17
No sé cómo he podido dejar que Noah me haya convencido de estudiar en su casa. Si Dani o Eli llegan a aparecer creo que me moriré. Aún no he conseguido hablar con él. Aunque ahora que Noah y yo estamos juntos... Ya no sabría que decirle.
Me acerco a su casa, prometiéndome que no me dejaré embaucar por él y estudiaré. Temiendo que si no lo hago, tenga que pasarme la noche en vela haciendolo.
Suena algo de música, proviniente de la planta de arriba, supongo que de su habitación. Aparte de eso no se escucha nada mas. Llamo, cruzando los dedos, esperando que sea cierto que no estará Dani. En menos de un minuto, Noah abre, vestido con la misma sodadera negra, con la que vino a clase esta mañana
- Ufff. Vienes demasiado guapa para que pueda concentrarme con el Becquer ese... ¿Seguro que quieres estudiar? - Pregunta cerrando la puerta tras de mí. Sus rodean mi cuerpo, posando sus manos en mis nalgas.
- Mmm. ¿ Ofreces algo mejor? - tiento rodeando su cuello con los míos, revolviendo su pelo, con la llema de los dedos. Sus labios me responden con un apasionado beso, dejándome llevar por ellos, consciente de que estudiaremos poco, si no le pongo freno ya.
- Muy tentador... Pero prometiste que estudiaríamos.
- Ok. - dice sin separarse apenas de mi. Eh... ¿quieres beber algo? - Ofrece y yo afirmo con la cabeza.
Tras abrir la nevera, sacar unos refrescos y preparar un par de sanwiches, subimos a su habitación, que sigue tan vacía como hacía un par de días, solo está vez la cama si está hecha y la mochila descansa apollada, al lado del escritorio. Deja los refrescos sobre este y le da un mordisco al sanwich.
- ¿Seguro que hay que estudiar?- pregunta aburrido tumbándose en la cama.
- Pues si no quieres que me vaya ... Si.
Apaga la música, poniendo morritos de enfado y saco los apuntes. Dándose por vencido, se pone en modo serio y empezamos a repasar.
Pasa casi una hora, y apenas hemos adelantado la mitad, cuando empieza a bostezar de nuevo.
- Esa parte yo me la salto, luego me lo resumes, que me voy ha echar una siesta - dice levantándose de la silla y acomodandose en la cama, poniendo el libro sobre la cara, simulando dormir.
- Noah... No empieces, a mi también me aburre.
- Pero no es mañana, y esto es un coñazo, no le encuentro el sentido. - dice mientras se incorpora, sobre los codos.-A ver... Los libros, la pintura, se supone que esta para disfrutarla, no para estudiarla. A mi que mas me da de que se haya muerto o cuando. Y además solo cuentan las desgracias. Que si uno se vuelve loco y se corta una oreja, y que el otro estaba obsesionado con la muerte y se encierra en casa. Si yo consigo hacerme famoso, me voy a tener que suicidar, si no, seguro que no vendo un puto cuadro.
- Pues yo no voy a dejar que te suicides, así que olvidate de vender ningun cuadro.
- Admítelo, tengo razón. En mi biografía no puede poner, que me casé y tuve tres hijos, que viví felizmente hasta los 90 años, y que fallecí una noche mientras dormía ¡Eso no vende! Tendrás que dejarme y después yo, amargado por la crueldad de la vida, le daré a las drogas... Pintaré cuadros raros, que nadie entenderá, ni comprará. Me arruinaré y tendré que vender lo poco que tengo y viviré como un vagabundo pidiendo limosna. Años más tarde, mi cuerpo aparecerá, en el fondo del río, donde unos mafiosos lo han tirado por un ajuste de cuentas. Entonces si me haré famoso y sé venderán todos esos cuadros raros, que ni yo compraria, pero como nunca te dare el divorcio, serás una viuda millonaria y con una mansión en Las Bahamas.
- Con esa imaginación también podrías hacerte guionista, pero no le encuentro la gracia. Además, ya le das a las drogas sin ser famoso. - declaro sería, aún que en el fondo me hace mucha gracia su melodrama.
- Ven aquí, no te enfades. - Insta tomándome de la mano y atrayédome hacia el. Me sienta en su regazo. Sus ojos brillan, se ven tan limpios y serenos cuando no está enfadado, que no puedo resistirlo.- Si te pones así ... nunca seré famoso.
- Pues te tendrás que aguantar... Por que no pienso dejarte nunca. Y si me dejas tu, no es un drama, así que tampoco te harás famoso. - finjo un puchero.
- Ok. Trato hecho, nada de ser famoso. Tendré que hacerme mafioso o vivir a tu costa y ser un mantenido toda la vida - dice en mis labios. -
- Ni lo sueñes.
- ¿podemos hacer un descansito? - ruega meloso antes de besarme.
No puedo negarme, yo también lo necesito.
Empieza a besarme, son besos cortos, demasiado cortos, dejando una miel en mis labios que deseo saborear. Tengo la necesidad de buscar su lengua y solo con su roce, siento que me sube el calor en el cuerpo. No se en que momento, me he vuelto adicta a ellos, creo que no puedo dejar de besarle.
Se quita la camiseta y sin perder el tiempo vuelve a besarme. Acaricio su torso desnudo, más delgado de lo que parecía, marcando las abdominales por la falta de grasa en ellos. Sin embargo su ancha espalda y sus brazos están bien musculados, como si lo ejercitara con frecuencia.
Besa mi cuello formando un escalofrío en mi cuerpo, que clama por su piel. Mis manos enredandose en su pelo, siente ganas locas de no parar de besarle.
- Eres preciosa, ¿lo sabes? - dice con voz ronca en mi oído, dejando que su aliento caliente aun más mis ganas.
Un leve gemido, se escapa de mis labios y me percato de su sonrisa en mi cuello, adivinando que era esa reacción es la que buscaba.
No me dejó amedrentar, y coloco una pierna a cada lado, tomando pleno control de su cuerpo, sintiendo la creciente erección en mi centro.
Vuelve a besarme con furia, con necesidad, acariciando mi cuello y bajando hasta el escote. Deteniéndose cuando alcanza uno de mis pechos y lo acaricia con desesperación, tumbándome sobre la cama colocándose sobre mi.
Su tibia mano se cuela por debajo de mi sueter, acariciando mi abdomen, poniendome en tensión. Sigue subiendo en su camino hacia mi pecho, colándose también entre el encaje de mi sujetador. Sin pensarlo demasiado, se deshace del suéter, dejando mi pecho cubierto solo por el encaje blanco que lo cubre. Mirandolo con deseo, relamiendose y acariciando suavemente la fina linea del encaje. Nuestros latidos se hacen audibles, acompasados como tambores acelerados. Desabrocha mi sujetador, tirándolo lejos. Acaricia y besa mis senos, consiguiendo que me olvidé completamente de todo, que no sea consciente ni de la hora ni del lugar. Me siento acalorada, con los labios inchados. Mi corazón se acelera aún más, mi respiración se entrecorta. Estoy excitada, más de lo que he estado nunca, siento deseo, desesperación, y a la vez... miedo.
- Noah...pronuncio atropelladamente.
El para en seco, apretando mi cuerpo contra el suyo, undiendo su cara en mi cuello.
- Tenemos que seguir estudiando ¿no? - dice, sabiendo claramente que no es esa la razón.
- Si, será mejor -- anuncio con la voz aún temblorosa y avergonzada.-Creo que no deberíamos ir tan rápido.
- ok. Tengo todo el tiempo del mundo. - su voz denota ternura y yo hundo mi cabeza en su cuello, piel contra piel, sintiendo arder nuestros torsos desnudos, acompasando nuestra respiración, mientras en silencio, acaricia mi espalda.
- ¡Noah! ¿Estas en casa? - la voz de Dani suena desde abajo.
- !mierda! - exclama Noah, ante la interrupción. Me da un beso rápido, en mis labios y me tiende el sueter, por miedo a que suba.
- te juro que no sabía que vendría tan pronto. ¿me dejas que lo mate? - me pregunta, mientras nos incorporame. Y yo no sé dónde meterme.
- !Estoy arriba, estudiando!! Y no estoy solo.! Así que te puedes ir a tomar por el culo de aquí! - contesta a Dani, intentando parecer mas borde de lo que realmente suena.
-¡vale...! ¡Yo también te quiero! - le devuelve este.
Se oye mas gente abajo. Pero no consigo saber quien es, apenas lo oigo.
- Tendriamos que seguir estudiando, almenos si sube... - digo poniéndome el suéter, temiendo que nos vea otra vez.- Ya hemos descansado suficiente ¿no crees? - animo sentándome de nuevo en la silla.
- ¿suficiente? yo creo que no. Pero ¿Que me das si apruebo? - intenta chantagearme, mientras para mí disgusto vuelve a cubrirse el torso.
- si suspendes no vuelvo ha hablarte en un mes, asi que ya puedes estudiar.
- vale, asi no me hablaras de ningun escritor coñazo... mientras que me dejes besarte... - me vacila.
-Pues no, ni te hablaría ni dejaría que me besaras. - amenazo
De repente me coge de nuevo de la cintura y me tira sobre su cama, poniendose encima mia.
-con eso no se bromea... - dice amenazante.
-pues a estudiar, jovencito. - me rio de el, intentando separarle en valde.
Pero él, no hace caso y me besa, parece que ya no le importa quien este abajo.
Muerde mis labios, y busca mi lengua con la suya. Apolla su brazo, sobre la almohada, mientras acaricia mi pelo y recorre mis caderas con la otra mano. Puedo sentir nuevamente su ereccion, aunque no hace el más mínimo movimiento sobre mi. Vuelvo a enredarme en su pelo, y bajo lentamente una mano hasta su trasero, empujándolo hacia mi.
- ¿quieres que pare, o echo el cerrojo a la puerta? - me pregunta deseoso. Yo le beso a modo de respuesta. Me da lo mismo quien este ahi.
Se incorpora rapidamente, se quita nuevamente su camiseta y hecha el seguro a la puerta, sabiendo de sobra que igualmente nadie se atrevería a entrar.
Vuelve a mi lado, poniéndose sobre mi. Busco sus labios, su lengua, necesito el sabor de su boca, para calmar mi sed.
Sin darnos cuenta, se hace de noche, miro el reloj y es hora de irme. Guardo los libros que hace rato dejamos abandonados y coloco mi pelo. Noah se dirige al baño, mientras yo dibujo un corazón en su libreta, que cierro después, con intención de sorprenderle cuando la abra.
-!Mierda!! Es Eli el que está con Dani! - dice Noah, mientras yo pienso en que me trague la tierra.
Miro la hora, es muy tarde, ya casi tenia que estar en casa. No puedo seguir escondida en su habitacion por más tiempo, por muy incómodo que sea serle allí. Tenía razón Noah, si Eli de verdad hubiera sido mi novio abría sido difícil disimularlo, ahora yo intentaba bajar de una manera natural las escaleras, como si aparecer por allí, pudiera ser la cosa más natural. Escalón tras escalón, oigo lo a voz de Eli más clara, siento que le he traicionado, y quizá después de esto ya no quiera volver a saber nada de mi, pero yo no tengo la culpa de esta guerra que tienen. Todo sería más fácil, si de algún modo firmarán la paz. No queria que Eli, se enterará de esta manera, pero ya no puedo hacer nada. Quizá es mejor así, no podría ocultarlo eternamente y tarde o temprano terminaría enterandose.
Agachó mi cabeza, ocultando mi rostro con me cabello, que ha quedado suelto, creyendo que de ese modo podría ser invisible, o pasar desapercibida, esperando que no me vean salir desde el salón. Sin embargo, Noah parece tener otros planes muy distintos, y pasa su brazo alrededor de mis hombros, direccion a la puerta, y se despide de ellos, llamando su atención, haciendolo evidente.
Elias nos ve...
- Claro... Estudiando -farfulla desilusionado, pero de alguna manera pareciera que no le sorprende.
- Lo que estudie o no, con mi novia... No es asunto tuyo. - replica Noah recalcando lo de novia.
Elías, clava su mirada en mi, como cuchillos en mi pecho. Mantenerle la mirada es imposible, pero no tiene derecho a reprocharme nada, es mi vida, es mi decisión. El me dió de lado y yo no pienso entrar ahora, en ese juego de machitos. Se hace tarde.
- ¿puedes dejar de tratarme como una posesion?- Le regaño a Noah, sin poder enfadarme demasiado, una vez fuera de la casa.
-No te he tratado como una posesion... - alega
- si, ¡si lo has hecho! ¿Te has parado a pensar cómo me siento yo?
- No... Lo siento. Solo quería que tuviera claro que estás conmigo... O ¿acaso no te interesa a ti aclararselo? - las palabras se clavan en mi, consigue acusarme, darle la vuelta al asunto, haciendo que me sienta culpable por algo que él ha hecho.
- Noah.. ¿Te estas comportando como un bebe celoso?
- ¡no!.. O si.. Me da igual mientras que no te mire. ¡Que se olvide de ti!
-Eres imposible... Elías no me mira.
- Pues que deje de meterse donde no le llaman. Y que deje de pensar que tiene ningún derecho sobre ti. - dice antes de besarme y tenderme el casco de la moto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro