Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

21. La boda

Advertencia:

KatsuDekufem!

. . . .

Cuando entra, las chicas empiezan a gritar. No es para menos, Izuku apenas se está poniendo el vestido.

—¡Oye, idiota! No debes de ver a la novia antes de la boda —reclama Ochaco mientras lo apunta con la tenaza.

—¡Y más a medio vestir! —exclama Momo mientras hace el intento, junto con Kyoka, Tsuyu y Hagakure, de tapar a la joven novia que no puede hacer más que aferrarse al vestido.

—Ya, ya —Katsuki resopla—. Sólo vengo a hablar con la nerd.

—¿Acaso no puedes esperar a que termine la boda? —pregunta Mina haciendo un extraño morrito.

—Es de mala suerte ver a la novia vestida antes de la boda.

—Por algo lo hice antes de eso, ¿no lo creen? —comenta Katsuki un poco más harto.

—Kacchan... —susurra Izuku nerviosa—, podemos hablar después de que me vista, por favor.

—¡Pero es de mala suerte!

—Tranquilas —Izuku les sonríe.

—Sí, ni siquiera es mi boda —rueda los ojos Katsuki-, malo si fuera el bastardo mitad-mitad.

—¿Viene contigo? —pregunta Hagakure nerviosa.

—Claro que no —resopla—. Ya, Deku, te he visto en menos ropa que eso.

—¡Eso suena tan mal! —exclama Kyoka.

—¿Y qué tiene?

—Sí ¿y qué...? Auch... Mina-san, eso dolió —Izuku se soba el golpe que le ha dado la de cabellos rosas.

Todas las chicas saben que no se trata de ningún malentendido, Katsuki e Izuku son amigos desde la infancia, criados juntos desde pequeños. En los álbumes familiares en más de una ocasión aparecen ambos en fotografías donde salen en trajes de baño por estar en la playa.

—Está bien —suspira Yaoyorozu&, chicas, vámonos, es obvio que quieren hablar en paz.

No muy convencidas salen de la habitación. Izuku se sigue admirando en el espejo, Katsuki se posiciona detrás de ella y sube la cremallera que no podía alcanzar.

La pecosa sonríe agradecida—. Gracias, Kacchan.

—Es lo menos que puedo hacer por ti.

El silencio es horrible. Katsuki se siente tan culpable por nunca hablar de sus sentimientos, haberlos ocultado por el temor de ser rechazado ha sido su mayor error; ahora la pecosa ha encontrado el amor en alguien más, lo cual, destruye su corazón.

—¿De qué quieres hablar, Kacchan? —pregunta la pecosa mientras se pone las zapatillas.

Sí, Katsuki, ¿de qué quieres hablar? —se regaña en el pensamiento.

—Te traje esto —el rubio extiende un collar con una piedra de color azul—. Dicen que tienes que tener algo azul y algo prestado, esto es ambas cosas.

La pecosa se sonroja y, con una sonrisa, la acepta, le da la espalda y el rubio entiende qué debe de hacer. La piedra ahora descansa en su pecho, Izuku juguetea con ella con una sonrisa nostálgica.

—Es la que encontramos en la playa —susurra.

Katsuki lo recuerda perfectamente.

Tenían si acaso ocho años, ambos construían un castillo de arena, Katsuki hundía a los alrededores para que el agua del mar no lo derrumbara e Izuku mojaba algo de la arena para poder construir mucho mejor cada habitación. Entonces las olas arrastraron algo que llamó la atención de la pecosa. Sin querer pateó su castillo por ir tras él, Katsuki la reprendió, pero al ver el tesoro en las manos de la niña de ojos esmeralda se preguntó si aquello valdría millones. Estuvieron jugando otro rato más, Katsuki decía ser su caballero mientras que Izuku la noble princesa del castillo derrumbado.

Algo que nunca olvidaría sería el beso que le dió para guardar el secreto del collar.

El tesoro más grande de Katsuki e Izuku descansa en el pecho de ella, quien se admira mucho más en el espejo tan feliz de tener aquello de vuelta.

Katsuki la abraza por la espalda, entierra su rostro en su hombro mientras se lamenta en el interior. No quiere llorar, no quiere mostrarse más vulnerable, sabe que es su culpa, debió decirle que le gustaba desde los seis años y no callar su amor, debió hacerlo.

Pero es un cobarde.

—Por favor, quedemonos un momento así —susurra, siente las manos de Izuku acariciar sus cabellos.

Una que otra lágrima ha escapado, pero no puede pedirle que no se case. No puede, ella ha hecho su vida y está a nada de juntarla con su verdadero amor. Es hora de dejarla ir, pero Katsuki no está listo aun para eso. La verdad es que dudaba estar listo en otro momento.

Siempre se imaginó estar junto a ella, mas nunca pensó que se la arrebatarían.

—Kacchan —el susurro de Izuku le hace pensar que quiere llorar y, cuando eleva su mirada, puede ver sus ojos tristes a través del espejo.

La puerta se abre.

—¡Deku-chan, ya llegó el novio! —exclama la mejor amiga de la novia.

—Cinco minutos más, cara redonda —habla Katsuki sin dignarse a verla. La pecosa le hace señas de que haga lo pedido.

Hay tanto que hablar, pero el silencio vuelve a reinar.

Katsuki quiere decirle aquello que acongoja su corazón, lo que hace que se sienta tan infeliz en un día que se supone que trae tanta dicha, cuánto hubiera deseado ser el que le dió el anillo a Izuku, cuánto hubiera deseado ser él el llamado novio.

—No puedo hacer esperar más a Todoroki-kun —susurra Izuku mientras desvía la mirada—. Lo siento, Kacchan.

—Izu, te a...

—¿Amor? —la puerta se vuelve a abrir, el novio observa a Katsuki quien ha callado ante la interrupción.

—¡Todoroki-kun, es de mala suerte que nos veamos antes de la boda! —exclama Izuku mientras intenta esconderse tras el rubio.

—No seas boba, nada ni nadie me va a separar de ti —el de ojos heterocromáticos avanza hacia ella y Katsuki puede observar en primera fila el beso que le da en su frente—. No me dejes en el altar, ¿vale?

—Ya voy, sólo dame cinco minutos —chilla Izuku y su novio le acaricia la mejilla.

—Bien, bien, con permiso, Katsuki —el novio le guiña el ojo mientras le dedica una sonrisa. El rubio rueda los ojos, de verdad no entiende cómo se le ocurrió fijarse en semejante basura.

Bueno, quizás sólo esté celoso.

—Kacchan, ¿qué ibas a decirme? —Izuku lo mira con ojos iluminados.

—Te habías olvidado de traer algo viejo, nuestro collar sirve también para eso —habla rápido Katsuki sintiéndose tan mal por querer anteponer sus sentimientos.

Izuku desvía la mirada—. Oh, eso... Está bien, sólo quiero usar lo que Kacchan me dé.

—Izu, lo lamento, pero tampoco estaré en la boda.

—¿Por qué? Prometiste...

—Ya sé que lo hice —la interrumpe—, pero no puedo verte casada.

Mierda, no debió decir eso.

—¿Kacchan?

—Sé feliz con el bastardo mitad-mitad, me iré ya mismo.

—Kacchan...

—Quizás después te dé tu regalo de bodas, no te preocupes, es el trabajo, me consume.

—Kacchan.

—Y salúdame a todos, me voy.

—¡Kacchan!

Katsuki pega la vuelta de inmediato, la pecosa no duda en abrazarlo desde la espalda.

—Izuku, vas a arruinar tu maquillaje.

—¿Hasta el día de mi boda vas a seguir ocultándolo? —susurra la pecosa—. ¿O acaso son ideas mías?

—¿De qué hablas? —murmura Katsuki mientras siente su corazón dar un vuelco—. Deku, te vas a casar, no hagas esperar más al bastardo y cásate.

—¿Eso es lo que quieres?

No.

—Sí, me haría feliz verte feliz.

Y, con ello, le deja salir.

. . . .

Si alguien se opone a la unión de estas dos personas, que...

¡Me opongo!

Izuku observa a su novio y después a la puerta. Katsuki a entrado de pronto. Él también la mira, confundido.

Él no fue quien dijo aquello.

—¿Midoriya? —susurra su novio, hasta ese día seguían siendo tan respetuosos.

Izuku desvía la mirada—. No puedo casarme contigo, no puedo hacer infeliz a Kacchan.

Voltea a ver al rubio de nuevo y este no puede con su sorpresa. Izuku corre a donde está él mientras levanta su vestido y se lanza a sus brazos. El de ojos carmesí la atrapa en un abrazo.

¿Deku?

¡Te amo, Kacchan!

***
Espero que les haya gustado uvu

¡nos vemos!

***
Qué paja acomodarle los guiones.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro