Capítulo 09.
'Hogar.'
Z.
"Como una mariposa.
Igual que a una mariposa,
Eres tan igual a una mariposa.
Sostienes toda la atención,
Si toco tu mano ¿Te perderé?"
Esa es la dulce melodía que resonaba por la habitación, en un idioma desconocido para mí pero que lograba entender gracias a la traducción que el televisor me ofrecía mientras un vídeo se reproducía.
—¿Me vas a decir qué haces aquí o vas a seguir viendo el televisor como lo llevas haciendo desde hace una hora?—, preguntó la rubia.
—¿Tienes que hacer tantas preguntas?—,mordí mi uña, interesada por la canción que aún sonaba.
—¡Por supuesto qué tengo que hacerlo! Por si no te has dado cuenta, estás en mi casa.
Me encogí de hombros. —, Solo me escapé de casa.
—¡No hay que ser un genio para darse cuenta! Lo que quiero saber es. ¿Por qué?
—Tuve problemas en casa. Solo me quedaré aquí hasta mañana, ya luego me iré.—, respondí como pude, ya que mi vista estaba inmersa en esa cabellera rubia que el apuesto joven mostraba por el televisor.
¿Es un ángel? O ¿Acaso alguien puede cantar así de suave y relajante?
—Zherhan. — me llamo.
Uh...
Dijo "Zherhan" hay problemas...
—Deja de ver a Jimin cómo sí fuera lo más importante para ti. —, apagó el televisor y finalmente la miré.
—¿Cómo se llamaba la canción?
—Butterfly.
—¿De?
—Bts. —,respondió.— Ahora dime. ¿A dónde piensas irte? ¡Oh! Claro, como no lo pensé, irás a casa de Lisie. —, refunfuño.
—Leslie. —, corregí.
—Como sea, dime, ¿Por qué estás aquí realmente?—, en sus ojos verdes había una pizca de rabia con esperanza.
—Fuiste mi opción más rápida.—, me mordí el labio, necesitaba sonar congruente para que me creyera o terminaría diciendo lo que pensaba y sentía.
Suspiro bajito.
—Ambas sabemos que pudiste fácilmente llamar a tu chófer y pedir que te llevarán a dónde quisieras. ¿Por qué venir hasta aquí?—, volvió a presionar.
Maldición.
Por qué este lugar me hace sentir como en mi verdadero hogar. Pensé en decirle eso, pero era imposible. No iba a suceder
—No quise molestar a nadie más, solo vivimos a cinco minutos, no es para tanto. —, me queje.
—¡Sí es para tanto! Lo hubieras pensado antes de que me dijeras que no me acercara más a ti, lo hubieras pensado antes de que me trataras cómo lo hiciste, lo hubieras pensado antes de que fueras tan cruel. No es tan fácil venir y sentarte aquí como si nada hubiera sucedido.
—Entiendo y es por eso qué me marcharé mañana, no quiero abusar de tú amabilidad.—, respondí colocándome de pie.
—Sé qué me estás mintiendo, Zherhan. Lo has estado haciendo desde la primera vez que nos vimos y lo sigues haciendo. —, regaño, sin dejar de mirarme.
Bufé.— No hablemos de mentiras, Veronicca que serás la primera en salir perdiendo. Ahora debemos ir a dormir, mañana hay clases.
—Ve a dormir a mi habitación, de igual manera dormiré aquí en la sala. En una hora se estrena un capítulo de run bts.
Solo asentí en silencio. ¿En una hora? Van hacer las tres de la mañana. ¿No puede verlo al día siguiente?
Llegué a la habitación y antes de posar la cabeza en la almohada, ya había caído rendida.
Bipbipbipbip.
El sonido de alarma de mi celular sonó a la misma vez que yo abría mis ojos, me estiré como si fuera un gato y posé mis pies en la alfombra. Me dirigí hasta el baño, el cual parecía que ya había sido usado.
¿Ya se ha despertado?
Saqué mi conjunto de mi maleta para empezar a ducharme y arreglarme un poco. Luego de estar lista, me encaminé hasta la cocina. Pude verla sentada en la isla de la cocina, inmersa en su celular. Me acerque en silencio hasta ella, la pantalla me ofrecía la vista del mismo hombre rubio de ayer junto con un peli negro a su lado.
—Buenos días.—, saludé, el aroma a limpio y a fragancia de mandarinas me recibió con alegría.
—Buenos días, Zher. —, apagó su aparato para mirarme. —Tu desayuno está allá.—, apuntó al microondas y yo asentí.— Yo aún no inicio.
—Está bien, gracias. —, me acerque hasta el microondas saqué el platillo que contenían huevos revueltos con beicon y hotcakes y volví a la isla. — ¿Qué veías?—, me atreví a preguntar, mientras masticaba.
—Un Live de Juancoco y su novio.—, respondió.— Todavía falta mucho para irnos, puedes desayunar con calma.
—Bien. —, respondí. —Oh, hablando de eso, tengo esto. —, saqué sus audífonos y los posé en la mesa.
—Dios mío. ¡Muchas gracias! Creí que los había perdido de una manera ridícula y son demasiado caros.—, me sonrió y volvió a encender su celular para concentrarse en ese tal Juancoco.
Veronicca reía, se sonrojaba, negaba y hasta se emocionaba por lo que sea que juancoco estuviera diciendo por esa pantalla.
Maldito seas juancoco.
¿Por qué me quitas la atención de Veronicca?
Oh vamos, estás celosa de alguien que solo canta y es carismático.
Es guapo y millonario.
Pff, nosotras también somos millonarias y guapas.
¿Entonces no es competencia?
...
¿Es en serio?
¿Qué? Nadie puede competir contra esos ojitos de Bambi. ¡No hay nada que hacer!
Resople harta hasta de mi propia enemiga, llamada conciencia.
—¿No te sientes cansada?—, alce la vista para verla.
—¿Cansada? ¿Por haberme dormido a las cuatro de la mañana? ¡Por supuesto qué no! Ver un run bts siempre será mi prioridad. Es como tú con esa cantante... María, como esa noche que escuchaste el estreno de su canción.
Sentí mis mejillas calientes al pensar en ese recuerdo.
—Ya veo...—,susurre bajando la mirada porque me sentía avergonzada al recordar todo tan bien.
Juancoco solo es guapo, amable, tierno, de linda sonrisa, canta precioso y hasta un poco sexy, pero solo pueden verse por una pantalla. ¿Mi ventaja? No estoy a MILLONES de kilómetros y hablamos el mismo idioma.
Juancoco 0.
Zherhan 1.
—Se ha terminado el live.—, puchereo.
¡Mi corazón!
—¿Y eso te pone triste?—, respondí indiferente.
—Un poco. No sé cuánto tiempo pasará para que vuelva a hacer otro.
—Entiendo, parece que ese juancoco es importante.—, fregaba los platos sin mirarla.
—Juancoco...—, río por lo bajo.— Se llama Jungkook y sí, Jungkook y bts en general me ayudaron a seguir aquí, gracias a él, a ellos es que puedes verme hoy en día.
Ok... Está vez mi amigo personal juancoco ha ganado.
Juancoco 2.
Zherhan 0.
—Juancoco no tardará tanto en volver, pero lo que si hará es jalarte las orejas si llegamos tarde. Es hora de irnos o no podremos entregar los trabajos.
Los ojitos verdes brillaron y dejaron atrás la tristeza.
—Bien, es hora de irnos, entonces.
***
El timbre aviso que la hora del almuerzo había iniciado, todos salimos del aula. Podía sentir a cierta pelirubia detrás de mi.
—¿Lesie no vino?—, me preguntó.
—Leslie. Y parece que enfermo, igual le escribí y no he recibido respuesta.
—Ya veo, tal vez no es...—, las palabras de Vero quedaron atascada cuando una joven de cabello corto y platinado grito con fuerza su nombre.
Ambas volteamos, Vero no parecía entender de quién se trataba hasta que la observó bien y se relajó un poco.
¿Quién es? Quise preguntar, pero al final, no era mi problema.
—¡Al fin te encuentro!—, se acercó hasta ella con una sonrisa. —Luego de los dos días que hubieron tormentas acá, yo estaba en Corea y te traje algo.
El gato sabe cómo cazar a su ratón.
Saco un paquete gigante el cual parecía pesado de su mochila.
—Fui al fanservice solo a que lo firmaran y para tú fortuna, te toco una pc de Jungkook.
—¿Ha-hablas en serio?—, la mujer temblaba y tartamudeaba mientras que la otra sonreía y parecía orgullosa de su cometido.
—¡Sí! Te agradezco qué me hayas respondido por Instagram o hubiera traído todos los discos. —,río bajito.
Hibiiri triidi tidis lis discis.
Nadie se los pidió tampoco.
—¡Gracias! ¡Gracias a ti!—, la tomo de su cintura para dar vueltas con ella y yo sentí náuseas.
Primero juancoco y ahora una contrincante real.
Juancoco 0.
Zherhan 0.
Rival ³ 1.
—¡Deberías invitarme a cenar, eh!—, coqueteo con descaro.
—Por supuesto, hoy en mí casa. Te pasaré la hora y dirrección por Instagram.
—Bien, trato hecho.—, toco con levedad la mejilla de Veronicca y yo sentí que moría ahí mismo.
Veronicca nunca estuvo pendiente de mi presencia, parecía muy ilusionada con esa mujer que podía dar la vida por la rubia sin llegar a pensar tan siquiera. Y luego estaba yo, con ese sentimiento de celo, envidia y rabia a la misma vez. Porqué yo lo pensaría, lo pensaría una y mil veces para dar mi vida por ella.
Y yo lo sabía perfectamente.
—No voy a interrumpir más, nos vemos en la siguiente clase, compañera Veronicca.
No obtuve respuesta.
Y solo corrí al baño.
Ayúdame, juancoco.
¿Acaso ya perdí sin haberlo intentado?
Tal vez, tal vez ya estaba perdido todo...
¿Te gusta Veronicca?
Esa era una pregunta difícil de responder.
¿Me gustaba Veronicca o su atención hacía mí?
No sabría qué responder porque incluso a mí me da miedo aceptar cualquiera de las dos... No sé si sería capaz de soportar algo cómo eso.
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