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Capítulo 1: Sonnet Bleus

•—Empezar Música—•

Abrí los ojos lentamente. Una jaqueca dominaba mi cabeza, estaba totalmente desubicado. Mi boca estaba seca; tenía todavía rastros sangre coagulada de Tricia en mis labios. El frío y la oscuridad de los alrededores hacía que el ambiente húmedo se sintiera peor de lóbrego.

Parpadeé varias veces, retomando la conciencia. Los recuerdos seguían un tanto nublados. ¿Qué carajos había pasado? Estaba en una especie de cubículo de cristal; uno de los muchos que se encontraban en mis alrededores. Ahí yacía el resto de los representantes y modelos. Algunos despiertos, otros aún dormidos, y los últimos adormecidos como yo.

Era un total de veinte cubículos, o eso parecía. Diez representantes y diez modelos. Frente a mí se encontraba Zorika, la chica extraña, aquella quien tenía como modelo a la elfa, Amalea. Ella miraba fijamente hacia el suelo. Intentó golpear varias veces el cristal, sin poder hacerle daño alguno. Estábamos atrapados, y no había escapatoria... no por el momento.

Junto a Zórika, a su derecha, se encontraba él... quien destruyó tantos fragmentos de mi vida. Duke... estaba aún dormido. Mi corazón latía rápidamente, los mareos seguían presentes... y la confusión me abatía cada vez más.

A mi derecha se encontraba Hildur. La chica que parecía tener una condición en su piel... era realmente blanca. Ella lloraba silenciosamente. Veía a su hermana inconsciente en el otro cubículo, siguiendo la hilera, a la derecha.

—Hermana... —suspiraba, tocando el vidrio suavemente.

A mi izquierda se encontraba Daisy, despierta. Tenía su maquillaje azul corrido. Había estado llorando. Algo en mi cuello me seguía molestando. Pasé mi mano por encima, tanteando. Estaba inflamado. ¡Empecé a recordarlo todo!

El desfile macabro salió mal debido a mi imprudencia. ¡Lyra! ¿En dónde estaba ella ahora? Mi aún nublada visión no me dejaba reconocer más allá de mis cercanías. Intenté alzar la voz.

—Daisy. ¿Qué pasó? ¿Sabes algo de todo esto? —consulté con nervios. Quién sabe quién carajos podría escucharnos y hacernos algo. Estábamos a la deriva... en manos de aquellos desconocidos con poder. Ella me volteó a ver con odio.

—¡Tú hiciste esta estupidez! Ahora vamos a morir...—lamentó—. ¿Qué mierdas esperabas que pasara? Aquí no estamos para que juegues de héroe, estúpido... esto te costará la vida, y la de todos los demás.

Junto a Daisy, a su izquierda, pude distinguir una cara conocida. Perdí el aliento al verla con vida, y un disparo de adrenalina vino a mi corazón.

—¡Lyra! —exclamé golpeando el vidrio. Ella apenas se incorporaba, lentamente.

Se veía muy deteriorada. Estaba golpeada, sucia... y el hilo que tenía en la boca seguía chorreando sangre. Ella se levantó y me observó. Estaba llorando y gimiendo con gran impotencia; el mismo sentimiento al que me había hecho adicto.

—Lyra... —A pesar de lo horrendo, me sentía un poco más tranquilo. Sabía que estaba viva, la tenía cerca de mí.

Mi visión se aclaraba aún más. Pude identificar a otra persona de entre los cubículos. Ahí estaba Robert Gammel; el líder de la Policía Onírica. El gran y asqueroso corrupto con quien me tuve que sentar junto a los padres de Lyra y Quinn. Mi enojo empezaba a llegar a niveles alarmantes... pero no podía hacer nada todavía. Robert caminaba en círculos, estaba muy agitado.

Duke despertó. Se levantó rápidamente, agitado. Se recostó en el vidrio, para terminar de ubicarse, restregando sus ojos.

—¿Qué... mierda...? —Se frotaba la cabeza—. ¿Qué mierda pasa?

Una voz se escuchó en unos enormes parlantes a los alrededores, desde las paredes grises que nos rodeaban. Estábamos en el mismo salón en el que habíamos desfilado. Allá, en el fondo, se podía ver aún la tarima... pero estaba casi todo apagado.

Al mismo tiempo en el que la voz empezó a hablar, algunas puertas se abrieron y de ellas salieron los mismos hombres con trajes formales de antes. Llevaban sus armas con ellos.

—Bienvenidos sean a la mansión macabra —dijo la voz. La pude reconocer; era la misma del representante del desfile.

Él apareció, caminando por el enorme pasillo. Era un señor con cabello teñido de rojo y negro, en un traje formal rojo vino. Tenía aproximadamente treinta años, de contextura delgada y una sonrisa enorme, con facciones exageradas y arrugas en la frente.

Tenía cejas grandes, nariz respingada y barbilla larga. Miraba cautelosamente a sus alrededores mientras caminaba. Tenía, además, un micrófono, por el cual hablaba en los parlantes. Sus manerismos y expresiones eran muy marcadas.

Los guardaespaldas de trajes formales se movían lentamente entre los cubículos. Eran diez en total. Ninguno de ellos tenía cabello; a diferencia de los que nos habían secuestrado, y todos usaban lentes oscuros. Poseían una contextura musculosa y tenían audífonos en los oídos.

—El desfile macabro tuvo una terrible interrupción, como ya saben... sin embargo, y, de todos modos, el ganador no se iría a definir en la pasarela de ese evento. ¡Claro que no! Este año se hará algo muy especial.

» ¡Este año se hará por primera vez "El Juego Macabro"! Un juego en el que se medirán sus destrezas absolutas. Se evaluarán sus capacidades, sus límites... sus relaciones con otros participantes, pero, más que todo... ¡Se tomarán en cuenta sus ganas por ser los vencedores en el concurso!

—¿En qué consisten las reglas? —Preguntó Robert sin asco, viéndolo directo a los ojos. Seguía molesto e inquieto, pero todos estábamos más vulnerables que nunca.

Escuchaba los sollozos de varias personas alrededor, incluyendo a Lyra, pero no podía distinguir sus voces.

—¡Las reglas! Las reglas... —El presentador buscó una hoja de papel en su traje—. ¡Listo! Aquí están las queridas reglas. Pero... no se las diré todavía, mis queridos macabros. Hay personas que no han despertado, según me informan. —Señaló a su audífono.

Ojeé hacia arriba. En cada cubículo había una pequeña cámara, en las esquinas. Además, afuera, en el techo del lugar en el que nos encontrábamos, guindaban más de ellas. Alguien estaba observando cada pequeño movimiento que se hiciera en el lugar. Sostuve mi collar, aquel con la pluma plateada. La preocupación me estaba matando.

—¿Qué es todo eso? Nadie explicó con antelación que esto sucedería. —Duke se encontraba furioso, seguía mareado. Empezó a intentar golpear el vidrio. El presentador se rio.

—¿Qué es la vida sin unas buenas sorpresas? ¿Qué es un concurso sin unos buenos giros? Drama, acción... ¿Por qué te preocupas, Duke? Eres uno de los candidatos más poderosos en este lugar. —Caminó directo hacia él, hasta estar frente a frente. Solo la delgada línea de vidrio los separaba—. Vamos a medir tu nivel de adaptación al cambio, o... ¿acaso los huérfanos no la tienen?

—¡Maldito! —Empezó a golpear el vidrio con todas sus fuerzas, causando que sus nudillos se abrieran y mancharan el cristal.

—Me informan que es necesario aclarar unas reglas antes de empezar a explicarlas. Volveré después de hablar con el presidente del desfile. Tienen que dormir hasta que regrese —declaró sin más.

Tomó un botón de un bolsillo de su traje y lo presionó. Gas empezó a salir en los cubículos, desde una ventanilla en el suelo. Era el mismo con el que nos habían desmayado a la hora de secuestrarnos.

Empecé a perder las fuerzas de nuevo, batallando contra la tóxica nube infiltrada en mis pulmones... lo último que vi fue la horrible transformación de Lyra, de nuevo... y cerré los ojos.

Jamás pensé que después de todo lo que habíamos pasado... esto apenas estuviera comenzando para Lyra, para mí... y para el resto.

Notas del Autor:

• Bueno, espero que hayan disfrutado de la primera parte del segundo libro. Por favor si conocen a gente que no sepa que ya está disponible gratis y en actualización les pido que les avisen!!!

• Subiré nuevos capítulos cuando tenga tiempo de hacerlo, es algo que toma tiempo, tengo que re-escribir todo el libro, no solamente lo estoy editando.

• Como pudieron ver, ahora los pensamientos finales son de Sonnet. Así será todo el libro.

• Recordatorio para que voten, ¡aunque no tengan internet se puede! Los votos ayudan a crecer. Ah, y no se abstengan de comentar, que amo todos los comentarios como siempre. Gracias por el apoyo.

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