No estoy enojado, Eric. —Le dijo Jed con calma soltándose del agarre de Eric, no era que le costara demasiado, Eric siempre se controlaba de no lastimarlo al agarrarlo, por lo que su agarre era flojo en su brazo.—De verdad quiero que te alejes de mi.

—No me pidas eso ahora, alejarte de las personas que quieren cuidarte en un momento como este te vuelve vulnerable es...

—Escucha—-Jed se giró cruzándose de brazos. —lo digo en serio. Necesito que te alejes de mi, ahora.

—Jed...

—mira no sé cual es tu maldito concepto de cuidar a alguien, pero yo no quiero a un tipo obsesionado detrás de mi. Tu suenas más peligroso que Romeo. Él no me asusta, tu sí, Eric.

Eric dio un paso atrás.

—yo nunca te haría daño.—-Gruñó entre dientes

—¿Estas seguro? Porque lo que yo veo es a un tipo trastornado, que esta obsesionado conmigo y las personas trastornadas son peligrosas, Eric. Son los que matan a sus amantes y yo ni siquiera soy tu amante. —Jed señaló al restaurante—eso fue una escena de celos. No puedes hacerme escenas de celos porque no soy nada contigo, no te debo nada ¿no lo ves?. No sé si un día no te levantas y me apuñalas a mi o a Romeo por que no puedes tenerme. Créeme, hasta pensé alguna vez en salir contigo porque tenía miedo de tu reacción ¿pero Te imaginas la mierda peligrosa que hubiera sido si te diera una sola oportunidad? Me mandaste a seguir y ni siquiera puedo fingir sorpresa ¡porque no es la primera vez! amenazas a mis parejas, para ti solo soy un objeto, algo que quieres tener porque no puedes Eric, no me especialicé en la psiquis humana pero estudié lo suficiente como para saber que ser el objeto de un obsesivo que necesita tener su casa ordenada como si fuera un jodido quirófano para que no le agarre una crisis de nervio no es normal ni mucho menos sano. ¡Tienes un maldito horario para defecar, hombre! —Le gritó frustrado—Me sorprende de que tu esposo no haya salido huyendo aún, deberían de darle un jodido premio por aguantarte. ¡Estas mal de la cabeza, tu sí que estás mal de la cabeza Eric!

Las palabras de Jed flotaron en el aire dejando una sombra amarga entre los amigos. Se quedaron viéndose a la cara en silencio hasta que el peliargo cortó la tensión con una sonrisa demasiado artificial para ser real.

Eric no podía creer que eso fuera lo que Jed pensaba de él. Sintió un nudo en su estomago. Nunca pensó ni por asomo que Jed tuviera miedo de él. Que lo creyera tan despreciable...

—lo siento. —Murmuró Eric dolido bajando la cabeza. —Nunca creí que fuera tan tortuoso para ti tenerme cerca. No volverá a pasar.

—Eric...—Jed suspiró sintiéndose culpable. No era su intención lastimarlo—No quise decirlo así, pero de verdad necesitamos un tiempo. En serio...Lo siento.

—También yo.

—Eric.

—Está bien.—Le regaló una sonrisa de medio lado que marcaba su hoyuelo tan característico y miró el reloj de su muñeca—Me tengo que ir Jed.

—Deja que te alcance al hospital—Ofreció el rubio entrando al coche—Por favor, Eric, lo siento.

—Oye, todo está bien. En serio. —Alzó la vista al  rubio imbécil que tenía  enfrente y se maldijo a si mismo porque a pesar de todo no podía dejar de preocuparse por él  ¿que tan enfermo podía ser el amor? —Cuídate, yo...  no me meteré en tu vida, lo prometo.  Pero pide ayuda. La necesitas. Yo hare lo mismo.

🖤🖤🖤🖤🖤🖤🖤🖤

okey dije hasta la semana que viene, pero ya es la semana que viene no? jjajajaj

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro