Capítulo Treinta y cinco.
Mis esfuerzos fueron en vano. No quiero decir que tú no te hayas esforzado, querido Charlie, pues tú y solo tú sabes cómo te sentías, conocías a la perfección la presión en la que te estabas sometiendo.
Dijiste que no podías con todo. La escuela estaba consumiendo todo tu tiempo y por eso tus mensajes y tu espacio para mí empezaron a disminuir. Dijiste que no querías lastimarme, pero ya lo estabas haciendo.
La historia se repetía de nuevo.
Me llamaste a mi teléfono y tus palabras fueron como piedras rompiendo mi corazón, por milésima vez.
El estruendo causado por el resquebrajamiento de mi alma, me llegó hasta los tímpanos, aturdiéndome dolorosamente.
Me dejaste de nuevo, y yo no tenía por qué oponerme. Estabas poniendo tu futuro antes que nada y eso era lo importante.
Te dejé seguir tu camino, deseándote lo mejor aunque ya no fuera en mi compañía.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro