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Capítulo 51: Un lugar tranquilo

***Aisha***

Tomo la foto apenas voy llegando a la Ciudad Cursiva para notificar a Steiner, al mismo tiempo que recibo una de él en la entrada del Hospital psiquiátrico Lunezca. No aguanto el sueño, necesito ir a algún hotel a pasar la noche o empezará a afectarme negativamente. Busco dónde hospedarme, de igual manera todos los lugares en la Ciudad Cursiva son seguros.

Entro, pago y abro la puerta de mi habitación, de calidad moderada, aunque limpia y con adornos bonitos. Me siento en la cama y cuando lo hago recibo dos fotos más. En una hay un muchacho siendo adiestrado por doctores o algo parecido, en la otra está una chica intentando escapar. Me parecen imágenes fuertes.

Intento llamar a Steiner, pero no me contesta, no logro contactarlo de ninguna manera. Llamo a Travis.

—¿Has hablado con Steiner? —pregunto algo preocupada.

—No Aisha, no se ha reportado. También me llegaron las fotos, se ve intenso... sin embargo no creo que él se encuentre en peligro, nos hubiera contactado. —Travis está disponible como siempre, su voz calmada pero constante me calma. Estoy muy cansada.

—Voy a intentar dormir algunas horas. Apenas salga el sol saldré hacia la comisaría de esta ciudad para recolectar información. Si ocurre lo que sea no dudes en llamarme. —Tomé un largo respiro—. Buenas noches.

—Buenas noches, yo estaré aquí como siempre. —Travis me calma, se va.

•—Empezar Música (Moderat - A New Error)—•

Estoy sentada en medio del silencio ensordecedor, mientras no sé si sigo despierta o es tan solo un sueño... me siento algo desanimada, ha pasado mucho tiempo, y según el encapuchado con detalles dorados, inocentes han empezado a morir en su "juego". La impotencia me está dominando, pero tengo que tomar la actitud que he aprendido de Steiner en este poco tiempo. La perseverancia es el mejor camino que puedo tomar.

Me acuesto sin quitarme la ropa del día, estoy completamente rendida y sin ganas de siquiera pensar en el futuro, he decidido que lo que tenga que suceder, sucederá, mientras sea bajo mi control siempre y cuando pueda intervenir. Apago la luz y cierro los ojos para recuperarme, solo tengo tres horas de sueño disponibles.

La alarma suena, mientras escucho los pájaros cantando a los alrededores. Puedo sentir una vibra totalmente diferente en esta ciudad, una vibra positiva... y me siento mal que las otras no sean así. Me alisto, bañándome y poniéndome un poco de maquillaje para aumentar el positivismo de mis interiores, aunque me sigo viendo algo cansada.

Me voy del hotel para ir a la estación de la policía. Los agentes especiales deben de tener información importante sobre alguna desaparición o algo parecido, no sé exactamente qué esperar, pero lo que sea me sirve.

Detengo el auto frente al hermoso y blanco edificio. No es tan moderno como en la Ciudad Evocativa, pero sí mucho más lindo y ordenado. Cuando estoy a punto de entrar ahí, sale una muchacha vestida de amarillo, azotando las puertas, con un muchacho rubio detrás de ella, vestido de azul. Ella tiene lágrimas en los ojos.

—¡Es inútil! ¡Esto es inútil! —grita ella soltando sus lágrimas. Él toma su mano.

—¡Bianca, detente! Podremos encontrarlos... si trabajamos juntos. —Él estaba igualmente afectado, al parecer.

—Oh Paul... ¡no lo entiendes! Primero Hady y luego Chrystel... ¡ambas desaparecieron sin dejar rastro alguno! No me voy a rendir... no me voy a rendir hasta encontrarlas. Ambas son mis amigas, crecimos juntas en la Ciudad Evocativa. No me rendiré jamás. —Ella limpia su cara y sigue caminando.

—Bianca... —Paul niega viendo hacia el suelo. Toma su celular e intentó hacer una llamada, que al parecer no es contestada—. Mierda, Zack... ¿en dónde diablos estás?

Ambos desaparecen de la escena después de unos segundos. Anoto todos los nombres, junto con la vestimenta de ambos jóvenes. Tomo un respiro y me adentro en el edificio, en donde hay otros dos jóvenes hablando a la policía. Son dos muchachos de edad parecida, uno pelirrojo y el otro tenía cabello café claro. Están igual de afectados que los vistos anteriormente. Están hablando con el policía de la recepción.

—Necesito que nos ayudes a pegar estos volantes por toda la ciudad, es por mi hermano... por favor. Hemos estado haciéndolo por nuestra cuenta, pero esta ciudad es enorme. Necesitamos ayuda. No bastó con reportar su desaparición... —El muchacho con cabello café claro habla muy deprimido.

—Sí, de inmediato te ayudaremos. Ya sabes, si tienes alguna información no dudes en contactarnos. Los agentes especiales se encuentran recaudando información. —El policía parece eficiente. Decido infiltrarme en la conversación.

—Puedo ayudar. Mi nombre es Aisha, agente especial de la Ciudad Evocativa. ¿Puedo ver una foto del joven? —Extiendo mi mano.

—Sí señora... —Él deja una foto en mis manos. Es un chico rubio, que se ve lleno de vida. Reflexiono algunos segundos—. ¿Cómo se llama tu hermano?

—Ledalí... se llama Ledalí. Es un poco más joven que yo, no lo hemos podido localizar, agente. —Una lágrima cae por su mejilla rápidamente, la cual es limpiada en un segundo por sus manos—. Cualquier ayuda es bienvenida.

—Haré lo que pueda. Conservaré esta fotografía. —Camino hasta una mesa, la pongo en el lugar y tomo una foto con la cámara de Travis, luego le mando un mensaje para que revise todo lo que pueda respecto a Ledalí.

—Gracias agente. Adiós. —Ambos chicos se van caminando.

—Buenos días, deseo ver a los agentes especiales, por favor. —Pido seriamente—. Es de suma importancia.

—Claro que sí, agente Aisha. Están en la última habitación. —Él la señala—. Puede interrumpir siempre y cuando explique por qué, a ellos, claro.

—Gracias. —Me adentro en el pasillo y llego a la oficina. Abro la puerta y en el lugar hay un chico y una chica, cada uno vestidos de blanco, impecables. Ella tiene el cabello teñido de rosa suave, casi pastel, casi como un tenue atardecer de invierno.

Él tiene cabello claro y medio largo. Tiene una barba clara y cerrada, bien cortada. Tiene los ojos claros y es achinado. Ambos se quedan en silencio al verme, están discutiendo con unos cuantos papeles sobre una mesa redonda en perfecto orden.

—Buenos días, agente especial Aisha, de la Ciudad Evocativa. —Me presento con respeto—. Vengo a pedir alguna información, y aportar lo que pueda a su investigación.

—Buenos días agente, un gusto saludarla... siéntese. Me llamo Stiven, ella Sahira. Verá, ahorita nos encontramos intentando descubrir qué le ha sucedido al joven Ledalí. ¿A qué ha venido usted? —Él se sentó, tomando un sorbo de café.

—Es una larga historia... tendré que contarles esto con tiempo, en media hora al menos. ¿Conocen algo del desfile macabro? —cuestiono abriendo mi libreta.

—No poseemos conocimiento sobre este desfile. Estaremos contentos si nos das la información que tengas, intentaremos ayudar si nos es posible. —Sahira habló, tenía una voz calma.

Duramos algunos minutos discutiendo sobre el caso, mientras ellos me comparten la información de Ledalí... alguna información algo básica, pero intento no decepcionarme. Me quedo una hora intentando ver si tienen algo importante que decir, pero nada me lleva a unir los cabos sueltos que quedan... intento disimular mi cara de desesperación, y pido permiso para retirarme. No deseo seguir invirtiendo mi tiempo en este lugar que solo ha tenido una desaparición.

—Gracias por la información. Nos mantendremos en contacto por si algo nuevo sucede. —Camino hacia la salida—. Nos vemos.

—Gracias Aisha, esta información parece ser muy valiosa. —Sahira cierra la puerta y sigue charlando con Oliver, en realidad no sé por qué hablan tanto en vez de salir a las calles... supongo que esta ciudad no ha experimentado una emergencia tan abundante, por lo tanto no han tenido que subir el estrés o la eficiencia... decido dejar de pensar en ellos para continuar mi denso camino.

Mientras salgo del edificio veo la cámara al recibir una nueva foto. Una sonrisa se arquea en mi cara al observar a Maxwell junto a Steiner, quienes se tomaron la foto para mí, sonriendo. Guardo la cámara en el bolso y continúo mi recorrido. Tengo que empezar a ir hacia la Ciudad Superflua para seguir intentando descubrir todo lo que pueda.

No había tiempo que perder... el tiempo era el recurso más importante. El tiempo era vida, el tiempo era muerte... Aisha...

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