El disparo hace eco. Momentos después Don Tigre cae al suelo. El Mundo se congela por un segundo, más regreso a la realidad luego de escuchar pasos acercándose a mí; los guardias que me guiaron ahí se acercaban a mi con un cuchillo en sus manos.

— ¡Oh, scheisse! —di un gritito, y rápidamente giré para el par de guardias, mientras que en los demás del restaurante parecían confundidos, agradecido estoy con la música para ocultarlo

Sin pensarlo dos veces, me di un par de golpecitos al pecho, con intensiones de activar la Camo Cloak, y al mismo tiempo que ésta comenzó a generar la invisibilidad, ambos hombres lanzaron un corte al rostro y una puñalada al estómago respectivamente, cosa que logré librar por un solo pelo al rodar hacia atrás.

— ¡Futtuto traditore! —maldice uno de los guardias en italiano, dando una patada lateral a mi posición, cosa no pude evitar

Directo al rostro, me quejé y caí de espaldas al suelo, pero inmediatamente ruedo a un lado para levantarme y correr. El camuflaje está encendido, pero mientras que uno intenta seguirme la pista, el otro se acerca a revisar el estado de Don Tigre.

— ¡Un dottore, Presto! —exclamó el que revisaba a su jefe, mientras que el otro aceleró hacia el ascensor, con intenciones claras de detener mi camino

Claro que no iba a quedarme ahí atrapado, por lo que rápidamente apunté y le disparé en la pierna, fallando miserablemente; ahora al ver de dónde vino el disparo, se abalanzó sobre mí, y al instante dí un salto al frente para rodar y alejarme... Soy mejor escapando que disparando o luchando, así que disparar queda completamente descartado, a menos que estén frente a mi...

Literalmente me lanzo hacia el ascensor para abrirlo, pero detrás venía el inminente peligro en forma de mafioso italiano con arma blanca en su mano, quien lanzó un tajo a la puerta esperando darme, sin embargo en ésta ocasión aproveché el camuflaje evitar su ataque con una patada a su barbilla, cosa que lo hizo retroceder tambaleándose unos pasos.

El elevador llegó momentos después, y las puertas del mismo se abrieron; el que había pateado corrió una vez más hacia mi, y ahí fue cuando consideré una buena idea disparar. Apunto y disparo, rozando la pierna, cosa que lo hace arrodillarse, mientras yo desesperadamente presionaba para que las puertas se cerraran. Cual animal rabioso, quien estaba de rodillas vuelve a abalanzarse sobre mí, pero la puerta se cierra, y antes de que pudiera abrirla con los botones, el ascensor desciende rápidamente.

luego de dos segundos de mantener la respiración, exhalé profundamente a la vez que me apoyé sobre mis rodillas... [censura, censura] eso estuvo potente... Y mientras el ascensor baja, veo como en el piso de abajo un cúmulo de guardias esperan entrar.

— Ay no es cierto... —murmuré para después mirar al techo del elevador, buscando la compuerta de emergencia.

No pierdo tiempo en disparar hacia las cuatro esquinas del techo para quebrar el espejo del mismo, revelando así una rejilla cerrada. Doy otros cuatro disparos, dos de ellos le dan al techo y los otros dos a la rejilla de disparos a la misma; la rejilla se balancea, dejándola abierta. No pierdo tiempo y salto para agarrarme del borde, y usando la fuerza de mis brazos llegó al riel del ascensor, para después mirar cuánto faltaba para el suel- ¡ES MUY POCO!

Así que rápido, ¡pero rápido! Salté para agarrarme de uno de los tubos de la pared, resbalando hacia abajo por la misma fuerza de gravedad, por lo que apreté con fuerza para no caer. El eleveador llega abajo, y yo me aferro a ese tubo y hago esfuerzo por pegar mi espalda contra la pared; los guardias de Don Tigre entran al ascensor, y no tardan en notar el vidrio roto y la rejilla colgando

— ¡Trovalo! —le ordenó al resto uno de los guardias que entraron— ¡Non lasciare l'edificio!

 Traducido, significa "Busquenlo, que no salga del edificio"

Algunos se quedan dentro, pero otros salen, mientras que hay movimiento del personal de seguridad, los clientes simplemente miran extrañados, sin saber lo que está pasando. El ascensor sube, y yo aguanto la respiración, con la espalda contra la pared y aferrado a los tubos y vigas del riel del ascensor como si mi vida dependiera de ello, y así es pero eso ya lo sabemos; a pesar de ser prácticamente invisible, puedo sentir las miradas afiladas como un cuchillo.

Mi única meta en éste momento es salir de aquí, y lo voy a hacer por medio de los conductos de ventilación, así que una vez el ascensor subió frente a mí, comencé a bajar, buscando la rejilla pegada la pared más espaciosa para escapar como la rata que soy cuando no quiero morir. Por fortuna, había una a unos dos metros debajo mío, así una vez quedé frente a ésta, usé mi increíble y perfecta puntería (notese el sarcasmo) para dispararle en los tornillos para abrirla.

Sujeté la rejilla para que no cayera hasta el suelo y no alertara a nadie, y la acomodé entre los tubos; acto seguido entré al conducto, y comencé a arrastrarme hacia el frente, ¿hacia dónde? Pues no tengo ni idea, pero no pienso esperar que uno de los miembros del Tigre me encuentre, porque es segurisimo que no volveré a ver la luz jamás en mi vida.

A oscuras gateé por el conducto, que poco a poco iba volviéndose más estrecho. Por la forma del edificio, puedo intentar adivinar el camino, pero no es tan sencillo, es como un laberinto, y sin luz, no puedo saber si pasé por ahí.

Pasaron unos minutos, y aún no encontraba una salida; me terminé arrastrando por lo pequeños que se volvieron los ¡malditos conductos! No tengo claustrofobia, y estoy enteramente agradecido con ello, porque ya hubiera muerto de miedo. Son fríos, y de vez en cuando escucho en eco las voces de personas que pasan cerca de ellos.

Unos 20 minutos más tarde, finalmente vi una rejilla que daba hacia un lugar con mucha iluminación, por lo que no tuve dudas en arrastrarme. No veía claridad, pero una vez heché un vistazo, me di cuenta que me encontraba en el almacén de comida del restaurante, en dónde había frutas y verduras a la vista sobre unos estantes.

Ni hablar, retrocedí para poder girar, y que mis piernas quedaran más cerca de la rejilla para así patearla. Dos golpes, cayó al suelo, y posteriormente me deslizo para ponerme de pie. Me estiro, haciendo tronar mis brazos espalda, y a su vez miro a mi alrededor.

Cómo cualquier otro almacén común de comida, hasta cajas en estantes de condimentos, pastas, harinas, entre otras cosas, iluminado por un pequeño foco que brilla en una de las esquinas. Sigo con el Campo Cloak, así que a continuación me dirijo a la puerta para abrirla lentamente.

Muy, pero muy lento giró la perilla y empujo la puerta, y del otro lado se encuentra la cocina, de gran tamaño y llena de chefs que se mueven rápidamente. Busqué con la mirada algún guardia, pero estaba despejado, a lo que di un suspiro de alivio y posteriormente me deslicé por la pared para salir del almacén.

No puedo tocar a nadie, ni nada, si alguien me descubre estaré en problemas; pegado a la pared, caminé con cuidado hacia la puerta al otro lado de la cocina. Casi que olvido que tengo que respirar para seguir de pie.

Al llegar al final, doy un vistazo a mi alrededor para asegurarme que nadie me vió, y acto seguido abro la puerta lentamente. Todo se ve libre, y la salida del edificio está cinco pisos abajo. El elevador no es una opción, intentar mezclarme tampoco ya que la mayoría de los guardias me conocen... La ventilación es la opción más viable, pero no me agrada ir a oscuras.