Amber.
—¡Pareces retrasada!—chilló haciéndome dar un respingo, algo fastidiada — No puedes mover las piernas de ese modo, debe haber gracia, habilidad y elegancia en...
—¡Agh!—me exalté, exsperada—Eres incluso más insoportable de lo que creí. ¿Qué te pasa? ¿Crees que por darme clases puedes tratarme así?
—Te doy clases gratis , Amber Diangell, puedo tratarte como se me antoje.
—Me das clases para poder suicidarte después , no seas gilipollas.
—Mis objetivos no importan, importa que no tienes la más mínima pisca de gracia para ser caballero. Cómo mucho podrías ser soldado, pero caballero....
—¡Es que no sabes enseñar!
—¡O tal vez simplemente tú no sabes aprender!
—Venga ya ¿Te estás escuchando?
—Cierra la boca , atención en la espada.
Volteé los ojos y di dos estocadas más al maniquí en movimiento. Una le tocó las costillas pero no le hizo daño. Harta de los gritos de Damon ofendiéndome al fondo di una estocada final y la espada se clavó en el —según creo— corazón del muñeco. Comencé a gritar, brincando de felicidad.
—Chúpate esa, Damon— le grité al chico detrás de mí que seguía con los brazos cruzados.
—No ha sido un mal ataque, pero estás lejos de ser profesional.
—Vete a la mierda, ha molado muchísimo.
Él volteó los ojos y sacó la espada del pecho del muñeco con hastío y me la lanzó. La tomé con temor a cortarme, cosa que hizo que bufara.
—¿Qué?—pregunté, mordaz.
—Nada.
—Suéltalo de una vez. Odio que te guardes los comentarios despectivos hacia mí. Se te dan de maravilla cuando quieres.
—Es que es estúpido que hagas todo esto porque quieres ser líder de la caballería real y tengas miedo a cortarte con una espada.
Levanto las cejas.
—¿Lo dice el experto en cortadas de espadas, no?—pregunto con sorna y los brazos cruzados.
Él sube una de sus cejas.
—De hecho , sí.
Sonrío de lado.
—¿Me dejas ver tus cicatrices?—pregunto, relajando las facciones. Él se tensa.
—Solo alguien las ha visto, no me gusta mostrarlas.
Suspiro.
—Damon, lamento decirte esto de nuevo, pero creo que estás haciendo lo contrario a lo que Darikson te pidió cuando estaba muriendo. — me dedica una mirada mordaz— Estás cerrándote al mundo, arreglando ese muro que él dijo que había roto y estás pensando en acabar con tu vida.
Él tensa la mandíbula con los ojos cristalizados.
—No sabes de lo que hablas , me conoces hace un par de días.
Volteo los ojos.
—He conocido lo suficiente.
Él me mira.
—Eres un chico genial, Damon Subak...Perdiste a tus padres, tenías un tío distante y te refugiaste en las armas y el sexo desenfrenado para escapar de eso. Llegó alguien que te hacía querer ser diferente y el destino te lo quitó. Es normal que estés así de cerrado. Pero normal no quiere decir que esté bien . Y sí, quiero ser jefa de los caballeros, pero no por mí. Quiero mostrar que las mujeres servimos más que para criar niños y atender casas. Leí que hubo una época en que teníamos más derechos , antes de la Tercera Guerra mundial, pero luego los hombres se aprovecharon de la escasez de feministas y volvieron a tomar el control. Hay que destruir eso. Así como hay que destruir lo que estás pensando— me agacho junto a él. Lleva unos segundos sentado en el suelo.
—¿Qué se supone que estoy pensando?
Sonrío con ternura , aún tiene los ojos llorosos.
—Que no merecías a Darikson, que no merecías que nadie te amara. —él aprieta los labios. —Una vez me sentí así , es mentira. Todos merecemos amor. Y tú, Damon , has tenido mucho menos del que te mereces.
Los ojos de Damon permanecen fijos en mi cara , me tomo unos segundos para observarlo. Es guapo y tiene un aura que no sé descifrar. Entiendo el amor de Darikson por él. Le doy una sonrisa.
—Creo que nos hemos dado suficientes clases mutuas por hoy, nos vemos mañana.
Cuando voy a cerrar la puerta del gimnasio, Damon aún tiene la mirada en la pared con gesto completamente pensativo.
•••••
Damon.
Miro la tumba de los HARRIES frente a mí , me paso las manos por el pelo, nervioso. No había tenido el valor de volver a venir aquí. Tenía demasiado miedo de que todo lo que sucedió me volviera a causar estragos en la cabeza.
Y justo así sucede , ese recuerdo vuelve a mí...
Nuestros cuerpos caen presos del orgasmo a la vez y descanso mi frente en su nuca, tomando aire. Darikson tiene las manos en el espaldar de la cama y aunque no puedo ver su rostro sé que está sonriendo. Salgo de él con lentitud deleitándonos a ambos con las sensaciones y me acuesto en la cama y él no tarda en hacer lo mismo y acostarse a mi lado. Nos giramos y nos quedamos mirándonos a los ojos.
—¿Pasa algo?¿Te sientes diferente o algo así?—pregunta Darikson con burla— Sé que no es como una vagina pero...
—No digas sandeces, ha sido genial.
Eso lo hace sonreír.
—¿Puedo decirte algo?
Su pregunta me toma por sorpresa.
—¿Desde cuándo me pides permiso para hablar?
Voltea los ojos con una sonrisa.
—Desde que he perdido la cordura con los dos orgasmos que me has regalado esta noche.
Sonrío , con el ego inflado.
—Es comprensible. Yo también la perdería.
—Eso es si tuvieras algo que perder...—dice con burla.
—No te desvíes. Dime , ¿Qué querías decirme?
Los próximos segundos se mantiene en silencio total. Sus ojos sopesan un debate mental, como si viera que todas las consecuencias de sus palabras fueran a ser positivas.
—Te amo.
Al momento en que esas palabras dejan su boca doy un salto de la cama.
—En serio, Darikson, me gustas muchísimo pero creo que eso es demasiado—comienzo a vestirme—. Es demasiado pronto para eso y...
—¿Pronto?—se enrosca una sábana alrededor de la cintura para cubrir su desnudez —Acabamos se follar, Damon. No seas cínico...¿Qué esperabas? ¿Qué te invitara a mi cama por una simple atracción? No hubiera dejado que pusieras un pie en mi cuarto si lo que sintiera por ti fuera así de simple y...
—No quiero hablar de ello...Lo hablamos en la coronación de Guillermo mañana.
Levanta las cejas.
—Si te vas por esa puerta como un cobarde ahora, mañana no te dirijo ni la mirada , Subak.
Le doy la espalda a unos pasos de la puerta u tragos saliva. Encuadro los hombros, tenso. No puedo. No puedo. No puedo.
Luchando contra el nudo en mi garganta, salgo por la puerta de su habitación en Lonkred.
Lloro abiertamente. Nuestra última conversación pudo haber ido mucho mejor si yo no hubiera sido tan gilipollas.
Acaricio el montículo de tierra que sé que corresponde a él. Tiene unas rosas que robé del jardín del palacio y le traje. No puedo hacer más. Aunque estoy en el castillo en el que me crié ,me siento en un lugar completamente extraño.
—Hola, Darikson...Han sido los cinco días más difíciles de toda mi jodida vida desde que moriste. Sé que...te hice mucho daño esa noche, marchándome de tu habitación de esa forma después de lo que había pasado entre nosotros ....—sollozo—Pero jamás me habían dicho algo así...jamás alguien me había mirado directamente a los ojos y me había dicho que me amaba. No sabía cómo reaccionar. Actúe sin pensar y te hice daño. Lo siento....lo siento tanto por no haber venido antes.
Observo la lápida, el lugar es sombrío y desde que estalló la guerra el cielo está totalmente nublado.
>>Siempre creí que...que el día en que perdiera a alguien importante para mí, me mantendría estoico. Que no derramaría una lágrima. Pero lloro cada noche, Darikson. Cada noche derrocho millones de lágrimas en honor a ti, en honor a nosotros y a todas las cosas que pudimos haber vivido si yo no hubiera sido tan imbécil desde el principio. —me quedo unos segundos analizando—Y Amber tiene razón, estoy haciendo lo opuesto a lo que me pediste y la estoy tratando a ella justo como te traté a ti al principio... Necesitaba un amigo, alguien con quién hablar ...Espero que no te moleste que me haga compañía. A penas ella sea la capitana de la caballería real , saltaré ese muro y volveré contigo. Nos reuniremos en dónde sea que estés y tendremos el felices por siempre que nos merecíamos, Darikson. Haré lo que sea para que tu nombre no sea olvidado.— sonrío entre lágrimas— Si Antonella sabe que he venido sin ella, va a matarme. Pero todos te extrañamos , lo sé. No importa el tiempo que tome , Darikson. Tu muerte será vengada. Lo sé, lo siento en el pecho y... Tal vez ahora no valga, pero quiero que sepas que te amo. Y te lo repetiré hasta que la pelea que tuvimos en tu habitación sea un trago amargo y nada más. Te amo, jamás te olvidaré.
Y me levanto pasándome la capa por la cabeza y abandonando el lugar.
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