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13. Omega.

Advertencia

El capítulo único contiene temas de aborto, desinformación, sufrimiento, dependencia emocional, violación, etc.

Si eres una persona sensible, por favor, no lo leas, no quiero ocasionarte algo negativo.

Si quieres saber de qué trata sin leer todo el capítulo, al final hay una breve explicación del mismo.

***

By Midoriya

El daño estaba hecho. Me dejé caer en el colchón de mi cama y, poco a poco, cubrí mi cuerpo. Sentía un fuerte dolor en el pecho como nunca había experimentado. Dolía, dolía bastante. Sabía que no podía estar con él, con mi amor de la infancia, con mi amado Kacchan. Lo supe desde que apareció su segundo género. Alfa. Nuestros olores no son compatibles. No puedo olerlo ni él puede someterme. Simplemente nuestros lobos no congeniaban y no estaba seguro del porqué aún no conocía al mío. Soy un beta. Un maldito Beta. Es cierto que existen relaciones Alfa-Beta. No es extraño dado que es poco probable ser un Omega. Cada diez mil nacimientos solo uno sale con la condición inferior. No eran bien vistos, más que nada porque el lobo de los Alfas usualmente es más demandante mientras que el lobo de los Omegas es muy sumiso ante su grito. Es extraño ver a Alfas y Omegas trabajando juntos, pero sucede siempre y cuando ambas partes usen supresores de olor. Por lo usual, en los trabajos de oficina se encuentran los Omegas, mientras que en trabajos donde impliquen fuerza se ven alfas. Bueno, casi siempre. Es raro encontrar un Omega ya que los Betas predominan. Los matrimonios Alfa-Omega son la pareja ideal; el desarrollo de un bebé es de 7 meses, mientras que, de un Alfa-Beta sólo puede ocurrir un embarazo si se trata de una relación heterosexual, así como la relación Beta-Beta y Beta-Omega. La relación Alfa-Alfa el embarazo es extraño y puede tardar hasta 12 meses, así como la relación Omega-Omega, recurriendo al primer género.

Nunca podría tener hijos con Kacchan.

Decidí centrarme en los estudios, obtuve mi título en automático y obtuve trabajo en un buffet. No mentiré que fui muy feliz al enterarme que Kacchan también estaba ahí. Empezamos a hablar. Trabajamos juntos en reiteradas veces. De vez en cuando salíamos a comer festejando los triunfos del buffet. Llevábamos así tres años y sentía mi corazón latir con tanta fuerza. Juro que podía ver que pronto empezaríamos una relación. Era común después de todo, no había nada de malo. Iba con gusto a lo que sería nuestra primera cita oficial. El día anterior le había propuesto salir para hablar de los dos. Estaba poniendo mis cartas sobre la mesa dispuesto a ganar. Saliendo del departamento experimenté por primera vez lo conocido como celo. El cuerpo hirviendo, la vista nublada, las ganas retorcidas de ser tomado y la lubricación extrema en mi entrada anal.

Y los olores.

Los malditos olores que me hacían restregarme contra el piso y someterme por completo. El miedo se apoderó de mi cuando aparecieron mis vecinos, todos Alfas. Era raro encontrar un Omega, pero eran muy común las violaciones hacia ese segundo género. Lo peor del celo es no poder defenderte cuando alguien más te toca. Lo descubrí en carne propia, aunque nada comparado por mi docilidad al dejarme penetrar reiteradas veces por personas conocidas. El primer celo de un Omega es el más bestial y el único donde se tiene el 100% de probabilidad de terminar en embarazo utilizando cualquier método anticonceptivo. Ni siquiera los condones servían ante ello. Un Alfa sólo puede aunarse con un Omega. Su glande se inflama y sobresalen unos pinchos en ello con tal de no separarse ocasionando un dolor indescriptible. Cuando un Omega en celo está rodeado de Alfas, ellos se muestran más agresivos, incluso pueden atacar a su presa al tratar de defender lo que desean poseer. No hace falta mencionar que sucede mientras esto ocurre. Y, cuando todo lo creía perdido, llegaron unos uniformados. Una mujer Alfa me tomó en brazos y me sacó de ahí mientras que sus compañeros trataban de detener a mis agresores. Nunca ingresan a la cárcel a los Alfas que toman a Omegas sin su consentimiento ya que la ley los protege, dado que fue bajo el control hormonal. Así que no hubo de otra, estuve internado en el hospital todo lo que duró mi celo, sedado hasta el culo y más muerto que caliente, cosa que agradecía ya que no tenía poder sobre mi cuarto.

Mamá me visitó muchas veces, cuidando de mí. Se disculpaba por no haberme hecho el examen médico para saber cuál era mi segundo género. Creyó que al no presentar ningún cambio como Alfa u Omega creyó que era un Beta, haciéndome ver mi realidad como tal. Y, cuando me recuperé, Kacchan vino a verme.

. . . .

. .

—Hola —su voz neutral. Se recargó en el marco de la puerta observándome. Pude notar su incomodidad.

—Hola...

Mi voz parece un susurro. Él entra lentamente a la habitación.

—Debiste probar los camarones, estaban deliciosos —mi risa era vaga y amarga.

—Al menos los disfrutaste. Qué pena que fuera solo.

—Pues-

—¡Midoriya! —Yaoyorozu entró arrojando su hermoso abrigo de piel al piso y se lanzó a abrazarme después de interrumpir olímpicamente a Kacchan. La hermosa Alfa me apretaba contra su "par de amigas"—. Estaba tan preocupada.

—Ya pasó, estoy bien —intenté sonreír—. Voy a dar a luz en unos meses así que...

No pude continuar, prontamente me puse a llorar. Yaoyorozu me abrazó de nuevo. Vi como entraron Kirishima, Todoroki, Iida y Sero. Vi la panza de cinco meses de Todoroki y eso me aterró. Antes lo veía como algo normal pero ahora que me pasará lo mismo no sé si pueda con esa responsabilidad. Iida abrazó un poco a Todoroki, quizá dándole apoyo. Kacchan hizo lo mismo con Kirishima quien se puso a llorar, acompañando mi sufrimiento. Sero también lo abrazó entre pequeñas lágrimas. Todo parecía un funeral en donde yo era el muerto.

—Está bien, todavía puedo escoger la opción de... Abortar.

Yaoyorozu de inmediato se hizo a un lado.

—No puedes estar hablando en serio... Los omegas sufren más que una mujer. Podrías quedar estéril.

—Son mitos —habla Kirishima—. En mi primer celo también abusaron de mi así que aborté. Entiendo cómo te sientes, pero primero debes pensar si hacerlo o tener un bebé. Es cierto que es difícil al principio, pero con el tiempo sanas.

—No sé si pueda matar un bebé... Pero tampoco lo quiero.

—Entonces puedes dármelo.

La voz de Todoroki hace que todos le veamos con atención.

—Si no puedes criar al hijo de tu violador, quien no tiene la culpa, ni puedes abortarlo por tus principios, puedes dármelo. Es mucho mejor. No te propongo esto porque seas mi amigo, sinceramente apoyo a Kirishima en el aspecto del aborto, pero si no quieres hacerlo no te podemos obligar. Ya he tenido hijos así que sé criarlos y es mucho mejor que esté conmigo a que esté en un orfanatorio.

—No sé si sea capaz de darte mi bebé.

—Hace poco dijiste que no lo querías.

—Lo odio, pero no quiero dártelo. No quiero matarlo, ni regalarlo y mucho menos responsabilizarme de él.

—¿Entonces?

—No lo sé. No quiero hablar de eso.

No quiero tener un hijo que no sea de Kacchan pero tampoco sé si quiero matar un bebé. Sólo estoy muy asustado. Yaoyorozu junto con Sero e Iida salen para hablar con el médico que me atiende mientras que Kirishima y Todoroki hablan afuera de la habitación. Kacchan se acerca a mí.

—¿Por qué no aceptaste la propuesta?

—No sé. Tengo miedo.

—Podría cuidarlo en lo que te recuperas y ahí podrías decidir si tenerlo o no. No creo que te odie por eso, sólo quiere ayudarte.

—Podría abortar.

—Entonces hazlo. No es un bebé aún.

—Kacchan, yo...

—¿Tú?

—Nada —giro la cabeza mirando hacia la ventana de la habitación. Kacchan toma mi mano, cuidadoso y temeroso por terminar de lastimarme. Su cercanía pronto es más aproximada, se sienta en la cama y trato de incorporarme en esta, haciendo lo mismo que él. Apoyo mi cabeza en su hombro y lloro con tantas ganas. Había deseado tanto ser un omega y, ahora que lo soy, es lo que más detesto.

Ser un omega apesta.

—¿Sabes? Planeaba decirte cuánto te he amado en todo este tiempo —mi susurro es tan bajo que me mira con extrañeza.

—¿Qué?

—Nada, son tonterías.

—Hablas de amarme.

—¿Me escuchaste?

—Tu cara está pegada a la mía, tus labios están contra mí oído así que sí.

—Oh.

—Mira, Deku-

La puerta vuelve a abrirse, interrumpiendo por segunda vez a mi amado. Volteamos a ver de quién se trata. Yaoyorozu sostiene a Todoroki, quien parece mareado. Iida está detrás platicando de no sé qué con Sero y Kirishima.

—Bakugō-san, nos tenemos que ir, pasaré a dejar a Todoroki-san a tu casa ya que está cansado —habla Yaoyorozu. ¿Por qué Todoroki tiene que estar en su casa?

—Claro, en un momento los alcanzo, adelanten, mientras voy a despedirme —habla de nuevo mi rubio amor. Veo a Todoroki hacer un movimiento vago con la mano.

—Hasta luego Midoriya, perdona tener que retirarme, pero no es fácil tener gemelos, Katsuki, te veo en casa.

—Quiero verte reposando, nada de comer soba. Deja esa mierda que no quiero tener unos hijos adictos a la soba fría.

¿Qué? Wow, no creí que las cosas fueran así. Ahora más que nunca deseo abortar. Deseo irme de ese lugar. ¿Acaso las cosas no podrían ir peor? ¿Acaso no podría un Dios ser más justo conmigo y dejar de jugar con mi pobre cuerpo para que siga cayendo? No creí que eso pasaría. Aunque, viéndolo en retrospectiva, Kacchan entró al mismo tiempo que Todoroki-kun, los mismos días que faltaba Todoroki-kun por incapacidad eran los mismos días que Kacchan faltaba, resolvían casos juntos, eran un equipo de élite. Corrijo. Son un equipo de élite. Una pareja romántica y laboral. Pude ver el amor en los ojos de Todoroki-kun profesarle a mi amado rubio y pude ver la pequeña sonrisa en los labios de mi Kacchan, quien no era nada mio más que en mis sueños. Incluso pude ver las afamadas "marcas" en sus muñecas. Dos triskeles. Quizás tengo muy mala suerte. No me di cuenta en qué momento salieron y en qué momento Kacchan me susurró "lo siento, pero no puedo corresponderte, no creí que sintieras algo por mí, te amo, somos amigos, no quiero que las cosas sean como antes, te daré tu espacio y, cuando me necesites, puedes venir a mi" para después marcharse. No lo sé.

Sólo quería desaparecer.

. . . .

. .

Tengo tres meses de embarazo y no sé nada de ser omega. Al final no supe cuándo realizarme el aborto. Dejé de trabajar. Dejé de ser feliz. ¿Podría tratarse porque mi lobo está decaído? Cada que lo veo, su llanto es algo que no me deja dormir eso y sin mencionar la marca que me ha aparecido. Dos triskeles... Es tan parecida a la marca de Kacchan y Todoroki-kun que parece que tengo una oportunidad de no ser porque parece que alguien la rayó sin importar qué signifique o algo. Mi lobo es un macho al igual que el de mi Kacchan, quizás por ello no pueda estar con él ya que debe de ser su contrario para poder reconocer sus olores.

Es injusto. Deseo tanto verlo, tenerlo frente a mí y poder ser libre de profesar mi amor hacia él sin que nadie pueda evitarlo. Desearía poder ser yo quien tenga los hijos de Kacchan y no Todoroki-kun. Desearía tanto que cambiaramos de lugar. Quizás podría convencerlo de estar conmigo, él dijo que me amaba, pero quizá apresurar su relación con Todoroki-kun fue que todo resultó así, debo pelear por su amor, debo ir por él. Quizá por eso tengo la misma marca que ellos dos, por eso mi lobo sufre porque es él quien esté al lado del lobo de mi amado, no Todoroki-kun.

Sólo debo pelear una vez más por él.

. . . .

. .

Estoy inquieto.

Delante de su puerta, no puedo siquiera tocar, estoy estático, muerto de miedo por no saber qué pueda suceder. Su olor está tan presente que sé que está en casa. Seguramente está solo y puedo aprovechar a tocar. Suspiro. Debo armarme de valor, por Kacchan lo que sea.

Así que toco la puerta al momento de caer contra ella, sintiendo mi cuerpo arder de nuevo como hace meses. ¿Por qué sucede esto ahora? Estoy peor ahora mismo y sé que se aproxima porque su olor es tan fuerte que hace que me restriegue contra la puerta. Debo parecer un idiota por no poder siquiera pararme. Duele, duele bastante y el querer ser tomado de nuevo es lo principal en mi mente. Quiero que Kacchan se aunude en mí, quiero sentirle bestial sobre mí, quiero todo de él, lo quiero a él.

Lo necesito conmigo, ahora y siempre.

Los segundos parecen horas y cada pisada que da es tan estruendosa que me hace babear como loco. Mi mano sobre la entrepierna agitandola como un vil diablo. Entonces se abre como tanto he deseado y de su salto me trepo a él. Es un alfa, tenemos la misma marca y puede tomarme. Es todo lo que sé de alfas y omegas marcados iguales. Una vez la marca existe, sólo con esa persona puede haber interacción sexual hasta que la marca se rompa, ya sea por muerte o por desilusión total.

—¿Deku?

—¡Cógeme, cógeme, sé mi alfa, por favor! —me bajo el pantalón tan torpe mientras trato de mostrar mi marca, pero él parece no ver nada. Él también está en su celo. ¿Será que se le adelantó por verme? Mi olor pudo causarle eso. Cierra la puerta mientras trata de arrastrarme adentro. Noto cuanto se esfuerza en no irse encima de mí y el estarme desnudando no le funciona en nada. Un segundo olor fuerte llega a mi nariz; un omega en celo.

Todoroki-kun sale de una habitación, jadeante, desnudo al igual que yo.

—Katsuki, te necesito.

Estoy haciendo locuras mientras que estoy más cuerdo que nunca. Mi cuerpo no hace nada que deseo. El celo de Todoroki-kun y el mio quizá inició al mismo tiempo y es por ello que el de Kacchan se pudo adelantar. Mi vista nublada es terrible pero las manos heladas de Todoroki recorren mi cuerpo.

—Sólo es un celo, no hay problema si sólo es en esta ocasión. Todo será igual que antes así que sólo hazlo.

. . . .

. .

Dos semanas.

El celo de un alfa es dos veces más largo que el de un omega. Kacchan estuvo conmigo al mismo tiempo que con Todoroki-kun. Mi marca funciona y es tan verdadera como el de ellos. Estoy vinculado a Kacchan y eso me hace feliz que ni siquiera pienso en que Todoroki-kun lo comparte conmigo. En cuanto acabó, la casa olía a sudor, a sexo, a semen y tres caracteristicos olores; el de Todoroki-kun es de fresas, el de mi Kacchan es a caramelo quemado y el mio de vainilla. Mi amor eterno se fue, diciendo no sé qué a Todoroki-kun y sin despedirse de mí.

—¿Quieres café, Midoriya? —Todoroki-kun usa la camisa de Kacchan junto con unos pantalones flojos. Debajo de sus ojos unas bolsas oscuras se hacen presentes. Está cansado. Momento.

—Sí, pero... Ah... ¿Por qué...? ¿Por qué hicimos...?

—El celo es algo normal, no sé cómo es que Katsuki logro aunarse en ti ya que sólo los alfas y omegas marcados entre ellos pueden. Supongo fue porque estábamos en celo.

Deja la taza de café caliente sobre la mesa, la tomo y doy un pequeño sorbo. Él está tan calmado que me resulta incómodo. Yo, en su lugar, estaría como fiera, después de todo, acabo de meterme con su pareja...

—Aun así, no entiendo por qué aceptaste a que Kacchan y yo...

—Midoriya —su voz volvió a ser la de antes, grave y algo indiferente—. Hay que ser idiota para ligar lo hormonal con lo sentimental. Esto fue sexo y eso es lo que hace el celo; tener sexo sin control. Ninguno tiene poder sobre uno mismo.

—¿Quieres decir que realmente no te importa? —deja la taza sobre la mesa después de darle un largo sorbo, mirándome como si fuera un idiota.

—Me importa, estamos hablando de mi marido, no es como que seamos tan liberales para intercambiar parejas o algo parecido, simplemente no puedo considerarlo infidelidad. No entiendo cómo ha ocurrido, pero no voy a martirizarme por eso. Katsuki y yo estamos ligados por una marca, nuestros lobos están juntos, estamos casados, tenemos hijos, tenemos una linda familia y no voy a dejar que un malentendido por culpa del celo, que es completamente normal, se interponga por querer romantizar algo tan burdo como eso. Me importa poco que seamos omegas, que él sea un alfa, incluso. Sé que muchas parejas podrían separarse por eso y lo entiendo, pero no es algo que yo haría. Es cuestión del segundo género, es parte de mí, pero no va a interferir en mi vida. Katsuki y yo compartimos algo más allá de lo hormonal, nuestro vínculo es más fuerte que un problema causado por la coincidencia de tu celo con la de nosotros y haberlo compartido no significa que afecte nuestra vida. Espero que me entiendas porque he hablado más que toda la semana pasada.

—Creo que entiendo...

No puedo dejar de observar mi taza ahora.

—¿Cómo vas con tu embarazo?

Levanto la mirada. Todoroki me mira desde su asiento bebiendo tan lento que mi corazón lo siento en la garganta y las ganas de vomitar se intensifican. Recuerdo cómo dijo que le diera a mi bebé y eso me hace tener algo de miedo de su mirar.

—Yo... No he ido a consulta.

—No creo que esté comiendo bien, estás en los huesos, tu cabello es tan quebradizo y tu olor es deprimente.

Lo sé. Me duele que me recalque cada una de las cosas que odio de mí. Yo también lo odio, Todoroki-kun

—Eso no...

—A menos que quieras que tu hijo salga débil y tengas complicaciones en el parto, pues vas por buen camino.

Su ironía me duele. Tiene razón. Pude abortar mas no lo hice por no querer ser un asesino y ahora seré un pésimo ejemplar familiar. Todoroki se pasea delante de mí, dejando ver la marca de los dientes de Kacchan sobre su piel bien cuidada. Su olor es embriagante, su piel es tan tersa, sus cabellos brillan contra la luz como el oro. Es un omega de alta gama, único en su clase, magnífico ejemplar. No podía esperar más del buen gusto de mi Kacchan.

Y por la cantidad de fotografías de niños... Él lo ama tanto como para tener esa cantidad de hijos.

—Sé que lo amas y por tu bien, es mejor que te deshagas de tus sentimientos. No te voy a ceder a mi esposo.

—¿Qué?

—Tal y como lo escuchas, no te voy a dar a mi esposo por tener sexo con él, es mi marido, es el padre de mis hijos, es mi destinado, es mío.

—Aunque me lo dieras, Kacchan no merece un omega tan terrible como yo.

. . . .
. .

Por alguna razón, las palabras de Todoroki me carcomen aún. Han pasado cerca de tres semanas y no puedo dejar de pensar en ello. Debería preocuparme por mi bebé. Ayer logré reunir fuerzas de no sé dónde y pude ir a alguna clínica para planificar mi parto. Decidí la línea fácil de la cesárea. No podría con un parto natural, siento que me desmembraría. Tengo miedo.

Tengo miedo de mi bebé. No quiero tenerlo. Quiero matarlo.

La llamada de Kirishima me despeja de mis pensamientos crueles, contesto y pongo el celular contra mi oído.

¿Midoriya?

Ah, sí. Siento mucho dejarlos colgados, es sólo que...

Temo ser yo quien empiece con las malas noticias, pero acabamos de hacer una votación y desafortunadamente no puedes seguir con nosotros.

Vaya. Sin trabajo ahora.

—No te preocupes.

¿Quieres ir a tomar algo en mi casa?

—No quiero incomodar.

Sólo será un rato.

. . . .
. .

No sé porqué acepté. Kirishima abrió amable la puerta y me dejó estar en su humilde morada. Sabía que tenía una bebé de menos de dos años a la que jamás había conocido y hoy, por fin, tuve la dicha de conocerla. Sin mentir, fue una horrible bofetada. Pronto yo estaría con un bebé que no deseo, en una vida de escasez donde no podría darle algo que fuera de provecho.

Kirishima fue muy amable. Intentó que casi no me cruzara con su pequeña -cosa que, al ser su casa, no podía tenerla escondida- y evitó hablar de mi evidente embarazo. Yo lo agradecí. Por primera vez no me sentía una vaca gorda a la que le duelen las ubres. Me sentía otra vez yo, en una reunión casual con un compañero hablando de desventuras del pasado, de casos extraños tomados, bebiendo cerveza sin alcohol y riendo amenamente.

—¿Entonces tomaron el caso de la casona de la privada abandonada?

—Quién iba a decir que sería una de las bases de un cartel. Afortunadamente, un yakuza los delató. Todo está bien, creo —ríe—, aunque ya sabes que Bakugō no está tranquilo, puede que algo se destape y quedemos mal, después de todo no es nuestro deber hacer el trabajo del oficial.

—¿Y cómo están...? Ya sabes, todos —pregunto tratando de saber más de mi amor platónico.

—Iida y Yaoyorozu por fin iniciaron una relación —aquello me alegra—, ya les hacía falta.

—¿Y qué tal Sero?

—Pues está en conseguir una casa en las afueras, ya sabes que en su anterior departamento estaba un sujeto que se la pasaba llorando por su ex y realmente no lo soportó.

Reímos.

—¿Y Bakugō?

—Se separó de Todoroki.

Me levanto de golpe.

—¿Cómo...? ¿En serio? —no deja de mirar su vaso—. Kirishima-san, ¿es en se-?

—Estoy mintiendo, sólo estaba probando algo —su comentario me toma desprevenido—. Sucedió algo entre ustedes, ¿verdad?

—Eso no-

Se sube la manga hasta arriba de los codos y me enseña lo que parece un tatuaje en su piel. Su marca con Kacchan, rota, borrosa, igual que la mía. Su mirada es triste, tanto que mi lobo vuelve a llorar. Lo entiendo. Comprendo lo que siente. Su olor me lo indica y trata de reconfortarme. Me hace sentir lo que siente y eso me mata, me quema, se graba en mi piel ocasionandome daño.

—Puedo ver tu marca.

. . . .
. .

Bakugō y yo fuimos a Canadá durante un caso. Fuimos sorteados para ir a una conferencia importante. Nos fuimos una semana antes de todo, queríamos hacer montañismo como tanto le gusta. Todoroki tenía que estar en Bogotá, en Irlanda y en China, recuerdo que tenía que estar viajando constantemente y decidió tener un par de semanas conmigo, ya que soy su mejor amigo.

Queríamos divertirnos.

No sé si lo recuerdes, pero desaparecimos dos semanas. El hotel donde estábamos se ubicaba al pie de una montaña, en la cual, hubo una avalancha que nos dejó incomunicados. Esa misma tarde íbamos a regresar a casa, estaba a dos días que iniciara mi celo y al estar tan lejos de la civilización, la incomunicación y la tormenta, no nos dejaba poder escapar. No llevaba nada, ni un supresor ni mis medicamentos para poder seguir estando cuerdo. La comida fue muy limitada, ya que no podiamos darnos el lujo de acabarnos todo sin saber cuándo podríamos salir.

Una noche antes de que iniciara mi celo se lo hice saber. Pusimos barricadas en mi habitación. Hicimos de todo con tal de que no pasara algo que no queríamos. Logre estar una semana completamente aislado de los demás. Para mi fortuna, habían tres alfas en el edificio, dos de ellos estaban vinculados así que sólo quedaba Bakugō cuidandome para evitar iniciar cualquier tipo de sorpresa innecesaria.

No supe qué ocurrió, pero logré sacar un brazo fuera de mi habitación. Bakugō me tomó en brazos e intentó hacerme volver a la cama para que reposara, luchó contra sus instintos y... Perdió.

Esa fue la primera vez que tuve mi celo con él. Así como escuchas, la primera vez. Tuvimos tres encuentros en total. Mi celo se intensificó al punto de hacerme doblar por el dolor. La segunda vez fue en una ocasión que se le perdió a Todoroki porque quería complacerme, quería enmendar la culpa que sentía por haberme amarrado a él. Yo lo amé mientras tanto.

En esa segunda vez obtuve a mi bebé. Sí, es hija de Bakugō. Él la visita, le da juguetes, salen a pasear y todo. Ella es tan parecida a él. Es tan rebelde, tan alocada, tan idéntica a él. Es su copia exacta.

La tercera y última no tengo idea de porqué ocurrió. Ya no sentía tanto dolor durante mi celo, me estaba adaptando a mi vida con un bebé que mejoró. Mi lobo estaba recuperado. Creo que fue una despedida, mas mía que suya. Yo sabía que no me quería y, por alguna razón, la marca lo hacía regresar a mi. No siempre se veía así. Era una marca completa, él la veía y estaba tan confundido como yo. Al final se aclaró y supo que entre nosotros sólo estaríamos unidos por nuestra hija y por nuestra amistad, desde entonces se está desvaneciendo.

Todoroki lo sabe si te lo preguntas. Fue la peor época para él. Estar con Bakugō era como vivir un romance estudiantil, mientras que para él, fue como arrancarle la piel en vida propia en cuanto se enteró. Por aquel entonces, esperaban un bebé, el cual, no se logró. Fue mucho peor. Para evitarle un dolor mucho peor, se hizo la vasectomía sin bisturí y, hasta hace varios meses, la revirtió. No quería obligar a Todoroki a llenarse de pastillas o hacerlo sentir culpable.

. . . .
. .

Recordé las palabras de Todoroki. Recordé cada frase que dijo aquel día. Lo recordé. Estaba sumido en mi dolor que no pude darme cuenta, pero él sufría como yo. No sé cómo no pude darme cuenta. Bebía el café hirviendo, se rascaba los brazos en cada momento y tenía arañazos en su cuello. Se obligó a pensar que todo estaba bien, que su forma de pensar lo salvaría de sus emociones.

Fui un idiota.

No soy el único con problemas.

No soy el centro del universo.

No puedo seguir negándolo. Dentro de mi hay un feto, próximo bebé. Dentro de mi hay una vida que no negué. Dentro de mi hay una responsabilidad. No puedo seguir lamentandome. No puedo seguir llorando por Kacchan quien, no solo ha mostrado interés amistoso hacia mi, sino que ha estado para mi porque es justamente eso. Un amigo.

Es mi amigo.

No puedo estar deseando usurpar el lugar de Todoroki. No importa qué suceda. Kacchan lo ama. Han pasado por tantas pruebas que realmente es triste. Todoroki sufre por él porque lo ama, Kacchan sigue con él porque lo ama.

Y yo lo sé. Yo lo vi.

No sé porqué salí corriendo de la casa de Kirishima. No sé porque corro por las calles esquivando los automóviles. Ni los gritos de Kirishima a mis espaldas me hacen regresar o entrar en razón. Sólo quiero ir a verlo, quiero ver lo que me he negado a ver con claridad.

Y, al dar la vuelta a la cuadra, Kacchan está ahí.

. . . .
. .

—Tienes razón, los camarones son deliciosos.

Mi comentario lo hace sonreír levemente.

—Te lo debía, habíamos quedado en salir para festejar el triunfo del caso y lo habiamos pospuesto tanto que este lugar creció y tuvimos que pagar un lugar.

Río. Bebo un poco de agua y termino por acabarme lo que hay en mi platillo.

—Iba a verte —lo suelta tal como una bomba. No quiero que diga eso, siento que voy a flaquear.

—¿Por?

—Por lo del trabajo, quería saber cómo está tu... Ya sabes, tu hijo.

—Está bien. Estamos bien —nunca me había sentido tan bien de tener un bebé. Kacchan se dio cuenta de ello y me sonrió. Parecíamos una pareja.

—Estuve enamorado de ti.

La otra bomba no la vi venir.

—Te amé que no supe cómo acercarme. Me bastaba con mirarte de lejos y eso era más que suficiente. Lo supe en el instituto, mas nunca dije nada.

—¿Por qué lo dices ahora? —no puedo evitar llorar. Y él lo hace, sólo que menos que yo.

—Porque necesito dejar de arrastrar mi pasado —aquello me hace mirar hacia la mesa y me pierdo en el mantel—. Te amé muchísimo. No quise dejarme dominar por mis sentimientos así que me entregué al trabajo inmediatamente. Empecé a salir con Shōto, nos enamoramos, fue espontáneo, entonces aparecieron nuestras marcas y me casé. Teníamos veintitres años, tuvimos nuestro primer bebé, era feliz con mi pequeña familia. Y... Regresaste a mi vida. Una parte de mi se dividió. Mi lobo adora a Shōto, lo ama con locura, pero yo... Volverte a ver fue una excusa perfecta para trabajar contigo. Empezamos a tomar casos juntos unas cuantas veces y más me sentía atado a ti, al mismo tiempo, convivía con los demás. Creía que estar contigo era como conectar con mi pasado y estar ligado a ello. Ser camaradas era divertido y competitivo. Entonces tuve un desliz con Kirishima.

—Lo sé —mi comentario le resultó obvio. Había dejado de moquear por la mitad de su relato.

—Se llama Kore, me encanta la mitología y no pude evitarlo. Ella se veía tan rosa, tan llena de vida, tan preciosa que pensé que seguramente amaba a Kirishima. No fue así. Sólo lo ilusionaba con cada día que pasaba. El final tuvo que darse, seguía casado y Shōto me necesitaba. Sigo visitando a Kore, es mi hija y no pienso abandonarla. Nos dimos un espacio Kirishima y yo muy necesario, seguimos saliendo como amigos al dia de hoy.

—No sé porqué me cuentas todo esto.

—Porque no quiero que se repita contigo. Fuiste mi primer amor, no puedo manchar lo que sentía por ti haciendote sentir mal, haciendo regresar sentimientos que ya no vienen al caso. Hice mi vida, tengo un trabajo, estoy casado y tengo una familia que no cambiaría por nada. Esa es la realidad. Te invite a venir aquí para darnos un final.

Paso saliva. Sabía que esto tendría que ser así. Mi mirada se fija de nuevo en mi muñeca y veo como poco a poco la marca se desvanece. Mi desilución es tanta que mi amor fiel empieza a perderse poco a poco.

—Gracias —suspiro, sonrío y trato de mirarlo aunque mi mirada aguada me distorsiona su rostro. Lo escucho sorber por la nariz y lo veo incorporarse. Mi piel arde, siento que voy a morir, mi dolor es tal que se me dificulta cada vez más verlo.

—Izuku —extiende su mano en frente de mi—. Gracias por seguir siendo mi amigo.

Siento que mis huesos crujen, me voy a desvanecer si hago cualquier movimiento, pero parece que él no lo nota. Logro tomar su mano, que arde y pica contra mi contacto, una sensación que se extiende por mi brazo, llega a mi hombro y cubre mi cuerpo.

—Sigamos siendo amigos.

Siento que voy a morir. Los segundos son eternos. No sé qué cara estoy haciendo, pero no es lo suficientemente amarga como para que se quede. Ha pagado y se ha retirado. Ahora puedo respirar con tranquilidad, no hay ninguna quemadura en mi piel, no tengo ningún hueso partido en trozos, no sucede nada más. Sólo estoy yo y mi bebé que se remueve.

Todo está bien ahora.

***
Buenas, perdonen por tardar, he tenido muchas tareas y llevo varios meses queriendo acabar este one-shot.

El dolor de Izuku es sentimental, piensa que sucede en su cuerpo mas no lo es. Es producto de perder su marca con Bakugō que lo hace sufrir. Se ha ido, ha sido borrado.

Cuando hablo de KatsuDeku no me refiero a un romance soft solamente, sino al dolor, al placer, a diversión y a todo lo que se me ocurra mientras no sea explícito.

Las letras en diagonal son las propias palabras de Kirishima. Imaginé muchas veces esta historia que quise hacerle un fanfic, pero temí no continuarlo, por ello lo subo como one-shot. Es un KatsuDeku aunque, bajo su canon, el verdadero sea un BakuTodo.

Bakugō amaba a Midoriya mas no pasó a más, se enamoró de Todoroki y vivió cotidianamente así. No supo vivir su sexualidad, no entendió cómo vivir siendo alfa que hizo lo que la sociedad hacía. Se dejó llevar y terminó con Todoroki formando una familia que ama.

Quise enfatizar la relación de Kirishima y de Bakugō bajo el mundo del Omegaverse. No supieron que hacer, tuvieron una bebé que no fue planeada y no quedaron juntos, esto fue porque no se amaban (Kirishima sufría una dependencia hacia él producto de la normalización de los romances Alfa-Omega y Bakugō no podía con la culpa de traicionar a Todoroki) y, sin embargo, no terminaron como enemigos y Bakugō siendo un papá ausente. No quise eso, quise mostrar un lado más maduro por parte de los dos.

Lo que pasó del extraño trio entre dos omegas y un alfa, fue porque está súper normalizado (o por cómo lo veo en varios fanfics omegaverse) es que un omega sólo está con su alfa y sino, es una puta. No quise eso. Los mostré como personas libres de vivir su sexualidad bajo los términos impuestos en una sociedad normativa que los alfas tienen impunidad sobre los omegas. Sin embargo, Bakugō no abusó de Midoriya, ni viceversa. Tengo entendido que el afamado celo es algo que se da y le vale mierda donde sea cada cierto tiempo (como la menstruación), les da impulsos sexuales. Bueno, si pasa eso, quise que se quedara eso de la normalizacion de que si un omega y un alfa están juntos pues nomás entre ellos cogen para poder jugar con los panoramas. Al fin y al cabo, son personas maduras que, se supone, deben de saber separar su vida sexual de la sentimental. Bakugō y Todoroki son una pareja "ordinaria" (siguen siendo gays, no es muy cotidiano ver eso, por ello lo pongo así) que no tuvo prejuicios (aunque sí que hubo toda eso de sentirse mal por las marcas y esa infinidad de reglas en el omegaverse que es tan triste) en aventurarse a explorar su sexualidad.

No quise que se viera esto como "un one-shot pro vida", sino, quise mostrar lo que varias mujeres piensan cuando se les da la oportunidad de abortar o de dar en adopción al bebé si desea tenerlo. Es algo que sucede, la normativa social es un asco, la moralidad impide la libertad de elección y eso es algo que representa Izuku; el desprecio de tener un bebé, no saber qué hacer, su depresión, etc, etc, hasta que, al final, decide tenerlo porque "no tuvo opción" (bajo sus principios).

Puedo decir abiertamente que soy pro aborto, eso es algo que Shōto menciona cuando le dice que tiene la oportunidad de abortar y que, básicamente, nadie le va a juzgar, porque es su cuerpo y su decisión tomar esa elección. Eijirō se pone de ejemplo, que si bien es el personaje (en este one-shot) que tiene la mente más abierta que el resto.

No desvalido a las personas que desean tener un bebé (bajo cualquier circunstancia), ni aplaudo a quien decide no tenerlo o darlo en adopción, es importante mirar hacia dentro y saber porqué se piensa así, si es la mejor opción para uno para poder construirnos mejor como personas y quitar actitudes negativas que afenten directamente hacia nuestra persona o a terceros.

Respecto a las marcas, lo hice ver como qué tanto te afecta una persona, qué tan ligado te sientes. Kirishima lo asimiló mucho más lento, yendo a un ritmo favorable mostrando que el tiempo cura las heridas (junto con el empeño de mejorar) mientras que Izuku decidió arrancar todo eso de una, no significa que esté mejor, pero es un nuevo inicio para su vida.

Ahora, Bakugō y Todoroki, sí, se aman y todo, pero ¿cuántas veces hemos visto a la pareja que no se separa sin importar cuántas mierdas soporten? Podemos tomarlo con libre interpretación, es completamente válido. Pero, sin importar qué, es obvio notar su fuerte dependencia el uno al otro. Puede ser que se amen, pero su segundo género los rige y el amor no debe de ser controlado y mucho menos debe de doler. Están juntos y se "aman" bajo la normativa Omegaverse, pero ¿realmente se aman?

Parece que soy una completa hater de lo que escribo y que esto represente mucha basura junta para decir algo que, probablemente, muchos notaron. Pero no quiero que se queden con la idea de que el KatsuDeku al final se rompió por las idioteces de Bakugō, que le fue infiel completamente a Todoroki porque es un patán y que jugó con los sentimientos de Kirishima usando su celo como excusa. El mundo del omegaverse es muy triste y, como yo lo siento, se rige bajo ser omega, beta o alfa.

Al final la mejor pareja fue la de Iida y la de Yaoyorozu, que se enamoraron poco a poco y, al final, decidieron dar el paso a una relación. O la mejor parte fue la de Sero teniendo independencia teniendo una casa bajo sus necesidades y lo que él desea.

Eso es todo, mucho texto, no me quemen porfas, soy pro aborto, no soy vegana y odio la crueldad animal, quiero ser mamá, adoptar niños y tener mascotas, aspiro a tener una vida estable con mi pareja actual y ser feliz. Lodigoparaquenocreanquesoyprovida,silosoy,peronocomolodicendeque"salvemosambasvidas",sinotodaslasformasdevida. Ya, bye.

***
Nueva nota de mi yo del futuro.

En resumen del mega texto anterior: el título del "libro" es clickbait, aunque mayormente estaré escribiendo o-s lindos y cutes, cualquier cosa habrá una advertencia.

Y ya no estoy con el vato que mencioné al final, qué bueno que nunca tuve un hijo con él. NO TENGAN HIJOS APENAS SE JUNTAN, MAAAAALAAAAA IDEA. USEN PROTECCIÓN.

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