***Serina***

Mi celular empieza a vibrar, adormecida contesto la llamada, sin ver la hora, pero supongo que es tardísimo. Estoy atontada.

•—Empezar Música (Sad piano - Sadness)—•

—¿Hola? —contesto. Me recibe un llanto muy débil, de una chica—. ¿Lyra?

—Oh... Daisy... lo siento tanto... por favor, ven a mi casa de inmediato, por favor... —Cuelga la llamada.

Me siento en la cama, me restriego los ojos, intento ver la hora, son las cuatro de la mañana... ¿Qué diablos hacía Lyra llorando a estas horas?

—Pregúntate lo importante, ¿quién es Daisy? —pregunta Gaven bostezando—. Jamás escuché ese nombre.

—Daisy... no puedo recordarlo. ¿Qué le habrá pasado a Lyra? Vamos, te necesita. —Trixie me toca el hombro—. Alístate, puede que sea urgente.

Tomo un taxi y llego a su casa lo más rápido posible. ¡La puerta principal está abierta! Corro lo más rápido que puedo, subo las escaleras... y veo el dormitorio de Lyra. ¡Ella se encuentra vestida rarísima! Lleva una peluca negra puesta, y tiene maquillaje del mismo color. Se ve linda, pero está llorando y su maquillaje se ha corrido terriblemente.

El lugar huele a alcohol por doquier. Ella está tomando una botella de vodka sin mezclarlo con nada, y es como si estuviera tomando agua. Se la arrebato sin pensarlo dos veces, la pongo en el suelo y bajo a cerrar la puerta. Subo las escaleras de nuevo y cierro la puerta de su habitación detrás de mí. Ella está mareada y no para de llorar.

—Acércale ese bote de basura. —Gaven señala—. Está intoxicada.

—Dios mío... ¿qué le habrá pasado? —pregunta Trixie preocupada—. Vamos Serina, pregúntale.

—Lyra, ¿qué te pasa, amiga? —pregunto tocándole la mano—. Ya llegué.

Ella se voltea y me ve a los ojos, tiene las pupilas muy dilatadas. ¡Se ha drogado! Me preocupo muchísimo, ¡Lyra no haría algo así!

—Oh Daisy... —empieza a llorar sin consuelo—. Perdóname... no quise decir esas cosas.

—Daisy... —suspiro—. ¿Te han drogado?

—¿Qué si me han drogado? Eso no importa ahora... ahora lo que importa es otra cosa, tontita. —Ve hacia la ventana—. Importo yo.

—¿Qué pasó? ¿Por qué estás borracha? ¡Tus padres te matarán si se dan cuenta! —Intento hacerla entrarla en razón—. ¿Amiga?

—Que lo hagan, me da igual. —Se ríe—. Me importa una mierda si me muero ya.

—Jamás digas eso... —Tomo su mano y la pongo entre las mías, está helada.

—No le importaría a nadie. Mi vida está acabada, mi novio de dejó y mi única amiga también lo ha hecho —dice soltando más lágrimas y lamentos—. No vale la pena...

—¿Qué dice esta mujer? —pregunta Gaven enojado, viéndola a un centímetro de su cara—. No sabe lo que dice, está loca.

—Está drogada, no le hagas caso, Serina. —Trixie camina en círculos, pensativa.

—¿Cómo dices? —Saco una botella de agua de mi bolso—. Toma.

—Oh, Daisy... —Sigue llorando, tira la botella contra la pared—. Tengo un enorme vacío en el corazón, esa es la verdad.

—¿Un vacío? ¿Por qué? Te ayudaré con la situación de tus padres, podrás salir adelante. —Le acaricio el cabello, mientras le intento quitar la peluca.

—¡No! —grita empujándome—. Déjame así, así soy yo, y no ella.

—¿Huh? Esto está muy raro. —Gaven la sigue analizando a centímetros de su cara—. He visto muchas personas actuando extraño, pero esto es sorprendente. Además, a ella la conocemos hace años. No hay razón.

—La verdad es que... —Ella me ve a los ojos, está apenada, destruida, débil—. Nunca estaré completa por dentro... jamás lo estaré. Sé que esto no me llena al final del día, pero después de lo que sucedió, nada jamás lo hará.

—¿Qué sucedió? —pregunto acercándome—. Me puedes decir, tranquila.

Ella me toma la cabeza, poniendo ambas manos en mis mejillas. Me ve directo a los ojos, mientras llora amargamente. Suspira, y habla como si no estuviera borracha ni drogada, habla como si nada estuviera pasando, como si estuviéramos en un parque y nada malo sucediera.

—Hay un secreto, Daisy... hay un secreto que ni siquiera Lyra sabe. Ese secreto es lo que me carcome en el día, y me asfixia en las noches. Es lo que me seca en el día y me ahoga en las noches... es lo que me deprime cada amanecer, y por lo que ansío cada atardecer. Es el secreto más oscuro que tengo, y me iré a la tumba con él. Me iré a la tumba completamente sola, sin amigos, sin familia... eso lo sé, pues desde que aquel evento sucedió... he nacido.

» Desde que eso pasó, vivo por lapsos temporales, conviviendo con ella... pero siendo yo misma. Estoy atrapada, sin salida. Es el fin, pero apenas el comienzo... y sé que se va a repetir hasta el día en el que muera. ¿Sabes por qué las "drogas" y el "alcohol" que dices que tengo en el organismo funciona? Porque en esos lapsos puedo olvidar lo que he hecho. Puedo olvidar quién soy. ¡Jamás lo entenderías! Eres muy... ingenua para esto.

» Pero es algo real. Ya he aceptado mi destino, y seguiré saliendo en la oscuridad, porque, aunque a ella no le guste... soy una parte que carga con el peso que no pudo aguantar. Soy quien puede tomar las decisiones reales en esta puta vida. Yo soy quien toma las riendas, cuando ella es débil y estúpida...

—Creo que es tiempo de dejarla dormir, Serina... no creo que sea sano que siga diciendo incoherencias de este tipo. —Trixie está muy preocupada—. No creo que sea bueno que escuches lo que dice, es muy negativo.

—Que siga hablando, aquí hay algo que no me cuadra. —Gaven se sienta en la cama—. Algo... algo está muy mal.

—Puede que sí, pero si no ha tenido la confianza para decírselo a Serina sobria, es porque no desea expresarlo. Tenemos que respetar. —Trixie está viendo por la ventana—. Serina, toma tú la decisión.

—Es hora de dormir. Estás cansada. —Empiezo a arreglar la cama. Ella vomita en el bote de basura.

—Sí... creo que sí... —dice limpiándose los restos con el antebrazo.

—Tranquila. —Le quito la ropa extraña que tiene, y como está tan débil puedo quitarle la peluca. Dejo ambos objetos en una silla rosa, en una esquina del dormitorio. Está amaneciendo y me duele la cabeza. Lyra está acostada, con los ojos cerrados, y un poco de vómito aún en la mejilla.

—Deberías de irte antes de que despierten los padres, así no pedirán explicaciones. —Trixie observa a Lyra—. No creo que ella recuerde que estuviste aquí.

—Supongo que no... pero eso significa que... —insinúo.

—Sí, eso significa que no podrás hablar de lo que acaba de pasar nunca, ni siquiera con ella. —Gaven se levanta de la cama—. Lyra está deprimida, todo lo que dijo es horrendo.

—¿Por qué dijo que no tiene amigos? Eso me hace sentir mal... —digo con un pequeño dolor en el corazón.

—Seguro que no lo dijo intencionalmente. Cuando alguien está drogado y borracho, y deprimido... dice cosas que pueden resultar hirientes. —Trixie me toca el hombro—. Todo estará bien, y si no... pues, seguirás estando ahí para ella.

—Eso es lo extraño. Serina siempre ha estado para ella, y ahora resulta que no. ¿Qué pasa? —Gaven incrementa su disconformidad hacia Lyra.

—Eso no importa ahora. Por el momento Serina tiene que estar ahí para prevenir un suicidio o algo lamentable por el estilo. —Trixie habla directo a Gaven.

Tomo un suspiro.

—Suficiente chicos, me duele la cabeza, quiero llegar a casa y dormir. Los veo luego. —Abro la puerta de la habitación de Lyra, Gaven y Trixie se quedan atrás. La cierro.

Llego a casa algo confundida, pero sé que tengo que mentalizarme para que esa duda no me empiece a molestar. Sé que Lyra tiene todo bajo control, además de que Sonnet y yo estaremos ahí para ella, siempre.

Estaríamos ahí... ¿para siempre?