Narra Dareck

Nunca imagine que llegaría este día, donde tendría que romper mis ideales que utilizo para proteger a mi familia y todo por una sola persona, pero que sin duda se esta convirtiendo en lo mas importante en mi vida. Amo a mi familia, sin embargo, me he dado cuenta de que ella se ha adueñado de todo mi ser.

De modo, que sin medir el alcance de mi confesión decido contarle todo. No hay momento de vacilaciones.

—Te resumiré el plan de Don, solo espero que esto no sea motivo de tu desprecio y odio hacia mí. —Le comenté antes de hacerle saber la cruda realidad de nuestro matrimonio. — Para proteger a mi familia, Don me exigió que debía de llegar al Rey demonio y quitarlo de su camino.

—Espera ¿Qué? —exclamo aturdida, mientras se puso en pie alejándose de mí. —No estoy entendiendo nada.

—Don, quiere a tu padre muerto, pero para eso necesitaba algo mas que un simple espía. Su plan comenzó en Las Vegas, cuando nos encontramos en ese bar y esa noche nos unimos.

—Siempre he tenido la duda de saber que sucedió esa noche. Necesito los detalles.

Don me envío con dos prototipos, quienes estaban encargados de hacer cumplir el plan. Pensé que solo tenia que acercarme a ti, y tratar de enamorarte. Estaba dispuesto hasta llegar al altar. Sin embargo, él sabía que no consumaría el matrimonio, por lo que, nos drogó a ambos. —Veo su semblante pálido, entiendo la sobrecarga de sentimientos por toda la información que le he brindado hasta el momento.

—¿Me drogaste? —Exclama con furia— Con razón no recuerdo nada de esa noche. Te atreviste a tocarme en ese estado. —Susurra lo último con asco y dolor.

—No, yo tampoco estaba en mis sentidos. También fui drogado. —Mencione tratando de acercarme a ella, quien no permitió que la toque. —Te lo juro por lo más sagrado que tengo que es mi familia, por la cual es sacrificado mucho para que estén bien. Fuimos drogados con la sustancia llamada Surren, la cual te lleva a un estado donde haces todo lo que te pide aquel que la acciona con la voz. Te dieron más cantidad por eso no recuerdas nada, sin embargo, en mi esa sustancia no provoca que olvide todo.

—¡Oh, diosa Luz! —Exclama con tristeza.

—Adriá, te cuento todo esto porque no quiero mentirte más, o en su defecto omitir mi historia. —Le comento—Luego de haber regresado al clan, Don me esperaba para saber los detalles. Tienes que saber que antes de ir a Las Vegas, él me había amenazado con matar a mi familia. Y otra vez lo hizo, me mandó a California con Dillon. Hasta que tu padre enviara a buscarme, y de esa forma llegue aquí. Lo demás es historia.

—¿Cuál es el propósito de que estes aquí?

—Ya te lo había dicho. Don quiere a tu padre muerto, para poder acceder al poder.

—Pero ¿Cómo lo logrará si una vez que mi padre falte subiré al trono por él?

—Sí. Pero al estar casada conmigo, Don ordenará que te quité el trono para él. —Al mirar sus ojos llorosos, es como un puñal a mi corazón. No quiero hacerla sufrir, pero no lo puedo evitar. Tiene que conocer la verdad detrás de mí.

—¿Serías capaz de matar a mi familia? ¿De hacerle daño a tu alma gemela? —Cuestiona mientras me sostiene la mirada. —Porque entiendo que te hayas visto obligado a realizar todas esas atrocidades, y casarte conmigo. Pero ahora que me conoces y sabes lo que en el fondo somos, ¿nada tendría tus planes? —Puedo sentir su vulnerabilidad a través de sus palabras.

Me acerco a ella y sostengo su rostro. —Si me lo hubieras preguntado hace un mes o unas semanas atrás, sin dudar te habría confesado que sí y no tendría ningún remordimiento. Porque así me criaron y para eso fui creado. Sin embargo, en este lugar que significa tanto para ti, he de confesar que hace un tiempo que no pienso igual.

La acerco a mi cuerpo, queriendo sentirla más cerca.

—Estaba dispuesto a quemar este territorio de modo que ni las cenizas fueran reconocidas. Pero desde que tus ojos azules como el cielo me hicieron cautivo, no he podido mirar a otro lado. Esa vez en el club casi se detiene mi corazón solo de pensar que podrías salir herida. He lastimado y matado a cientos de humanos y seres sobrenaturales sin siquiera pensar en ellos dos veces. Sin embargo, solo de pensar en que puedas salir herida por mi culpa me hace querer enloquecer. De modo, que no. No puedo llevar a cabo la misión que se me asignó

—Pero ¿y tu familia? ¿Qué será de ella?

—Tu padre me esta ayudando para poder rescatarlos con bien. —Se asombra al escuchar mis palabras.

—¿Mi padre sabe todo esto? —Se mueve intentando salir de mis brazos, pero no la dejó.

—Sí, por eso no tuvo ningún reparo en que nos quedemos en la casa que me asigno. Aunque siempre has estado protegida porque varios ejecutores estaban alrededor del lugar.

—¿Por qué no me lo habías dicho? Si ya no es un secreto para mi padre. —Se remueve y la dejó ir, no quiero presionarla.

—Adriá, hemos estado como perros y gatos desde que nos reencontramos. Ni un puto segundo hemos bajado la guardia, solo en momentos cuando nuestras bocas han estado ocupadas.

La observo quedarse callada. Silencio que no me gusta ni un poco.

—Quiero pensar en todo lo que me acabas de decir. ¿Me podrías dejar sola?

No me pidas que te dejé—Me acerco a ella, pero me detiene colocando su mano en mi mejilla.

—Por favor, Dareck, necesito serenarme y pensar en todo lo que me has dicho. Es demasiada información como para digerirla tan rápido.

—Esta bien, te dejaré sola si me prometes que sea lo que sea que decidas me lo comunicaras.

—Te lo prometo. —susurra mientras besa mi mejilla.

Me señala el camino para salir de la cala, la dejo sola con mi corazón apesadumbrado. Sin saber qué decisión va a tomar. Sin embargo, sea cual sea la voy a respetar, aunque me destroce el corazón en mil pedazos.

Narra Adriá

Estoy demasiada abrumada con todo lo que sé de Dareck.

La noche había descendido sobre la cala, y los ecos de la olas del mar que antes era aquella música que surtía un efecto placebo en mi corazón ahora se desvanece en un silencio ominoso. Mi lugar favorito, que una vez estuvo colmado de sueños y anhelos, ahora parecía una tumba de sombras y secretos.

En el mismo lugar donde había visto desaparecer a Dareck cuando me permitió el momento a solas, aun me encontraba paralizada, con el corazón latiéndome desbocado. Mi esposo, mi alma gemela Dareck, me había revelado un secreto que puede cambiar el curso de mi vida y el de mi familia en un susurro cargado de angustia y dolor.

"Comenzaré contando sobre mi creación", había empezado con su voz temblando, "o más bien, la ambición más grande de unos demonios."

Intenté procesar sus palabras, pero sentí desde el principio que mi mundo iba a tambalearse. La revelación era como un golpe cruel y frío. En suma, Dareck me había confesado que su llegada al territorio no había sido simplemente un destino amoroso o una coincidencia providencial. Había sido enviado con un propósito oscuro: asesinar a mi padre, el rey, y reclamar el trono para el tal Don.

Las lágrimas brotan de mis ojos sin que pueda detenerlas, mientras que sus palabras resuenan en mi mente.

—¿Cómo pudiste? — Le pregunto a las olas del mar, mientras mi voz se quiebra bajo el peso de la traición. Aunque entiendo sus razones en estos momentos, aun duele.

No podía seguir mirándolo mientras sintiera la traición hiriente clavada en mi pecho como una daga afilada.

—Diosa Luz, ¿Qué quieres que haga con esta verdad? — preguntó, con mi voz apenas un susurro.

Haz lo que debas hacer—me estremezco al oír esa voz cargada de tormento. — No puedo pedirte que lo perdones, solo espero que encuentres la fuerza para enfrentar lo que viene.

Me volví hacia esa voz y me quedé en shock al ver una mujer vestida con ropas doradas mirándome fijamente.

—¿Quién eres tú? —le preguntó al espectro

—Soy la diosa Luz de los demonios. —me quedó petrificada al saber quien es. —Mi niña, desde el vientre de tu madre tenía un propósito contigo. Vas a ser la reina de los demonios más importante que haya pisado este mundo, estas destinada para grandes cosas y como tal necesitabas a un poderoso guerrero que muy pocos puedan vencerlo.

—No entiendo.

—Lo sé, pero muy pronto lo entenderás. Estarás a cargo de territorios que nunca imaginarias posible. Toma tu tiempo y piensa que quieres hacer. Solo te diré una cosa más. Yo fui quien puso a Dareck en tu camino, porque a través de tu familia podré libertar a mis hijos. Yo sufro con ustedes, lloro por y con ustedes. No podía permitir que sigan sufriendo por seres que han perdido su amor y bondad. Acaricio mi mejilla— Se feliz, te lo mercas. Dareck, es tu indicado.

Así como llego se fue, dejándome envuelta en una sombra de incertidumbre, como mi propio futuro. ¿Cómo podía seguir adelante sabiendo que el hombre en quien estaba comenzando a confiar mi corazón ha llegado a mi territorio con un plan trasado? Que su líder quiere muerto a mi padre.

A medida que las horas pasan siento el peso de mi responsabilidad en todo esto, ya que fui una vía libre para que pudieran penetrar en mi hogar. Debo actuar con sabiduría y determinación. Mi deber ahora es proteger a mi padre y a mi reino, enfrentar la verdad y, quizás, encontrar una forma de poder estar con Dareck.

Con un suspiro profundo, tomo una decisión que me puede traer paz o dolor.

"No puedo permitir que esto termine en caos. Haré lo que sea necesario para proteger a los míos. Eso incluye a Dareck y su familia."