Capítulo 53: Arte mórbido
***Sonnet***
¡Tricia, Brandon y el enorme monstruo caían de un pronto a otro! El suelo se abría como si fueran dos enormes compuertas, y ellos se desplomaban rápidamente junto con todos los muebles y ornamentos de oro de los alrededores. La cámara cambió rápidamente. ¡Ellos cayeron en un tipo de piscina negra! Y junto a ellos ahora estaban Duke y Dorothy.
Todos empezaron a nadar al ver que el monstruo se despertaba rápidamente gracias a la humedad y el instinto de supervivencia.
—¡Tricia, rápido! —grité viendo como Marto empezaba a gruñir, luchando por no ahogarse, agarrándose a cualquier mueble que se encontrara cerca.
—Dios... —Tricia estaba paralizada, aferrándose a un sillón que flotaba—. Oh no... ¡No sé nadar!
Me tapé la cara lleno de terror mientras que veía a Brandon nadar ágilmente, incluso aún con su herida, hasta la orilla. Estaba dando una brazada y su otra extremidad se cubría la enorme herida de su estómago. La piscina era enorme, cabían todos y aún sobraba muchísimo espacio.
—¡No escaparás tan fácil, Dorothy! —Duke gruñía nadando hacia ella, intercalándose de mueble en mueble y acercándose rápidamente. La furia lo había cegado. El monstruo se empezaba a fijar en él gracias al ruido que estaba causando, alejándose de Tricia poco a poco. Ella se quedaba quieta, callada, casi sin respirar. Otro mueble la camuflaba relativamente.
—¡Ah! —Dorothy gritaba horrorizada, no por Duke... pero por el monstruo que se empezaba a acercar a ambos, dando chapuzones y patadas, intentando nadar energéticamente. Marto alcanzó la pierna de Duke, hundiéndose con él.
•—Empezar Música (Repetir si necesario) It's Ok, You're Ok - Bonjr—•
***Duke***
Las enormes garras se aferran a mis piernas, mientras la oscuridad consume todo. Dejo de respirar, y abro los ojos bajo el agua, mientras siento las sucias uñas enterrarse en mis extremidades. La cara del monstruo es horrible, realista, es real... ¡Es real! Sus ojos amarillos ven directo a los míos por un segundo, un segundo de calma... ¿antes de la muerte?
Le pego una patada en el hocico para salir a respirar, pero cuando intento hacerlo unos brazos me rodean el cuello. Sin poder respirar veo hacia arriba, la cara de Dorothy está a centímetros de la mía, haciendo fuerza terrible mientras enseña una sonrisa diabólica mientras me asfixia. Intento rasgar sus brazos, sus manos, pero tengo que mantenerme a flote y seguir pateando a Marto. ¡Estoy a punto de morir!
Las garras alcanzan mi pecho, mientras intenta salir a flote gracias a mi cuerpo. No puedo siquiera gritar. Dorothy está sentada en un mueble mientras me sigue asfixiando.
—Me alegra presenciar esta muerte, está llena de adrenalina... —dice lentamente mientras sigue haciendo fuerzas sobre mí. Se me empieza a nublar la vista, pero no puedo parar de hacer fuerzas o será definitiva la derrota.
Logro alcanzar su cabeza, le empiezo a pegar en seco, para aturdirla y que me deje. Me suelta un poco, lo que hace que logre tomar un solo respiro. Luego de esto la agarro de su cabello y me sumerjo completamente, trayéndola conmigo. El monstruo la agarra para salir a flote, mientras intento nadar hacia el mueble, el cual se corrió un poco lejos de donde me encontraba antes.
Los chapuzones incrementan cada vez más, mientras Marto y Dorothy no tienen de dónde aferrarse. Ambos se están ahogando, y cada vez veo a Dorothy con más y más heridas. Marto logra alcanzar a un armario que se fue acercando y deja a Dorothy, quien está flotando muy herida. Ella llega a la orilla mientras Marto toma un poco de aire, y vomita sangre con algunos trozos de carne cruda.
Tricia está impulsándose, está pataleando lentamente hasta llegar a la otra orilla. Estoy aún en shock, no me puedo mover, mi garganta me arde y me muero del frío. Toso sin parar, mientras el mueble en el que me encuentro se acerca a la orilla opuesta que la de Tricia. Ella llega finalmente, se levanta y desaparece por un oscuro pasillo del enorme salón en el que nos encontramos.
—Duke, rápido, lárgate de ahí antes de que Marto se recupere —menciona Lyra agitada—. No tienes mucho tiempo.
Me aferro a la orilla, estoy temblando gracias a la adrenalina, y mi odio se intensifica al ver a Dorothy acostada en el suelo, pero está algo lejos de mí. Niego con la cabeza... tengo que irme lo más rápido posible, antes de que Marto llegue a la orilla también. Salgo corriendo por el pasillo opuesto al de Tricia.
***Sonnet***
Por alguna razón, las cámaras no se actualizaban para mostrarme dónde se encontraba a Tricia, y el audio de ese salón perduraba. Dorothy estaba respirando muy tenuemente, estaba temblando y sangrando gracias a las enormes heridas por todo su cuerpo. Marto estaba a punto de llegar a la orilla, estaba empezando a gruñir mientras olfateaba la sangre proveniente del cuerpo de su próxima víctima.
—Este es el fin... el fin de Dorothy... mi querido ángel. Espero que hayas aprendido la valiosa lección del arte, del arte real... del verdadero arte... —Ella sonreía mientras veía hacia el techo—. Me alegra haber formado parte de algo tan hermoso y sublime...
—Sonnet, no puedo ver casi nada... —Tricia mencionó—. ¿Puedes ver?
—Espera un segundo, no puedo verte. —Estaba concentrado viendo qué iría a suceder.
—Stephine... Desmond... la diablilla y su acompañante... ellos se pudrirán en el infierno conmigo, y lo disfrutaremos juntos, como se debe... —Marto empezaba a acercarse a ella, dejando un rastro de agua a su paso, al igual que mechones de su cabello injertado—. Ahora que no queda esperanza es cuando más me emociona saber... ¿qué se siente la muerte? Lo imaginé miles de veces, y estoy contenta de que sea de una manera tan... perfecta...
El monstruo llegó a ella, se le quedó viendo fijamente a los ojos... analizándola en profundo silencio. Luego empezó su ataque, comenzando por la cabeza de aquella señora, y desarrollando su furia a través de todas las extremidades, hasta llegar al tronco de la víctima. Desprendía, sacaba los órganos y jugaba con ellos, luego empezaba con las otras partes del cuerpo hasta que no hiciera movimiento o sonido alguno. Cerré los ojos a mitad del ataque para no seguir viendo escenas tan... depravantes.
***Alice***
Justo junto a Hildur corren Stephine y Desmond, tan rápido como pueden. Llegan al jardín del medio de la mansión y empiezan a trepar la enredadera enorme. ¡Ese era el plan desde el comienzo!
—¡Hildur, ocúltate, rápido! —grito viendo que Robert camina hacia la conmoción. Guardas de seguridad se hacen presentes, son cinco de ellos. Tienen armas de dardos como siempre, e intentan dispararle a Desmond, pero él se cubre contra una pared y le pega a uno de ellos, durmiéndolo.
—¡Son muchos! —grita Stephine—. ¡No lo lograremos!
—Sube rápido, no nos dará tiempo. ¡Sube! —Desmond sigue disparando, mientras ella sube rápidamente las enredaderas. Es terriblemente ágil. Él trepa también, mientras intenta dispararle a sus iguales.
Un dardo le pega a Stephine en la espalda, en el lado derecho, lo que hace que su cuerpo se duerma de ese lado y se suelte de la enredadera. Él la sostiene justo a tiempo, soltando su arma.
—¡Mierda! —grita sosteniéndola, y aún con el peso de ella avanza un metro más. Es sorprendente. Había entrenado todo este tiempo, no se dejaría vencer tan fácil. Le disparan un dardo en su espalda, pero no le afecta. Trae un chaleco protector. Sube otro metro hasta que le disparan en el cuello—. Ste... phine...
Caen ambos al suelo con un golpe contundente. Robert se ha dado cuenta de la presencia de Hildur. Ella tiene que correr, o él no dudará en matarla.
Lugares secretos de la mansión se empezaban a descubrir... eventos secretos de las demás personas también. Todo llegaría a saberse eventualmente.
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