El inspector y Sofía llegan a comisaría, Jesús y Kevin tenían el tablón lleno de fotos, apuntes etc.

Jesús, dice:

—La autopsia dice que los 4 murieron por tortura y después le dispararon para que pareciera un suicidio, los cuerpos llevaban mas tiempo que el de las jóvenes les vaciaron y después lo disecaron, lo único distinto al reto es que estos cuatro están sin dientes y llevan pulseras naranjas.

El inspector se quedo mirando la foto de la pulsera y comenta

—Mi padre también tenía una así en la habitación del geriátrico.

Jesús y Kevin se miran asombrados. Jesus prosigue

—Pues lo más curioso es que los cuatro salen en el caso de tu padre, Tomas es que disparo primero y mató al guardaespaldas del traficante ,después andaba fardando de que el había matado a la mujer. Jennifer es la que dio el aviso anónimo a comisaría Óscar fue el que dejó fuera del portal a su mujer después de oír el primer disparo. Francisco fue el que pudiendo salvar a su mujer y no lo hizo.

El inspector va hacia el tablón y dice

—Buen trabajo a los tres, podéis ir a descansar , mañana aquí a las 09:00

Le estaba dando vueltas a por qué no mató a su padre si pensara que fuera el , el que mató a su mujer e hija. Fue al geriátrico a hablar con el jefe para hablar con el sobre su padre. Llegó al geriátrico y le dijo a la de recepción que tenía cita con Julia.

La de recepción le dice.

—Espere en la sala de espera, voy a llamar a Julia para que venga a recibirle.

El inspector se sienta, y no pasaron más de 10 minutos cuando Julia viene a recibirle.

Julia lo mira con cara seria y le dice:

—Hola, ¿qué quiere saber?

—Pues... Si vino alguien a ver a mi padre que no fuera de la familia.

Julia se levanta, coge una carpeta de la estantería que tenía detrás, se sienta y empieza a pasar las páginas. Luego, le enseña las hojas.

El inspector le dice:

—¿Me las puedo llevar?

Julia lo mira con incomodidad y dice:

—Vale.

—¿Tienen cámaras?

—Sí.

—¿Puedo llevarme las cintas de esos días?

—Vale, pero me debes un favor.

El inspector la mira y dice:

—Y los que quieras.

Le guiña un ojo. El inspector se va a recoger las cintas. Llega a la comisaría y se pone a ver las cintas; en las imágenes se ve que un señor va al patio con su padre. El padre iba en silla de ruedas, lo lleva a un banco y el señor se sienta con él. Están de espaldas a las cámaras. Estuvieron 3 horas; después, lo lleva a su habitación. Otro día lo mismo, y el otro también. Sabe dónde están las cámaras y no mira en ningún momento, pero el último día miró y negó con la cabeza tres veces.

Lo vi con claridad: es el dentista. Ahora hay más preguntas que respuestas. No sabía por qué lo dejó vivir si él creía que era culpable. Se quedó pensativo lo que quedó del día. No podía volver a atraer al dentista para interrogarlo, porque no sabe dónde está, pero tampoco podría traerlo si no demuestra que ha hecho algo. Estuvo toda la noche en vela pensando qué hacer. El inspector estaba durmiendo como nunca; parecía un muñeco. De repente, un sonido lo despierta y, enfrente de su cama, estaba el dentista. El inspector lo ve y se asusta. Antes de que coja el arma, el dentista le dice:

—Yo que tú no lo haría, soy más rápido.

El inspector no sabía qué hacer. Se quedó inmóvil en la cama.

—¿Vienes a matarme?

El dentista se ríe.

—No, si te quisiera matar ya lo haría hace tiempo, créeme.

—Entonces, ¿por qué esta visita nocturna?

—Te voy a contar una historia; después tú crees lo que quieras.

El inspector lo mira intrigado por lo que le va a contar.

El dentista lo ve y empieza a hablar.

—Lo que me hicieron fue un complot porque sabían que podía utilizar información en su contra, pero no lo hice hasta que me enteré de lo de mi mujer e hija. Sé que tu padre no hizo nada. Hablé con él muchos días en el geriátrico; me contó muchas cosas sobre el caso. No intento justificar lo que hice, pero a todos los que maté se lo merecían porque hicieron algo malo.

El inspector lo ve, se ríe y le dice:

—Sí, como si tuvieran opción, ¿y las chicas qué? ¿También hicieron algo malo?

El dentista lo mira de arriba abajo y le comenta:

—No tienes ni idea. Te explico por qué parece que no te enteras bien de lo que pasa. Yo tengo una forma peculiar de hacer las cosas; le saco los dientes porque es una buena manera de torturar. La aprendí en África de la tribu de los Nakala. Digamos que son gente apañada, jajaja. Pero nunca le haría eso a las chicas. Te voy a ilustrar un poco. Jajaja, el que mata así con todas esas drogas sintéticas y venenos es el contable. Le perdí el rastro después de lo del chalet. Según un informante, me dijo que ahora es el albacea de las familias, aún más intocable. Pero eso no me detendrá, y lo sabes. Voy a hacer un trato contigo.

El inspector lo mira con chulería y le dice:

—No hago tratos con asesinos.

El dentista lo mira con incredulidad y le dice:

—Ya, te lo digo igual. Seguro que te motiva para investigar. Si lo coges tú ganas, si lo cojo yo, lo mato.

De repente, se escucha un ruido en la habitación contigua. Mira hacia la puerta de la habitación y después a donde estaba la ventana de su habitación, donde estaba el dentista, pero ya no está. Se levanta como un rayo y va hacia la ventana. No ve nada. Se acerca a la puerta de entrada, sale de la casa y no ve a nadie. Vuelve a entrar en la casa, se sienta en el sofá y mira el televisor apagado. En realidad, mira hacia la nada, revisando mentalmente el caso. Se queda.

Dormido, se despertó, miró la hora, se le abrieron los ojos como platos y gritó:

—¡Mierda! ¡Llegó tarde!

El inspector le dijo que sabía de la autopsia de las chicas de los terrenos de la fábrica. Jesús fue a coger el informe de la estantería que estaba en frente del sofá en la sala, tomó la carpeta y sacó el informe.

—Pues...

Comenzó a buscar y luego dijo:

—Aquí está. Las autopsias coinciden con las tres chicas que se encontraron antes que estos cuerpos. Las habían limpiado, les hicieron la manicura de pies y manos, las maquillaron; a algunas les cortaron el pelo. No sufrieron agresión sexual. Las mataron antes de enterrarlos y tienen todos un agujero de jeringuilla muy pequeño, aproximadamente de 0,5 mililitros. No se puede saber qué les inyectaron. Todos los cuerpos llevan un lazo azul en la muñeca izquierda.

El inspector estaba nervioso; aún no sabía cómo contarles a los chicos lo que le pasó ayer por la noche.

—Tengo que contarles algo.

Los tres agentes se miraron y luego volvieron a mirar al inspector. Al verle la cara, ya suponían que no sería una tontería.

—Ayer vino a hacerme una visita el dentista.

Los tres dijeron lo mismo al mismo tiempo:

—¿Qué?

El inspector tomó aire.

—Estuvimos hablando de que el asesino de las chicas es el contable. Él no me negó que no mataría a los otros cuatro y a los del chalet. Me dijo que se lo merecían, que mi padre no tenía nada que ver con la muerte de su mujer e hija. De hecho, compartieron información. Como ya sabéis, lo visitó varias veces en el geriátrico.

Entonces, Kevin dice:

—Al final va a ser un héroe, no me jodas.

El inspector lo mira.

—Tuvo la oportunidad de matarme y no lo hizo.

Sofía suelta un suspiro y dice toda enfadada.

—Ahora todos los putos pirados dicen que hay una conspiración, como le salió mal la jugada al ser informante.

De repente, el inspector, Sofía y Kevin empiezan a hablar en voz alta y apenas se entiende lo que dicen. En la silla, sentado, estaba Jesús, que no dijo nada. Se levanta de la silla, da un golpe en la mesa y replica a sus compañeros.

—Si hablamos todos a la vez, no se nos entiende, ¡joder! Vamos a pensar como pensaría el dentista. Os pongo en contexto: matan a tu familia y nadie te dice quién fue. Después, no se hace una investigación, te mandan al fin del mundo a hacer el trabajo de unos putos burócratas con panza que solo saben darle a un botón que pone bomba. Investigar por su cuenta y la información no sabe si es falsa o verdadera. Así es cuando se pone en contacto con tu padre, que de los policías era un no corrupto. Por eso lo mandaron a las oficinas.

Él sabía que tenía información sobre el caso que nadie más tendría. Por eso se debieron hacer "amigos". En el informe de tu padre, dijo que la bala que mató a su "Una mujer fue disparada desde atrás de él, y en el informe oficial no se menciona eso. Ahora me pregunto, si la bala sale de donde estás tú, se supone que te querían echar la culpa del crimen. Y como las pruebas son las que son, no podían falsificar todas las pruebas porque si no, el comisario de turno tendría que dar explicaciones a la jefatura del gobierno, y ya hay mucha corrupción en el sistema como para que la gente empiece a salir a la calle y liarla. Entonces hicieron la típica de guardar silencio, le hicieron un informe más o menos creíble y lo filtraron a la prensa. Así ganan tiempo para ver qué hacen con el dentista y tu padre. Lo de tu padre fue sencillo, fue una buena persona. Otro montaría un lío y al final lo echarían. Pero como fue más listo que el sistema, se benefició de él. Además, no sabía que tendría un aliado sorpresa.

El inspector se queda atónito, mira a Sofía y Kevin, y agacha la cabeza.

—Lo siento, muchachos, nunca fue mi intención ponerme así.

Sofía y Kevin dicen lo mismo.

Hay un silencio. De repente, se abre la puerta y entra Hanna.

—Hola, parece que pasó un ángel por aquí.

El inspector la mira.

—Sí, dos.

Hanna le sonríe.

—Vengo a deciros que mañana tendrá lugar una reunión de las familias. La presidirá el contable, según me pudo contar un informante, le van a hacer patriarca, dirigir la economía de las familias, y designará los rangos que van a tener ahora esas familias. Eso puede que no guste a más de una familia y haya una guerra. Hay que prepararnos para lo que pueda surgir."