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Capitulo 15; ¿Se ha ido?

En la mañana Mariana se baño y se puso su vestido azul claro y beige, de manga corta y escote cuadrado, se cepillo el pelo y se coloco sus pendientes.  Antes de bajar a desayunar cogio su sombrilla, tenían que ir a la ciudad.

Desayunaron todos en silencio mientras el cochero disponía el carruaje, sin capota por indicaciones de Leonor. Gabriel y Tomas tenían el día libre para que pudieran descansar del viaje.

En cuanto llegaron a la Ciudad pasearon por la plaza dirección a la Banca, donde en encargado estaba esperando. Leonor  Mariana, Miguel y Jorge, decidieron esperarla en la misma plaza, mientras ella arreglaba sus asuntos.

-Buenos día señores –Martín se acerco sonriente a ellos vestido con su uniforme y con su gorra en la mano -¿Dormiste bien Mariana?

-Como nunca –ella sonrió -¿Y tu? ¿Te duele la mandíbula?

-No, has perdido mucha capacidad –el le guiño un ojo y Mariana suspiro enojada-Si me disculpan, he de seguir con mi ronda

-Hijo, estas muy callado ¿Pasa algo? –Miguel pregunto a Jorge y Mariana se puso tensa de inmediato

-No, padre –Jorge miro de reojo a su esposa –Todo esta como tiene que estar

-¡Mariana! –Leonardo cruzo la plaza corriendo hasta llegar a ellos –Buenos días señores –Saludo a Jorge y Miguel y después de dirigió a ella que le miraba sonriente sosteniendo su sombrilla –Estas muy guapa esta mañana, que lastima.

-¿Cómo dices? –Mariana frunció el ceño

-Voy a llevar a unos cadetes al campo de tiro –el sonrió –Y pensé que quizás querrías acompañarnos ¿Qué dices?

-¡Si! –Mariana no podía dejar de sonreír –Me encantara, hace mucho que no practico 

-Perfecto, ordenare a uno de los muchachos que disponga un caballo para ti –el sonrió y le guiño un ojo –Nos vemos en las cuadras del cuartel en quince minutos

-¿Miguel, Jorge os importaría decirle a mi tía que estoy en el campo de tiro?-Aunque hablaba a ambos, Mariana solo miraba a Miguel

-Claro no hay problema –Miguel sonrió –Diviértete

Mariana se alejo de ellos caminando hacia el cuartel, mientras Miguel observaba a su hijo con el ceño fruncido.

-¿Estas bien Jorge? –Estaba empezando a preocuparse

-No, padre –Jorge le miro con los ojos entrecerrados –Creo que lo mejor es que regresemos a Santa Lucia

-¿Cómo dices? –Miguel miro incrédulo a su hijo –Pero Leonor aun no acabado de resolver los asuntos, quizás necesite un día mas

-Me refiero a nosotros padre –Jorge suspiro –Este no es nuestro lugar

-¿Te has vuelto loco Jorge? –Miguel no podía creer lo que su hijo decía -¿Cómo vamos a marcharnos de repente?

-Si no quieres me marchare yo solo padre, si salgo ahora y voy a galope llegare en la noche y no tendré que hacer alto en el camino –Jorge camino hacia la puerta del banco, de donde salía Leonor

-No te vas a ir solo –Miguel alcanzo a su hijo –Yo voy con tigo

Miguel informo a Leonor que Mariana se marcho al campo de tiro y esta no se sorprendió.  Regresaron a la casa, en el viaje de camino Leonor explico que aun no había arreglado todo, seguramente mañana abría acabado con los papeles y podrían regresar en dos días.

-En cuanto a eso Leonor –Miguel la miro nervioso –Nosotros marcharemos a Santa Lucia hoy

-¿Hoy? Pero ¿Por qué? –Leonor se preocupo, había notado extraña a su sobrina, por no hablar del comportamiento de Jorge ¿Qué estaba pasando?

-Si –Jorge respondió –Saldremos ahora mismo, no me fió del gobernador, no me gusta haber dejado solo a los chicos para enfrentarle

-Bueno pero entonces, yo aun no he resuelto nada –Leonor no sabia como reaccionar

-No te preocupes –Miguel le tomo una mano –Gabriel y Tomas se quedaran con vosotras para acompañaros en el viaje de regreso

Una vez llegaron a la casa, Miguel y Jorge ordenaron que ensillaran sus caballos, se bañaron y cambiaron y mandaron a los empleados que dejaran preparados los baúles para que Gabriel y Tomas los llevaran cuando acompañaran a Mariana y Leonor

Leonor se despidió de ellos aunque no estaba muy convencida de que el gobernador fuera la razón de el precipitado viaje.

Mariana llego a la casa junto con Leonardo a la hora de almorzar, habian estado entrenando en el campo de tiro toda la mañana.  Hacia mucho tiempo que ella no se lo pasaba tan bien.

-Hola tía –Mariana entro al salón y dio un beso a su tía en la mejilla –Invite a Leonardo a almorzar

-Muy bien –Leonor sonrió –Así no comeremos solas

-¿Solas? –Ella no entendía ¿y Jorge y Miguel?

-Si, Jorge y Miguel marcharon a Santa Lucia –Leonor observo la expresión de tristeza y sorpresa de Mariana –No estaban cómodos dejando al gobernador, tu me entiendes.

-Si, pero no esperaron, no me dijeron nada del viaje –Ella aun no podía creerlo ¿Jorge se había marchado sin despedirse de ella?

Almorzaron junto con Leonardo, que se dio cuenta de que Mariana ya no estaba tan feliz como esa mañana así que decidió marcharse tras la comida y dejarlas a solas para que hablaran

-¿Qué a pasado Mariana? –Leonor suspiro –No me puedes engañar

-Jorge y yo peleamos –Mariana miro a su tía –Me echo en cara que Leonardo fuera mi amante y que yo trataba de romper nuestro trato para quedarme aquí con el.  Dijo que yo estaba jugando con el como hice con el gobernador –No pudo evitar que las lagrimas descendieran por su mejilla

-Todo esto no puede seguir así –Leonor abrazo a su sobrina –No se que es lo que hay entre vosotros pero mañana en cuanto yo arregle los asuntos pendientes partiremos hacia Santa Lucia.  Y en cuanto lleguemos explicaras a Jorge que Leonardo solo es un buen amigo.

-Si tía –Mariana suspiro y se retiro a su habitación a descansar

En la tarde Leonor se encargo de dar instrucciones a los empleados para cuando ella se marchara y Mariana decidió cuidar el jardín y tocar el piano como en otras ocasiones.

Cenaron las dos solas y organizaron todo para partir al día siguiente tras el almuerzo, por la mañana Leonor arreglaría el resto de papeleo y ella visitaría el hospital en el que había ayudado algunas veces y compraría el juguete y el perfume para los hijos de Santiago

A media noche Jorge y Miguel llegaron a la Hacienda, cabalgaron a todo galope en el camino, como si la vida se les fuera en ello.  Miguel siguió el ritmo de su hijo, seguro de que estaba usando el cabalgar para liberar toda la rabia que tenia dentro.  Al llegar a la puerta se bajaron de los caballos y  Raúl sorprendido por la repentina llegada retiro los caballos a las cuadras.

-¿Pero que hacéis aquí tan pronto? –Santiago pregunto preocupado, no tenia mas que ver la cara de Jorge para saber que algo estaba pasando

-Nada, no me gusta dejaros solos con el gobernador –Jorge camino al interior de la casa y Miguel y Santiago le siguieron

-¡Bueno ya esta bien! –Miguel estaba demasiado molesto -¡Me vas a decir ahora mismo que diablos esta pasando Jorge! –Camino hacia su hijo y le puso la mano en el hombro, mientras Santiago miraba atónito –No es normal que hayas querido abandonar Los Ángeles a toda prisa, sin despedirte de Mariana y sin un motivo coherente.

-¡¿Es que no lo entiende padre?! ¡¿No lo ha visto?! –Jorge se aparto de su padre –No hacíamos nada allí, no es nuestro lugar.  No formamos parte des sus vidas, Mariana esta deseando terminar el trato para largarse con su amante y yo no tengo porque permanecer en aquella casa sabiéndolo.

-¡Estas celoso! –Santiago señalo a Jorge aun sin poder creer lo que veía

-¡Es por eso! ¡¿Por Leonardo?! –Miguel no podía creerlo –Dudo mucho que Mariana sea amante de ese hombre, ella es una señorita.  Olvidas que si se caso con tigo fue por que la secuestraste.

-¡Pero era el con quien iba a escapar del gobernador! –Jorge caminaba de un lugar a otro nervioso

-¡¿Y que?! ¡Es su amigo, incluso Leonor lo trata como si fuera de su familia! –Miguel sabia perfectamente que entre Mariana y ese soldado no había nada, Leonor lo había dejado muy claro –Pero estas olvidando lo mas importante hijo.  No tienes ningún derecho y menos razón para ponerte así, no eres su marido. 

Miguel no tenia ningunas ganas de seguir hablando de ese tema  y se marcho a su habitación dejando a Jorge junto a Santiago a los pies de las escaleras.

-Jorge, me parece que esa mujer te esta volviendo loco –Santiago se acerco a su amigo y suspiro –Cuida lo que haces, ella es especial, no la pierdas.

-Ni siquiera es mía – El bajo la cabeza –No estamos casados

-No hace falta un papel para que una mujer pertenezca a un hombre –Santiago sonrió mientras caminaba hacia la puerta –Y lo que vosotros sentís se ve desde fuera.

Jorge se retiro a su habitación a dormir, o al menos a intentarlo porque no pudo pegar ojo en toda la noche.

En la mañana Mariana y Leonor se levantaron temprano para dejar todo listo y así a su regreso solo tener que cambiar de carruaje para partir.  Mariana escogió un vestido negro que se abotonaba por delante y se ajustaba a su cuerpo resaltando su figura, quería estar guapa para el reencuentro con Jorge.  Se puso un sombrero negro con plumas en el lado izquierdo asegurando que su cabello quedara recogido hacia detrás, cayendo como una cascada por su espalda.

Mientras Leonor arreglaba todo el papeleo en el banco, Mariana visito el hospital y después paseo por la plaza buscando algún regalo para los hijos de Santiago. Para Alejandro compro una espada de juguete y para Teresa un frasco de perfume francés, entonces pensó en Graciela, se portaba muy bien con ella y le había tomado cariño.  Compro un pañuelo de seda para regalárselo en cuanto llegara a la Hacienda.

-¿Comprando? –Leonardo se acerco a Mariana que caminaba por la plaza  Vestía su uniforme así que debía esta de ronda

-Si, quiero llevar unos regalos a los hijos de un amigo –Mariana sonrió

-¿regalos? –El la miro con el ceño fruncido -¿Te vas?

-Si –ella no fue capas de mirarle a la cara –Tengo que cumplir con el trato ¿recuerdas?

-Pues claro que lo recuerdo, no lo olvidare hasta que ese hombre te deje libre –A el le molestaba que la tuvieran amarrada, obligada a un matrimonio -¿y cuando vas a volver?

-No lo se Leo –ella suspiro, lo miro a los ojos y le acaricio la cara –No se nada

-Tranquila –el la abrazo –Siempre puedes contar con migo, lo sabes

-Si, lo se –con cariño le dio un beso en la mejilla y se despidió de el.   Leonor acababa de salir del banco así que se marcharon a la casa, donde Gabriel y Tomas las esperaban con todo listo.

Habian planeado parar a almorzar en la primera posada del camino y en la ultima no muy lejos de Santa Lucia, harían noche. 

-¿Están listas señoras? –Gabriel pregunto sonriente

-Si –Mariana respondió mientras Tomas ayudaba a subir a Leonor al carruaje –Pero en un principio ire con vosotros

-¿Qué? –Tomas se giro mirando a Mariana sorprendido

-Pues, que voy a ir junto a vosotros –Ella sonrió –Mi tía esta cansada y se dormirá y yo prefiero sentarme  con vosotros

-Vamonos ya –Leonor asomo la cabeza –No la vais a convencer para que cambie de opinión

-Esta bien –Tomas sonrió subiendo al carruaje y tendiendo una mano a Mariana para ayudarla a subir junto a el

-Bueno –Gabriel sonrió y subió tras ella –Cuanto antes salgamos antes llegamos

Iniciaron el camino charlando y riendo animadamente mientras Leonor dormía en el interior del carruaje.  Mariana pregunto a ambos sobre sus vidas, los planes que habian frustrado al gobernador y todo lo que quiso.

Después de parar a almorzar Mariana cambio de lugar, e hizo el resto del viaje junto a su tía.

-tía ¿Qué crees que le paso a Jorge para que se marchara así? –Mariana no podía dejar de pensar en ello

-No puedo estar del todo segura, pero yo diría que fue tu comportamiento con Leonardo lo que le molesto –Leonor frunció el ceño -¿Por qué te preocupa tanto?

-No, por nada –ella se miro hacia otro lado

-No, por nada no –Leonor analizo a su sobrina atentamente –Mariana ¿Qué sientes por es hombre?

-No lo se tía –Ella suspiro –A veces no lo soporto y me gustaría patearle, pero otras deseo que me bese

-Oh niña –Leonor cubrió su cara con una mano –No te enamores, piensa en lo complicado que es todo esto.

-Si, ya lo se –Mariana cerro los ojos, recordando todo lo que el le dijo aquella noche, ¿realmente pensaba eso de ella? ¿tan poco la valoraba?

Estaba anocheciendo cuando llegaron a la posada, Gabriel y Tomas las acompañaron en la cena y después cada uno se retiro a descansar.  En esta ocasión Mariana compartía el dormitorio con su tía.

Jorge paso todo el día en la cueva, organizando la forma de interponerse en los planes del gobernador, pero no conseguía concentrarse del todo.  No podía parar de pensar en Mariana

-Estas pensando en ella ¿verdad? –Santiago interrumpió los pensamientos de Jorge

-¿Regresara? ¿Y si se queda allí? –Jorge apretaba los puños –No, no puede, tenemos un trato

-Yo no creo que ella incumpla su palabra –Santiago no podía evitar sonreír al ver el comportamiento de su amigo –Además, allí no hay nada que la ate, su tía regresara con ella

-Leonardo –Jorge hablo apretando los dientes

-¿Qué dices? –Santiago lo miro confundido ¿Leonardo? ¿Quién era ese?

-Leonardo esta allí –¿Y si pensaba quedarse con el? ¿escapar de nuevo? No se lo permitiría –Su amante.  El hombre con el que iba a escapar

-¿Su amante? –A Santiago le extraño eso, no veía a Mariana como una mujer capaz de tener un amante –No puedo creerlo, Mariana es una muchacha respetable.  Estarás confundido

OS DEJO UNA FOTO DE MARTIN, PARA QUE LE PONGAIS CARA AL HOMBRE QUE TANTO SE PELEA CON MARIANA

INTRODUZCO A ESTE PERSONAJE PORQUE A LO LARGO DE LA HISTORIA VOLVERA A APARECER

ESPERO QUE DISFRUTEIS DEL CAPITULO 

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