CAPÍTULO 25

2 días después.

Palacio de Mordark.

14:28 horas.

OMNISCIENTE. ( Francisco)

Francisco está mirando su reflejo en el espejo con una sonrisa de orgullo. Después de estos meses tan mierda por fin ha conseguido vencer a Guillermo. Será coronado como rey de Mordark. Se acomoda el cabello para que se vea perfectamente peinado, como de costumbre, pero no puede borrar la sonrisa. Aunque esta se apaga un poco cuando recuerda las palabras de su hermano <<mientras tú jugabas a las fiestas de té , a mí me torturaban, preparándome para tomar el trono>> Por un segundo, Francisco quiere saber si eso es cierto. Pero luego recuerda todas las mierdas que su hermano le hizo y eso se disipa.

Aunque un pequeño recuerdo maltrata su memoria.

En aquel entonces el tenía alrededor de diez, Guillermo tenía unos quince por ahí , no recuerda bien. Solo tiene el recuerdo de cuando entró al salón del trono. Su padre estaba sentado, mirando a su hermano con gesto reprobatorio. Guillermo estaba frente a él, con la mirada en el suelo y los brazos cruzados. Este le gritaba y el joven solo callaba con los ojos cristalizados. Francisco no entendía qué le decía, pero no parecía bonito. No parecía que tratara a su hermano como lo trataba a él. En un momento que no se esperó, su padre le dió una cachetada a su hermano, una que lejos de voltearle la cara como siempre había visto, lo lanzó al suelo. El niño tenía sus ojos azules rojos. Francisco quería pensar muchas cosas , pero no quería creer que Guillermo había estado llorando. Llegó un punto en el que no pudo ver más y tuvo que marcharse corriendo por el pasillo.

Francisco mira de nuevo el espejo, esta vez con una expresión más sombría. No estaba seguro de qué pasaba. Pero se odiaba , no quería sentirse mal por su hermano. No quería seguir siendo el "bueno" , ni el noble ni el comprensivo del que todos se burlaban o tomaban ventaja.

Solo que se les había acabado el juego.

Y el bueno había salido victorioso.

Con ese pensamiento se levantó y se tomó unos segundos para pensar qué haría de decreto real. ¿Una escuela?¿Un hospital? ¿Cerraría los burdeles en Mordark? Habían muchas cosas que podía hacer. Antes , cuando era un joven iluso y admiraba a su hermano mayor y lo veía trabajar preparándose para tomar el trono  le gustaba pensar en qué pasaría si fuera rey. Le gustaba creer que podría hacer las cosas bien y que su reino dejara de ser conocido como el reino de la guerra solo por tener un buen ejército militar.

Pero ya no era así.

Ahora era diferente, aunque aún no supiera qué significaba eso exactamente.

Cuando miró su atuendo, pulcro y elegante, por un segundo se sintió como dejo Guillermo , como un debilucho. Francisco jamás había tocado un arma para algo que no fuera estético para un cuadro o algo así. Jamás había luchado contra nadie cuerpo a cuerpo ....y sabía que su hermano era muy temido en el campo de batalla. Aunque le pidió a su padre que lo incluyera en la preparación previa para el trono, solo lo hizo en lo político, no en lo militar. Supongo que su padre también creía que las armas no eran lo suyo...

—Tú puedes, Francisco—se susurró a sí mismo.

Abrió las puertas del dormitorio con lentitud casi agonizante. Quería mentalizarse de todo el poder que tendría y de todas las cosas que podía hacer...

Jamás había sido partidario de la guerra , pero la idea de usar todo su arsenal militar en contra de la realeza de Glosard era tan... jodidamente tentadora...

Cerró los ojos y tomó aire antes de poner un pie en el pasillo. Y luego otro. Y otro. Cuando se hubo posicionado en medio de este fue un golpe de agua fría a la realidad. Iba a ser rey. Miró el retrato en la pared, de su padre portando la gran corona junto con un Guillermo de unos cinco años y un Francisco que era un bebé.

Parecía algo tan lejano que él fuera a dar el aura que daba su padre en ese retrato : poder, astucia ...

Sin embargo, tuvo que pedirle a su subconsciente que lo callara cuando le recordó algo : Es igual a la mirada de Guillermo. Transmite lo mismo que él.

Tragó saliva y continuó su camino.

Cada vez que estaba más cerca de llegar a la sala del trono un jalón de adrenalina le atravesaba el pecho de un extremo al otro.

Cada vez que recordaba la cara de su hermano cuando le dijo que sería rey y recordaba que ahora lo cumpliría, una sonrisa tiraba de sus labios.

Cuando quedaban cinco metros para llegar a la puerta , lo escuchó.

Las campanas.

Solo tocaban esas campanas cuando los pies del heredero al trono tocaban el altar.

Comenzó a sudar frío y se apresuró a entrar, temiendo lo peor. Pero unos brazos lo sujetaron cuando estaba con los nudillos rozando la puerta entreabierta.

—Shhhh—susurró uno de los hombres. Vestían con un uniforme que no conocía. Llevaba un escudo de armas de un cuervo con una corona de hierro , pero Francisco había estudiado lo suficiente, eso no pertenecía a ningún reino.

Tragó saliva y comenzó a forcejear. Uno de ellos sacó un cuchillo y lo puso justo en su cuello.

—Nos dijeron que debías estar en  el espectáculo, pero no que debías estar vivo, así que contrólate, principito.

Francisco tenía unas ganas de gritar tan fuertes que le ardía la garganta, pero se contuvo.

Hasta que lo vio.

Por la rendija de la puerta se veía perfectamente el altar de la coronación, el que había visto a los criados preparar desde ayer.

Estaba su padre.

Estaba Guillermo.

Estaba coronando a su hermano. Guillermo estaba hincado en una rodilla, su padre pasó la espada real por sus hombros —supuso que por sus entrenamientos de caballería sería más formal que lo hicieran así — y cuando la puso en su frente y luego colocó la corona mientras recitaba el vïscro (verso / estrofa/ palabras que se usan en Mordark para cerrar la coronación de un nuevo heredero) , Francisco no pudo más.

Dio un tirón hacia adelante, con rabia.

Los hombres no lo soltaron.

El tirón solo hizo que se corrieran hacia adelante. Y fue entonces cuando Francisco la vio.

Antonella.

Ella lucía un vestido blanco que la hacía lucir casi angelical. Su cabello estaba suelto , como la mayoría del tiempo , solo que llevaba algunas diminutas trenzas a lo largo de este.

Ella estaba allí , en primera fila.

Francisco se rompió al ver su mirada. Jamás lo había mirado a él así. Miraba a Guillermo con tanto amor , tanto orgullo...Por un segundo, Guillermo se levantó. Más de dos mil personas estaban presentes en esa coronación, y Francisco las oyó a todas aplaudir y gritar, eufóricos de su nuevo rey.

Se preguntó si hubieran reaccionado igual con él. Supo la respuesta, pero no se atrevió a decirla en voz alta. Jamás. No estaba listo para enfrentarse a eso.  En el fondo sabía que , a pesar de que era una buena persona, su reino no buscaba eso. Mordark amaba los líderes con carácter, con  mano dura y Francisco jamás se sintió identificado de ese modo.

Guillermo fue hacia donde estaba Antonella, le susurró algo al oído y ella frunció el ceño con confusión total.

Eso también confundió a Francisco.

Antonella se quedó analizando las palabras de Guillermo un par de segundos con la vista en el suelo y luego la levantó con horror. Negó repetidas veces con la cabeza y Guillermo le tiró un beso al aire.

Francisco no tuvo tiempo de entender.

Sonó un disparo.

Y luego otro.

Y otro.

Y el tiroteo comenzó, junto al sonido de las espadas desevainándose.

Y para cuando el joven príncipe se dió cuenta de que todo eso era una emboscada de su hermano , ya había quedado inconsciente.