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Capítulo 56: Giros, vueltas, ruedas

—Vamos... despierta. —La voz de una chica resuena, despierto y estoy atada a una silla, igual que cuando Duke me tenía secuestrada. Entro en pánico, pero me quedo quieta, observando a la persona que está frente a mí.

—Daisy... —Tengo miedo, no sé qué querrá hacer conmigo. Ella llora lágrimas teñidas de azul muy oscuro, se ve en mucho sufrimiento.

—Sé que antes nos peleamos... pero eres la única persona a quien tengo ahora. Samuel ha muerto... —Llora—. Por eso quiero que regreses a ser la misma de antes.

—¿De qué diablos estás hablando, Daisy? Libérame, y seremos amigas, lo prometo, pero estamos expuestas así. —Intento convencerla.

—¿Por qué esta estúpida piensa que puede ser tu aliada? —cuestiona Duke molesto—. Diablos...

—Mientras estaba ahí, en la posición de los que ayudan a otros, pude meter algo en la computadora. No es ilegal, nadie ha dicho nada sobre eso, así que me tomé la libertad de poner una de tus canciones favoritas en el audio por el que Harland habla. Solo serán unos minutos, pero espero que este regalo te ayude a recordar. —Daisy camina por la cocina, abriendo gavetas, hasta encontrar un enorme y afilado cuchillo. Se acerca lentamente hacia mí.

—¡Intenta hacer algo! —grita Duke agresivo.

—¡Por favor Daisy! —clamo por ayuda—. ¡Por favor!

—No te haré daño, amiga... pronto entenderás lo que hago. —Toma una tapa de una olla, totalmente plateada, simulando un espejo. Lo pone en la mesa frente a mí.

—¿Qué vas a hacer? ¡Detente! ¡Sonnet, ayuda! ¡Sonnet! —Sé que nadie llegará... es un hecho.

***Alice***

Avanzo por el jardín a la luz del día, hasta que veo a Ledalí frente a mí. Él está con sus manos hechas puños, observándome directo a los ojos. Sonrío ante su "desafío".

—¿Por qué estás aquí, tan expuesto? —pregunto retadora.

—No tiene sentido seguir corriendo, me he cansado. —Él vuelve a ver al cielo—. Quiero ser libre...

—Lástima, pequeño ángel, pero eres algo tonto al intentar "pelear". ¿Y si te dejo para luego? —Una sonrisa se dibuja en mi rostro, la verdad es que no quiero asesinarlo, simplemente quiero intimidarlo. Sé que cualquiera puede matarlo fácilmente.

—Por lo que he visto, eres alguien cruel. No intentes cambiar, porque no creo que te de tiempo. —Ledalí estaba enojado—. No le dará tiempo de cambiar a nadie en este lugar, las personas no se hacen "buenas" de un pronto a otro, y sé que no me equivoco. Lyra... ese es un caso que me ha decepcionado.

—¿Decepcionado? Más bien... sorprendido, creo que es la palabra indicada. Hay que revelar las verdaderas naturalezas, y creo que eso es lo que te está sucediendo en este momento, Ledalí. —Me empiezo a acercar, lentamente.

—Hermana, no lo hagas... él es inocente, es cierto. —Hildur me detiene con su dulce voz—. Él no merece morir, al menos no en tus manos.

—¿Empezó la fiesta? —Zorika se acerca lentamente, por detrás de Ledalí—. Estás rodeado, ángel. Ríndete y te mataré rápidamente.

Ella tiene un hacha en su mano derecha, y está lista para usarla en cualquier momento. Me siento intimidada al ver su figura encorvada y atlética. Es más rápida que cualquiera de nosotros.

—Vete de ahí, rápido, por favor Alice. —Hildur se empieza a agitar.

Ledalí se voltea hacia Zorika. Cierra sus labios con fuerza, tiene miedo. Saca de su bolsa del pantalón muchos dardos, los pone en su mano derecha, con la izquierda toma uno. ¡Los ha estado guardando todo este tiempo! Son armas muy filosas, y conservan el veneno que hace que nos durmamos. De inmediato me lanza uno en la pierna, y Zorika corre hacia él. Le lanza otro a ella en la mano con la que sostenía el hacha. ¿Por qué tiene tan buena puntería? Caigo al suelo. ¡Mi pierna no reacciona!

—¡Ah! —Zorika levanta el hacha con la otra mano, mientras que él le lanza un dardo en el pecho. Ella se hace más lenta, pero camina directo hacia él. Ledalí se desespera, sabe que el próximo movimiento será clave. Toma el puño de dardos y se los clava directo en el cuello a Zorika, pero al mismo tiempo ella le clava el hacha en el pecho con todas sus fuerzas.

Los dos caen al suelo, lejos del otro. Zorika se duerme en un instante debido al veneno. Los dardos son tan finos que no le han rasgado el cuello, está a salvo. Ledalí está arrastrándose un poco, hasta que deja de moverse. Está llorando en voz alta. Puedo escuchar la respiración de Hildur, ella llora, se está proyectando en él... Me acerco, arrastrándome a como puedo.

•—Empezar Música (Sad Piano - Gone)—•

Ledalí ve hacia el cielo, el infinito cuadro azul que se desborda de pureza está ante sus ojos. Está perdiendo sangre rápidamente, pero no se molesta para quitar el hacha de su cuerpo.

—Alice —pronuncia, con voz ahogada.

—Dime, Ledalí... —contesto observándolo a unos cuantos metros de distancia—. Aquí estoy.

—¿Sabes qué aprendí de mi experiencia? —pregunta directo, sin dejar de ver hacia el cielo.

—¿Qué aprendiste? Cuéntame. —Deseaba hacer sus últimos minutos cómodos, al fin y al cabo... ya no representábamos una amenaza para el otro.

—Aprendí que la vida no es justa... —contesta—. No lo fue para Quinn, tampoco para mí... y tengo la ligera sospecha de que nunca lo fue para ninguna de las personas que se encuentran aquí.

—Tienes razón, la vida no es justa... —Me toca el corazón ver su agonía y escuchar las verdades que salen de su boca.

—Mi hermano, Robin... mis amigos... la banda de música que estábamos planeando... mi lugar en las olimpiadas de lanzar dardos... todo se ha ido por el caño, al igual que mi vida. Espero que él no me extrañe tanto... —Empieza a toser, la sangre comienza a llenar su garganta—. Qué ironía... me pregunto, ¿Seré un ángel pronto? Espero que cuando no seamos enemigos, nos podamos reír juntos, Alice... junto al resto de participantes, ahí, arriba... 

—Lo siento, Ledalí. —Aparto mi mirada mientras veo los pájaros cantando a los alrededores. Es un día perfecto.

—¿En... serio... eres... tú? —pregunta con ojos llenos de ilusión, viendo a las nubes—. Sabía que volveríamos... a... vernos... Quinn...

Deja de hablar y respirar. Mi trabajo ahí está terminado... pero veo que Zorika se está despertando con una enorme habilidad. Tengo que largarme antes de que me atrape. Me arrastro y entro a la mansión lo más rápido que puedo.

***Sonnet***

—Nos encontramos de nuevo... y en circunstancias difíciles, como la vez pasada. —Chrystel entró en el dormitorio en el que me encontraba. La negatividad que sentía era impresionante.

—No te atrevas a intentar algo, estoy listo para lo que sea. —Me volteé, mostrándole un cuchillo que había encontrado cuando pasaba por la cocina.

—Agradezco tu gesto del pasado, Sonnet. Me recuerdas a un amigo, llamado Oliver. —Ella se sentó en la cama, junto a mí. No tenía armas, no podía portarlas—. Él vive en la Ciudad Evocativa.

—¿Oliver? —Dirigí mi mirada hacia Chrystel—. ¿Lo conoces?

—Sabía que lo conocerías, su parecido es casi... irreal. ¿Son familia? —cuestionó Chrystel con una sonrisa tenue.

—No, amigos de la infancia. Yo solía vivir en la Ciudad Evocativa, cuando era pequeño —revelé—. ¿Qué es lo que quieres de mí?

—Sé que no podemos ser aliados... pero quiero algo de paz. ¿Hacemos una promesa? No te mataré, y tu no me matarás. Nos evitaremos a toda costa, tampoco nos acercaremos... de esa manera estaremos seguros de que no habrá traición. ¿Qué dices? —Ella levantó su pezuña, la cual olía a carne putrefacta. Contuve mis ganas de vomitar.

—Supongo que puedes aceptar, ella no representa un gran peligro por el momento. —Tricia hablaba por el comunicador.

—Acepto, Chrystel. —Le di la mano suavemente para no causarle dolor.

***Lyra***

Daisy toma el cuchillo y empieza a jalar mi cabello, cortándolo agresivamente. Intento mover mi cabeza agitadamente, sinitendo algunas heridas en el cuero cabelludo.

—¡Detente! ¡Detente ahora! —grita mientras observo que me cortaba el cabello hasta llegar a los hombros. Logra la mitad, mientras me está dejando igual... a la peluca... ¡Mi cabello será igual a la peluca, permanentemente!

•—Empezar Música (Crystal Castles - Alice practice)—•
NO ESCUCHAR SI PADECES DE EPILEPSIA

Ella presiona un botón azul, y la música suena por toda la mansión, a punto de estallar nuestros oídos.

—¡Escúchala! ¡Te traerá memorias! ¡Aryl, regresa! —grita Daisy mientras me sigue cortando el cabello.

La música rebota en mi cabeza, en mi mente. Duke grita, pero no puedo escuchar nada, la música está retumbando por cada rincón de la mansión. Me duele terriblemente, no puedo abrir los ojos del dolor. Daisy sigue gritando cosas.

—¡La cacería de modelos! ¡Todas esas noches! ¡Los ácidos, el maquillaje, la diversión! —Ha terminado de cortarme el cabello y escucho una voz detrás de mí, una voz tenue.

—Dime mi verdadero nombre, Lyra... por favor... dime quién soy. —Él... hablaba...

—¡Pero esa respuesta la sabes! Lyra... sabes quién eres, sabes quién soy. —Ella respondió agresivamente—. ¡Sabes quienes somos! ¡Ríndete!

Es mucho para mí... no puedo... seguir... abro los ojos y me veo en el espejo, la realidad me golpea la cara en un instante, como si un balde de agua helada me cayera encima. La música se detiene en un segundo. Yo...

***Aryl***

—Oh, vamos Daisy... que empiece el juego. —Una sonrisa se dibuja en mi cara.

Esa música... las personalidades reales de todos empezaban a relucir... y eso no era bueno para nada.

Notas del Autor:

Bueno, la historia se ha ido desarrollando excelente, me gusta la personalidad que ha tomado, un tanto diferente a su primera parte.

A partir de este capítulo que viene van a acelerarse un poco las cosas conforme nos vamos acercando al desenlace, así que en algunos capítulos van a haber varias canciones, para que tengan algo a mano con qué escuchar las otras y tener la experiencia completa, ahí les voy a ir poniendo los nombres.

Les pido que si tienen conocidos o están esperando a que la historia avance les digan que vayan al día y ustedes también vayan al día para evitar spoilers, que lo que viene es intenso (en general).

Gracias por el apoyo como siempre desde la primera historia. Una vez más les dejo los perfiles de mis cuentas para que se mantengan informados con noticias y contenido exclusivo.

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Facebook (el grupo de facebook): El desfile macabro, El juego macabro. Son 2 y se hablan de ese libro solamente.

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