Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18


Mis manos agarrotadas se aferran a su espalda con fuerza, mientras él acelera. Un escalofrío recorre mi espalda y mi corazón parece acelerarse al mismo ritmo que el diablo al que estoy subida, que ruje cual monstruo enfurecido.

Poco a poco, la velocidad desciende, hasta quedar totalmente parados frente a mí portal. Cómo una fiera amansada que reposa ahora permitiendo que todos los músculos que tenía en tension se relajen agotados.

- ¡No deberías correr tanto! - esclamo quitándome el casco y recobrando el aliento.

A lo que él me sonríe sintiéndose el rey del mundo.

- Algunas veces eres como... Un bebé grande. - acuso disgustada.

- ¿Aún estás enfadada? - pregunta Noah quitándose su casco.

- Es que Elías, no tiene ningún derecho sobre mi, pero tú tampoco. Y conducir de esa manera no lo arregla precisamente.

- Ok. - pronuncia, esperando que se ese modo se acabe la charla.

- Ok. - respondo con burla. - Al menos prométeme que no correrás de vuelta y que... No discutiras con ellos.

- Si mamá. - se mofa él. - No correré y subiré derechito a mi cuarto ¿Ok?. No va a pasar nada, así que no te preocupes.-se agarra de mi cintura y me regala un largo beso, que desearía que fuera eterno.

Vuelve a colocarse el casco y arranca la moto de regreso a casa. Me atormenta la idea, de que al llegar a casa empieze alguna discusión y no pueda controlarse. No quiero pensar en lo peor, pero esa idea ronda mi cabeza hasta que casi empieza a doler. No quiero parecer una histerica, pero escribirle parece la mejor opción para asegurarme de que está todo controlado.

Solo tarda un par de minutos en contestar « ¿me escribes por qué me echas de menos o por qué no te fías de mi?»


Ceno algo rápido, y dejando a mis padres relajarse en el salón, me encierro en mi cuarto con sería intención de repasar.

Casi media noche y mis párpados agotados luchan por mantenerse abiertos, mientras un bostezo anuncia la hora de ir a dormir.

Me desnudo frente el espejo, viéndome solo con la lencería que cubre mis partes bajas. Y por primera vez en mucho tiempo, me encuentro sexi y deseada. Me pongo una vieja camiseta y me acurruco entre las mantas, imaginando a Noah tumbado a mi lado. El recuerdo de su cuerpo sobre el mio, su torso desnudo, y sus manos acariciandome, su aliento en mi cuello, y su húmeda lengua sobre mi piel, se hace demasiado vivido como para no excitarme de nuevo. Y me quedo así pensando en él con mis manos, hasta quedar completamente dormida.

El desertador de mi móvil suena, lo agarro con una mano, y lo apago. Intento abrír los ojos, pero mis párpados parecer estar en huelga y se niegan a abrirse, arrastrandome de nuevo al mundo de los sueños.

Casi una hora más tarde, salgo de casa, Comiendo una rosquilla, y abrochandome la chaqueta. Apague el despertador y seguí durmiendo. Ahora es tarde, demasiado tarde, por mucho que corra, no estoy segura de llegar a tiempo a clase.

Recibo un mensaje de Noah «donde estás? Es tarde»
« me quedé dormida, no tardo»

Entro sofocada, Noah ya me esperaba dentro, y sonríe aliviado al verme.

- Pensé que no llegarías. Tenías que habermelo dicho antes, abría ido a buscarte.

Tiro la mochila en mi mesa e intento recuperar el aliento, antes de darle un beso en los labios.

- Me pase la noche estudiando, por qué...ayer por la tarde, pues como que no pude y me quedé dormida - le contesto explicandole algo que el ya sabe.- ¿y tu? ¿Has estudiado algo?-

- Que va... Tengo una profesora particular que me desconcentra con su escote.- me río y le doy un codazo.- Cuando llegue a casa me tiré dos horas hablando con mi hermano y después me fui a dormir.

- ¿debería preocuparme?

- No, todo bien, te lo prometo.

- también me prometiste que estudiarias, así que no sé si creerte.

- Fue por una buena causa.- apunta susurrando, al ver entrar al profesor - Además, ya estudiaré está tarde.

- Que pasó con tu hermano, ¿De que hablaste? - pregunto inquieta en cuanto se acaba la clase.

- Nada, solo me preguntó que desde cuándo estábamos juntos y ... Bueno, nos tomamos unas cervezas, le pedí perdón por amenazarle y utilizarle para que te trajera, y ya te dige... me fui a dormir. No siempre estoy intentando matarle. El que creo que tiene ganas de hacerlo es Elías, pero creo que podré vivir con ello.-
El sonríe mostrando que no le importa una mierda lo que opine Eli, pero esa parte a mi también me preocupa.

La tarde cae, y el sol, como un gran Midas, se oculta lentamente en el horizonte, tiñendo todo de oro. Mientras el frío viento, intenta voicotearme para que no salga a correr.

Correr se ha convertido en mi forma de escape, en una útil herramienta aclarar las ideas. En unos meses acaberé la secundaria, y entonces tendré que decidirme que hacer. Siempre tuve claro que quería estudiar en Madrid, aunque nunca supe el qué. Pero ahora, que estaba con Noah, ya no lo tenía tan claro. No es que crea en un felices para siempre pero... ¿Que sería de nosotros? No creo en las relaciones a distancia, pero él no creo que quiera seguirme hasta donde yo deseé. ¿Pero que estaba haciendo? Apenas llevábamos saliendo una semana, y ya pensaba en condicionar mis planes por él.

Empiezo a sentirme sofocada, miro el móvil, solo cuatrocientos metros más... trescientos... Doscientos... , ... Me siento exhausta. Apollo mis manos en las rodillas e intento recobrar el aliento. Mis músculos empiezan a temblar del agotamiento, y me planteo si volver andando o tumbarme en la hierba.

- ¡Hola Auri!- oigo a mis espaldas una voz familiar. Volteó la cabeza y divisó la silueta de Dina acercándose torpemente a mi , con la cara completamente colorada, y la respiración demasiado agitada, como si sus pulmones estuvieran a punto de sufrir un colapso.

La saludo, sin mucho aspaviento. No tengo nada en contra de ella, en los últimos dos años apenas hemos cruzado dos palabras, y aunque es parte del grupito de imbéciles de la clase, me consta que no suele formar parte de los ataques del resto.

- ¿Que tal? No sabía que tú también corrias.- la digo intentando ser mínimamente agradable a lo que ella sonríe, un tanto avergonzada.

- Eso intento. Tengo que bajar peso y ... Pero no consigo correr más de 2 minutos seguídos sin ahogarme y desear morir.

- Tranquila, poco a poco. - la ánimo viéndola perder toda la motivación.

- Eso dice mi madre, que me ponga pequeñas metas, pero no sé, llevo casi un mes saliendo a correr y apenas perdí dos kilos. Y un kilómetro sigue siendo demasiado. Empiezo a pensar que es una perdida de tiempo.

No se qué decirla, esta es la conversación más larga que hemos tenido en mucho tiempo.
- bueno, no quiero entretenerte... voy a seguir otro poco.¡Nos vemos mañana! - dice alejándose, perdiendo a cada zancada las ganas de seguir haciendolo. No tenía intención de seguir corriendo, pero por algún motivo, siento necesidad de motivar a Dina en su empeño.

- ¿Puedo correr contigo? -pregunto poniéndome a su altura. Ella sonríe, y afirma con la cabeza.

- No creo que pueda correr mucho más... pero encantada.- afirma con sincera sonrisa.

Continuamos corriendo unos minutos mas por el paseo marítimo, que a estas alturas de año está bastante despejado. Solo algunos ciclistas, gente pesando a sus mascotas, o alguno como nosotras, adelantándonos por ambos lados. Siento que está haciendo demasiado esfuerzo, posiblemente para que yo no piense que es una floja, pero correr de esa manera no creo que sea bueno.

- Creo que tengo que parar o terminaré vomitando - digo apollando las manos en las rodillas - Ella sonríe, agradecida por poder piner fin a su tortuga.

- Si, será mejor, o mañana no podré levantarme.

- Quizá otro día podamos volver a correr a correr juntas.- Es lo último que digo, antes de seguir mi camino hacia casa.

Abro la puerta de mi casa, silenciosa como de costumbre a esta hora. Miro el reloj, no creo que mi madre tarde en volver del trabajo. Me quito la ropa y la meto en la lavadora, con la ropa sucia del cesto y la pongo en marcha, dejando que la máquina haga su función, aprovecho para entrar en la ducha, el vapor llena el cuarto de baño, como una espesa nube de humo. Me enjabono el cuerpo, pensando en prepararme algo de comer, no puedo esperar a la cena. Me miro en el empañado espejo, con la toalla aún alrededor de mi cuerpo, y ya no me veo tan fea como semanas atrás. Pienso en escribir un wassap a Noah, me apetece saber que está haciendo, que tal lleva la tarde y si ya empezó a estudiar.

«hola»
Sonrío como una niña, esperando su respuesta, pero está no parece llegar.

Rebusco en el cajón de la ropa interior y los pijamas, poniéndome algo cómodo, miro el móvil de nuevo. Mensaje visto. Lo miro unos instantes, pero parece que no va a contestar. Voy a la cocina y me preparo un jugo de naranja y un sándwich de jamón y queso, y comienzo a disfruto de ello, mientras me acomodo en el sofá con el libro, y los apuntes de literatura.

Las horas pasan rápido, y antes de que me dé cuenta, mi madre entra por la puerta cargada de bolsas, que ayudo a descargar.

Han pasado casi tres horas desde que escribí a Noah y él no ha respondido. No quiero agobiarle, pero me parece extraño que no lo haya hecho. Pero pese a todas las ganas que tengo de volver a escribirle, descartó esa opción y me meto en la cama.

Despierto con la boca seca. Le doy un trago a la botella de agua que reposa en la mesilla y me acurruco de nuevo. Miro la hora en el móvil, aún es pronto para levantarme, pero la señal de un wassap aparece en la pantalla.

«Hola! Estaba con amigos. Mañana nos vemos» centro la mirada en la hora a la que me ha contestado. 3:45

- Buenos dias- digo un tanto molesta al ocupar mi espacio en el aula.

- Hola. ¿Que te pasa? - Responde Noah. No quiero parecer una novia celosa o controladora, pero he de admitir que me fastidia que me haya dejado en visto, y más cuando me contesta de madrugada.

Le miro a la cara para contestarle, he intento que no se me note, pero viéndole los ojos rojos me temo que que igualmente no se dará cuenta.

-¿Has estado fumando?

- Ehh... sip. - se ríe

- Ok.- contesto, sin ganas de añadir nada más. Saco el libro de filosofía, y me planteo ignorarle el resto del día.

Juan interrumpe el jolgorio montado en la clase, y Noah decide dejar de mirarme.


-"No es lo que te ocurre, sino cómo reaccionas, eso es lo que importa". Epíteto. Filósofo turco muerto en 135 a C.- Juan siempre entra en clase con citas así, que parecen encajar perfectamente en mi día. - ¿Que opináis chicos?

- ¿Que si la vida te da limones, aprovecha a prepararte un tequila?- Apunta Álvaro desde la otra esquina de la última fila.

No puedo evitar reírme, como el resto de la clase, incluso a Juan parece haberle hecho gracia.

- Buen ejemplo Álvaro. La vida te puede poner a prueba continuamente, no solo cuando te da limones. A veces te da problemas y tienes que decidir si buscar solución, o quedarte llorando. Otras te trae cosas buenas y tienes que decir si relajarte y disfrutar o aprovechar la oportunidad e ir más allá.

- Yo sí que disfrutaría con el tequila de Álvaro - dice el compañero de este, dándole un codazo.

- Gracias por tu aportación Nicolas. Ahi tenéis un buen ejemplo. Relajarte con el tequila puede estar muy bien, pero ¿que os parece poner un negocio de limonada? Podrías conseguir buenos beneficios para gastarlo en ... más tequila o podrías aprovechar las pipas y plantar un limonero.

- Yo paso de plantar nada, voto por el tequila. - añade Abraham.

- Ok. Todo depende de vosotros, de la manera en la que aprovecháis y os enfrentais a lo que os ocurre.

«¿y como debería enfrentarme yo a esto?» Noah puede ser muy dulce, pero también puede ser el chico más... Desesperante que conozco. Y que venga de empalmada a clase después de haberse pasado la noche fumando e ignorandome, y obviamente sin prepararse el examen. Eso por no pensar nada peor.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

¿Cómo te enfrentarias tu a eso? ¿Crees que Auri exagera? ¿Crees que ha estado solo fumando? Deja tu comentario. 😘

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro