Destino.

¿Qué es esa simple palabra para todos ustedes?

Para mí:

Muchas complicaciones...

16/05/2022.

¡Por fin tenía cuatro añitos! Mami dijo que podía celebrarlo en mi nueva escuela. Mi mami con su cabello tan rojizo como el de mi hermanita. Me pregunto ¿Por qué el mío no es de ese lindo color? Mi papi dice que el mío es más bonito y yo le creo.

Papi nunca miente.

Mi hermana está ayudando a mi mami en la cocina mientras yo, cargo mi bolso rosa gigante.

—¡Feliz cumpleaños, mi rosa!—, felicita mi papi, ver sus ojos es como ver los míos.

—Gracias, papi. —, acarició su mejilla rasposa con cariño.

—¿Estás lista, hija mía?—, pregunta mi mamita tomándome en brazos.

Le asiento con emoción, abrazándola como un koalita.

Todos nos fuimos a mi nueva escuela, estaba tan emocionada que movía mis piecitos y veía por la ventana.

—¿Estás emocionada, pequeña?—, mi hermana me mira con amor.

—¡Mucho! ¿Ya estamos?—, pregunté con un pucherito y mis bracitos cruzados.

—Casi, casi llegamos. —, promete.

Papi detuvo el auto en una gran escuela. ¡Era como un castillo! Abrí mis ojos de la impresión. Era muuy bonito.

—Es aquí.—, aviso mami.

—¡Ya vamos, ya vamos!—, le pedí bajando de un salto.

Papá me tomó en brazos y mi hermana iba con mamá.

Papi me acompañó hasta el salón donde había muchos niños y niñas correteando por doquier.

—Estarás bien. ¿Ok? Pronto vendré por tí. Si te sientes mal, vendré por tí antes de que siquiera me llames. —, prometió papá, dejándome en el suelo acariciándome mis cachetitos.

Solo le asentí en silencio y bese su mejilla, despidiéndose desde la puerta. La bonita maestra me tomó de mi manita y me guío hasta un asiento.

Una niña estaba sentada en la misma mesa que yo. Su nariz y mejillas sonrojadas, al verme me regaló una tímida sonrisa.

Linda.

Era muy, muy linda.

Quería que fuera mi amiga siempre.

Mía.

Solo MI amiga.

—Hola, soy Zherhan y hoy es mi cumpleaños.—, me presente, ofreciéndole mi mano, tal y como mi hermana me enseñó.

—Yo soy Veronicca y... ¡Hoy también es mi cumpleaños! Seamos mejores amigas siempre. ¿Quieres?—, me abrazó al terminar.

—Sí, está bien. ¡Quiero!

Desde ese día, mi bonito ángel y yo hemos estado juntas.

No teníamos ni idea de lo que nos esperaba.

No sabíamos que el destino jugaría con nosotras las veces que quisiera...