Capítulo 64: Recuerdos, reflexiones del alma
***Aisha***
Me levanto de la cama, todavía algo adolorida. La enfermera me ha dicho que ya puedo salir, me ha dejado las pertenencias en la esquina de la cama junto con una caja. La abro y tiene un celular y una radio nueva. Llamo a Travis para reportarme.
—No vuelvas a hacer eso Aisha. —Me reclama muy enojado—. ¡Casi me matas! Ya tengo los informes médicos, he hablado con Steiner. Él se encuentra de camino a la Ciudad Desvaría.
—Lo siento mucho Travis, gracias. —Me siento aliviada—. Supongo que hablaste con Clover.
—Ya me ha contado la misión. Puedes confiar en ella, he trabajado con agentes de esa ciudad y ella ha estado involucrada. Es alguien firme y honesto. —Travis inspira confianza—. Supuestamente irán a la mansión de Brandon esta tarde. Ella me ha dicho que te pida que te alistes.
—Está bien, bajaré de inmediato —confirmé—. Gracias.
—La radio de Clover ha sido ligada a la tuya, hice todo el procedimiento. Espero que cuides esta radio mejor que la anterior. ¡Nos vemos! Aquí estoy por si algo sucede. —Él se va.
Hago los procedimientos necesarios en la recepción del hospital mientras recibo varias indicaciones de la enfermera para cuidar mi herida. Tengo una enorme tela que dificulta el movimiento, pero no duele tanto. Hay manchas rojas de sangre, significa que la herida está abierta todavía, pero está sanando lentamente. No puedo moverme tan bruscamente por obvias razones, pero no creo que suceda algo tan repentino como para molestar la herida.
Clover me espera en el piso de abajo, en la salida del hospital. Ella se encuentra fumando un cigarrillo mientras me espera. Tiene la bufanda cubriendo su cuello como siempre, esta se mueve con el viento suavemente. Se voltea y me ve. Muestra una cálida, pero a la vez lejana sonrisa.
Camino hacia ella después de terminar el procedimiento de registro del hospital. Tengo todo listo.
—¿Estás lista para seguir? ¿O necesitas descansar un poco más? —pregunta tirando el cigarrillo al suelo y majándolo.
—Estoy lista Clover, gracias por tu asistencia. —Le muestro mi sonrisa—. No sé qué hubiera hecho sin ustedes.
—Hubieras muerto, eso hubieras hecho. Vamos. —Ella empieza a caminar hacia un auto negro, finísimo. No es un auto de policía.
—¿No usaremos una patrulla? —pregunto mientras me adentro en el auto. Hace un frío muy potente a los alrededores.
—Si quieres ser atacada de nuevo, adelante. No has entendido cómo funcionan las cosas en este lugar, por lo que veo... —Acomoda los espejos mientras habla, luego abre una caja negra y de ella saca una bufanda. Me la da—. Ya saben quién eres, te recomiendo lo más valioso que puedes tener en esta ciudad: el anonimato.
—Gracias... —Ella se cubre la cara, hago lo mismo. Empieza a conducir por las desoladas y frías calles de la ciudad, sin miedo alguno.
—Iremos a la mansión abandonada de los padres de Brandon, donde él solía vivir. Ahí te contaré la historia que he recaudado hasta el momento. No podía decírtela en el hospital porque no se sabe quién está escuchando, sin embargo, sé que eres buena amiga de Travis. Me ha dado referencias y sé que eres de confiar. Ese muchacho hace su trabajo de una manera excelente. —Me voltea a ver—. Espero que no esté equivocado en esto.
—¿Cómo has llegado a conocer tanto sobre este caso? —pregunto interesada—. Ellos... son muy peligrosos.
—Ya vamos a llegar, ahí te contaré todo. —Estaciona el auto frente a una mansión enorme, en medio de la nada. Tiene las enormes ventanas quebradas y las plantas han crecido mucho.
Nos bajamos del auto, pero en lugar de intentar entrar por la puerta principal, Clover me guía hacia la puerta que lleva al sótano directamente. Nos adentramos luego de quitar una tabla que parecía estar en perfecto estado.
El sótano es oscuro, tiene decenas de muebles viejos, llenos de telarañas. Las plantas crecen por las paredes, el suelo y el techo, creando un efecto interesante en el ambiente. El frío es incluso más intenso en ese lugar al estar sombreado permanentemente.
Subimos por las escaleras hacia el primer piso del lugar. Ahí, Clover empieza a hablar de la historia de Brandon, mientras camina por el lugar que antes era lujoso, pero que ahora está plagado de grafitis, destrucción y vandalismo. Hay mucha basura y los muebles están destruidos.
—Los padres de Brandon intentaron hacerle una transformación para un evento oculto entre las sombras. Por eso sus ojos son naranjas. Su madre era la oftalmóloga más famosa de la ciudad, y su padre trabajaba directo con petróleo. Intentaron transformarlo en algo con ojos naranjas. No tengo la información suficiente para saber en qué, ni vale la pena indagar al respecto. —Clover caminaba por el desolado lugar lleno de objetos fragmentados, reflejando nuestros interiores.
—¿Para un desfile macabro? No es posible, el desfile existe hace cuatro años apenas. —Puse en duda sus conclusiones.
—Pobre de ti, joven e ilusa... no es necesario hacer un desfile oficial para que algo así suceda, no es la primera ni la última vez que el presidente del desfile ha creado algo parecido. Ha habido muchos casos en el pasado, algunos salieron bien, otros... no tanto. En esa ocasión pidieron modelos jóvenes, y, claro, no se llamaba el desfile macabro, ni era tan famoso como en estos momentos. —Ella camina cerca de unos enormes ventanales—. Creo que finalmente caerá, después de años de investigación.
—Se nota que sabías mucho antes de este año que estaba sucediendo —comento—. ¿Por qué no compartirlo con las otras ciudades?
—No es tan fácil de digerir, no tenía pruebas. Me siento orgullosa de que Steiner haya logrado lo que ha hecho junto a ti. Travis ha sido tan amable de actualizarme, y puedo decir que hicieron más de lo que yo he hecho en años. Sin embargo, esa no es la razón por la que estamos aquí. Acompáñame arriba, quiero enseñarte el dormitorio de Brandon. —Ella camina por las escaleras en forma de caracol, sus pasos se escuchan en la madera corrompida por el tiempo.
Entramos al pequeño dormitorio de Brandon. Es totalmente negro, con una sola ventana quebrada perfectamente en el centro. El atardecer se hace presente iluminando todo de un naranja opacado por la negra pintura. Los muebles están destruidos, hay varios juguetes tirados en el suelo.
•—Empezar Música (Repetir) Azaleh - Moonlight—•
Clover se agacha y mete su mano debajo de la cama. De ahí saca una caja de madera café. La abre y me pasó unas fotos. En ellas aparece Brandon de niño, con ojos cafés claro, sonriendo y lleno de vida, con sus dos padres. Parecen una familia muy feliz...
En la siguiente foto se muestran él junto a una chica pelirroja, con pecas y ojos celestes. Ambos estaban abrazados en una cafetería... sin embargo, él no sonríe... y sus ojos son naranjas. La última foto muestra a cuatro personas con cascos negros, uno de ellos se está quitando el casco y se puede observar su cabello negro, muy largo. ¡Es ella! ¡Es ella quien me ha disparado!
—Estas imágenes... son muy fuertes. Contienen muchos sentimientos... —pronuncio con náuseas.
—No tengo más. Eso es todo, y no puedo encontrar más, pues sé que, si me acerco, aunque sea un poco terminaré muerta. —Clover ve por la ventana hecha trizas—. No puedo dejar a mi ciudad sin la poca ayuda que ya ofrezco. Hay cosas en el pasado de las que me arrepiento tanto... y a veces... me pregunto, ¿qué hubiera pasado si...? Aisha, ¿acaso tú también tienes esa pregunta?
—Hay algo en lo que pienso todos los días, hay alguien en quien pienso todas las noches... hay algunos recuerdos, algunas reflexiones que no puedo evitar que se sigan expandiendo. Él... él ha pasado tanto sufrimiento, y todo ha sido mi culpa. ¡Si tan solo él no se hubiera visto involucrado en todo esto...! Tengo que seguir luchando, por él... ¡tengo que salvarlo! Pero no sé cómo... ¡No sé dónde está! No sé qué le ha sucedido... —Estallo, finalmente, mientras una lágrima cae por mi mejilla—. No tengo idea... de cómo seguir luchando...
Un estruendo se escucha en el piso de abajo. Clover saca su arma, y sin preguntarme baja corriendo. Apenas sucede esto la puerta se cierra, lentamente. Siento un bajón en el corazón al verlo. Finalmente se muestra, con la capucha de diseños dorados, pero sin taparse la cara. Me está viendo directo a los ojos. ¡No tengo arma! Estoy muda ante la sorpresa.
—Qué historia tan conmovedora la que estás contando... —dice, mientras el atardecer se refleja en sus dorados ojos—. Lástima que solo cuentas una parte del pasado.
—Haziel... —pronuncio con lágrimas en los ojos—. Detente... por favor...
Él muestra una sonrisa malévola, mientras camina hacia la ventana, junto a mí.
—El juego está llegando a su fin, Aisha... finalmente llegará a su clímax. ¿Acaso no te hace eso feliz? Jugaremos nuestras últimas cartas, moveremos las últimas piezas... pero hay una que sigue ocultándose en la oscuridad del anonimato. El juego no culminará hasta que me digas su identidad. —Él me ve directo a los ojos, puedo verme reflejada en su perfecta vista—. Pero eso no importa ahora. Sé que eventualmente se sabrá la verdad de todo, la historia completa...
—¡No sé dónde se encuentra, Haziel! ¡Te lo he dicho varias veces ya! —grito—. No permitas que siga muriendo más gente inocente... ¡por favor!
—Veo que conservas su llave. —Señala a mi collar—. Espero que te siga ayudando a resolver los misterios de la vida.
—¿Por qué vienes y te vas? Ya te he dicho que no poseo esa información —reclamo—. Dime tus razones... dímelas ya.
—Mira la hora, la hora del ocaso. Donde la vida y la muerte se saludan, donde las sombras salen a la luz, a jugar con las siluetas de corta vida... y donde ocurren las verdades más intensas de todas. Donde lo gris se torna real, aunque sea por unos minutos. —Él empieza a romper la ventana más y más, luego se quita la capucha con diseños dorados y la pone en el borde para no cortarse mientras sale—. En la hora del ocaso te he dado un regalo, Aisha. Aprovéchalo bien. Esta será la última vez que nos vemos, antes del final del juego. Adiós... chica de las siluetas.
Una llamada entra a mi celular mientras el sol termina de ponerse. Es Travis. Clover abre la puerta al mismo tiempo.
—Aisha, he recibido algo... pero creo que es mejor que vengas con Steiner y todos lo hablemos, es... importante —menciona muy serio.
—Entiendo, iré de inmediato Travis, gracias —confirmo.
—No había nada... busqué por toda la mansión. —Clover está atenta—. ¿Qué ha sucedido? ¿Qué pasó con la ventana? ¿Y... esta capucha?
—Necesito retirarme ahora, Travis ha obtenido nueva información. Te daré el reporte luego, Clover. —Mi cabeza daba vueltas, las náuseas me rodean completamente mientras camino por la mansión hacia el exterior. Tengo que llegar a la comisaría de la Ciudad Superflua y caminar hacia donde dejé el auto para iniciar mi recorrido de regreso, de inmediato.
El juego... llegaría a su clímax... mientras las piezas terminaban de acomodarse.
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