Capítulo Veinticinco.
Lloré noche tras noche.
Mi cabeza y cuerpo me dolían. No dormía ni comía como lo solía hacer. Las ganas de hacer cualquier cosa eran nulas.
Te extrañaba de sobre manera. Me aferraba a mi almohada, imaginando que era tu cálido cuerpo el que sostenía entre mis brazos.
Debía dejar de imaginar tonterías, porque quizá ahora alguien más te abrazaba y tú le correspondías.
Me sentía estupida. Esa posibilidad me llenaba de rabia; no concebía la idea de que alguien más pudiera abrazarte, tocarte o besarte.
Mi corazón se arrugaba, se amargaba con formar hipótesis sin argumentos. Estaba volviéndome loca con mis propios pensamientos.
Quería correr y averiguar si en realidad eso era lo que pasaba, pero no podía. No debía.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro