Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 58: Pesarosa conclusión

Nota del autor:
Este capítulo es muy especial, es otro de los clímax de la historia. Es el único capítulo digno de la canción con la que me inspiré para hacer este segundo libro. (No es la primera, la primera es la que les pongo como siempre, la segunda hay que buscarla, pero búsquenla y súbanle el volumen). Disfruten.

•—Empezar Música (n u a g e s - Shadows)—•

***Aisha***

Sé que Steiner, Travis y Maxwell se preocupan por mí, pero no puedo dejar que las personas malévolas se sigan saliendo con la suya. Mi charla con Avery me ha motivado más que nunca a seguir luchando por lo que creo y amo: la justicia... la justicia por métodos justos y reales.

Sigo conduciendo hacia la Ciudad Superflua. La radio empieza a fallar conforme salgo de la Ciudad Cursiva, y cambia a un estilo de canciones un tanto diferente, un poco más profundas y negativas al mismo tiempo. Apago la radio, mientras pienso en mis próximos movimientos.

Sé que el primer paso es ir a la comisaría, al igual que había hecho con la ciudad pasada, sin embargo, no estoy del todo segura si pasar por ahí. Reviso mis notas del principio del caso. Sabía que Steiner había logrado descubrir el paradero de Duke gracias a un fallo en las cuentas bancarias. La Ciudad Superflua debía tener las mismas características bancarias, por lo que un movimiento erróneo podría ser fácil de detectar.

Está nublado, en contraste con la ciudad pasada... y ni siquiera he llegado a la entrada oficial de mi destino. El frío se hace presente, incluso tengo que encender mi calefacción. Las llanuras están secas, las plantaciones muertas. No es algo hermoso de mirar, no se comparan a las de la Ciudad Evocativa. Veo ranchos hechos de latas en las calles, algunos perros hambrientos deambulando por las aceras... pero ninguna presencia humana, al menos no todavía.

Me acerco cada vez más al centro de la ciudad, en donde hay grandes edificios de color gris. Hay mucha basura en las calles, charcos, y gente... que se tapa su cara con bufandas al verme. Es algo muy intimidante, saben que no pertenezco a la zona. Me da una muy mala vibra de inmediato.

Paso cerca de la comisaría, un edificio no muy grande, sucio, gris. Ahí dudo si salir del auto, o quedarme dentro y pensar sobre lo que estoy haciendo. Steiner me lo había advertido... decido tomar una foto de la comisaría y mandársela, por si acaso. Salgo del auto, me pongo los guantes y la bufanda. Hay algunos chiquillos jugando a los alrededores. Tienen las caras sucias y están despeinados. Juegan saltando en los charcos, pero se detienen al verme. Se esconden detrás de un bote de basura.

Camino hacia la comisaría... intento abrir, pero está cerrada. No hay ningún letrero cerca que diga los horarios de atención o algo por el estilo. Hay una ventana quebrada. No me gusta el ambiente en lo absoluto, hay una atmósfera muy pesada. Camino hasta llegar por detrás a ver si hay alguien, pero todo está vacío... ni siquiera están los carros de la policía presentes.

Un chico va caminando, tiene un gorro y cabello largo, que le tapa la mitad de la cara. Al verme camina más rápido, quiere alejarse de mí.

—¡Hola! Disculpa... —Llamo su atención. Él se detiene, sin volverme a ver a los ojos. Está vestido de negro.

—¿Hm? —Hace un gesto de pregunta.

—¿Hacia dónde se encuentra el banco de la ciudad? Soy nueva aquí, como verás —indago.

—Se nota que eres nueva chica, cuidado... el banco se encuentra en aquella calle. —Señala, empezando a caminar hacia el lado contrario.

—Gracias... —suspiro. Es muy retorcido el hecho de no encontrar a nadie en las calles a plena luz del día. ¿Acaso la gente no trabaja? ¡Qué ciudad tan rara!

Decido caminar hasta el banco, está a solo unas cuadras, y siento que mi auto está relativamente a salvo. En mi camino empiezo a pensar en toda mi situación. Es obvio que el banco estará abierto, pero sin ser una agente especial de esta ciudad no sabría con exactitud si me dejarían tener acceso a esa información tan importante.

En el estacionamiento del banco sí había algunos autos, avanzo hasta entrar, donde me recibe un policía.

—Bienvenida. —No me ve a los ojos—. Tome una ficha.

—Gracias. —Camino hacia los interiores, hay varia gente haciendo fila y dos personas atendiendo. Tengo que esperar a que sea mi turno antes de poder hacer mi consulta. Recibo una llamada.

—Aisha, no creo que sea seguro que estés ahí... verás... —Travis está empezando a hablar.

—¡No se permiten celulares señorita! —El policía grita.

—Disculpa, te llamo luego. —Cuelgo. Guardo el celular en mi bolso—. Disculpa.

—No eres de aquí... ¿cierto? —Una ancianita pregunta—. Puedo ver que no.

—No señora, vengo de la Ciudad Evocativa —respondo con una sonrisa—. ¿Y usted?

—Si... sí soy de aquí. De las personas amigables, claro. —Guiñe su ojo, sonriendo sin dientes.

—Me alegra. —Río. Siento la vibración de una llamada, al revisar veo que es Steiner. Cuelgo.

—Aisha, escúchame. —La radio se activa, es Travis—. ¡Aisha!

—¡Señorita! —el policía está furioso, todo el mundo me voltea a ver de una manera desagradable.

—Disculpen... —Tomo la radio y la pongo en silencio, hasta que de un pronto a otro se sube el volumen completamente, molestando a todos los presentes.

—¡Aisha, sal de ahí, de inmediato! ¡Aisha! TSSSSSS... —la radio se descompone luego de los gritos de Travis.

•—Empezar Música a full volumen (Purity ring - Begin again)—•

Volteo para ver a la calle. Lo que veo me deja la sangre helada. Hay una chica con un casco negro, y una ametralladora en manos. Detrás de ella hay un auto enorme con dos chicos, ambos con cascos iguales a los de ella. La ráfaga de disparos se hace presente, despedazando todas las ventanas del banco. Me lanzo al suelo, tomo la radio y la activo. Se escucha una enorme interferencia. ¡No puedo escuchar bien a Travis!

—¡Aisha...! ¡Teng... ...ta de escape! ¡Ve hac... ...rda! ¡A..sha! —Travis intenta comunicarse desesperadamente mientras voy gateando, la gente grita y corre por doquier. Algunos caen heridos por las balas.

—¡Travis! ¡Travis! ¡Mierda! —el policía empieza a disparar contra ellos, quienes se bajan de sus vehículos y disparan a matar, a su cabeza y la estallan. Otros policías aparecen en segundos, están intentando hacer que los de los cascos retrocedan.

Empiezo a avanzar por los escritorios, agachándome igual que los trabajadores. De vez en cuando disparo para darle oportunidad a los policías de atacar, pero las ráfagas que causa la chica son certeras al cien por ciento. ¡Están matando a los civiles! Mi corazón está a mil por hora, mientras intento encontrar la escapatoria por la parte trasera del banco.

—¡La pu... es... bloqueada! —Travis avisa—. ¡No... ...ida! ¡Ventana!

—No puedo salir por la ventana... está muy lejos... —Empiezo a perder la esperanza mientras escucho los gritos agonizantes a mis alrededores.

Ambos policías han sido abatidos por las balas, pero hay otros dos más que salen a la defensa del banco. Una alarma empieza a sonar, no puedo hacer más que quedarme quieta, cubriéndome detrás de un escritorio. La viejita está herida, está arrastrándose, dejando un enorme rastro de sangre a su paso. ¡Tengo que ayudarle! Salgo de mi escondite, pero me detengo al escuchar un alarido.

—¡Corran! ¡Miren eso! —un policía grita con todas sus fuerzas. ¡El chico del casco más corpulento tiene una bazuca! Dispara contra el edificio, estallando a todas sus víctimas. Piedras, vidrios, y el fuego me hiere terriblemente. La bazuca ha consumido todo a su paso. Es una masacre total, y yo estoy en el medio. Me voy a levantar, hasta que siento algo caliente cerca de mi costilla...

Al verlo... lágrimas empiezan a caer, y el dolor se hace presente. ¡Me han disparado! El dolor es intenso, más intenso que lo que jamás he sentido... ellos están entrando al banco, sé que solo puedo hacer una cosa... una última cosa antes de morir. Caigo al suelo junto a los cadáveres, sin cerrar los ojos, con la mirada perdida, casi sin respirar.

Todo queda en silencio, casi todos están muertos. La chica camina, puedo escuchar sus largos tacones en el suelo... eso es lo único que puedo escuchar. Ella observa todo detenidamente, aunque no puedo ver sus ojos puedo sentir su intensa mirada. Detrás de ella están ambos chicos con cascos. Uno pequeño, muy joven. El otro es corpulento y de voz muy grave.

—¿Qué sigue? —pregunta observando con cuidado.

Ella camina hasta el escritorio principal, en donde hay un muchacho escondido, el que atiende.

—Sal de ahí —dice directa—. Tenemos peticiones.

—Sí... —él se asoma.

—Dame todo el dinero, primero que todo... —ella le da un saco para que empezara a meter en él todo el efectivo.

—Eso es todo... —confiesa el muchacho después de dar cientos de fajas de billetes.

—Segunda petición. Dime dónde se encuentra Brandon. —Ella saca la ametralladora—. Sé que puedes saber su paradero. Salió de aquí antes de irse.

—¡No sé nada de Brandon! ¡Lo juro! —grita él llorando e hincándose—. ¡Por favor!

—¿No sabes nada? No sirves para nada. —Dispara sin piedad alguna. Todo queda en silencio de nuevo. Ella camina con la bolsa de dinero por todos los cadáveres.

—Brandon, Brandon... ¿dónde te encontrarás...? —el chico más joven habla con una voz que me hela el alma.

—No tiene caso, de todos modos, tenemos el dinero. Vamos. —Caminan hacia la salida.

—¡Aisha! ¡Aisha! —grita Travis por la radio. Un bajonazo me llega a lo más profundo de mi corazón. La radio está en el suelo, a unos dos metros de mí.

—¿...? —Ella se acerca, toma la radio.

—¡Por favor, sal de ahí! ¡Tienes que sal... ..hí! —Travis estaba al punto del colapso—. Aisha... respóndeme... por favor...

Ella tira la radio contra el suelo y lo maja con toda su potencia. Se hace añicos. No puedo parpadear, ni siquiera puedo llorar... no puedo hacer nada. Ella está cerquísima de mí.

—Aisha... Aisha... —dice pensativa, mientras observa los cadáveres, reflejándose en la oscuridad infinita de su casco.

Sé que es mi fin... empiezo a escuchar balazos, uno por uno los chicos de los cascos están disparando a las cabezas de los cadáveres. Me ahoga el sentimiento de la impotencia, de la soledad, de la injusticia... las esperanzas se acaban poco a poco, mientras ella analiza cada cuerpo de cerca.

No parpadeo, aunque lo desee, pero pienso, con los ojos abiertos, sobre todo lo que he hecho en mi vida. Sé que hice el bien, o lo intenté por tanto tiempo... que no me arrepiento de nada. Sé que Steiner resolverá el caso, como se lo propuso hace mucho... y sé que Sonnet y Vincent saldrán de esto, lo sé desde lo más profundo de mi corazón.

Mientras ella se acerca a mí pienso unos segundos, mientras me despido de tan hermoso mundo, con personas tan extraordinarias como Travis, Steiner, Maxwell... quienes siempre lucharán por la justicia, y harán lo que sea... para que estas personas paguen por lo que me hicieron. Me despido del mundo, de todo lo bueno que me ha dejado, agradecida por siempre... me despido... por siempre...

—Lo siento chica, no habrá sobrevivientes, es una orden mía —pronuncia, mientras veo mi reflejo en su casco. Tiene una pistola negra, ha cambiado de arma.

¡BAM!

Lo siento tanto Aisha... siento... que todo haya terminado de esta manera... lo siento...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro