𝟚𝟞🎶
Capítulo 26| Zumo de manzana, rupturas y letras de canciones
Riley
Dos semanas desde que volví a ver a la sirenita.
Dos insoportables semanas que no he podido verla ni molestarla como me gusta hacer desde que la conocí. Ni siquiera la he mandado un misero mensaje, pues cuando aquella noche, después de su turno en la cafetería, le dijera que no iba a molestarla a menos que ella quisiera, lo decía enserio. No quiero agobiarla y, aunque tengo que reconocer que me dolió un poco que dijera que era un error, sé que tiene razón, pues Mane está con el Jaxon ese.
Estamos a finales de noviembre ya y solo quedaban una semana para mí cumpleaños y empezar la gira por Europa. ¿Y si intentaba mandarle un mensaje hoy? No sé exactamente el motivo, pero ojalá pudiera pasar mi cumpleaños con esa sirenita que tanto pienso mañana, tarde y noche... bueno, ¿a quién quiero engañar? ¡Si sé el motivo! Me encantaría volver a pasármelo genial junto a ella. Salgo del trance en el que estoy cuando mi compañero de banda Aaron se sienta en el mismo sofá que yo con las piernas desparramadas. Este me da una sacudida con una media sonrisa que ya sé que quiere burlarse de mí, antes de decir:
—¿Sabes a quien pareces? —pregunta, aunque no hace falta que diga nada porque sé que me lo dirá igualmente y ahí viene —A mudito. Ya sabes, tú que eres fan de Disney, debes entender la referencia que te he dado ¿no?
—Ja ja, muy gracioso capullo.
Me levanto de allí negando con la cabeza a la vez que me río sin que se dé cuenta y entro en mi habitación. Estamos en el estudio desde que habíamos terminado la gira por América. Cierro la puerta tras de mí y me apoyo en ella. No puedo evitar analizar toda la estancia y sin querer, la noche en la que Mane se presentó borracha aquí, me aparece en la memoria.
Camino hasta mi cama y me tiro de espaldas en ella sin poder dejar de pensar en Mane. ¿Se puede saber que hechizo me ha lanzado esa pequeña sirena? Me tapo la cara con el brazo intentando quitar aquellos pensamientos, porque creo que me estaba enamorando de ella. En ese momento, alguien entra por la puerta y no me hace falta mirar, para saber que es Rain cuando el colchón de mi cama se hunde en una esquina y me llega su perfume.
Su voz inunda la sala:
—¡Capullo! —Me incorporo con la espalda en el cabecero de la cama rodando los ojos con una sonrisa —Me han dicho los chicos que estabas en modo yeti y quería verlo con mis propios ojos.
—Capulla, ni caso.
—Ahora sí, ¿Qué haces aquí encerrado? —Rain va directa al grano, pues no hace falta mentirla ya que se da cuenta de todo y, en eso me recuerda al amigo rubio de Mane.
Antes, cuando Rain y yo estábamos en una misma habitación siempre acabábamos desnudos y liándonos, pero ahora es como si ya no quisiera hacer nada con ella. Es como si hacer algo con otra persona estuviera traicionando a la sirenita, aunque sé que no somos nada. Siento algo golpeando mi nariz y al mirar abajo, el cojín de simba se encuentra entre mis piernas cruzadas. Rain hace contacto visual conmigo intentando descifrar cualquier signo que le de respuestas en mi mirada.
Ruedo los ojos aguantando la risa por las caras que está poniendo y le vuelvo a lanzar el cojín que esta me ha arrojado a mi hace unos segundos consiguiendo que recoloque en la cama. Ahora esta con la espalda en la pared y las piernas dobladas abrazándolas con sus brazos. Pone su mejilla en una de las rodillas y me mira, esperando que me decida hablar.
—No dejo de pensar en alguien —confieso, pues sé a ciencia cierta que en ella puedo fiarme.
—¿Es la misma chica de la cafetería?
Asiento, llevándome las manos a la cabeza y tirar de mi pelo porque esto nunca me ha pasado antes. A ver si, soy de esos que les gusta el romanticismo y enamorarme, pero nunca, jamás, lo he sentido tan rápido; como amor a primera vista, pero solo una de las dos partes.
Le cuento que le he prometido a Mane que no volvería a acercarme a ella si no lo pedía ella misma, pero que esto de estar sin verla o alejado de su puesto de trabajo, me está matando por dentro. También le hablo de la noche en la playa donde nos besamos por primera vez (aunque esto Rain ya lo suponía cuando nos dejaron solos) razón por la que le vuelvo a lanzar otro cojín, y que desde ese beso no he podido dejar de pensar en las demás veces que he querido volver a besarla. Incluso le hablo de la última noche al salir de su trabajo cuando la besé antes de prometerla no acercarme más. Entierro mi cabeza en mis manos para, acto seguido, despeinarme con estas el pelo.
La pregunta que me hace a continuación Rain me deja helado sin saber que responder:
—¿Estas enamorado, capullo?
¿Qué si estaba enamorado? Pues ni puta idea. Adoro salir con Mane sin tener ningún plan hecho. Estar cerca de ella es como si me dieran veinte descargas de adrenalina en el pecho, es como vivir una eternidad sin ninguna preocupación. Cuando la tengo cerca me siento bien conmigo mismo y no pienso en los problemas con mis padres. La sirenita hace que un mundo donde solo se ve en colores grises, se empiece a ver de infinitos colores o como si volara por el más allá rodeado de estrellas porque para mí ella es eso, el firmamento entero.
¿Acaso eso es estar enamorado?
Yo siempre he sido de los que se enamoran de las personas, pero nunca tan rápido como con ella. Creo que la culpa de todo esto la tiene Disney y sus romances imposibles. Además, sé que algo oculta esa pequeña sirena que no quiere que nadie sepa y eso me hace quererla aún más.
—Tú silencio lo dice todo, Riley —La voz de mi amiga me hace salir de los pensamientos y al volverme a mirarla, veo que sonríe.
—Creo que sí. Estoy enamorándome de ella.
—No —me corta a lo que yo la miro con el ceño fruncido —Ya estas enamorado.
—Odio que sepas más que yo de estas cosas y mira que solo ves documentales estúpidos —Rain se ríe con su escandalosa risa y yo me uno, pero no duró mucho cuando recuerdo lo siguiente que le cuento —Pero siento que algo le pasa a ella con el amor porque la última vez que la besé, soltó algo como: "no quiero ser como él. Yo no soy infiel" . Creo que algo le han hecho en su pasado que oculta.
Rain se encoge de hombros y hace como que piensa, pero al cabo de unos segundos, me responde como ella solo saber hacer:
—Debes respetar su intimidad y cuando tenga confianza quizá te lo cuente, capullo.
—Eso lo sé, capulla.
Después de esa rara conversación entre los dos sobre el amor y mierdas, decidimos cambiar el tema a otro punto: mi cumpleaños. No, yo no tengo muchas ganas de hablar de ello, pero esta ha sacado el tema y justo lo celebro cuando estamos de gira por Europa, así que eso es otro punto del que hablamos.
Durante un rato, seguimos haciendo el tonto de como pienso celebrarlo y que me va a regalar una camiseta donde pone: "soy un romántica empedernido", para burlarse de mí. Cuando es muy tarde, esta me dice que se tiene que marchar y cuando yo asiento y la veo levantándose para irse, justo en la puerta, se gira y me aconseja lo siguiente:
—¿Por qué no intentas invitarla a la gira por tu cumpleaños?
—No sé... —esa es mi respuesta, aunque me haría ilusión —Ya veré.
—Piénsalo, capullo. Hasta luego.
Acto seguido se marcha dejándome con su idea de invitarla a la gira en mi cumpleaños y la verdad, es que se antoja aceptar y hacerlo. ¿Aceptaría mi invitación?
🎧🎧🎧
Entro en Bob's con la intención de pasar desapercibido pues hoy está bastante lleno y no estoy como para firmar ni hacerme fotos con nadie. Me duele la cabeza y me siento como un muerto viviente.
Pero no lo logró.
No me da tiempo a entrar del todo, cuando siento que alguien se me lanza encima que casi hace que nos caigamos al suelo. Casi. He conseguido mantenerme en pie al ver a la chica a tiempo viniendo hacia mí. La chica en cuestión es pelirroja y lleva el pelo atado en dos trenzas boxeadoras. Se le marcan las pecas que le surcan la cara lo que le da un aire aniñado y me tiene tan agarrado del cuello, que estoy seguro de que me va a arrancar la cabeza del cuerpo. Otra chica de cabello rubio oscuro viene hacia aquí para intentar separar a su ¿amiga?
—Emily, ¿quieres calmarte un poco? —la tal Emily parece hacer caso a su amiga y consigo al fin coger aire cuando me suelta. La rubia suelta lo siguiente sonriendo — Dylan se pondrá celoso —Luego, se vuelve a mí, y me pide disculpas por su amiga —Lo siento, es fan de tu banda y puede ser muy pesada, pero se suele comportar.
—Tranquila, no es la primera vez.
La amiga le susurra algo al oído a la chica rubia y esta se ríe. Soy yo quien continua hablando, mirando a Emily:
—¿Quieres una foto?
—Oh, claro que quiero, guapetón —no puedo evitar reírme cuando la pelirroja suelta aquello sin vergüenza alguna. Me coloco a su lado y su amiga (ahora sé que se llama Crystal), nos saca la foto también aguantando la risa. Luego, le firmo la funda de su teléfono que me tiende y cuando me pregunta por el resto de la banda, le digo que he venido solo —Mi novio se va a poner celoso y yo me voy a reír.
Después de ese raro encuentro entre una fan y yo, su amiga Crystal consigue calmarla y hacer que se marchen de la cafetería. Les digo adiós con la mano y continuo mi camino hacia el mostrador donde me encuentro con una sirenita que no deja de mirarme mientras limpia, —achico los ojos—, lo que parece un vaso con un trapo. Por su cara diría que parece enfadada o al menos, seria. Sonrío de medio lado pensando que, a lo mejor puede estar celosa al verme con las dos chicas de hace segundos.
Termino de acercarme justo cuando termina de limpiar el vaso y dejarlo en alguna parte de la barra, me siento en un taburete y no dejo de observarla con la misma sonrisita que aún sigue en mi rostro para después, escuchar su voz luego de varias semanas sin oír:
—¿Qué vas a querer?
—¿Estas celosa, sirenita? —Aunque niega con la cabeza, he podido llegar a tiempo para ver la cara de asombro al preguntarle aquello y como se le ha sonrojado un poco las mejillas —Un batido de fresa.
—Te voy a dar algo mejor, Chico Disney.
—Estoy deseando probar lo que me des —contraataco acercándome un poco más para quedar inclinado en la barra y más cerca de ella.
Veo como rueda los ojos y me da la espalda para empezar a prepararme lo que tenga que servirme. ¡Dios, cuanto tiempo sin verla! Las palabras de Rain del día anterior hacen mella en mí de nuevo y me hacen ver que tiene razón.
Estoy enamorado de Mane.
Mis pensamientos no duran demasiado cuando esta vuelve al frente mía con un vaso lleno de un líquido beige que no tiene muy buena pinta, la verdad. Lo pone delante de mí y con una sonrisa malvada me tienta a probarlo. Cuando le doy el primer sorbo, no puedo evitar arrugar el ceño y, si no fuera porque estamos en público, lo habría echado de vuelta al vaso, pero me lo trago.
Alzo la mirada del vaso hacia ella que se está desternillando disimuladamente mientras me ve sufrir y, con una sonrisa, dejo el vaso en la mesa y le contesto lo siguiente:
—Te gusta verme sufrir, ¿no, sirenita?
—Oh, ¿no te ha gustado? Es nuestro zumo de manzana, una nueva especialidad —habla con sarcasmo y gracia en el tono de voz.
La sigo el juego para picarla.
—Creo que no deberíais vender esto si queréis conseguir más clientes —miro el vaso, miro a ella de nuevo y planeando lo siguiente, cojo el vaso y le doy otro sorbo en su cara para luego saborearlo y responder lo siguiente —Aunque bueno, tampoco esta tan malo al segundo sorbo. ¿Quieres probar?
Este se aparta hacia atrás con cara de repulsión a la vez que se empieza a poner seria porque la jugada no le ha salido bien y no ha podido molestarme ni hacerme sufrir... bueno, lo segundo sí y estoy seguro de que tendré que cepillarme mil veces para quitarme el sabor asqueroso del zumo. Dejo el vaso entre los dos y le pido un batido de fresa que esta vez no duda en traérmelo.
Observo como lo prepara en la cocina y puedo notar que no está Noah por ningún lado, lo que me hace pensar que puede estar sola.
"No, ¿has llegado a esa conclusión tu solito?"
Oh, cállate que tú tampoco te has dado cuenta, listilla.
"Ja, que te lo crees tú"
Ignoro a mi consciencia cuando esta viene con mi pedido ya hecho y me lo pone ante mis ojos. Le doy el primer sorbo y agradezco poder quitarme por fin el nauseabundo sabor del zumo de manzana. Cuando dejo de beber, le pregunto por su amigo a lo que Mane me responde que hoy no le toca turno. Sigue limpiando esta vez la encimera. Puedo ver que sopla un mechón de su pelo que se le escapa varias de detrás de la oreja y a la tercera vez que se sopla, no sé muy bien porque (o tal vez si lo sé), estiro el brazo y sin que se lo vea venir, se lo aparto yo mismo para colocarlo bien detrás de su oreja.
Su mirada cruza con la mía y, aunque debería quitar la mano ya de ahí, no sé porque no lo hago. Quizá porque me muero de ganas por tocarla desde la última vez y echaba de menos su contacto. No lo sé. Sin embargo, no debe de molestarla, pues ella tampoco hace nada por apartarme.
Veo que traga silenciosamente soltando el trapo que hace un rato sostenía y como si me hubiese leído la mente, de pronto se separa para continuar su trabajo. En ese momento, recuerdo la idea que Rain me hubo dado ayer y sin poder mantener la boca cerrada, suelto lo que llevo queriendo, proponiéndole antes de que se aleje.
—¿Quieres venirte de gira conmigo, sirenita? Me encantaría pasar mi cumpleaños contigo —mis palabras la dejan sin habla porque se gira violentamente con los ojos muy abiertos. Antes de que pueda decirme nada, sigo hablando —Solo si quieres. No quiero obligarte a nada.
—Creo que es mala idea, Chico Disney.
Supuse que diría eso, así que, bajo la mirada, pero la vuelvo a levantar cuando oigo lo siguiente que dice:
—Además, ¿Qué pinto yo ahí? Te felicito por adelantado, idiota, pero no creo que sea lo correcto...
—Pintas mucho, sirenita —la interrumpo. Para mí pintaba mucho verla entre bastidores y poder abrazarla después de cada concierto —Me importas, más de lo que puedas imaginar y, no sabes las ganas que tengo de saltar la barra y volver a besarte, sirenita.
Mis palabras vuelven a dejarla sin habla. Sé que no voy a poder convencerla, pero prefiero intentarlo una última vez y por eso le digo el día que nos iremos a nuestro primer destino de Europa.
—La gira inicia el 28 de noviembre. Piénsalo, por favor.
Me termino el batido, le dejo el dinero en el mostrador y cuando estoy a punto de levantarme de allí, esta me dice que no, que no podrá asistir.
—Lo siento, pero le prometí a Jaxon ir a su partido —quiero pensar que el brillo que he visto en su mirada es de tristeza por no venir conmigo, pero no creo que sea por eso —Feliz cumpleaños adelantado.
Y sin dejarme decir nada más, se va hacia la parte trasera de la cafetería diciéndole a la otra compañera. —que hasta ahora no he visto—, que la sustituya. La pierdo cuando entra por el pasillo y decido marcharme después de que la otra camarera coja mi dinero y le haya dicho que se quedé con las vueltas.
Sabía que sería una estupidez.
Pero yo soy Riley Steele, ¿verdad? Y nunca me rindo tan fácilmente. Saco el móvil del bolsillo cuando salgo de Bob's y entro en su chat. El último mensaje es la foto que le mandé, hasta ahora que le empiezo a escribir un mensaje y sin pensar, se lo envío.
Yo: Sirenita, mañana no hagas planes. Quiero llevarte a un sitio antes de marcharme 😉
La respuesta no tarda en llegar:
Sirenita: Eres un pesado, Chico Disney.
🎧🎧🎧
Todo tiene más sentido cuando te miro.
Tu camisa manchada
Tu mirada asesina cuando tendí mi mano
Y las ganas de
saber más de ti que de mí
porque
ahora siento que estoy...
perdidamente enamorado
Arrugo el trozo de papel porque no me convence lo que he escrito, pero no tarda mucho arrugado cuando vuelvo a desdoblarlo para leerlo de nuevo. No hay que ser muy listo para averiguar de quien va la letra, pues desde ayer cuando la invité a la gira hasta hoy por la mañana no he dejado de pensar nuevamente en la sirenita. Volviendo a la nueva estrofa de una nueva canción que he estado haciendo nada más levantarme, —ya que no podía dormir—, decido no tirarla y la termino guardando, un poco arrugada, dentro de mi cuaderno de canciones.
Estaba deseando que fuese la tarde para llevar a Mane al sitio que le dije ayer que quería llevarla antes de seguir con la gira. Tampoco es que sea nada del otro mundo, pero creo que le puede llegar a gustar y, en ese momento, recuerdo que necesito preguntarle algo a su amigo, así que abro Instagram y entro en el chat de Noah que ya lo he usado muchas veces para preguntarlo por cosas que le gusten a Mane y cuando necesité su ayuda la otra vez que quedamos en el centro comercial.
Sonrío al recordar su cara de asombro al descubrir que su amigo la había engañado para llevarla conmigo.
@el_guapo_Noah: espero sea importante, guapetón. Estaba en una sesión de zumba mañanera.
Madre que personaje de hombre. Tengo que evitar no reírme, pues mis compañeros siguen durmiendo y además, sigo en la misma habitación donde Seth está a pocos pasos de mí, miro hacia atrás para comprobar que sigue durmiendo, con la boca entreabierta.
Me dispongo a ser muy directo y no irme por las ramas:
@steele_neverland: dime cuales son los dulces favoritos de la sirenita, rubio. O al menos, que le gusta.
@el_guapo_Noah: ¿para? Bueno, da igual, no me interesa.
@el_guapo_Noah: su debilidad son los Kínder Bueno, aunque eso ya lo sabrás por la cita del centro comercial, ¿no? Me lo ha contado. También le encantan los Reese's y la Nutella, aunque eso no lo entiendo si todos saben que es mejor la Nocilla.
Me imagino ahora mismo a un rubito discutiendo consigo mismo sobre que es mejor, si la Nutella o la Nocilla, cosa que me hace gracia, pero no puedo reírme para no despertar a Seth. Miro el reloj antes de contestarle: ocho y media de la mañana. Le contesto un último mensaje antes para agradecerle y este no tarda en volver a responderme rápidamente con alguna palabra depravada y ya empiezo a acostumbrarme.
@el_guapo_Noah: De nada, guapetón 😉 Espero que me la traigas sana y viva y sin hacerme tío.
Cortamos el chat, yo con las ganas de reírme a punto de estallar del cuerpo, pero consigo aguantarme. Durante toda la mañana hasta que estos se despiertan, yo me dedico a escribir canciones y poco más.
—Entonces... ¿Dónde vamos esta vez?
Saco una media sonrisa al escuchar por cuarta vez su pregunta. Hace como media hora que he pasado a recogerla a su casa, aunque yo la he esperado en frente de la puerta y, cuando la he visto salir con el crop top de crochet blanco y unos vaqueros azul marino-ajustados, me he quedado mudo y hasta que no ha entrado al coche no he podido recuperar le habla; iba preciosa. Atada a la cintura, una cazadora de cuero negra y unas converses blancas.
Oigo que suspira y por el rabillo del ojos puedo ver como se cruza de brazos mirando por la ventana, rindiéndose a recibir respuestas. En la radio empieza a sonar I gotta Feeling de los Black eyes peas y parece que no soy el único que los está escuchando ahora mismo, porque de pronto, esta suelta algo que no me esperaba que fuera a soltar:
—Me he dado cuenta que, cada vez que monto en tu coche sale esta canción en la radio, ¿tú no? —adoro que ya no se sienta tan incomoda conmigo, pues eso solo significa que ya no le caigo tan mal, ¿Verdad?
Le respondo lo siguiente sin pensar y porque me sale de dentro:
—Tienes razón, pues hacemos esto —le propongo apartando unos segundos la mirada de la carretera para centrarla en ella y luego volver adelante —: Será nuestra canción.
—¿Nuestra canción?
—Si, ya sabes, la canción que nos represente a los dos juntos —veo que se lo piensa, pero la respuesta no llega nunca y en su lugar, por primera vez la veo sonreír disimuladamente mientras mueve los labios cantando sin sonido.
Durante el tiempo que dura el trayecto, permanecemos en silencio, pero un silencio cómodo que se sienta bien y sin que se dé cuenta, también voy mirándola de reojo. Y tocándola la mano cuando voy a cambiar de marchas para luego decir que ha sido sin querer, aunque yo sé que no.
🎧🎧🎧
Corro con ella en mi hombro como si fuese un saco de patatas mientras escucho como me suplica que la baje y dándome en la espalda cada vez que me río fuerte. Sin embargo, la ignoro y sigo corriendo, vengándome por haberme manchado de chocolate en la nariz.
—¡Steele! ¡Bájame! —vuelve a gritar, llamando la atención de algunas personas que por ahí pasan. Cuando le digo que se disculpe y así bajarla, esta se niega diciendo muy firme lo siguiente —: Nunca.
No hace falta ver su cara cuando le suelto que me apetece volver a la playa y tirarla al agua cuando empieza a patalear y darme en la espalda a la vez que niega a que lo haga. Porque sí, la "cita" simplemente había sido un picnic en la playa con todos sus dulces favoritos que su mejor amigo me había dicho por Instagram y al ver todo aquello, sus ojos se habían abierto de asombro, sobre todo cuando vio los Kínder Bueno.
—Vale, ¡perdón, perdón! ¡Bájame ya, Steele!
—Así me gusta, sirenita —sin embargo, no la bajo hasta que llegamos a donde está el Mustang y la dejo apoyada en el capó. Empieza a anochecer, pero no quiero mirar la hora porque ahora mismo lo más valioso y bonito es la chica que tengo delante de mí mirando hacia el horizonte sin ser consciente de mi mirada, hasta que siente mi mano apartando un mechón de su cara —¿sabes? Esta luz te sienta muy bien.
La luz que provoca el atardecer le da de lleno en una porción del rostro haciendo que le favorezca demasiado para mi gusto. Puedo notar que se ha sonrojado al escuchar mis palabras cosa que me hace sonreír.
Nos quedamos mirándonos sin decir nada. Solo el silencio entre nosotros y el ruido del viento que empieza a hacer ahora. Tengo muchas ganas de besarla, sin embargo, no quiero alejarla con ese gesto. Me encuentro entre sus piernas y de momento, no me ha separado; quizá no se ha dado cuenta. Mi mano sigue en su mejilla y tampoco la aparta.
—No ha estado tan mal —rompe el silencio hablando del picnic.
—Pues yo siento que falta algo para hacerlo mejor, sirenita.
Sé que me ha entendido, pero siento que se hace la «que no lo sabe» y mira hacia otro lado. El atardecer ha desaparecido hace un rato, pero no me importa porque solo la veo a ella. En ese instante, vuelve la vista hacia mí y sin esperarlo, junta sus labios a los míos, rodeando mi cuello con sus brazos.
La sigo sin pensar el beso y disfrutamos hasta que parece volver a la realidad, y se separa con culpabilidad en el rostro. No digo nada y le ofrezco llevarla a casa de vuelta. Agradece mi cambio de tema cuando subimos al coche para irnos.
🎧🎧🎧
¡Malditos periodistas!
Quiero lanzar mi móvil lejos de mi vista cuando he visto las fotos que nos hicieron ayer a Mane y a mí, pero Aaron parece leerme la mente y me lo quita antes de que lo haga. El titular es nada más ni menos que: «¿romance a la vista?». Quiero llamar a Mane para saber si ella también lo ha visto, pero los chicos me han recomendado no hacerlo al menos hasta que no sea ella la que me escriba... si es que lo hace después de esto.
Ya es por la tarde y la noticia la vi nada más levantarme cuando Aaron entró en mi habitación despertándome.
Voy a mi armario mientras me quito al mismo tiempo la camiseta que llevo en ese momento para ponerme otra. Ni siquiera pienso mucho y cojo la primera que veo que es una de color negra básica y me la pongo sin más tardar justo cuando el timbre del estudio suena y más tarde, la voz de Ian gritando mi nombre para que vaya. Sin entender, salgo del cuarto y, —ya que el estudio no es muy grande—, no hace falta que de más de tres pasos para ver quien hay en la entrada. Ian se aparta del todo haciendo que vea mucho mejor a Mane allí quieta, o intentando estarlo porque vuelve a estar como la otra noche que vino: borracha.
En cuanto mi compañero me siente cerca de él se aleja dejándonos a solas para meterse al salón con los demás. Mane apenas se mantiene en pie, lleva un top blanco sin tirantes muy corto y unos vaqueros ajustados con rotos en las rodillas y unos botines altos. Cuán veo que casi se cae, la rodeo por la cintura para ayudarla a que entré entretanto la oigo decir cosas sin sentido por lo bajini.
—Tuuú tienesss la culpa —dice arrastrando las palabras. La siento en el sitio de Aaron cuando esté se levanta para ayudarme —Jaxon me ha dejadoooo por tú culpaaa.
—Lo siento, sirenita.
No miento. Lo siento de verdad, pues sé que por su culpa su novio o lo que fuera, la ha dejado y es lo último que yo quería. No parece estar al tanto de que no nos encontramos solos y que mis compañeros están viendo y escuchando todo lo que suelta, pero no la culpa pues se ve que lleva una buena cogorza; otra cosa con la que me siento culpable. Debe haber salido con sus amigos lo más probable.
—¿Sabesss? Puede que mi vidaaa no sea la mejorrr, pero a mí me valía —con una mirada les digo a los demás que nos dejen solos y aunque Seth me mira como diciendo que no, al final acaba cediendo, refunfuñando gracias a Aaron que se lo lleva a la cocina —Esss un asco de vida, pero esss mi vida y ahora hass tenido que llegar y joderlo todooo.
—No sé de qué hablas, sirenita, pero no creo que tú vida sea tan mala.
Una especie de bufido que creo que quería ser una risa, sale de su garganta. De un momento a otro, Mane se inclina hacia delante como si quisiera vomitar y los demás salen de la cocina al escucharlo. Sin más tardar, la levanto de allí y la conduzco hasta el cuarto de baño donde posteriormente la siento en el suelo y no tarda nada en echar todo el alcohol al inodoro. Aunque su pelo no es largo y no tiene peligro de ensuciarse, decido recogérselo con las manos para que se sienta mucho mejor.
Cuando termina, apoya su mejilla en la taza que ha bajado antes y nuestros ojos se encuentran en ese pequeño segundo. No puedo evitar estirar el brazo para apartarla el pelo y ver como una media sonrisa le asoma en el rostro que se me contagia a mí también. Le digo que se quede ahí quieta unos segundos para coger una toalla, mojarla y volver a sentarme con ella. Con cuidado y sin que se lo espere, la coloco tumbada con la cabeza en mis piernas estiradas y le mojo sienes con la toalla para que se refresque.
—Qué vergüenza, idiota.
Sonrío.
Poco a poco va estando cada vez más sobria, lo que me tranquiliza. Estar en aquella posición me recuerda a Jupiter la noche en que la encontré en el suelo con cortes y me hace pensar en que haría si a Mane la sucediera algo, porque tengo claro que se ha convertido en una parte importante de mí. Compruebo que sigue despierta, efectivamente.
La respondo:
—Bueno, ya te has caído delante de mí y no es la primera vez que te presentas borracha, pero... —me detengo antes de continuar. Esta se levanta un poco para mirarme seria por recordar todos esos momentos bochornosos para ella, pero continuo hablando —... pero siempre estaré para cuidarte, sirenita.
—Al final no iré a verle jugar, hemos decidido darnos un tiempo.
Habla de Jaxon. Le pregunto si se ha enfadado mucho al ver nuestras fotos después de disculparme con ella y jurarle que no he tenido nada que ver y que han sido los estúpidos paparazis. No obstante, cuando me dice que no se ha enfadado, me deja atónito y me cuenta toda la conversación. Noto que la toalla ya ha se está calentando, así que la quito dejándola sobre la taza del váter y después de esa conversación de su ruptura, le hago la misma pregunta que le hice en Bob's sobre venir conmigo de gira, cosa que hace que se levante de mis piernas y me mire.
—Estás loco —me objeta y yo sonrío, o más bien me río.
—Me haría ilusión que vinieras.
Observo sus facciones cuando piensa. Arruga una de las comisuras del labio lo que le da un toque aniñado. Creyendo que me va a volver a rechazar, su respuesta me coge desprevenido al escuchar una afirmación por su parte. Pero antes de que pueda contestarla, esta me señala con el índice y me da la condición de que vaya con sus amigos, a lo que acepto sin rechistar y tiro de ella para abrazarla como un niño pequeño.
Mane se ríe por mi actitud y cuando nos separamos, sin querer la beso, pero me separo lo más rápido posible pidiéndola perdón. Esta sonríe de lado y me besa esta vez ella a mí.
Al separarnos, la sirenita me formula una pregunta que me deja sorprendido:
—¿Puedo dormir aquí? —quiero preguntarle el motivo, pero no creo que me lo diga y lo sé, porque cuando estoy a punto de hacerlo después de decirle que sí, esta me calla y me cambia de tema —Solo... no quiero volver de noche a casa.
Se que está mintiendo, pero prefiero no insistir más pues no quiero que se enfade ni nada y sin que se lo vea venir, la levanto en volandas del suelo y salgo del baño con los demás mirándonos como si estuviésemos locos.
Pero ya lo veis: ella me vuelve loco.
Hola Lovers! Por fin nueva actualización de nuestros queridos Riley y Mane y encima... ¡cuatro actualizaciones! Se lo mucho que habéis esperado para seguir leyendo la historia y he querido haceros esta doble actualización para que perdonéis la demora. Espero que disfrutéis el capítulo tanto como yo de escribirlo y os recomiendo que tengáis pañuelos al lado porque lloraréis con el final. Y por favor, votad, comentad y compartir para que la historia llegue a más personas y así, ayudarme a crecer en .
Os recuerdo para los que nuevos que me sigan y lean, que por fi tenemos nombre del fandom: Lovers. Y que también, hay un grupo tanto en wasap y Telegram sobre mis historias para fangirlear, hablar y comentar los capítulos; y bueno, para subiros cosas ahí y las veáis antes de tiempo
Instagram: carlusky_01 y sagaalover (wattpad)
Preguntas: ¿Qué os ha parecido? ¿sabéis quienes son las chicas que aparecen de cameo en Bob's?
DEDICATORIAS
cristinazg_, Itsmariabox, AdictaAlChicoDelPan, NaykarenCorreaRodrg2, SeirMayantigo, HouSara, Titania2408, Paattri20, una-scrittore, WattpadEspanol, WattpadRomanceES, Belenove, MakaAlbrann, LunaSeraph
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro