
Capítulo Cuarenta y dos.
Charlie, el tiempo seguia corriendo y nuestra «amistad» ya no era amistad, y eso era evidente.
Las dudas y la preguntas que me realizaba a mi misma me carcomían el cerebro a tal grado, que me costaba dormir y comer.
La incertidumbre se había vuelto prácticamente mi mejor amiga.
No sabia que responder si alguien me preguntaba si tenía pareja, porque si bien estaba consciente de que formalmente no lo éramos, los sentimientos nos delataban.
Había llegado el momento de abordar el tema con seriedad: necesitaba saber si tus besos y abrazos eran reales, quería saber si tú aún me querías como yo a ti y si estabas dispuesto a intentarlo otra vez.
No era necesario que se postergara más aquello que era evidente, pero yo no estaba segura si tú estarías de acuerdo, y esa posibilidad me aterraba.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro