—Ian estaba débil, la gente que salió de sus casas al oír el alboroto llamaron a una ambulancia y se lo llevaron...

Corrí en dirección a su casa mientras escuchaba al paramédico llamarme hasta que doble en una esquina, lloraba pensando que perdería a mi único amigo. Cuando llegué y le conté todo a su madre inmediatamente se comunicó a emergencias para ubicarlo.

Llegué con mi padrastro más tarde pero, en lugar de preocuparse, me dio una fuerte cachetada alegando que lo había metido en problemas. Él olía a alcohol y tenía los ojos rojos, sabía que estaba drogado. Esa noche tuve que dormir en un callejón. Lloré preguntándome por qué me había tocado esta vida, quería ir a la escuela, aunque a unos les repugnaba la idea para mí era algo bueno, quería una vida normal.

Esa semana mí padrastro bebió y se drogó, era un apeste ahí adentro, también llevó mujeres, mujeres que venden sus servicios. Yo fui como 2 semanas después a la casa de Ian, tenía tanto miedo. Afortunadamente se salvó y sólo tenía que llevar un vendaje, para mi sorpresa sus padres no me corrieron, dijeron que sabían lo que vivía e Ian les contaba todo pero tuvieron que mudarse, querían evitar riesgos y los entendía...

—Me recomendaron ir a las autoridades pero no pude, siempre tuve miedo— digo recordando ese día.

— ¿Y los hombres que le dispararon a Ian?

—Regresaron semanas después y mi padrastro les pagó, es obvio que robó el dinero pero luego yo empecé a hacer lo mismo. — Volteo a ver al pastor y por su cara creo que ya suponía lo que quiero decir.

—Mariana, tu tía, ¿sabe todo esto?

—Sí, me fui de casa, tenía un poco de dinero y como pude llegué con ella...

Durante el camino me encontré con varios grupos de adolescentes más grandes que yo, fue cuando probé la droga por primera vez y aprendí de sus mañas, debo decir que al principio no me gustó.

Cuando llegué con mi tía me ofreció vivir con ella pero ya traía tanto rencor y odio que pensé que solo lo hacía por lastima así que lo rechacé y me fui a las calles recordando que mi padrastro decía que este mundo era una basura. Y lo empecé a creer.

—Creo que está demás decir que durante este tiempo lo único que he hecho es robar— hago una pausa— y liarme con algunas mujeres. — El pastor no dice nada, se ve pensativo.

—Samuel, te seré totalmente sincero— suspira— debería llamar a la policía pero...

—Hágalo— lo interrumpo alterado— ya le conté la porquería que he vivido y...

—Pero —me repite— creo que te puedes hacer responsable y si quieres conocer de Dios, te puedo ayudar.

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Si has escuchado la canción de la cual me basé, notarás que estos capítulos son diferentes.

Espero que estés bien y Dios te Bendiga ✨