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𝟚𝟙🎶



Capítulo 21| Giras y 4 entradas gratis

Riley


Mañana tenemos el primer concierto después de mucho tiempo sin hacer ninguno. Ian se ríe cuando pierdo por decima vez la partida que estamos echando en la Play y yo dejo el mando sobre la mesita para después, apoyarme en el sofá, medio tumbado. Hace hora y media que hemos llegado de la cafetería y sonrío al recordar que la sirenita ha aceptado mi invitación para volver a quedar. Aun no olvido el día que vino al hospital donde se encontraba mi hermana y, aunque quise que se quedara para que la viera, aunque fuese dormida, era consciente de que estaba sintiéndose incomoda y más, con mi viejo, que seguro le habría mirado mal al aparecer con el uniforme. Por cierto, Jupiter ya está mucho mejor y en casa. Le dieron el alta al siguiente día, pues los médicos y nosotros, vimos bien que se quedará en observación un día más por si volvía a tener algún ataque que implicara autolesionarse de nuevo. ¡Joder! Aun sigo sin explicarme porque le ha dado por cortarse y temo que vuelva a hacerlo.

—¿Qué piensas, tío? —pregunta Ian dejando su mando junto al mío para ponerse cómodo en el sofá.

—En mi hermana.

—Jupiter es una guerrera, tío. Seguro que en unos días será la misma niña de siempre —Asiento, esperando que fuese verdad. Recuerdo cuando la llevamos a casa, mi hermana apenas habló en todo el trayecto e iba mirándose las vendas que los médicos la pusieron en las muñecas. Luego, se fue a su habitación sin decir nada. —Venga, tío. Además, seguro que, si bailo con ella, se pone mejor.

Nos reímos. La verdad es que, aunque Ian parezca un tipo duro y frío, no lo demuestra con mi hermana. Creo que Jupiter ha conseguido tocarle la fibra sensible a este cabezón. En ese instante, entran al salón Aaron seguido de Seth y se sientan con nosotros. Este último, en el suelo con las piernas cruzadas.

—No entiendo como le puedes gustar tú y no yo; su propio hermano.

—Tío, ¿me has visto? Estoy buenísimo —Todos nos reímos. Le doy con el puño en el brazo por ser tan creído, aunque sé que lo hace de broma. Dejamos de reírnos y este me pregunta lo siguiente —: Entonces... ¿Dónde la vas a llevar esta vez? Se va a cansar de ti, tío.

—Es una sorpresa.

Para que no sigan preguntando, me levanto de allí y entro en mi cuarto, —compartido con Seth—, escuchando la risa de ellos tres a mis espaldas. Cuando cierro la puerta, esta desaparece y yo me siento en mi escritorio para intentar componer algo. Sin embargo, acabo dibujando en lugar de componer. No sé, siempre me ha gustado dibujar además de escribir canciones, ya que, tanto en las canciones como en los dibujos, puedes plasmar las emociones y los sentimientos. Tengo claro que, si no hubiera conocido a los chicos y no existiera NeverLand, me hubiera dedicado a ser dibujante y, obviamente, mi padre tampoco lo hubiera aceptado. Mi padre solo sería feliz si ahora mismo le dijera que quiero seguir sus pasos y trabajar en su empresa de abogados.

No tengo ni la mayor idea de lo que estoy dibujando. Mis manos van por si solas llevando el bolígrafo por el cuaderno de canciones. Solo cuando lo acabo, me doy cuenta de lo que he dibujado y una sonrisa me asoma el rostro: Mane como si estuviese nadando. ¿Habrá tirado la servilleta que la dejé en el trabajo la otra vez? Seguro que sí, pero me divertí mucho haciendo aquel dibujo de una sirena; y sí, lo dejé a propósito para ella. Alzo la vista del papel cuando siento que alguien ha entrado en el cuarto y veo a Seth tirándose en su cama, bocabajo.

Me pongo mirándolo a él, sentado. No se mueve y, si no fuese porque veo que respira, pensaría que está muerto. Hago alguna que otra broma sobre su estado haciendo que este mismo me saque el dedo sin levantar la cara de la almohada. No obstante, poniéndome serio, le pregunto qué ha pasado. Cuando me oye haciéndole esa pregunta, Seth se sienta contra el cabecero de su cama y se enciende otro cigarro que ha sacado del bolsillo. En pocos segundos, la habitación empieza a apestar a nicotina a más no poder.

—Mi hermana me ha mandado un mensaje diciendo que viene de visita —Sigo sin entender que tiene de malo que su hermana melliza quiera verle. Lo único que todos sabemos sobre Seth, es que, desde muy pequeño fue adoptado junto a su melliza; nada más ha contado.

—¿Qué tiene de malo? —Me atrevo a preguntar. 

Este me mira con una ceja enarcada y vuelve a centrarse en su cigarro. Aspira y suelta lentamente el humo para seguir hablando:

—No hay nada malo, tío. Quiero a mi hermana, pero... —¿Pero? Es la primera vez que mi compañero de banda se abre tanto con algo de su vida privada. Espero a que continúe explicándose —... No sé. Mackenzie es tan... distinta a mí. Ella ha triunfado y solo tiene 21 años. Además, seguro que, si quiere venir aquí, es porque tiene otras intenciones respecto a mí; me echará el mismo sermón de siempre de que deje el tabaco o mierdas de esas que no pienso contarte.

—Oh, venga, no me dejes con la intriga.

Este me tira una zapatilla que logro esquivar haciendo que esta de contra la pared provocando ruido. En ese momento, entra Ian con su cara de pocos amigos y nos hecha una regañina como si fuésemos sus hijos rebeldes. No tarda mucho en volver a salir, cerrando la puerta y Seth y yo, nos echamos unas miradas intentando aguantarnos la risa. 

Yo, susurro diciendo lo siguiente:

—A ver si tenemos más cuidado, harás que salga la bestia —Este se ríe en bajo por el mote que le tenemos puesto a Ian, y es que siempre esta tan serio, que parece que no sabe reírse nunca. Digo "parece", porque solo nosotros le hemos visto reírse alguna que otra vez.

—Tenías que haberte quedado quieto.

—Si, hombre, para que me des con la zapatilla —Le saco el dedo y en ese momento, su teléfono empieza a sonar.

Seth lo saca de su bolsillo y cuando ve el nombre, suelta un resoplido, descolgando y llevándose el aparato a la oreja. Cuando dice el nombre de su hermana, dejamos la conversación y este me comenta que saldrá del estudio para hablar.

—Mackenzie.

Yo, vuelvo a ponerme mirando a la pared y cuando bajo la vista a la mesa, sonrío al mirar el dibujo. Lo guardo entre las hojas y agarro el teléfono móvil para meterme en su perfil. En la primera foto que veo con sus amigos, rezo porque los haya mencionado, y grito por dentro al ver que sí. Toco el usuario del rubio y por suerte, es pública su cuenta; me hace gracia su nombre de usuario: @el_guapo_Noah.

Me voy a sus mensajes directos y le escribo, pues lo que le tengo preparado a la sirenita, para eso, necesitaré ayuda de su amigo. Sonrío mientras espero que me responda.


Rain me cuenta algo gracioso, pero yo solo puedo pensar en lo que tengo planeado para mi siguiente quedada con la sirenita. Debo reconocer que, si no fuera porque Noah va a ayudarme, no podría hacerlo. A ver, aún no tenía claro cuándo va a ser, además, que a partir de mañana empiezan nuestros conciertos y la dije que le diría cuando lo tenía libre para que ella fuese quien escogiese el día. Rain ha llegado hace una hora al estudio y todos hemos decidido ir a dar una vuelta.

Esta sacude la mano frente a mí, haciéndome reaccionar:

—Capullo... ¿hay alguien en casa? —Sonrío a la vez que ruedo los ojos cuando esta golpea mi frente como si llamara a una puerta —Vaya, estas muy empanado.

—¿Este? Espérate que no esté pensando en su sirenita —Se mete Aaron y todos se echan a reír.

—Así que ya me has sido infiel, ¿eh? Vaya folla-amigo que tengo.

Los señores que pasan por al lado nuestro, se giran para mirar a Rain con una cara de mala impresión por lo que ha dicho, y es que, no es que estuviese hablando bajo como ella cree. Ahora que he conocido a Noah y veo a Rain, son muy parecidos en cuanto personalidad. Los dos sin ninguna vergüenza por lo que dicen o no dicen, no les importa hacer el ridículo, e incluso si tienen que saltar a malas, lo hacen. Como si me leyese la mente, Rain sigue hablando, pero esta vez sobre Mane:

—¿Es la chica esa de la cafetería? —Asiento. Luego, lo siguiente que dice, me hace saltar en carcajadas —Pues su amigo me cayó muy bien. Es mi versión masculina.

—La verdad es que, eso es lo que estaba pensando hace un rato.

—Bueno, es que puedo leer mentes, capullo —bromea y se lleva las manos a las sienes haciendo como si estuviese leyendo la mente de alguien que tengo detrás —Ese joven de ahí está pensando en que le hace falta un buen polvo.

Aaron casi escupe su refresco cuando esta dice aquello y nos mira a los dos. A continuación, se gira para ver al chico del que se refiere y vuelve a su posición. Agarro una servilleta del servilletero del local al que hemos entrado mientras escucho la conversación de estos dos sobre el tío que "supuestamente" está pensando en echar un polvo, según Rain. Ian y Seth aparecen desde donde quiera que hayan venido, (supongo que de la barra), porque cada uno viene con un refresco; bueno, Ian lleva una cerveza como al llegar.

—Lo que quieras, pero yo ahora mismo pienso quitarle ese pensamiento de la cabeza.

Veo que Rain se levanta, se termina su Coca-Cola light y antes de que se vaya, yo la detengo diciendo lo siguiente en broma, como hace ella: 

—¿Me vas a cambiar por otro, capulla? Que mal me quieres.

—Pues como tú, capullo.

—Anda, vete. ¡Pero no le molestes mucho! —exclamo medio gritando cuando ya se ha ido hacia atrás, y conociéndola, sé que me habrá sacado el dedo sin tener que darme la vuelta para verlo.

No pasa más de cinco minutos, cuando la voz de Ian diciendo lo siguiente mientras mira y señala la dirección por donde se ha ido Rain, me hace voltearme. Efectivamente, tal como ha dicho este, Rain ha desaparecido con el chico.

—Se le da bastante bien ligarse a quien quiera —comenta ahora Seth justo cuando yo me recoloco de nuevo, mirándole —Colega, me da a mí que ya te ha cambiado.

—Él solo tiene ojos para otra persona, ¿verdad?

Aaron me golpea el hombre al decir eso. Los tres se ríen, —de broma—, y, fingiendo estar molesto, les digo que nos vayamos de una vez, levantándome sin darles tiempo a ellos.

 🎧🎧🎧

—¡Buenas noches, Nueva York!

Las fans que presencian el concierto gritan cuando la voz de Ian suena por los altavoces. Eran las 21:30 de la noche y ya estábamos en el primer concierto de nuestra gira. Ian habla un poco con el micrófono para presentar la siguiente canción y, cuando dice el título, empieza el concierto. Doy el ritmo con la batería y luego Seth y Aaron con sus guitarras. Ian comienza a cantar los primeros acordes de la primera canción que hemos decidido usar como índice: Falling for you.

El concierto es en Manhattan y la verdad, siempre me sorprende la cantidad de gente que viene a vernos. No obstante, yo solo me concentro en la batería al mismo tiempo que con la mirada, intento encontrar a la sirenita. Nada. No la veo por ninguna parte y es bastante raro, pues creía que, al ser fan nuestra, no se perdería ningún concierto.

Varias canciones después, el concierto está por terminar. Todos entramos en el camerino para beber un poco de agua e Ian se cambia la camiseta sudada por una más seca. Todos hacemos exactamente lo mismo. Mientras estoy bebiendo agua, Aaron se me acerca y me da un codazo suave con una sonrisilla en el rostro. 

—Llevas todo el concierto mirando a todos lados —Ruedo los ojos. Cojo las baquetas y me las guardo en el bolsillo trasero del pantalón. —¿a quién buscabas?

—Ya lo sabes, gilipollas.

No le da tiempo a decir nada más, cuando Ian nos mira fulminante y nos avisa que tenemos que salir ya.

—Esta es nuestra última canción de la noche —Todas las fans gritan de tristeza cuando Ian dice aquello por el micrófono. De repente, los tres nos reímos cuando a Ian le cae al escenario lo que parece ser un sujetador blanco y al cogerlo, de nuevo, el vitoreo de las personas —Creo que alguien ha perdido un sujetador.

Se lo toma en broma, lo que hace que todos riamos. Sujeta bien el micrófono y pregunta junto al micrófono en sus labios, de quien es. Vemos un brazo levantándose. No, no es Mane (además de que ella no sería tan loca como para hacer eso). Ian, con gestos, pide a nuestros hombres de seguridad un boli y estos, se lo traen; sube solo uno para tenderle un rotulador negro. Pone el micrófono entre su axila y firma aquel extraño regalo, para luego, alzar el brazo con este en la mano y soltar lo siguiente:

—Es la cosa más extraña que me han lazado —Lo lanza lo suficientemente fuerte para que llegue a la dueña (lo consigue) y esta chilla —Y ahora... nuestro baterista —Me señala —Ha compuesto la última canción pensando en sus hermanos. No soy de esos que quieren tan fácilmente, pero esos chiquillos, lo han logrado.

Una oleada de "aww" de las personas, se oye en el lugar del concierto. Ian comenta varias cosas más, entre ellas el título que le puse a la canción de mis hermanos, —la dejamos para la última— y que es: Cookieman. Si, el nombre es ridículo, pero cuando la estaba componiendo, al no saber que nombre darle, me acordé que mis hermanos se inventaron un cuento sobre un hombre que lanzaba galletas cuando eran más pequeños y... no pude no ponerle ese título.

—Por cierto, esos niños están aquí y ahora —dice, por último, porque sí, mis hermanos siempre tienen entradas reservadas y cuando los hace subir, estos lo hacen. Jupiter va directamente a Ian como no —Jupiter y Acer.

Después de ponerles dos taburetes a mis hermanos y que estén sentados en medio del escenario, yo doy el ritmo para que empiece la canción. Me siguen Aaron y el pelirrojo y, por último, la voz de Ian; a veces, junto a la de Jupiter mientras que Acer bailaba al lado, porque este no quería estar sentado.

Ver a Jupiter ya recuperada me hace sentir muchísimo mejor. Y más, cuando se ríe mientras canta.

 🎧🎧🎧

Sirenita: No sé porque te tuve que llamar. Ahora mismo no tendrías mi número, por cierto, ¿no se te rompió el móvil?

Sonrío al ver que la sirenita me ha respondido al mensaje. Le estoy contando que este finde tenemos un pequeño descanso antes de irnos al siguiente lugar donde es el siguiente concierto. Mañana es el último concierto aquí en Nueva york, pues la semana que viene viajamos a Canadá para el próximo concierto y el mes que viene, volamos a Latinoamérica.

Le escribo una breve respuesta, pero con alguna de mis bromas:

Yo: Hace unos días me compré un móvil nuevo, sirenita, además, soy bueno recordando los números de las personas que me importan 😉 Entonces... ¿Qué día prefieres para nuestra segunda cita, Madame?

Sirenita: Lo primero, no es una cita y lo segundo, como Noah se entere que has usado su apodo, te mata.

No puedo evitar carcajearme al leer su mensaje. Si, había utilizado el apodo por el cual le suele llamar su amigo cuando no la llama "zorra", aunque claro, yo ese nunca lo voy a usar. Vuelvo a concentrarme en el móvil cuando atino a escuchar que me ha escrito otro mensaje.

Sirenita: El sábado a Noah se le ha antojado ir al centro comercial, así que tendrás que esperar hasta el domingo, idiota.

En realidad, he sido yo quien le dijo a Noah que le insistiera para quedar el sábado, pues no puedo aguantarme hasta más tarde para quedar con ella. Además, lo que tengo planeado, es más bien en el centro comercial. Finjo que me parece bien y acepto que sea el domingo, aunque seguramente el sábado, nos veamos en persona.

Yo: Pues el domingo será nuestra próxima cita, sirenita.

Sirenita: ¡¡que no es una cita, idiota!!

Yo: Hasta el domingo, preciosa. 😉❤️

Sirenita: Pesado. 

Dejo el teléfono sobre la mesilla que separa la cama de Seth y la mía y me levanto de allí para ir hacia al cuarto de baño. No tardo mucho, pues solo he ido a lavarme la cara, y entro a la cocina. Abro la nevera para sacar de esta una Coca-Cola y la cierro de nuevo. El gas suena cuando abro la lata. Doy el primer sorbo justo a la vez que entra Aaron para dejar su taza en el fregadero. Estamos a jueves y ayer ya tuvimos el segundo concierto aquí en Nueva York y estamos exhaustos. Este se apoya en la encimera, frente a mí. Doy otro sorbo justo cuando este, sonríe de manera divertida y dice:

—Entonces... ¿ya tienes pensado donde llevarla? Te va a odiar al final —Se que eso último lo dice para meterse conmigo. Le saco el dedo como respuesta.

—Ya os he dicho que no pienso deciros nada, que luego me dais mala suerte.

Dejo la lata a mi lado, sobre la encimera y me apoyo con las manos en esta misma sin dejar de mirarle. Los primeros minutos intenta sacarme algo sobre dónde voy a llevar a Mane con alguna risotada de por medio, sin embargo, acabamos hablando de los próximos conciertos y de la gira en general. Mañana es nuestro último concierto en esta ciudad, así que pienso disfrutarla antes de que llegue el lunes y tengamos que partir a Canadá.

Pensando en la gira, debo reconocer que echaré de menos a la sirenita durante los meses que no esté en nueva york... Un zarandeo en el brazo me hace volver a la realidad dándome cuenta de que ahora Aaron se encuentra a mi lado en lugar de enfrente.

—Imposible hablar contigo —se burla este. Pone una mano sobre mi hombro y yo le miro con una ceja alzada —Tu mente siempre está en otra parte, o más bien, en otra persona.

—Cállate.

Me termino la Coca-Cola y la tiro a la basura para salir de la cocina seguido por este. Me siento en el sofá junto a Seth que juega a la play mientras que Ian se entretiene con su teléfono mirando a saber qué. No estoy mucho tiempo ahí sentado, cuando a mi cabeza se me viene algo y voy rápido a mi habitación a por una chaqueta para salir. Estos me miran cuando me ven salir con un sobre blanco que guardo en el bolsillo y me despido de estos.


Bob's no está muy lleno esta noche.

Sonrío al ver que la sirenita se encuentra fregando el suelo del local y no es consciente de mi llegada ni siquiera cuando abro la puerta. Cuando paso por su lado, Noah sí que me ha visto, aprovecho que esta de espaldas concentrada en fregar el suelo para picarle por las costillas con el dedo provocando que de un pequeño saltito que me hace bastante gracia. Se gira para mirarme y me fulmina con la mirada. Pero, en lugar de decirme nada, continua con lo que está haciendo.

Sirenita, soy un cliente, debes atenderme —Cuando no recibo contestación y sé que lo hace aposta, me acerco a ella y le cojo la fregona sin que se lo vea venir.

—¿Qué narices haces?

—Te ayudo —Esta niega y me vuelve a quitar la fregona —Me gustaría pedir un batido de chocolate de esos que me haces tú, sirenita.

—Pídeselo a Noah, idiota. ¿No ves que yo estoy ocupada?

—Vale, no te molestaré, esperaré a que termines —Puedo oír que suspira cuando yo voy hacia la barra donde se encuentra Noah observando todo como el cotilla que ahora sé que es. 

Unos minutos después, esta vuelve por fin al mostrador cuando yo estoy hablando con su amigo de cosas sin importancia la verdad. Noah, con alguna mirada asesina de su amiga, se va a atender a otra mesa para dejarnos solos. Bebo de mi batido, porque sí, al final me lo puso su amigo, sin dejar de mirarla. Limpia el mostrador con una bayeta ausente a todo. Le hablo de que no la vi en los conciertos de Nueva York y su respuesta me suena como si mintiera, pero no quiero pensar en eso.

—¿Vas a venir al último, sirenita? Me gustaría verte por ahí.

Un halo de tristeza le asoma el rostro, pero lo hace desaparecer tan rápido que es como si no hubiera estado ahí nunca. Seguramente se piense que no lo he llegado a notar, pues responde lo mismo que con los dos conciertos primeros:

—El trabajo me impide ir a los conciertos, idiota. No he tenido tiempo de comprar las entradas —miente y no me preguntéis como lo sé, pero es lo que puedo leer en su rostro —¿Has terminado? Estamos a punto de cerrar. 

Miro a mi alrededor y veo que, efectivamente, solo quedan dos mesas y una de estas, ya se está levantando para irse. La otra sigue ahí tan a gusto. El rubio se encuentra en la puerta cambiando el cartel de abierto por cerrado y, acto seguido, vuelve a nosotros.

Saco la tarjeta de la cartera y esta me pasa la máquina para que pague. Cuando esta todo correcto, le tiendo el vaso del batido y puedo notar como sus dedos rozan los míos, pero no tardan en apartarse, cuando esta es la primera en quitar la mano con velocidad. Cuando me levanto, Mane se aleja y yo aprovecho para dejar el sobre blanco con cuatro entradas debajo de la máquina de tarjetas que se ha dejado allí encima del mostrador. Acto seguido, me marcho despidiéndome de los dos y, aunque esta hace lo posible para aparentar que no me ha despedido, he visto su sonrisa antes de decir adiós al igual que su amigo.

 🎧🎧🎧

 Último concierto aquí en Nueva York.

Mi mirada pasa por todos los rincones del lugar entre la multitud para ver si la encuentro, deseando que haya utilizado las entradas que le dejé escondidas. En mi cabeza pienso que seguro ni las ha querido usar, pues por lo poco que la conozco, ya se lo cabezota que puede ser. Sin embargo, para mi sorpresa, cuando mis ojos se posan en una castaña de pelo corto que reconozco muy bien, sonrío.

"¡Ha venido!", grito para mí sin saber porque me ha emocionado tanto verla.

A su lado se encuentraNoah y a su otro lado, Soph. Le di cuatro entradas, así que supongo que debeestar la cuarta persona junto a ella y para otra sorpresa, la misma señora queconocí en un restaurante chino, —Rosa—, está con ellos; sé que va con ella,porque ahora mismo están hablando hasta que el concierto empiece. Como si sintiera que alguien la está observando, busca la causa de ese sentimiento, y nuestras miradas se cruzan en pocos segundos. Intento decirle algo solo con los labios, sin sonido:


—Sirenita —No sé si me habrá entendido, pero por su reacción de rodar los ojos y sonreír, lo tomaré como un sí.

Lleva un top negro corto, unos vaqueros del mismo color y una cazadora negra también que se la ha puesto atada a la cintura. Un collar de cuerda le cuelga del cuello y se ha puesto unas gafas de sol redondas y un mini moño sin coger todo el pelo. ¡Dios, está preciosa! Alguien a mis espaldas, me asusta y cuando veo a Ian, este se ríe por mi reacción. 

—¿Vamos? —pregunta y yo asiento, pues comenzamos ya con el último concierto.

Los cuatro salimos al escenario y las fans se ponen a gritar, pero yo solo permanezco con mi mirada en ella y así permanezco todo el concierto disfrutando de verla cantando nuestras canciones. Así que no cantabas, ¿eh, sirenita?

Hola Lovers! Lo prometido es deuda y aquí os traigo nuevo capítulo de Riley y Mane. Espero que lo disfrutéis tanto como yo al escribirlo. Me animaría si votarais, comentarais y compartierais para llegar a más gente :) Y dejar vuestra opinión en los comentarios para saber que os ha parecido. 

Para los nuevos que me sigan y me lean, tengo dos grupos de telegram y Whatsapp donde hablar de mis historias, comentar capítulos, fangirlear y más cosas; si queréis apuntados solo tenéis que pedirme el link por privado o en mi perfil, están. 

Preguntas: Riley le ha regalado cuatro entradas a Mane, ¿crees que es bonito el gesto? ¿Qué tendrá planeado Riley para contactar con Noah 🤔? Personajes hasta ahora y escena favorita. 

DEDICATORIA: 

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