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Capítulo 32| Una entrevista incómoda y un accidente de coche

Riley


Salgo del hotel con los ojos llenos de lágrimas aun recordando sus crudas palabras. Me limpio por decima vez las mejillas encharcadas y pegajosas, pero es inútil ya que vuelven a empaparse de lágrimas. Levanto el brazo para parar un taxi. Ni siquiera me acuerdo del Mustang hasta que una voz de un trabajado del hotel me grita viniendo hacia mí para recordármelo.

—¿Puedes guardarlo donde sea? Mañana vendré a por el —digo con la voz rota.

La verdad es que no me apetece seguir más tiempo allí y tampoco es que sea del todo correcto conducir en mi estado porque apenas puedo ver con las lágrimas.

El hombre asiente y se marcha.

En el momento que voy a subir al taxi, la veo.

Mane sale del hotel con la cabeza gacha y una moto llega en ese instante, acercándose a ella. Cuando la persona que la conduce se quita el casco, veo que se trata de Noah que, sin más tardar, la abraza.

Acabo entrando al vehículo sin querer saber nada de ella y el taxista me mira perplejo al ver que no llevo la camiseta. No obstante, no dice nada cuando le doy la dirección y arranca sin más dilación.

Cuarenta minutos más tarde, (por culpa del tráfico) me deja en el estudio. Trato de abrir la puerta con dificultad porque no veo bien y se acaba abriendo desde el otro lado. Al levantar la mirada, puedo apreciar más o menos a Ian que me observa con una ceja enarcada y sin entender nada al verme así.

Paso sin decir nada y cuando llego al salón, Seth y Aaron se me quedan mirándome.

Seth sale con una de sus bromas:

—¡Anda que avisas para meterte a gigoló, capullo! ¿O es que las fans te han robado la ropa? —lo dice por la camiseta.

Cuán ven que voy hacia el cuarto sin contraatacar a este con otra broma, se entreven que algo va mal.

A decir verdad, no tengo ningunas ganas de reírme en aquel momento; ni de hacer bromas. Me tiro en mi cama, pero no aguanto mucho allí y acabo sentándome en la silla del escritorio. Al ver el retrato de ella sobre la mesa, lo cojo y sus palabras vuelven a mi cabeza:

«No me gustas, Riley»

Los ojos se me llenar de nuevo. ¿Qué me pasa? Nunca he llorado tanto por estas cosas; si, si me he enamorado más veces, pero no hasta el punto de llorar como lo hago ahora.

«Gilipollas. Te crees que es como Disney, pero esto es la puta realidad», me regaño a mí mismo y acabo tirando el dibujo justo cuando Aaron entra y lo ve.

Mane ha logrado lo que ninguna otra ha conseguido en poco tiempo: enamorar y romperme el corazón. Y quitarme las ganas de reír y de seguir creyendo en la mierda de Disney.

Aaron no pregunta nada y cuando me derrumbo delante de él, sabe que lo que ha pasado es mucho más grave de lo que creían.

Porque sí, un chico también puede llorar y no por ello ya debe tener masculinidad frágil... y yo me estoy derrumbando sin importarme nada.


—¿Te has levantado?

Me volteo cuando oigo la voz de Ian y asiento a su pregunta. Termino de ponerme la camiseta en el salón, pues Seth sigue durmiendo y me he salido para no despertarle. Me siento en el sofá para atarme los cordones de las zapatillas cuando Ian vuelve a pronunciarse:

—Genial, porque así vas tú a Bob's a por el desayuno. No me apetece nada ir allí.

Cuando oigo el nombre el nombre de la cafetería, inconscientemente se me dibuja su rostro. Pero lo hago desaparecer de inmediato y (aunque una parte de mí si quiere aceptar porque la echa de menos y solo ha pasado un día) hago el esfuerzo y le contesto a mi amigo el motivo de que me haya levantado.

—No me apetece, tío. Voy a ver a Rain.

Ahora mismo puedo imaginar la cara que estará poniendo al escucharme decir aquello. Ni Seth ni él saben todo lo que pasó para que anoche viniera echo mierda, solo Aaron porque me desahogue con él. Pero no quiero hablar más del tema.

Cojo la cartera junto con las llaves y el móvil y cuando estoy a punto de irme, este me detiene haciendo que me dé la vuelta para preguntar lo que quiere:

—No sé qué pasaría ayer y tampoco es de mi incumbencia, pero ¿crees que lo vas a arreglar de este modo? Puedes confiar en mí, hermano, aunque estos temas del corazón me den urticarias.

Nos reímos por su comparación del amor con la enfermedad esta que no conozco mucho. Es la primera vez que río desde anoche, aunque no me dura mucho cuando vuelvo a recordar todo de nuevo.

—Sé que puedo confiar en vosotros, pero ahora mismo no quiero volver a hablar de ese tema. Puedes preguntárselo a Aaron que lo sabe —digo, pues es verdad que me da igual que Aaron se lo cuente porque sé que son de fiar.

Además, se lo voy a contar a ellos dos pronto, pero al menos quiero que pasen unos días.

—Tío, no vas a poder olvidarla fácilmente —le miro, aunque por dentro pienso que tiene razón; esa castaña será difícil de olvidar —Mira, sabéis que no soy de contar mi vida privada, pero solo te voy a decir que no seas como yo y hagas el gilipollas por rencor o cualquier mierda.

—¿Tú lo has hecho?

—Si, en mi época de mujeriego, pero no pienso contarte más cosas —quiero reírme porque habla como si tuviera cuarenta años. En broma le digo que aún sigue siendo un poco mujeriego y se lo toma mejor de lo que pensaba; nos reímos, pero vuelve a ponerse serio —Ahora en serio tío, ¿vas a hacer algo con Rain?

—No lo sé, hermano. Además, tampoco eres mi padre y solo voy a verla.

Asiente y yo me despido para irme cuanto antes, pues tengo la sospecha de que si me quedo un minuto más voy a acabar yendo a la cafetería y es lo que menos necesito en estos momentos.

Antes de salir le escucho decir en tono enano gruñón:

—Pues nada, me tocará ir a mi esta vez a por el desayuno —ruedo los ojos con las ganas de reír y salgo por fin de allí.


—No creo que lo haya dicho de verdad —enuncia Rain cuando le cuento lo de anoche.

A ver, no he ido con ella para hablar de Mane, pero esta se ha extrañado de que la haya llamado cuando estaba frente a su puerta (pues no vive con su padre ya) y sé que a Rain no se le puede ocultar nada pues se da cuenta de todo.

Si, estaba con Rain.

Me he venido temprano pues no quería estar en mi habitación del estudio ya que todo lo de ahí me recordaba a..., bueno, ya sabéis a quien. Aunque he de reconocer que cuando Ian me dijo que se iba a acercar a Bob's, he estado a punto de decirle que ya iba yo, pues, aunque haya pasado un día la echaba de menos, pero por suerte me he aguantado y al recordar la noche anterior, he conseguido no ir.

Contesto después de hacer una mueca parecida a una risa:

—No sé, sus palabras iban directas como dardos —afirmo, recordando lo fría que estaba cuando soltó aquellas crudas palabras —Estaba neutra sin ningún resquicio de sentimiento en la voz.

—Tal vez... —Rain deja la caja que sujeta en el suelo para mirarme —... Tal vez tenga miedo al amor.

Si, eso lo pienso yo también por como huye cuando le decía algo bonito o como temblaba si eso pasaba. No olvidar cuando me soltó algo como de que los hombres no saben querer que más bien parecía estar refiriéndose a alguien en particular. Pero iban de verdad cuando le confesé todo aquella.

Yo lo último que quiero es hacerla daño, pues antes preferiría llevarme yo la bala si con eso puedo evitar que le dé a ella.

La quiero.

¡Joder, la quiero muchísimo! Y no sé si podría olvidarla tan fácilmente.

Cuando le digo a Rain que no quiero hablar más de esto, esta asiente entendiéndolo perfectamente y le ayudo a meter las cajas que le quedan en el centro de ayuda que ella montó junto a otros chicos. Si, no he hecho nada con Rain pues sé que, aun habiéndome roto el corazón, me sentiría culpable si de repente me liara con otra a un día de romper..., o lo que sea que hubiéramos sido; ya no lo sé.

En realidad, solo había querido quedar con Rain para olvidarme de Mane y al menos estar trabajando, me ayudaba un poco a conseguirlo.

La verdad es que Rain es una persona madura para su edad, porque con tan solo veintiuno ya había montado su propio centro de ayuda a mujeres que han sufrido algún tipo de violencia; algo donde las enseñaban defensa personal, les daban terapias y muchas cosas más. En cuanto dejo la última caja, Rain me invita a tomar algo en la cafetería que hay al lado del centro y yo acepto.

Estoy muerto y cansado al mismo tiempo.

Una hora más tarde estamos hablando mientras tomamos un café. Le cuento sobre la entrevista que los chicos y yo vamos a hacer mañana en la radio para la presentación de nuestro disco, sobre más canciones nuevas que se vienen y demás. Rain da un trago a su café y lo deja de nuevo en la mesa. La cafetería que había al lado de su empresa es del rollo vintage y con demasiadas plantas decorativas con las que casi me como unas cuantos haciendo que esta se ría.

Esta me cuenta que quiere hacer una nueva sección en su centro para niños también víctimas de violencia, pues el tema de mi hermana le ha hecho ver que la violencia infantil tampoco debería ser tabú.

—Por cierto, ¿cómo va Jupiter en la terapia?

—Va mejor y el psicólogo aun quiere ver como avanza antes de decidir si mandarle pastillas para los ataques —sonrío con la esperanza de que no haga falta medicarla, pues solo es una niña —Pero sé que es fuerte y no le harán falta esas mierdas.

Rain me sonríe con cariño y me da un apretón en la mano.

Luego, esta se termina el café y levantándose de la silla, me mira y me obliga a hacer lo mismo pues tenemos mucho trabajo por delante. Soltando todo el aire que puedo, le hago ver que estoy cansado, pero aun así me termino el café y nos vamos de allí de nuevo al centro.

Y es así como paso la mañana del martes y a las seis, me despido de esta para ir con los chicos.

🎧🎧🎧

—Bueno, antes de finalizar la entrevista, tenemos una pregunta para uno de vosotros —los cuatro nos miramos a la espera de ver quién será el afortunado hasta que oigo mi nombre —Riley.

Giro hacia el presentador que nos ha invitado a su programa de entrevistas, con una mirada confundida pues normalmente es a Ian quien más preguntas le hacen por ser el cantante principal.

Todos estamos pendientes, —yo más—, a la pregunta que tiene para hacerme. No obstante, cuando la hace, todo vuelve a mi cabeza y quiero desaparecer de allí en ese momento.

—Háblanos sobre esa chica con la que te han visto mucho, ¿se puede confirmar que tú corazón ya tiene dueña?

Me gustaría responder que sí, que mi corazón solo le pertenece a una pequeña castaña que me ha vuelto a recordar al hacerme la pregunta, de pronto todo lo malo de la noche en el hotel y sus palabras horribles, me vienen todas de golpes.

«No me gustas, Riley. Solo es diversión: un juego»

Miro al público que hay en directo que esperan una respuesta confirmando que sea cierto, pero es que ahora mismo por culpa de Mane yo ya no se si tengo corazón o no. Me lo rompió con sus palabras

Dejando a todos sorprendidos, y sabiendo que puede estar ella viéndome, doy un rotundo:

—No. No estoy con nadie —todos se quedan sin habla.

Unos minutos después, el entrevistador rompe aquel silencio con otra pregunta:

—¿No? Hemos visto fotos vuestras en internet y se te ve en todas con una sonrisa enorme —me gustaría dejar de hablar de esto, pero sé que será imposible —¿Acaso no ha funcionado bien la relación?

—Eso es, no ha funcionado... No... No teníamos las cosas claras —miento.

—Pues que pena, ¿Verdad, chicas? —los allí presentes contestan a gritos un "sí" alargando la í. Otra vez, el dicho nombre de Maley hace aparición —Ya estábamos deseando ver a Maley juntos de nuevo en otro videoclip.

Miro a los chicos y solo con una mirada, ellos saben que necesito ayuda y que no quiero seguir hablando de Mane o cualquier tema parecido. Ian y Seth ya saben lo que pasó esa noche, pues Aaron se lo contó.

Es Ian quien hace que el presentador cambie de tema y volvemos a centrarnos en las próximas canciones nuevas que llegan, aunque durante el final de la entrevista mi cabeza no está donde tiene que estar y no deja de pensar en ella desde que ha vuelto a recordármela.

«¡Maldita sirenita por aparecer en mi vida!», exclamo para mí.

El final de la entrevista también cantamos en pleno directo una de las nuevas canciones que compuse hace poco menos de tres días y solo ahí, con mis baquetas, me olvidé un poco de ella.


¿Sabes ese esfuerzo que uno hace para no acercarse a la persona que le gusta? Bueno, pues yo lo estoy haciendo en estos momentos.

Cuando los chicos dijeron de ir a celebrar después de la entrevista, supuse que se referían a irnos a una discoteca hasta las tantas, pero no que quisieran venir aquí. A Bob's. Si, nos encontramos entrando por la puerta de la cafetería donde ella trabajaba. En cuanto entro, la veo detrás de la barra atendiendo a un cliente y cuando escucha la campanilla de la puerta, no puede evitar mover la vista hacia esta dirección haciendo que nuestras miradas se encuentren. La expresión de su rostro muestra desconcierto, como si no esperara verme allí.

«El desconcierto es mutuo, Mane», pienso para mí como si se lo dijera a ella.

Aparto la mirada al mismo tiempo que lo hace ella, aunque me ha parecido ver antes de que la aparte un poco de vergüenza o algo parecido en ella, pero niego pensando que serán imaginaciones y me siento con Rain y estos en la mesa. Si, Rain también se encuentra con nosotros, pues forma parte de la banda tanto como su padre (este último no ha venido).

Ian se levanta para ir a pedir, pero antes de marcharse, se para junto a mí y me pregunta si quiero ir con él. Sin poder evitarlo, me vuelvo de nuevo a mirarla.

Mane parece haber escuchado a Ian preguntando aquello, pues nos mira disimulando mientras hace que seca un vaso de cristal con el trapo, como si esperara mi respuesta. ¡Joder! Esta preciosa como siempre...Remuevo los pensamientos y me concentro en mi compañero que sigue esperando de pie.

Acto seguido, respondo con una negativa dejando de mirarla:

—No tío, prefiero quedarme aquí —Este sabe que me siento mejor si no voy, no dice nada y obliga a Seth a ir con él para ayudar. Cuando me giro, Rain y Aaron me están observando con el ceño levantado —¿Qué?

Ambos niegan, aunque me da la sensación de que quieren decirme algo, pero no lo van a hacer. Ian y Seth llegan al final y nos dicen que ahora nos traen las bebidas.

Me volteo para mirar hacia atrás por tercera vez y me muerdo el carrillo por dentro porque no tenéis ni puta idea de lo duro que está siendo no poder ir allí, colarme en la cocina y besarla... O si, volver a sentir esos labios junto a los míos. ¡Mierda, no puedo dejar de pensar en ella! Echo tanto de menos saborear esos labios tan bonitos que tiene... Remuevo los pensamientos que me revuelven todo por dentro y me concentro en la conversación que están teniendo estos hasta que Noah viene a nuestra mesa con las bebidas y se vuelve a marchar.

Sobre las nueve o por ahí, decidimos todos en cenar en Bob's. Mientras yo estoy riendo con lo que me cuenta Rain a mi derecha, aunque mi mente suele divagar de vez en cuando en otra persona, pero siempre acabo volviendo a la conversación, Aaron levanta el brazo para llamar a un camarero, cuando de pronto le cambia la cara. Me mira como si me pidiese perdón con los ojos. No entiendo a qué viene aquel cambio de expresión hasta que de un momento a otro me llega un aroma que reconozco muy bien y no me hace mirar al lado para saber que ha sido ella quien se ha acercado.

Su voz se pronuncia como un murmullo:

—¿Se les ofrece algo más? —Miro a estos para saber si piensan lo mismo que yo y que nos trata como clientes desconocidos y al mirarla de reojo, me doy cuenta de que tampoco le hace gracia estar ahí, cerca.

Sigo mirándola disimuladamente.

Tiembla, aunque sabe disimularlo porque nadie se ha percatado de su tembleque excepto yo. Se toca la muñeca, nerviosa. Parece que le cuesta estar allí parada a mi lado porque sí, Mane se haya entre mi silla y la de Seth. Suelta un diminuto suspiro cuando Aaron corta aquel tenso silencio que se ha formado, agradeciéndole con la mente.

—Si, nos gustaría cenar aquí —esta asiente y saca su libreta y un boli del delantal.

No voy a mentir si os digo que no me estoy muriendo al tenerla cerca, porque no es así. No sabéis las ganas que tengo de pasar el brazo por su cintura y luego tirar de ella para hacer que caiga sobre mí y poder besarla mucho mejor con ella en mi regazo, sin embargo, consigo aguantarme y mirar a Rain para que no se me haga tan duro.

Decidimos que todos queremos pizza, así que, antes de nada, Aaron pregunta si las hacen y cuando Mane asiente de nuevo, empieza a tomar nota de las que va diciendo. En uno de esos minutos que está mirando la carta, Aaron alza la vista y pregunta si una de las pizzas puede ser con masa de hojaldre cuán de pronto, deja de escribir y le mira con confusión.

—¿Qué? ¿Masa de hojaldre? —Aaron asiente aguantándose la risa cuando me mira. Ruedo los ojos y vuelvo a prestar atención a lo que esta dice —: Puedo preguntar, pero ¿Quién pide esa clase de pizza?

—Yo.

Nuestras miradas se encuentran por fin a la vista de todos, enfrentadas. Yo no muestro ningún rastro de emoción alguno y ella parece estar aguantando la vista. Pero no lo consigue y acaba agachándose para hacer como que apunta algo en la libreta.

Aunque acto seguido, vuelve a su ya actitud neutra que he visto mucho últimamente, y habla:

—Qué raro.

—No me gusta la masa normal —respondo con total frialdad, aunque me está costando hablarla así.

—Es imposible que a nadie le guste una pizza normal —contraataca y yo me río.

Puedo sentir las miradas de los demás sobre nosotros, pero las ignoro cuando suelto lo siguiente:

—A mí no me gusta, me parecen falsas. Están esponjosas y todo lo que quieras, pero... —pauso la frase, Mane alza la vista para mirarme y continuo —...pero luego las pruebas y no saben a nada. Lo único que hace es engañarte con el olor al salir del horno, pero saben a rayos cuando las comes, es más, no me gusta que la masa sepa aguada, y con el hojaldre nunca me pasa.

—Eso es una estupidez —contesta está —El hojaldre nunca podrá compararse a la masa de las auténticas pizzas y si, puede que tengas razón en una cosa.

Espero impaciente a que continúe:

—Puede que las pizzas normales sepan a agua, pero al menos tienen la consistencia para que no se rompa de camino al horno —se detiene, también ignora a los chicos —... mientras que si la haces con Hojaldre, tienes el riesgo de que se rompa porque su masa es más fina y sensible. Por eso prefiero la masa normal, porque al menos tengo la certeza de que no se va a romper.

Vale, tengo la sensación de que hemos dejado de hablar sobre pizzas desde mis primeras frases y creo que ella también lo ha notado cuando se pone recta y guarda su libreta para después marcharse con las comandas apuntadas. Dejo de seguirla cuando entra en la cocina y miro a los chicos que están observándome, boquiabiertos.

Ian silba antes de añadir:

—Vale, eso ha sido un tanto incómodo.

—Ian tiene razón, capullo —Remarca Rain —La tensión se podía cortar con un cuchillo.

Debo reconocer que tiene razón, pero la verdad es que, desde la última noche en el hotel, hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien y volver a hablarla, aunque sea con indirectas de pizzas, me ha gustado. Aunque mis pensamientos me vuelven de nuevo a las crudas palabras suyas y dejo de pensar en el asunto de ahora. Cambio de tema y seguimos hablando hasta que, un estruendo nos hace voltearnos.

Me encuentro con una bandeja en el suelo y a Mane cubierta de harina. Cuando nota que alguien la está observando, mira hacia aquí y se encuentra con nosotros para unos segundos después, salir casi corriendo hacia la parte trasera.

Sin embargo, antes de que se hubiera alejado, me ha parecido ver en su rostro algo parecido a los nervios y a tristeza... Niego, ya que seguro han sido imaginaciones mías. Una sonrisa se me escapa sin querer al imaginarla de nuevo cubierta de harina y lo graciosa y mona que se encontraba, pero la hago desaparecer de inmediato.

¿Por qué iba a estar triste ella?

Tal vez le ha molestado nuestras pequeñas indirectas con la conversación de las pizzas. Me da igual.

Fue ella quien me rompió el corazón, no yo.

🎧🎧🎧

Acabo la llamada con mi hermana —sintiéndome otra persona al oírla alegre—, y sigo concentrándome en el trayecto a Nueva Jersey. Estaba yendo a visitar a mis hermanos, si bien debo admitir que mi cabeza de vez en cuando divaga en lo que sucedió anoche en Bob's con Mane. Cambio de marchas.

No me he dado cuenta de que el coche va tan silencioso, así que cuando puedo, enciendo la radio, pero en cuanto escucho la canción que empieza ahora, me vuelven los pensamientos y maldigo.

I gotta Feeling es la que suena.

«Será nuestra canción», le dije aquel día.

«¿Nuestra canción?», respondió ella y pude ver una sonrisilla mini.

Aparto aquella conversación muy lejos de mi cabeza y quito la canción que ANTES era nuestra. Si, antes, porque ahora ya no lo es... o quizá nunca lo ha sido. El Mustang se torna nuevamente en un incómodo silencio. Aprieto el volante con tanta fuerza que los nudillos se me empiezan a poner blancos, con lo cual trato de relajarme un poco. Piso el freno muy despacio cuando me voy acercando al semáforo y en cuanto estoy en él, aprovecho para estirarme un poco y coger las gafas de sol de la guantera. No obstante, vuelvo a maldecir, porque esta vez veo el disco que Mane me devolvió con brusquedad la primera vez que la invité y sin saber el motivo, acabo agarrándolo.

Leo la dedicatoria que le escribí:

«Para ti, bicho. Una pequeña patosa especial merece cosas especiales».

Las firmas de todosnosotros yacen en varias partes del disco. Recuerdo el día que Noah me pidióaquel favor sin que se enterara Mane porque decía que no le había dado tiempo acomprarlo porque se gastó, pero ahora que lo pienso, ¿Por qué no lo aceptó sisolo fue un regalo de su amigo? Entendería que lo rechazara si es porque no pudiera comprarlo y odiara pedir dinero, pero se supone que Noah me dijo que fue porque se agotó...

Un pitido detrás de mí me hace despertar del ensimismamiento.

Miro para atrás viendo que tengo varios coches esperando que me mueva y luego al semáforo en ámbar antes de poner el vehículo en marcha. En el momento que continuo el trayecto, cuando miro a un lateral, abro los ojos al ver que otro coche viene directo hacia aquí y me quedo tan en shock que no me da tiempo a hacer nada cuando este me golpea provocando un fatal accidente.Coches pitando y yo medio inconsciente en medio de la carretera. Me duele todo y apenas puedo moverme cuando empiezo a escuchar algo a lo lejos.

Lo último que recuerdo son las sirenas de la ambulancia antes de volverse todo negro a mi alrededor.


«—Ey, Chico Disney despierta —abro los ojos cuando escucho ese mismo apodo encontrándome con una sonrisa preciosa que me tapa del sol —Si lo sé no te despierto y me voy.

Estoy confundido.

¿Por qué Mane me habla y sonríe como si no hubiera dicho todo lo que me dijo? Miro a mi alrededor y cada vez estoy más confuso, pues yo recuerdo estar en mi coche de camino a casa de mis padres para ver a mis hermanos, pero ahora me encuentro con ella en... ¿la playa?

Me levanto un poco quedándome sentado sobre la arena cuando ella hace también lo mismo, a mi lado.

—¿Dónde estoy? —pregunto con la cabeza dándome vueltas —Yo... había tenido un accidente de coche...

—Shhh —me sorprendo cuando esta me calla con un dedo en mis labios y cuando lo quita, me besa. No la aparto —Te he echado de menos, Chico Disney.

Le digo lo mismo y ya no aguanto más para dejarme llevar cuando tiro de ella para que quede sobre mí y seguir besándola. Esta se ríe y lo preciosa que me parece cuando lo hace. Pienso en estar así todos los días. No quiero discutir con ella nunca y poder abrazarla cuando me dé la gana, a la hora que me apetezca. Sin embargo, esta se separa todavía riendo y cuando dice lo siguiente, me quedo extrañado:

—Despierta, idiota.

De un momento a otro, el día se vuelve gris y ya no hay esa calma sino más bien, empieza a llover. ¿Despertar? Estoy despierto. Sigue repitiendo lo mismo.

Despierta. Despierta. Despierta...»

Abro los ojos por fin.

Me titila la cabeza, mis ojos ven todo nublado y apenas puedo moverme como si tuviese un puto muerto encima. Poco a poco mi visión se va esclareciendo comprobando donde me encuentro. Una luz blanca, paredes también blancas me hacen ver que me encuentro en el hospital. Cuando me muevo para levantarme un poco, unos gritos agudos me hacen encogerme por el dolor de cabeza.

Reconozco esas voces.

Al volverme en esa dirección veo a Jupiter y Hacer venir corriendo hacia la cama donde me encuentro recostado y tirarse hacia mí con sus caritas apenadas. Hago un gesto de dolor cuando se han acercado muy rápido y me han tocado en el costado.

—Riley, estábamos muy preocupados. Llamaron a mamá al teléfono y vinimos corriendo —cuenta Jupiter con ese tono de niña asustada.

—Tranquilos renacuajos. No os vais a librar de mi tan fácilmente —bromeo.

Mi padres entran en ese momento con el rostro descompuesto, —más mi madre—, que se acerca a la cama y por primera vez en años, me da un abrazo como cuando era pequeño. Esta murmura que ha estado preocupada al ver que no me despertaba y en ese momento, recuerdo el sueño con Mane que he tenido hace unos minutos. ¡Por eso me decía que despertara!

Maldigo a mi subconsciencia por pensar en ella incluso habiendo tenido un accidente, pues eso me confirma que no me iba a poder olvidar de ella.

Cuando mi padre le dice a su mujer (o bueno lo que sea ya porque no están muy bien) que me tienen que dejar de descansar, salen de la habitación los dos; aunque a ella le cuesta. Mis hermanos no salen porque les he dejado estar yo, por eso no les ha dicho nada nuestro padre. Hablo un rato hasta que, al levantar la mirada y ver a Rain, pues sé que han venido los demás porque me lo ha dicho Jupiter, veo en su cara una mezcla de sonrisa y sorpresa. ¿Qué ha pasado?

No le da tiempo a decírmelo, cuando detrás suya aparece la que menos esperaba y Rain al verla, nos deja a solas.

¿Qué hacía Mane en el hospital, concretamente, en mi habitación?

Hola, Lovers! Por fin tenéis otro capítulo. ¡Cuatro actualizaciones! Siento haber tardado mucho, pero a partir de ahora subiré de cuatro en cuatro porque... ¡estamos llegando al final de Riley Y Mane! Si, como lo oís: solo quedan 7 capítulos para ponerle punto final a esta maravillosa historia. Espero que lo disfrutéis y no olvidéis de votar, comentar y compartir para ayudarme a crecer.

Como siempre, para los nuevos que me sigan, tengo un grupo de telegram y Whatsapp donde hablar de mis novelas, fangirlear, comentar capítulos y donde subo avances de mis novelas. Tenéis los links en mi perfil, aunque también podéis pedírmelos por privado.

instagram: carlusky_01 y Sagaalover (el de wattpad)

Preguntas:

¿Qué os ha hecho sentir el accidente de Riley? Del 1 al 10, ¿Cuánto le dais? ¿Os ha hecho llorar este capítulo?

DEDICATORIA:

Itsmariabox, AdictaAlChicoDelPan, NaykarenCorreaRodrg2, BURGUI92, Titania2408, SeirMayantigo, HouSara, loca217, Wattpad, WattpadRomanceES, una-scrittore,

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