Capítulo Dieciséis
Hasta el día más nublado era brillante y cálido a tu lado. Cada día que pasaba me enamoraba más de ti, pero lo mejor de todo, era que podía sentir hasta lo más profundo de mis huesos, que tú te enamorabas de mi. Eso era tenerlo todo.
Tu amor era tan grande, que no temiste en dar ese primer paso. Ese que cualquier hombre teme dar y que comúnmente una mujer se queda esperando.
Bajábamos una calle, conversando de quién sabe que cosas, cuando me tomaste del rostro y me susurraste: «Te amo, Lidia»
Mi respiración se quedó en mi garganta, mis extremidades y mi cara se sintieron frías por la repentina sorpresa, pero inmediatamente el bombeo de sangre que mi desbocado corazón ejercía, causó en mi interior un calor abrazador que se exteriorizó con un tímido rubor en mis mejillas.
Irónicamente, no supe que decir. Nunca antes nadie me había dicho que me amaba, porque nunca antes nadie lo había hecho, y lo único que pude hacer fue sonreír y seguir el camino.
Te deje atrás, desorientado y triste.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro