Ocupé la mayor parte de mi tiempo en la escuela.

Estaba tan sumergida en tareas y proyectos que poco a poco fui enterrando el dolor de tu ausencia en un lugar recóndito de mi corazón; sin embargo, seguía presente aunque ya no con la misma intensidad.

Todavía con los ánimos bajos, sentía que iba recuperándome de tu adiós. Salía con mis amistades cada vez más seguido e incluso, había otras personas interesadas en mí.

Me negaba de cierta manera a considerar la idea de salir con alguien, porque yo aún guardaba tu recuerdo con mucha nostalgia.

Empecé a estrechar amistad con alguien que se preocupaba por mi, me ayudaba con lo que podía con temas de la escuela que yo no comprendía.

Me invitó a salir, pero me negué rotundamente.

Charlie, seguías en mi mente y mi corazón, y aunque ya no estuviéramos juntos, aún te guardaba un gran respeto y amor.