—¿Como pasaste tu día? —pregunto Emil al verla llegar a casa.

—¿Se lo preguntas a la yo hija o a la yo estudiante? —Contesto sorpresivamente esta con otra pregunta.

—¿Acaso hay alguna diferencia? —inquirió Emil confundido— ¡te lo pregunto a ti como persona! No quiero que me contestes ni como hija, ni como estudiante ni como ninguna de tus facetas, porque eso es todo lo que son "facetas de ti". Contestame como tu, la tu persona, la tu real.

Una sonrisa afloro en los labios de la de cabello dorado y le transformo las facciones de la cara en un río de felicidad, antes de que Emil pudiera interpretar su reacción estallo en risas y se arrojo a sus brazos.

—¿Sabias que te amo? —dijo entre risillas breves.

—Si, pero me gusta que me lo recuerdes de vez en cuando —contesto Emil y se peino el lacio cabello hacia atrás de un modo casi religioso, eso significaba que estaba complacido. Solía peinarse el pelo hacia tras de forma lenta y pausada solo cuando estaba feliz, o en su defecto: cuando estaba nervioso.

Emil, el hermano mayor de Louisa, vivía en la capital desde hacia poco mas de dos años; de había mudado a penas terminó el bachillerato para iniciar sus estudios universitarios y no había en la su clase estudiante mas aplicado que él. Desde que aprendió a leer supo que quería ser abogado, como su padre y su abuelo, y siguió este sueño con devoción hasta lograr conseguir una beca para la universidad mas prestigiosa de su país muy a pesar de que su madre le rogaba se quedase y estudiara en la universidad estatal como lo habían hecho todos sus tíos hasta ese entonces.

Emil, de nacimiento Emil Aldo Blanco, no era un conformista como sus tíos y por ello pese a los pronósticos negativos que se alzaban en su contra trabajo duró hasta lograr entrar y ser aceptado en una universidad privada, esto ultimo fue lo mas difícil dada su condición económica y estatutos social pero como dice su padre "que no te atemoricen las olas ¡aprende a surfiar!".

Aldo tenia una relación mas que sentimental con Emily Elisabeth Islas y cuando hago uso del termino mas que sentimental me refiero a que ellos tenían una conexión mas allá de lo tangible, mas allá de lo corpóreo, incluso mas allá de lo real; lo suyo era cósmico, era celeste, era mágico, visible e invisible a la vez. Era sublime.

Emil conoció a Emily en la clase de historia cuando los enviaron a la dirección a arreglar una confusión administrativa, habían confundido sus nombres registrándolos así como Emil Islas y Emily Blanco. Se cayeron bien al instante y luego de una bonita amistas de año y medio decidieron hacerse novio, Emily fue quien dio el paso al notar que el de nervioso cabello no se animaba a darlo y fue ahí donde conoció ese gesto suyo de frotarse el pelo de ese modo tan especial que solo en el había visto.

—Emily ¿te casarías conmigo? —pregunto Emil de la nada haciendo que la chica de ojos miel frente a el se congelara en un gesto de sorpresa exagerado.

—Ca... Ca....casarme yo contigo ¿casarnos nosotros? —articulo Emily con dificultad.

—¡Si! Claro que nosotros, te lo estoy pidiendo a ti ¿sino quien mas? A Trudy seguro que no es —contesto Emil en modo de burla señalando a Trudy, la gatita de Emily.