Miguel junto con su hijo paseaban por la plaza de Santa Lucia, seguidos de Gabriel y Santiago, mientras Leonor y Graciela se encargan de las compras

-¿Pues parece que te pego fuerte? –Gabriel trataba de contener la risa observando el golpeen en la mandíbula de su amigo –Te dejo marca

-¿Y Mariana permitió eso? –Miguel observaba a su hijo frunciendo el ceño

-Solo cuando ella le grito se calmo –Jorge trataba de comprender que era lo que estaba pasando –y le dijo que guardara energías para los asuntos importantes

-Claramente tu no le pareces un asunto lo bastante importante –Santiago observo a Jorge mientras hablaba

-Todo esta listo –Leonor apareció con Graciela tras ella y todos las ayudaron con los canastos

-La señorita Mariana –Graciela hablo y todos siguieron su mirada para encontrarse con un carruaje que guiaba Tano, del que bajaba ella ayudada por Martín

Jorge quedo hipnotizado al verla, estaba preciosa con un vestido verde grisáceo ajustado, guantes negros y un sombrero con una pluma del mismo tono del vestido  Una vez bajo del carruaje abrió su sombrilla a juego con el vestido, todas las miradas se dirigieron hacia ella y no era de extrañar, no solo porque fuera tan hermosa  Ya se había corrido el rumor de que el matrimonio entre Mariana y Jorge era falso, un plan que la muchacha uso para librarse de su compromiso con el gobernador

-Graciela –Mariana se acerco a abrazarla y la mujer la apretó entre sus brazos cariñosamente mientras todos miraban, después se separo y miro a su tía que la observaba de pies a cabezas -¿Ocurre algo tía?

-Estas preciosa niña –Leonor frunció el ceño –No recuerdo que tuvieras ese vestido

-Y no lo tenia –Mariana sonrió y miro a Martín que acababa de situarse a su lado-Me lo regalo Martín en España

-Pensaba pasar a visitarte hoy, así podíamos hablar –Leonor observo con el ceño fruncido como Tano se colocaba tras Mariana, como si la estuviera guardando

-Lo siento tía pero hoy no puede ser –sonrió forzosamente –Tengo asuntos que resolver

-¿Por qué no vienen mañana a la fiesta en el campamento? –Martín hablaba sonriente a su Madrina mientras observaba de reojo a Jorge

-Si, una fiesta, yo me apunto –Gabriel se adelanto a cualquier respuesta ante lo que todos rieron

-Entonces perfecto, mañana les veremos allí –Las ultimas palabras de Martín sonaron serias mientras miraba hacia otro lugar, tomo el brazo de Mariana y le señalo algo con la mirada

-Regresad a la casa –Mariana miraba fijamente a la puerta de la casa del gobernador, donde Roberto Sánchez permanecía sonriente observándola –El señor Gobernador me acercara mas tarde

Todos se sorprendieron con las palabras de ella, no sabían como reaccionar, en cuanto Mariana dio dos pasos, Jorge se dispuso a detenerla pero Tano se le adelanto

-Yo te acompaño–Tano la sostuvo del brazo mirándola a los ojos

-Te regresas a la casa –Mariana entrecerró los ojos –Ahora

-Vamos Tano –Martín agarro a su amigo por un brazo y tiro de el, Mariana siguió su camino y todos pudieron observar como el Gobernador besaba su mano y después entraban juntos a la casa

Martín y Tano se marcharon antes de que nadie pudiera preguntar mas y los demás permanecieron en silencio hasta que Jorge hablo

-Nos vamos a la cueva chicos –Todos le miraron confundidos pero hicieron caso

Mariana paso prácticamente toda la mañana hablando con el Gobernador, cosa que al le encanto

-Me alegra que todo sea tan sencillo querida –Roberto tomo el brazo de Mariana mientras caminaban por la plaza dirección al carruaje que la llevaría de regreso a su casa –Ya le dije en una ocasión que siempre consigo lo que quiero

-Por encima de todo, ya he podido comprobarlo –Mariana subió al carruaje y abrió su sombrilla para cubrirse del sol

-Y me alegra no haber tenido que llegar a extremos mas serios con este tema –Roberto sonrió mientras la observaba

-No es necesario que diga mas Roberto –Uso su nombre para complacerle –Estamos comprometidos y pronto todos lo sabrán

De repente el carruaje se paro y de la nada salieron hombres con sus rostros cubiertos apuntándoles con armas  Mariana no tuvo que fijarse demasiado para darse cuenta de que era la banda, lo complicarían todo demasiado, no le quedaba otra que defenderse

-¡¿Qué quieren?!- El gobernador trato de incorporarse en su asiento pero uno de los bandidos le empujo para que cayera de nuevo en el

-Va usted muy bien acompañado gobernador –Uno de ellos se acerco por el otro lugar del carruaje y agarro a Mariana del brazo

-¡Suelten a mi prometida! –Roberto trato de sujetar a Mariana pero de nuevo el otro bandido se lo impidió, aunque todos se quedaron impactados por las palabras de el

-¡No me toque! –Mariana reacciono rápidamente y dio una patada en el estomago al hombre que tiraba de ella, que sabia perfectamente que era Jorge, lo que le dio fuerzas para golpearlo

-¡Maldita sea! –Jorge reacciono tras el golpe y usando toda su fuerza cogio a Mariana  sobre uno de sus hombros y subió al caballo, bastante molesto por lo que estaba oyendo

-¡Roberto! ¡Socorro! –Mariana pataleaba y se revolvía pero el caballo salio a todo galope y aunque el resto de la banda salio tras el fue incapaz de seguirle

Durante unos minutos cabalgaron en silencio, Mariana estaba muy enfadada porque Jorge se había interpuesto en su camino

-¡Ya bájame de una vez! –Salto del caballo aunque el seguía galopando, pero se mantuvo de pie sobre el suelo y comenzó a caminar hacia el otro lugar

-¡¿Qué te crees que estas haciendo?! –Jorge bajo del caballo y la agarro por los brazos fuertemente -¡¿Qué esta pasando?!

-¡Déjame tranquila! –Mariana le empujo y le abofeteo para luego seguir su camino

-¡Dijo que eras su prometida! –En esta ocasión Jorge la agarro desde atrás, lo que dificulto que ella pudiera liberarse de el

-¡Si, me voy a casar con Roberto! –Cuando dijo eso Jorge no supo como reaccionar, se quedo petrificado, apretándola contra su cuerpo -¡Suéltame! –ella pataleo y los dos juntos cayeron al suelo rodando por una pequeña colina

-¡Mierda! ¡Estate quieta! –Jorge se situó encima de ella y le agarro los brazos para que dejara de golpearlo, pero ella no paraba, así que la beso

La beso como hacia tiempo que deseaba hacerlo, apasionadamente, devorando su boca

Aunque en un principio Mariana se resistió después reacciono y respondió al beso, dejando que el entrelazara sus lenguas  Al fin soltó sus muñecas y ella aprovecho para comenzar a quitarle la camisa y todo lo que se interponía en su camino para tocar la piel de el 

En unos instantes estuvieron totalmente desnudos, tumbados en el bosque, sobre arena y hojas secas, pero nada importaba, solo ellos

Mariana empujo a Jorge y se coloco encima de el, después comenzó a moverse sobre el con un ritmo lento, disfrutando de cada momento   Jorge la tomo por la cintura y tras un fuerte suspiro giro sobre si mismo dejándola de nuevo bajo su cuerpo, acelero el ritmo con desesperación  Ambos gemían y suspiraban abrazándose fuertemente el uno al otro, sintiendo el máximo placer que podían hasta que juntos explotaron y se fundieron en un ultimo beso, lento y delicado

Jorge aprovecho que había un riachuelo junto a ellos para lavarse un poco, había dejado a Mariana dormida tapada con su capa, o eso pensaba  Cuando salio del agua no estaba, se había ido y su ropa tambien, ella se había llevado su ropa, estaba totalmente desnudo en medio del bosque

-¡Maldita mujer! –Arranco una rama de un matorral y se tapo con ella, después subió al caballo rápidamente y cabalgo hasta la Hacienda, allí al menos no estarían sus hombres para burlarse de el

Mientras tanto Mariana corría por el bosque en dirección al lugar en que la apartaron de Roberto Sánchez, sabía muy bien que habría puesto a todo los guardia a buscarla

Se sobresalto al oír un caballo y diviso a Martín

-¡Martín! –Corrió hacia su amigo que bajo del caballo  y se dirigió a su encuentro

-¿Estas bien? –El la miraba de arriba abajo –Supongo que fue Jorge

-Si, golpéame –Mariana señalo su cara

-¿Cómo dices? –No podía creer lo que le acababa de pedir

-¡Que me golpees! ¡Date prisa! –Martín suspiro y cerrando los ojos obedeció, uso la menor fuerza que pudo pero aun así pudo ver como un pequeño morado se aparecía en la parte derecha de la mandíbula de ella

Juntos se dirigieron al encuentro del gobernador, que parecía nervioso con la idea de que hubieran secuestrado a su prometida

-Mariana ¿Estáis bien?¿Que os han hecho? –Roberto observo el golpe que ella tenia en la cara

-Me golpearon y me dieron un mensaje para ti –Ella trato de parecer nerviosa y cuando vio como el gobernador esperaba, soltó el supuesto mensaje –Te estamos vigilando

-¡Malditos asaltadores! ¡Pagaran muy caro el haberse atrevido a secuestrar a mi prometida! –Roberto miro a sus hombres -¡Peinad toda la zona!

-No me encuentro bien –Mariana suspiro –Será mejor que me retire

-Por supuesto querida –Roberto beso la mano de Mariana y se despidió de Martín con un asentimiento de cabeza

Jorge entro a las cuadras y cuando se bajo de su caballo para salir corriendo hacia el interior de la casa oyó las voces de sus hombres

-¡¿Pero que te ha pasado?! –Santiago lo miraba horrorizado

-¡Te han dejado sin ropa! –Gabriel comenzó a reír sin parar

-¡¿Mariana te hizo eso?! –Raúl le señalo con el dedo

-¡Vaya mujer! –Fernando trataba de aguantar la risa pero no lo conseguía

-¡Ya basta! –Jorge miraba a todos sus amigos escondido tras su caballo -¡Traedme algo de ropa, maldita sea!

-¡¿Se puede saber a que viene tantos gritos?! –Miguel entro a las caballerizas y sus ojos se abrieron de par en par al ver la situación en la que estaba su hijo -¡Jorge!

-¡Que alguien me traiga algo de ropa! –Jorge ya no sabia como esconderse y menos aun como comportarse ¿Cómo iba a explicar que había hecho el amor con Mariana en mitad del bosque después de secuestrarla de nuevo del carruaje del gobernador? Después de todo el había afirmado ante todo el mundo que su matrimonio no se había consumado, solo Santiago sabia la verdad y estaba seguro de que le preguntaría en cuanto tuviera oportunidad

 OS DEJO UNA FOTO DE MARIANA, VESTIDA PARA SU CHARLA CON EL GOBERNADOR