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Capítulo 65: Tu propia familia

Hace 10 años...

***Alice***

Corro por el enorme edificio de apartamentos, grito, golpeo las puertas de mis vecinos, ¡pero no hay nadie! ¡Nadie me puede ayudar! Tengo que encontrar a Hildur antes de que ellos lo hagan... porque si no lo hago ¡la transformarán!

—¡Hildur! ¡Soy yo! —grito corriendo por los oscuros pasillos, por las escaleras, intentando ver a los alrededores. ¡Ellos han cortado la electricidad del edificio completo!

—Alice, hija... no corras, no grites, no espantes a tu hermana. ¿No estabas dispuesta a ayudarnos hace unos minutos? ¡Es por el bien de todos! —grita mi padre algunos pisos más arriba que yo—. Ven y hablaremos con calma...

—¡Es solo una niña! ¡Padre, por favor! —Tengo un cuchillo en mis temblorosas manos, sé que mi madre me está buscando... y sé que las consecuencias de traición a mi propia familia serán fatales.

Veo la silueta de Hildur correr por el pasillo central del edificio, estamos en el nivel neutro, en donde no hay apartamentos, sino que es todo un piso de salas en común y de disfrute variado. Me acerco sigilosamente. ¡Tengo que salvarla de su terrible destino!

—Hildur, soy yo... —cuchicheo—. Soy Alice.

—Hermana. —Ella se asoma—. Tengo miedo.

—Ven conmigo, no te harán daño, juré protegerte, lo juré con mi vida... y no quebrantaré esa promesa, jamás. —La abrazo en medio de la oscuridad—. No importa si es contra mis padres con quienes tengo que luchar.

—¿Alice? Ven, tenemos que hablar. —Mi madre ha llegado al piso en el que nos encontramos, ella tiene una inyección en sus manos—. Prometiste que serías leal con tus padres, ¿así de fácil rompes tu palabra? Quién sabe qué le habrás prometido a tu hermana...

—No la escuches Hildur, tápate los oídos... —comando con terror en mis venas—. Cierra los ojos, escóndete debajo de ese escritorio.

—Te explicamos brevemente el proyecto Alice, debe de ser una persona joven, fácil de poder transformar. ¡Hildur es perfecta! Su piel blanca servirá como anillo al dedo. ¿Crees que le haría daño a mi propia hija? Por supuesto que sobrevivirá. —Mi madre está muy cerca, tengo que salir para que no vea a Hildur. Me levanto, ella me ve.

—No la tocarás, lo siento madre... pero esto es inaceptable. —Sostengo el cuchillo, pero mis manos tiemblan al igual que mis piernas. Estoy afrontando a la figura autoritaria más poderosa, seguida de mi padre.

—¿Recuerdas a nuestros amigos? Ellos también estarán participando en este concurso. Ellos tienen mucho dinero... y a nosotros se nos está agotando. No hay suficiente para ayudar a Hildur y su enfermedad. Es por eso que necesitamos ganar... es como, ¿cómo explicártelo? Hay que hacer sacrificios en la vida, Hildur hará uno por todos nosotros, y por ella misma. ¡Es ganar! —Su sonrisa está perturbada, hay algo realmente malo sucediendo con mi madre...

—Esa no es la solución para la enfermedad de Hildur... ¡encontraremos otra solución! Empezaré a trabajar, tengo estudios avanzados... ¡podremos lograrlo, madre! —grito con lágrimas en los ojos—. ¡Tienes que despertar! ¡Tú no eres así!

—A veces hay que ocultarle a tu familia lo que verdaderamente piensas y sientes... eso es lo que hacemos todos aquí, y a lo que te has acostumbrado a hacer. No me puedes mentir... sé que has estado viéndote con esos pandilleros, los Desvaríos... ¿en qué demonios te has convertido? Eres una vergüenza para esta familia... —Ella muestra una cara de disgusto.

—¡No me junto con ellos! Lo prometo... —Mi corazón está herido—. Solo fue una vez, no lo volví a hacer... ¡no lo volví a hacer! ¡Soy una chica buena!

—¿Eres una chica buena? Enséñale a tu madre que lo eres, dime dónde está Hildur, y suelta ese patético cuchillo sin filo... ¿Piensas realmente dañar a tu propia madre? ¿A tu propia sangre? Yo no te crie de esta manera. —Toma un respiro, se acomoda el cabello—. No lograrás nada si intentas dañarme, más que provocar que tu padre te haga daño a ti, y que Hildur quede con traumas. ¿No piensas en las consecuencias?

•—Empezar Música (Most Powerful and Dramatic Classical Music - The Untold)—•

—Estoy cansada... —respondo—. No puedo seguir más con estas máscaras. ¡Son puras máscaras! ¡Aunque tengan todo el dinero del mundo seguirán con esto! Seguirán pretendiendo que somos la familia perfecta, cuando mi padre se va con las prostitutas todas las noches, cuando tú tomas drogas para dormir y despertar, cuando me explotan día a día... ¡Y sabiendo que Hildur tiene una enfermedad terminal!

—No te reconozco... no eres mi hija... —Ella me ve de pies a cabeza, disgustada—. No permitiré que hables así de mi familia... estás llena de mentiras.

—Las mentiras nunca llevarán a nada, madre... lo siento mucho. —He parado de temblar—. Defenderé a mi hermana con mi vida.

—No voy a dejar que destruyas a mi familia, sea quien seas. No me importa, podremos vivir con la carga de una hija menos, pero salvaré a la otra, y la educaré de la mejor manera. —Ella toma la inyección y se prepara para correr hacia mí.

—Hermana... —Hildur está llorando, hecha una bolita de miedo—. No te alejes...

Limpio mis lágrimas, me preparo para cuando ella corra hacia mí. ¡...! Una mano enorme me tapa la boca, y un brazo me sostiene. ¡No me puedo mover! ¡No puedo hacer nada! Mi madre se acerca lentamente.

—Alice... olvidas que en esta familia nos apoyamos. Tu padre está conmigo, nunca lo olvides... —Una sonrisa se arquea mientras se acerca, está por inyectarme la mortal sustancia. Intento gritar, soltarme, patalear. ¡Estoy por morir!

—¡Detente! —Hildur corre y guía la inyección que estaba por ser enterrada en mi cuerpo y la mete en el cuello de mi madre, inyectando la sustancia. Mi madre grita, corre, maldice como nunca. Mi padre me suelta gracias a que Hildur le patea los testículos. Las luces parpadean con el sonido de los gritos de mi madre, pero seguimos en una oscuridad de tinieblas.

Ella empieza a sacar espuma por su boca, mientras se ahoga en ella. Mi padre intenta salvarla, le aprieta el pecho rítmicamente, le hace respiración boca a boca, mientras estalla en llanto.

—¡Maldita! —grita horrorizado, con el cadáver de mi madre en brazos—. ¡Hildur, eres la peor hija!

—¡Hermana! —Ella se oculta detrás de mí, mientras mi padre se levanta, con la espuma aún en sus manos y camisa.

—Voy a redimir a esta familia, pero no podré hacerlo si una manzana podrida está presente... Alice. —Él me ve con unos ojos indescriptibles, llenos de odio... ¿por qué mi padre me ve así? Alguien que se supone que tenga compasión y un espíritu protector con su hija... estaba por intentar asesinarla.

—Esto no lo es todo, padre... —Intento calmarlo. Sé que él me puede matar fácilmente—. Podemos seguir adelante, incluso después de lo que ha pasado.

—¡No les perdonaré esta falta! —se abalanza en mi contra, me tira al suelo y me empieza a dar una golpiza terrible. Siento mis huesos fracturarse, escucho los golpes en mi tronco y el rebote contra el suelo de mi cabeza.

—¡No! —Hildur le clava el cuchillo a mi padre en la espalda, a lo que él reacciona tomándola a ella, estrangulándola en el aire. ¡Es solo una niña! ¡La está matando! Sus manitas no pueden abrir el peso de las gruesas manos del hombre.

No puedo levantarme... mi visión está borrosa y puedo ver mi pierna quebrada, el hueso se ha salido. El olor a sangre se hace presente, pero no puedo dejar a mi hermana... no puedo dejarla después de todo lo que hemos pasado juntas... El cuchillo está en el suelo. Mi padre tiene el pulmón perforado, pues está tosiendo mucho y escupe sangre. ¡Tengo que salvarla!

Tomo el cuchillo y corto su pantorrilla, haciendo que caiga al suelo con mi hermana, quien está inconsciente. Luego intento clavarlo en su pecho, pero él me detiene la mano. Estoy sobre él, pero es mucho más fuerte que yo. Tengo que aguantar, cada vez sus pulmones se llenan más de sangre. ¡Tengo que aguantar!

Él va perdiendo fuerzas, pero yo también. No tengo ni siquiera el impulso para clavar el cuchillo, simplemente espero para ver quién será el primero en rendirse. Él ve a mis ojos, con una expresión de dolor, mientras la sangre no para de salir de su garganta y nariz. Me pringa la cara, me cuesta ver. Ambos nos rendimos al mismo tiempo, quedo encima de él, con mi oído en su corazón...

Escuchando los latidos... como cuando era pequeña, y me acostaba sobre él para escuchar una historia antes de irme a dormir... como cuando él me protegía en contra del mundo... como cuando era su hija amada... cuando éramos realmente una familia feliz... y a medida que su pulso se debilita, pierdo más... y más... la conciencia...

La vida no era dura, una vez que un miembro de la familia estaba infectado por la oscuridad, se propagaría inmensamente hacia los otros...

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