Capitulo 4: Una petición
Sonrió, escuchando las risas, añorando aquel tiempo en que ella era así. Una muchacha inocente que se sonrojaba hablando del amor, de besos y de los hombres. O más bien de un hombre, porque ella solo tenía ojos para un solo hombre. Tomo la sabana que una de las chicas le tendía y comenzó a doblarla.
Le gustaban estos momentos, entre ellas, haciendo la colada, recogiendo la ropa, escuchando chismes y riendo. Estar rodeadas de su felicidad, la ayudaba a olvidar quien era, como era su vida.
-Jannet -al escuchar su nombre, se giro, con la sabana aun entre sus manos. Se sorprendió al verle alli.
-Murdog -siguió doblando la sabana, mirándole -¿Puedo ayudarte en algo?
-Eh, bueno... quería hablar contigo -el miro a las chicas y de nuevo a ella.
-Oh, sí, claro -Jannet se giro y vio a las chicas mirando al visitante, sonriendo y cuchicheando. Les sonrió y entrego la sabana a una de ellas -Disculpadme chicas. -volvió a mirarle a él -Vamos -vio como él le tendía el brazo y paso por su lado rápidamente, tratando de disimular el haber ignorado su gesto. -¿Como esta tu cabeza?
-Bien -el la siguió, alcanzándola y caminando a su lado -Por suerte mi hermana no tiene mucha fuerza. Pero fue un golpe, considerable.
-Debes de tener una cabeza muy dura -ella le miro de reojo y el rio.
-Bastante -la miro divertido y ella volvió a mirar al frente. Caminaron en silencio, durante unos minutos. Finalmente el dejo de caminar y tomo su brazo -Quería...-al ver que ella se aparto rápidamente la miro sorprendido -Lo siento, no quería incomodarte.
-No, es... -ella cerró los ojos unos instante y suspiro, Los abrió y le miro -No me gusta que me toquen.
-Discúlpame -el asintió, aceptando su respuesta, aunque mantenía el ceño fruncido.
-¿Que ibas a decirme? -ella le sonrió brevemente.
-Veras, a mi hermana, a Lachlan y a mí, nos encantaría que asistieras a la boda -el la miro unos segundos -Todos están invitados pero nos gustaría que fuerais nuestra invitada de honor.
-Vuestra invitada de honor -ella frunció el ceño.
-Si -el miro sus manos pero de nuevo la miro a la cara -Gracias a ti esta boda va a llevarse a cabo.
-Sera un placer asistir -ella asintió sonriendo.
-Me gustaría ... -el desvió la vista -Que fuerais mi acompañante.
-Murdog -inclino el rostro a un lado, buscando su mirada -No soy una buena elección.
-Solo quiero agradecerte lo que hiciste -la miro, como hacía tiempo no la miraba nadie. Como si realmente fuera aun aquella mujer, la mujer que había dejado atrás. Siento un nudo en su estomago, anhelo, anhelo de sonrisas, de palabras bonitas, de volar a sentir.
-De acuerdo -vio la sonrisa de él y no pudo evitar sonreír -Seré tu acompañante en la boda.
-Nos vemos entonces -el la miro indeciso, finalmente inclino la cabeza a modo de despedida y se alejo caminando.
Jannet lo observo, mientras se marchaba. Y cerrando los ojos con fuerza se giro, inspiro aire, tratando de recordarse que estaba en casa, pero no lo sentía así. Estaba en su tierra, donde tantos años quiso regresar y sin embargo ahora más que nunca sentía que no tenía lugar, no había un sitio para ella.
Se deslizo suavemente en el suelo y quedo alli sentada, mirando al horizonte.
-Señoritas -Eder miro a las mujeres que caminaban hacia el castillo con cestas con sabanas blancas -¿Saben donde se encuentra Jannet?
-Fue a dar un paseo -una de ellas contesto, pero vio como se miraban unas a otras, como si no estuvieran seguras de decir más.
-Gracias -y el camino en la dirección de la que ellas venían, miraba a su alrededor buscándola y buscando en sí mismo. Buscando las preguntas adecuadas, porque necesitaba respuestas. Suspiro giro el rostro y entonces le vio, caminaba sonriente. Frunció el ceño.
-Laird -Murdog paso junto a él, asintiendo con una sonrisa y siguió su camino. Como un idiota se giro, mirándole marcharse. Entrecerró los ojos, miro hacia la dirección de la que venía y camino a paso firme hacia alli. Y cuando subió la colina la vio, estaba sentada en el suelo, parecía pensar. Camino hacia ella, sin hacer ruido y se paro observando su perfil.
-¿Has venido aquí buscando un marido? -y vio como ella se sobresaltaba.
-¿Que? -se giro y le miro, se incorporo, mirándole como si estuviera loco -¿De que estás hablando?
-Después de todo, no tardaste mucho en acudir a los brazos de otro -el la miro con los ojos entrecerrados -Y se suponía que me amabas. ¿Ahora que tu marido ha muerto buscas un guerrero aquí?
Ella no respondió, simplemente le miro. Se giro y dio varios pasos en la dirección al castillo. Pero en dos zancadas el estaba ante ella, impidiéndole el paso.
-¿Que esperabas Eder? -lo miro a los ojos -¿Que esperabas después de todos estos años? -al ver que el no respondía, sonrió con dolor -¿De verdad? ¡Me echaste como un perro! ¡Despreciaste lo que teníamos! ¡Tu me alejaste de ti! ¡¿Y de verdad querías que apareciera aquí, totalmente inocente para entregarme a ti?! -su rostro se volvió frio -Mírame. ¿Ves algún rastro de aquella chiquilla que te suplico que no la alejaras?
-¿Por que has vuelto? -y el ansiaba que le dijera por él.
-Porque esta es mi tierra y pertenezco a ella -lo miro con rabia -Porque jamás debí marcharme aunque mi Laird -recalco la última palabra -Me lo ordenara. -se aparto de él para marcharse y antes de poder dar un paso, la agarro por los brazos. La tensión se apodero de su cuerpo y se revolvió bruscamente -¡No me toques!
-¡¡Eder!! -Niaj se acerco a prisa a ellos. Pero Eder solo podía mirarla, sorprendido ante su ¿miedo? Había visto miedo en sus ojos, estaba seguro. Sus brazos aun seguían en alto, vacios, mirándola después de que se apartara de el tan bruscamente. -¡¿Que haces?! -Niaj se interpuso en su vista, ante ella.
-¡Tu no te metas! -apretó los puños mirándolo molesto.
-Ya basta -Niaj giro el rostro mirándola a ella -¿Estas bien?
Jannet le miro y asintió, después se giro y se marcho tan deprisa como pudo.
Cuando Eder trato de seguirla, Niaj se interpuso en su camino y lo miro fijamente.
-No -hablo molesto -Déjala.
-¿Estas tratando de conquistarla? -Eder apretó la mandíbula -No permitiré que la toques.
-Nunca trataría de conquistar a la mujer de un amigo -Niaj suspiro -Se que es tuya Eder. Pero esta no es la forma adecuada.
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