Ositos de gomitas & Clorato de Potasio

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— ¡Minari! — siseé molesta por el hecho que Mina estaba tratando de despertarme a las ocho de la mañana, un sábado—, no hay escuela hoy.

— Ya lo sé, pero tenemos un experimento por hacer. Te lo dije ayer, ¿Recuerdas?

Casi lo olvidé, ayer Mina me habló sobre un experimento al aire libre, pero no recuerdo nada más después de eso. Tal vez porque estaba demasiado ocupada limpiando la guarida.

— ¿De qué se trata el experimento después de todo?

— ¿Ves? No escuchaste nada de lo que dije. Hoy vamos a ver la reacción del osito de goma cuando lo colocas en clorato de potasio.

— Bien, pero antes, ¿Quieres oír un chiste?

— No.

— Vamos, sé que quieres oírlo.

— No.

— ¡Lo vas a oír de todos modos! ¿Qué pasó cuando oxígeno fue a una cita con potasio?

Mina negó con la cabeza y me tomó en sus brazos. Intenté salir de su agarre, pero en segundos ya estaba sentada frente a Jeong.

— ¿Cereal, Chaeyoung?

— Uh, no.

— ¿Y tú Mina?

— No gracias... Yo, iré a preparar las cosas —Mina salió de la cocina.

— Le hiciste algo a Mina, ¿Verdad?

— No, no, claro que no, ¿Qué le haría yo?

Tomé la caja de cereal y la levanté. Ella rápidamente se tapó la cara.

— ¡Está bien! Sólo le dije que no acabara con la poca inocencia que te queda, sino la mato. Eso es todo.

Rodé los ojos y le pegué con la caja de cereal.

Salí al patio, Mina estaba ordenando los tubos de ensayo y a su lado había un bolsa de osos de gomitas.

— ¿Minari?

— Justo a tiempo.

— ¿En qué te ayudo?

— Bueno, dejé el clorato de potasio en el sofá. ¿Podrías traerlo?

Asentí. Corrí a la sala y vi su mochila; la abrí y un montón de cuadernos, papeles sueltos, lentes de laboratorio cayeron. Todo lo que una científica necesita. Busqué en los bolsillos de afuera, hasta que di con una bolsa con la etiqueta "Clorato de potasio" y a su lado también había un cuchara de plástico. Salí y Mina estaba sentada en el suelo mirando el cielo.

— ¡Mina! —grité, eso fue suficiente para que se diera la vuelta.

— Oh —dijo poniéndose de pie tomando las cosas—, gracias

— ¿Entonces, qué vamos hacer?

— Tú vas a poner una cucharada de potasio en cada tubo de ensayo mientras yo le doy calor con el encendedor.

Hice lo que indicó y ahora ella está dándole calor.

— Usa esto —ella me dió una bata y un par de gafas de laboratorio.

— ¿Por qué?

— Va a explotar.

— ¿Qué?

— Nah, sólo va a prender en llamas. Puede dañar tus bonitos ojos, por eso.

— Oh, bien —me coloqué las gafas y la bata. Mina tomó un osito de goma color verde y lo colocó dentro de un tubo de ensayo. Luego, tomó mi mano y dimos un paso atrás antes que una llama verde saliera. Nos acercamos un poco y el osito de goma estaba de color negro.

— ¡Resultó! —Mina se veía asombrada.

— Hagámoslo con los otros —aplaudí dando pequeños saltos.

— Eres tan infantil.

— Y tú tan madura

Mina tomó la bolsa de ositos— Elije.

Elegí uno naranja, amarillo, azul y rojo. Una vez más prendió en llamas, ahora de distintos colores.

De repente se oyó un ruido extraño. Miré hacia arriba pero el cielo estaba despejado. El sonido se hizo evidente una vez más, me di cuenta que era mi estómago.

— Creo que tengo hambre —dije tímidamente.

— ¿Qué quieres comer?

— ¡Adivina!

— Uh, no lo sé... ¿Gomitas?

— No. Skittles.

— Claro, debí imaginarlo —sonrió.

Me quité el equipo de protección y volví a entrar a casa mientras Mina ordenaba las cosas. Jeong estaba viendo TV; me dirigí a la cocina y abrí el estante donde guardaba mis bolsitas de Skittles. Para mi sorpresa no había nada.

¡Pero si tenía cinco!

Me comí uno antes de salir a la escuela. Uno en el almuerzo. Antes de la cena. Antes de dormir. Así que comí cuatro. ¡Me falta uno!

— Jeong voy a salir.

Jeong se volvió hacia mí, vi que estaba comiendo algo— ¿Dónde?

— Supermercado, alguien se comió el último... Oye, ¿Qué estás comiendo? ¿Me das?

— Uh... —Jeong ocultó lo que estaba comiendo debajo de la almohada.

— Egoísta ¡Dame! —agarré la almohada, vi una bolsa de Skittles arrugada—. ¿Cómo pudiste?

— Es sólo una bolsa, Chaeng. ¡Una bolsa!

— Te odio —me tiré encima de ella.

— ¿Qué pasa? —creo que a Mina le tomó un minuto para procesar lo que estaba ocurriendo antes de separarme de Jeong. Me tomó fuerte de la cintura tirándome hacia atrás.

— ¡Ay! —grité.

— ¡Ahhh! —Mina gritó y me soltó.

— Yo... —Jeong se encogió de hombros—, ¡Ahhh!

— ¡Jeong!

— ¿Qué? Quería unirme.

— Como sea, vamos Minari.

— ¿A dónde?

— Al supermercado. Alguien se comió mi última bolsa de Skittles.

— Esperen —Jeong saltó del sofá—, las acompaño.

— ¿Por qué? — pregunté.

— Porque tengo que comprar algunas cosas, además aún las tengo en la mira.

Estoy segura que el "Tengo que comprar algunas cosas" ni siquiera era cierto.

Mientras estábamos de camino, nadie habló. Ni siquiera podía hablar con Mina, porque cada vez que abría la boca Jeong comenzaba a cantar.

Cuando llegamos al supermercado, casi besé el suelo. Entré rápido sin preocuparme si me están siguiendo o no. Me dirigí al pasillo de los dulces, me quedé mirando los Skittles pensando qué sabor comprar.

— No puedes alcanzarlo —oí la voz burlona de Mina.

— Tal vez no pueda alcanzarlo, pero al menos no tengo una gran cabeza —estiré lo más que pude mi brazo y tiré algunos Skittles al carro.

— ¿Ah sí? Al menos yo no tengo tu frente.

— ¡Arrepiéntete! —di un paso más cerca golpeando su pecho, traté de fruncir el ceño para no reír.

Antes que me diera cuenta los labios de Mina rozaron los míos y nos dimos un corto beso.

— ¡Oh!

Nos separamos y la miré preocupada.

— ¿Uh, Minari?

— ¿Sí?

— Creo que será mejor correr.

— ¿Por qué? —con un gesto le indiqué que mirara hacia atrás donde se encontraba Jeong escondida—. Sí, creo que deberíamos.

— ¡Vamos! —con eso tomé su mano y empezamos a correr dejando mis dulces favoritos atrás.

— ¡Mina! ¡Chaeyoung! ¡Vuelvan aquí!

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