Capitulo 7; Sellando el contrato
Leonor entro despacio en la habitación de su sobrina, para la boda se había puesto un vestido beige y marrón, de manga corta y escote cuadrado. Se había recogido todo el cabello con cintas beige y marrones y se puso sus mejores joyas.
-Mariana, niña –Acaricio el cabello a su sobrina cariñosamente –Despierta cielo, ha llegado el momento
-Hoy me caso –Mariana abrió los ojos despacio y suspiro
Leonor ayudo a su sobrina a arreglarse, el vestido que Jorge le había regalado era realmente hermoso. Se ajustaba al cuerpo de su sobrina perfectamente, quedaba sujeto por los hombros con gasa de tul blanco, que se unía en su pecho con un broche Mariana insistió en llevar su pelo suelto, así que su tía simplemente le sujeto con una cinta blanca algunos mechones alrededor de su cabeza, formando una pasada. Se puso la cruz que su tía le había regalado el día anterior y los pendientes de su madre, aquellos que su padre les había enviado para la fiesta de compromiso con Roberto Sánchez.
Jorge esperaba junto a su padre al final de las escaleras, mientras los criados arreglaban los dos coches de caballos.
-Estamos listas –Leonor bajo las escaleras sonriente mientras Miguel la miraba atentamente
Mariana apareció tras su tía, solemne y elegante, bajando los escalones despacio, mientras Jorge la miraba asombrado. Cuando la vio vestida de blanco, tan hermosa, no sabia que hacer ni como comportarse
-Estas preciosa –Se acerco a tenderle la mano y ayudarla a bajar los últimos escalones
-Gracias –ella le miro a los ojos –tu tambien estas muy elegante
-Bien, vamos –Miel agarro del brazo sonriente a Leonor –Los carruajes están listos
Leonor y Miguel fueron los primeros en salir al patio, donde esperaba su carruaje y los criados que se extendían en fila junto a la puerta esperando para ver a la novia. Ambos subieron a su carroza y el cochero inicio el camino.
Mariana salio agarrada del brazo de Jorge y vio como todos los empleados la miraban sonrientes, entre ellos los chicos de la banda. Juntos caminaron hacia el carruaje pero antes de llegar a el, Gabriel le tendió a Mariana un ramo de rosas blancas .
-Pensamos que te gustaría –Gabriel se sonrojo
-Gracias –ella sonrió, acepto el ramo que era precioso y después se acerco a cada uno de los chicos y les dio un beso en la mejilla a cada uno, mientras Jorge la observaba
Con el ramo entre sus manos subió a la carroza y se sentó en el interior, tras ella, subió Jorge y se sentó a su lado.
-¿Estas bien? –El la miro de reojo
-¿Debería estarlo? –Mariana suspiro, en unos minutos seria la esposa de Jorge de la Vega, no realmente, pero a los ojos de los demás pertenecería a ese hombre –Si, no te preocupes
El no dijo nada mas, se limito a tomar la mano de Mariana, sin atreverse a mirarla, ella se sorprendió ante aquel acto, pero lo cierto era que el calor de su mano y el tacto de su piel la reconfortaban.
Llegaron a una pequeña ermita del pueblo vecino, donde Miguel y Leonor los esperaban a la entrada. Dentro un sacerdote junto a un juez les esperaban, ninguno de los dos dijo nada, simplemente se sentaron ante una mesa y firmaron los documentos que el juez le entregaba después Jorge puso el anillo a Mariana y ella se lo puso a el.
Leonor y Miguel, tras firmar como testigos del enlace regresaron a su carruaje, estaba planeado que ellos llegaran a la fiesta antes de que lo hicieran los novios, cosa que a Leonor no gustaba demasiado. Quizás se encontrara con su hermano y tendría que darle explicaciones antes de la llegada de Mariana.
-¿Qué hace aquí un sacerdote? –Mariana pregunto a Jorge antes de salir de la ermita
-No te preocupes, es un amigo de la familia –el sonrió –Es un testigo de que nuestra boda no es autentica y aun menos ha sido una unión religiosa
-Ah –Marina comprendió inmediatamente, era una forma de asegurar que ella pudiera seguir con su vida adelante e incluso pudiera casarse de verdad en el futuro
-Enseguida vuelvo, debo resolver una ultima cosa –Jorge se disculpo y camino hacia el interior de la ermita, mientras ella salía al exterior, necesitaba tomar aire
Camino unos pasos alrededor de la ermita, suspirando y pensando en que acaba de sellar el trato, acababa de casarse.
-¿Te encuentras bien hija? –El sacerdote se acerco a ella
-No, padre –Ella le miro -No se lo que estoy haciendo
-Ayudar en una buena causa –el sonrió y Mariana lo miro confundida –Piénsalo de esta forma, el gobernador Roberto Sánchez, es un hombre cruel y tu estas ayudando a terminar con su látigo de destrucción
-¿Usted lo sabe? –No era una pregunta, sino una afirmación, ese cura sabia que Jorge formaba parte de una banda que luchaba contra el gobernador
-Mariana, nos vamos –Jorge apareció junto al cura que le sonrió amablemente
-Tened cuidado hijos míos –El sacerdote dio la bendición a Jorge y después a Mariana
En el camino de vuelta Mariana estaba tensa, no sabia como comportarse, debían parecer marido y mujer y el pensar en que tenia que besarle y abrazarle.
-Deberías comenzar a comportarte como una esposa ¿no crees? –Jorge se acerco a ella lentamente mientras sonreía
-No –ella le desafió –Aun no estamos ante los invitados
-Pero nunca viene mal practicar –El se acerco aun mas arrinconándola en la esquina del asiento del carruaje.
-¿Qué haces? –Ella temblaba de pies a cabeza a pesar de trataba de que el no lo notara
-Besar a mi mujer –El sonrió y antes de que Mariana reaccionara la beso tiernamente, ella puso sus manos en su pecho para empujarle hacia atrás pero el era demasiado fuerte
El carruaje se detuvo de repente y Jorge se aparto de ella para mirar por la ventanilla, después se volvió a ella sonriendo.
-Hemos llegado, -le tomo la mano –sonríe, los invitados esperan a la radiante novia
Jorge salio sonriente del carruaje y después se giro para ayudar a descender a Mariana por la escalerilla. Ella respiro profundamente antes de asomarse al exterior y en cuanto lo hizo, la realidad la golpeo brutalmente, su padre junto a Roberto Sánchez estaban junto a la puerta de entrada y la habian visto. José Cortes miro a su hija asombrado, para después ensombrecer su rostro con una mirada de desaprobación, sin embargo el señor Roberto Sánchez no mostró mas que odio e indignación, se notaba que ese hombre no la quería. Mariana sintió el apretón en su mano, Jorge la incitaba a bajar del carruaje, ella sonrió y bajo de la mano de su marido.
-¡Vivan los novios! –Todos gritaron y tiraron pétalos de flores blancas
Jorge sonrió y abrazo a Mariana por la cintura acercándola a el, ella trato de parecer cómoda y sonrió. Entraron del brazo al gran salón, seguidos de Miguel y Leonor, la cual estaba incomoda, ya había visto a su hermano. Una vez en el salón, todos los invitados se acercaron a felicitar a la feliz pareja, ella sonreía y se mostraba amable.
-¿Es esta tu forma de vengarte Jorge de la Vega? –El gobernador se acerco a ellos, mirando a Jorge con odio -¿Quitarme a mi mujer?
-Que yo sepa es mi esposa –Jorge sonrió –Esta casada con migo, no con vos
-He de admitir que tenéis buen gusto –Roberto miro a Mariana con deseo y ella le desafio no apartando la mirada –Aunque por lo que ha demostrado, no es una dama muy respetable
-Cuidado con lo que dice señor gobernador –Jorge apretó los labios y Mariana se sorprendió al ver el fervor con el que el la defendía –Estáis hablando de mi esposa
-Si atacáis mi matrimonio por el hecho de tener un trato con mi padre os confundís –Mariana respondió ante la sorpresa de los dos hombre –No hubo anuncio de ningún compromiso con voz y aun menos respuesta alguna por mi parte. No es mi culpa que tanto vos como mi padre dierais por sentado un matrimonio que no se iba a llevar a cabo
-Veo que sois tan rebelde como vuestro padre dijo –El gobernador se acerco a Mariana y tomo su mano para besarla –Me gusta
-Si nos disculpa señor gobernador –Mariana retiro la mano y se agarro al brazo de su marido –Tenemos que atender a mas invitados
-Disfrute de la velada –Jorge sonrió al gobernador y después se alejo con Mariana de el, noto que ella respiraba agitada -¿Quieres salir a tomar el aire?
-Te lo agradecería –El sonrió y juntos caminaron hacia una de las terrazas de la casa
Mariana se soltó y camino hacia la baranda donde se apoyo y comenzó a respirar agitada.
-¿Estas bien? –Jorge se acerco a ella -¿Es por el gobernador?
-No –ella respondió de manera seca –Es mi padre, no le veía desde los trece años y ni siquiera se ha acercado.
-Se ha marchado de la fiesta –Jorge lo dijo mientras le cogía la mano –Lo siento
-Yo no –ella cerro los ojos e inspiro profundamente –Jamás a estado a mi lado ¿Por qué iba a ser distinto ahora? –se giro y sonrió –Regresemos con los invitados
La celebración se alargo mas de lo esperado, cuando todos los invitados se habian marchado, Leonor ya se había retirado a su habitación Miguel se despidió de su hijo y de su “nuera” . Jorge y Mariana caminaron por el pasillo, cuando ella se dirigía a abrir la puerta de su habitación, el se lo impidió.
-Ya somos marido y mujer ¿recuerdas? –Claro que lo recordaba, solo había intentado evitar estar en la misma habitación que el
-Sigo sin entender porque tenemos que compartir habitación –Entraron en la habitación de jorge que era bastante grande. Estaba pintada de gris, una gigantesca cama de madera oscura al fondo con varios sillones alrededor, un gran balcón y ¿un tocador? Seguramente el hizo que lo pusieran por ella –Es muy bonita
-Gracias –el sonrió –Ahí están tus vestidos –Señalo uno de los armarios de la habitación- y en el tocador tus cepillos y perfumes.
-¿El baño? –Elisa pregunto para coger la camisola e ir a cambiarse
-Esta puerta –Jorge abrió la puerta sonriente, era un baño precioso –Mariana, es tu habitación tambien
Ella no dijo nada, simplemente abrió el armario y saco su camisola, se dirigió al baño sin mirarle y enfadada. Jorge se quedo sentado en la cama sonriendo, desde luego Mariana tenia bastante genio. Se quito su ropa y se puso su pantalón de pijama, después destapo la cama y se metió en ella.
Mariana se puso su camisola y encima la bata, estaba muy nerviosa, el estaba en la habitación y dormirían en la misma cama. Salio del baño con el quinqué en la mano y alumbro al camino hacia el tocador, mientras Jorge la observaba atento. Se cepillo el pelo como hacia cada noche y después se dirigió a la cama.
-¿Vas a dormir con la bata? –El lo dijo divertido
-No –ella le miro altiva, se quito la bata y la dejo sobre la cama, para su sorpresa Jorge desvió la mirada. Se introdujo en la cama despacio, tapándose con la suave sabana de seda blanca –Buenas noches –se recostó girada hacia el otro lado, dándole la espalda a el
-Buenas noches querida esposa –Jorge trato de disimular su risa, pero ella le oyó. El se acerco a ella y deposito un leve beso en su hombro, Mariana se quedo en silencio, paralizada, no se esperaba que el hiciera eso después sintió como se movía la cama, se estaba acostando.
Ninguno de los dos pudo dormir bien esa noche, a ninguno le pasaba desapercibido el cuerpo del otro a su lado. Mariana estaba tensa, no sabia como comportarse y no se atrevía a moverse. Jorge notaba el calor del cuerpo de Mariana a su lado, cada vez que se movía y rozaba su piel, el deseo le invadía.
OS DEJO UNA FOTO DE MARIANA CON SU VESTIDO DE "NOVIA"
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