Capítulo Veintidos.
No iba a rendirme. No quería perderte, porque eras lo mejor que me había pasado en la vida. Te amaba tanto como para solamente dejarte ir sin hacer mi último esfuerzo.
Te convencí de que lucharía por ti sin importar nada. Valías tanto la pena, que no permitiría que nuestras diferencias o planes individuales nos alejaran.
Recuerdo que te avisé que iría a la apertura de un nuevo museo. Me dijiste que también estarías ahí y esperabas encontrarme.
Mis amigas y yo estábamos emocionadas, pues una de las bandas locales tocarían; pero mi emoción se intensificaba con el hecho de saber que volvería a verte.
Cuando llegaste te vi ahí, saludando a tus conocidos, hasta que te diste cuenta de mi presencia.
Te acercaste y plantaste un beso en mi mejilla. Tu gesto me dolió, pues extrañaba tus labios, pero me contuve.
No nos separamos el resto de la noche, hasta que tuve que irme. Me despedí de ti con un abrazo y me encaminé con mis amigas, cuando de pronto me detuviste y me besaste en los labios.
Cuanta dicha sentí instalarse en cada rincón de mi cuerpo, tus ojos pequeños me observaban con tanta dulzura, que me fui con una enorme sonrisa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro