Capítulo 01.
'Mi partida.'
V.
Mentirosa, fui una mentirosa. Hace dos años que vivo en Francia, de vuelta a este infierno. Maldita ciudad que he odiado desde que tengo razonamiento propio.
Siempre venía de vacaciones.
Ja.
¿Cuáles vacaciones?
Estar encerrada en casa y solo salir cuando mis padres quisieran aparentar "la familia perfecta" para luego volver a encerrarme, no eran vacaciones.
Vacaciones eran los días que pasaba con Nanni en su casa, en el parque, en la escuela o en su habitación. Esas eran mis vacaciones, donde era realmente feliz, me divertía y estaba en paz.
No tuve el valor de despedirme de ella, no quise explicarle que me mandaron a este internado de chicas por contarle a mi madre que soñé que besaba a mi mejor amiga de doce años en ese entonces...
¿Un internado de chicas?
¿En serio?
La mayoría está aquí por la misma situación.
¡No fue inteligente de tu parte, madre!
Esa tarde de películas se repite una y otra vez en mi memoria.
¿Cómo estarás?
Hace dos años me hacía sentir extraña, hoy puedo confirmar que vivía ese típico cliché.
¡Me había enamorado de mi mejor amiga!
Cada vez que pienso en eso me dan ganas de reír y llorar a la vez.
Mi primer amor fue mi mejor amiga.
Y probablemente mi último amor, falta bastante para que salga de esta porqueria y realmente no creo conocer a nadie tan increíble como ella.
Sólo tienes catorce, te falta una vida por conocer.
No me importa, sé qué nadie será como Zherhan Harpers, eso lo he sabido desde ese primer dia que la conocí.
Es mi alma gemela.
Aunque nunca estaremos juntas.
Siempre será ella.
Tenga catorce o treinta, estoy segura de que siempre será mi Nanni.
Me encontraba descansando en mi cama, el televisor está en silencio y solo se observa la imagen de las noticias. Bostezo con pereza rascando mi melena, una cara conocida pasan en las noticias. ¡Era Zenda! Golpeándome la cabeza me levanté de un sopetón para subir el volumen.
Zenda se comprometió con Fabrizio.
¿El flacucho italiano de mal gusto y estirado?
¡Realmente era el flacucho italiano!
Pésimos gustos eh, Nunni.
Sonreí feliz por mi Nunni, ella merecía ser feliz. Dos años atrás ella nunca lo hubiera creído... Cuando iba a apagar el equipo, la ojiazul capturó toda la pantalla. Su piel blanca y su sonrisa con sus preciosos dientes blancos me dejaron atónita.
¡Estaba tan linda!
Por Dios solo tenía 14 años. Otra chica llamada "Leslie" se encontraba a su lado, abrazándola cómodamente. Una pizca de celos recorrió mi ser. Las lágrimas amenazaban en salir.
¿Acaso ya me olvidó? ¿Cómo puede cambiar nuestra amistad de años? ¿Tan poco importaba para ella? Que fácil fue reemplazarme y olvidarme en dos años.
Ya veo que no era tan importante para ella.
Ya veo que no eran mutuos los sentimientos.
Apague el televisor con mis lágrimas corriendo en silencio.
Yo te amé.
¿Tú nunca lo hiciste?
Quería gritar de la rabia, quería reclamarle y preguntarle si realmente le importaba poco. Pero no podía hacerlo, ella no debía saber dónde me encontraba, ella no debía saber nada de mí. Eso será lo mejor para ella, aunque a mí me este matando poco a poco...
Descanse en mi soledad, ansiando soñar con ella. Solo para verla 5 minutos.
16/05/2034.
Sus carnosos labios devoran con hambre mis pechos, ameno mis gemidos cómo puedo. Ella con su mano libre busca posar sus dedos en mi humedad, sus ojos azules me miran con deseo y antes de que comience a torturarme con un ritmo lento, cambio de lugar quedando encima de ella.
— Hoy tampoco será, princesa.—, le susurró.
Chupo mis dedos para acariciar su caliente carne, mis dedos no se han posado en su inicio cuando ya se está retorciendo de placer, sonrió complacida. Beso su cuello y voy adentrando mis dedos en su profundidad es húmeda y resbaladiza, mi ritmo es lento y convincente. Sus gemidos aumentan a medida de mi ritmo.
— ¡Sí! ¡Así, Dios!—, se retuerce y se aferra a las sábanas, está en su punto máximo y por ello decido jugar un poco con ella.
Bajo y subo el ritmo de mis penetraciones.
— ¡Veronicca! —, chilla entre gimoteos.
La observó en silencio, su piel blanca ahora es roja debido al esfuerzo. Levanta toda su cadera hasta que explota en mil pedazos.
La pelinegra se acerca de nuevo a mí para intentar besarme, solo volteo mi cara para que bese mi mejilla.
—Deberías dormir, mañana sale tu vuelo temprano. —,digo levantándome de la cama para lavar mis manos.
—¿Por qué nunca me has besado? Desde que llegué a este internado hace dos años, nunca me has demostrado ningún afecto.
—¿Necesitas más afecto? ¿Las folladas no son suficientes?
Se levanta de la cama decidida a discutir.
—¡No lo son Veronicca! ¿Sólo me quisiste para eso?
Me quedo en silencio sin saber qué responder...
Ashley era tan parecida a Zherhan, fue inevitable no interesarme en ella desde que llegó a Francia. Sus ojos azules, algunas palabras y acciones me recordaban a ella, pero sabía que no era ella... Apague la luz de la habitación, me acosté en mi cama dejando la pregunta de Ashley sin respuesta.
Feliz cumpleaños, Nanni... Espero seas tan feliz, amable y cariñosa, igual a esa pequeña niña que dejé.
Por mi parte, sigo sin salir de este infierno. Solo debo aguantar un año más y podré irme, podré buscarla para nunca dejarla...
¿Ella me recordará?
¿Me habrá olvidado ya?
Es lo menos que podría hacer...
Han pasado tantas mujeres por está habitación, nunca me había interesado ninguna. Solo investigo de la vida de los Harpers para lograr continuar, mi mamá sigue sin hablarme y mi papá parece no querer saber algo de mí. En estos cuatro años la soledad y el vacío me han acompañado, saber de Zherhan calma un poco esta agonía, pero no sé lo suficiente. Ella parece estar bien con Leslie, en redes sociales son uña y mugre, están juntas todo el rato y yo ya no formo parte de esa etapa, las pocas fotos ya no están. Fueron reemplazados por esa bonita pelinegra casi gemela de mi Nanni... Y lo merezco, lo merezco por marcharme sin decirle, por mentirle. Me hubiera sentido incluso peor si eso me sucediera a mí, ella dejó ir el pasado hace mucho y yo sigo estancada ahí porque es lo único que me mantiene viva, me mantiene viva el saber que iré a verla en algún momento. Aunque tal vez ella no me recuerde, aunque tal vez ya no le importe.
Despierto en la mañana con un pensamiento que nunca había rondado por mi cabeza.
"Tal vez ya tiene novio..."
Me es inevitable no sentir celos, celos de todos los que la rodeen.
¿Puede ser eso posible?
Puede ser posible.
Nadie puede llenar el vacío que esa pequeña dejó en mi vida. Yo también quería verla crecer, crecer a su lado.
Pero no pudo ser, me arrebataron eso que quise desde el primer día que la ví.
¿Acaso lo merecía?
¿No merezco estar junto a mi alma gemela?
Observé la televisión un tanto aburrida, mi mente juega conmigo de maneras estúpidas. Solo por una razón madrugué el fin de semana... Michele Rossi dará una entrevista, la enología me parece atrapante y el enólogo también...
No nos engañemos, cuando un hombre es bello se dice y ya.
Es como una mini obsesión, tal vez hasta sea bisexual. He pensado eso, pero recuerdo hace un año, una compañera metió a su novio a esta habitación. Era realmente guapo, pero no causaba ningún efecto en mí. Intenté besarlo y no pude, intenté que me tocara y no me causo nada... Pero veo a Michele Rossi y me quedo embobada. Tal vez así deja a todas las personas que lo ven, o definitivamente debo volver a la psicóloga.
Me desentendí con mi batalla mental, mientras peinaba mi melena, la cual cambió de color luego de que crecí. Incluso cuando era pequeña el color no era tan fuerte como lo es ahora, pero eso no quiere decir que me desagrade. Luego de admirar al enólogo en su perfecto italiano, apague el televisor.
Un largo día me esperaba y apenas eran menos de las 11.
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