Capítulo Sesenta y ocho.
Pensé que en mi interior no albergaba más lagrimas, después de los ríos de sangre que había llorado con el paso de los años. Pero lloré, lloré como nunca por que estaba vez estaba segura que hacía lo correcto.
Aún le daba vueltas a todo lo que me habías dicho. ¿Por qué no me dijiste desde antes que ya no me amabas? ¿Por qué ser tan cruel para hacerme creer que si lo hacías?
Después de haber pensado que serías incapaz de utilizarme, me sentía realmente estupida.
Habías matado a la Lidia fuerte y sensata con tus mentiras y desprecio.
No, yo misma me aniquile con la falta de amor propio.
Me daba lástima, pues me di cuenta que yo me había convencido de que nadie me amaría como tú. Me decía a mi misma que no era digna de amor, por eso me aferre a ti.
Me aferré a la migajas de amor que me arrojabas.
Necesitaba sanar. Necesitaba recuperarme a mí. Amarme a mí antes que a nadie.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro