Tu primer cumpleaños fue uno de los días en el que más nerviosa me sentí. Era la primera vez que iba a tu casa y por si fuera poco, el día en que finalmente conocería a tu familia.

Mi estómago daba vuelcos con la sola idea de imaginarme ahí.

Intente de sobre manera ponerme linda para ti, para que tus padres no se decepcionaran de la chica con la que salías, pero me sentía insegura.

Sin importar cuánto me esforzara, seguía viéndome insuficiente e insignificante, pero cuando me viste con mis pantalones gastados, una simple blusa negra y mis tenis sucios, me dijiste que me veía bonita y la opinión que los demás tuviesen de mí, dejó de preocuparme.

Realmente disfruté pasar ese día especial contigo, Charlie. Me divertí con tu familia y amigos y por fin descubrí lo que era una relación. Una relación pura y hermosa, mi amado Charlie.