~|CAPÍTULO 41|~
Maratón final 3/5
Antonella.
Amber lo ha conseguido.
Cuando entro al castillo tengo una sonrisa enorme en el rostro. Guillermo camina a mi lado, serio.
—¿Lo has visto? ¡Les ha dado una paliza!—grito. — Es increíble que no tenga preparación y aún así....
—Ya es la capitana de la Caballería Real, Antonella. Que se vaya el tema de la chica Diangell, de una vez.
Levanto una ceja.
—Pero si....—Él bufa. Lo observo con alerta hasta que sé que le pasa—Es por lo de Marcos, ¿verdad?. Te jode tener que anular su ejecución.
Él levanta los ojos.
—Lo que me permitía dormir tranquilo por las noches , era que pronto podría ver cómo decapitaban a ese gilipollas. Ahora...—se pasa las manos por el pelo. — Joder, era obvio que ella iba a pedir eso. Joder. Me descuidé...creí que ella no estaba informada sobre la petición a la corona y ... Fui imbécil.
—Guillermo, no es nada. Verás que no...
—No hablemos más de eso—me interrumpe— Centrémonos en el hecho de que nuestra boda está cada vez más cerca, princesa—susurra tomando mis manos entre las suyas. Su mirada viaja por mi rostro y me sonríe —. Reinaremos juntos, lado a lado y seremos una leyenda.
Trago saliva.
—Sí...
Su ceño se frunce.
—Algo te perturba, Antonella...tu mirada es demasiado explícita. ¿Pasa algo?
—No es nada...son los...niños. Están ...lejos y ...bueno, los extraño.—uso la excusa más realista que encuentro —Pero confío en Najarid para cuidarlos. Así que ...todo está bien.
Sé , por su expresión, que no me ha creído del todo , pero asiente y seguimos el camino a la sala del trono para la reunión con el Consejo Real. Cuando entramos están los cinco hombres de confianza de Guillermo esperándonos.
Me dan una mirada reprobatoria cuando pongo un pie en la sala porque se supone que este tipo de reuniones se den solo con el rey y la reina y no tendré ese título hasta dentro de dos semanas.
—Buenos días...—saluda Guillermo, inescrutable mirando a los demás.
—Buenos días , alteza —dicen todos a la vez.
—No tengo todo el día...
—Es sobre una joven que hemos pillado comprando armas ilegales. Todas con el objetivo de dañar a la corona.
—¿De qué hablas? ¿Cómo sabes eso?¿Quién demonios es la chica? — Guillermo se sienta en su trono y yo me siento en el mío.
—Estuve haciendo patrullaje por la zona este, dónde alguna vez fue Olimpus y...tuve una reunión con el jefe de la guardia. Me dijo que un criminal famoso una vez forjó unas armas destinadas a dañar a la corona debido a la .... facilidad con la que se borraban las huellas y a su habilidad para camuflajearse entre las ropas de quién la posee y ....
—Al grano—exige Guillermo masajeándose las sientes debajo de la corona.
Él hombre se aclara la garganta.
—Dicha chica las robó del lugar, sin saber que tenían sistema de vigilancia con captura de ...
—¡Ve al grano de una puta vez!—exigió Guillermo completamente hastiado.
Miré a los hombres fijamente.
—Su nombre es Celestia Harries. Su apellido lo dice todo.
A penas esas palabras salen de la boca del hombre agacho la cabeza. Guillermo gira su mirada hacia mí y traga saliva. Sabe que nunca le perdonaré que Darikson haya muerto en su estúpida guerra. Sabe que solo la mención del tema crea un vacío entre ambos. Su mano intenta acariciar la mía pero la quito.
—Al parecer —dice uno de los hombres, llevándose la atención de mi prometido—quiere vengar a su familia. Teniendo en cuenta que tanto sus padres como su hermano murieron en ...
—¡Hagan silencio!—exige Guillermo cuando un sollozo involuntario abandona mi garganta.
<Eres la mejor amiga que pude pedir , Antonella Subak.>
Las lágrimas me empañan la vista y me levanto.
—Con permiso— digo con dificultad.
—Princesa....
—Hablamos luego, Guillermo...yo...yo...—aprieto los labios sin poder continuar y saldo a toda velocidad por las puertas de la sala del trono.
⚔️
Me toma un largo baño en la tina de mi habitación reflexionar sobre todo lo que puede ocurrir en las próximas dos semanas. La boda, la coronación...si todo sale como planeo....será fácil. Pero el estrés , el dolor ...eso no es fácil aunque uno se plantee una y mil veces que pronto lo va a sentir. Me pongo un vestido sencillo de mangas largas y de color azul para ir a charlar con Damon. Él es lo más cercano a Darikson que tengo y...me hará bien desahogarme o escucharlo. Cuando entro a la habitación de Damon él está sentado en el umbral de la ventana con la vista perdida en el acantilado que hay junto al castillo. Su expresión es seria, pero meditativa.
—Hola...—digo. Él da un respingo.
—Hola, Anto...no esperaba que vinieras y...
—Necesitaba hablar con alguien y...solo me quedas tú.
Eso lo hace sonreír.
—Hablemos , entonces —me hace un hueco en el umbral de la ventana. —Ven, hace una brisa muy fresca.
Sonrío.
—Lo que te separa de un enorme acantilado es un diminuto balcón—señalo.
Él se encoge de hombros.
—A veces las diminutas distancias son demasiado grandes a nuestros ojos.
Levanto las cejas.
—¿Desde cuándo eres un filósofo?—pregunto, sentándome.
Él hace un gesto con la mano, quitándole importancia.
—He tenido mucho...tiempo para pensar en las últimas semanas. Digamos que...me replanteado muchas cosas.
Asiento.
—¿Sabes que puedes contarme lo que sea, verdad?—una risa amarga abandona sus labios a penas esas palabras salen de mi boca.
—Me siento ...tan horriblemente culpable ahora mismo , Antonella. —fruncí el ceño — No ha pasado...nada...desde que Darikson murió y yo...yo...yo...—se pasa las manos por el pelo. —Mierda. Yo ya me he acostado con alguien más.
Asiento. Es un trago amargo, pero soy consciente del trasfondo de sus palabras.
—No...No...es el haberte acostado con alguien lo que hace sentir culpable, ¿Verdad?
Sus labios se aprietan y el color de sus ojos se torna rojizo.
—Yo...yo...creo que me he enamorado de alguien y...Me siento muy muy mal al respecto.
Asiento de nuevo. Miro al horizonte.
—Recuerdo que... Darikson te dijo que no debías volver a ponerte esa... armadura que él ayudó a quitarte. Creo que...deberías tomarte en serio sus palabras. —me giré hacia él— Créeme, primo...el amor hace mucho daño , pero solo si lo manejas de la manera incorrecta.
Él quitó su mirada de la mía para volver a ponerla en el horizonte.
—¿Crees...crees que debo ceder a eso?¿No...no crees que está mal?
Niego.
—Creo que está mal que te niegues a sentir amor por alguien que ...—trago saliva buscando disminuir el nudo en mi garganta— ...alguien que ya no está.
Un sollozo abandona sus labios.
—No es justo , no es justo que ya no esté.
—No, no lo es. Pero solo nos queda seguir adelante y luchar para conservar su memoria.
Asiente. Le doy un apretón en el hombro levantándome de la ventana hasta que me giro hacia él.
—Cuida de Amber, es una gran chica.
Damon parece bastante sorprendido de que yo me haya dado cuenta de quién era la persona de la que se había enamorado.
—¿Cómo...lo.... cómo lo supiste?
Sonreí abriendo la puerta.
—Estabas con cara de espanto en el combate de hoy...—suelto una carcajada y lo miro, un poco más seria—Y tus ojos brillaron cuando la viste alcanzar su sueño.
Eso lo hace sonreír y abandono la habitación con una sonrisa yo también.
⚔️
Damon.
—Amber...¿Amber?—toco la puerta, ella abre con una sonrisa afable.
—Estaba en la tina—se está cerrando una bata de baño—¿A qué...A qué se debe tanto alboroto?
Abro y cierro la boca como pez fuera del agua sin saber las palabras correctas.
Ella me observa y me doy cuenta que no hay palabras correctas para lo que quiero decir así que solo la tomo de las mejillas con suavidad y la beso. Se queda en shock por unos segundos y después abre la boca y me sigue el beso. Un jadeo abandona su boca cuando se separa de la mía.
—¿A qué ha venido eso?—pregunta tocándose los labios ligeramente con la punta de los dedos.
—A que ...a que estoy dispuesto a dejar el pasado atrás. Duele, pero es hora—sonrío con los ojos cristalizados—. Lo que siento por ti...no merece quedar en el olvido por mis estúpidos muros. Me arruinaron una vez, no los voy a dejar hacerlo una segunda. Y estoy enamorado de ti, Amber Diangell...y espero que nunca te canses de mis clases de caballería porque aún no te he enseñado a manejar una ballesta— eso la hace sonreír.
—Yo también estoy enamorada de ti ...pero tenía miedo de que tu pasado siguiera tan presente en ti que no te dejara avanzar.
—No dejaré que me impida avanzar , al menos no respecto a ti.
Ella sonríe entre lágrimas y se limita a abrazarme con fuerza mientras esconde la cabeza en mi pecho.
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