"Mis pies se movían casi sin ser conscientes del proceso, ella era quien tomaba mi mano y me impulsaba a caminar por el bosque. Yo era una marioneta para ese momento en el que los recuerdos atiborraban mi cabeza."

Doce años atrás:

Mi brazo era una entrada a los demonios, no podía dejar que nadie lo viese, así que corrí y corrí al bosque mientras los adultos no me veían. Pero ahora que estaba escondido y solo, tenía miedo, ¿y si alguna criatura sin dueño me encontraba para jugar conmigo? Yo no podía jugar con animales grandes porque solo tenía seis años.

Me cubrí la cortada del brazo con la mano, era fea y peligrosa. Mis hermanos mayores siempre decían que si un mago sangraba mucho invocaría a los demonios, ¡yo no quería jugar con ellos! Seguro que eran aburridos y feos.

—¿Hola?

Me puse en posición de atención bien derechito para ver entre los arbustos quién andaba ahí. Solo veía los árboles antiguos y el suelo sucio del bosque.

—Eres Uwe Hargreaves, ¿cierto?

Lancé un grito de espanto por el susto que me provocó escucharla tan cerca. Me volteé y pude ver que se trataba de una niña con un extraño cabello negro y amarillo. Era fea, seguro aburrida, y no me gustaba que me hubiese asustado.

—No me llames "Uwe", soy Brajko.

—¿No te gusta que te llamen Uwe? Entiendo, seguro tienes problemas de confianza y no deseas escuchar tu primer nombre, aunque sea el nombre que tus padres amaron darte y probablemente tu mamá se sienta muy triste y llore por las noches porque su hijo no le gusta usar su nombre. Debes tener peleas en tu casa cuando tus hermanos te llaman, y tu relación no debe ser buena y eso es triste, cuanto dolor de...

—¡Cállate!, llámame Uwe, no me importa, llámame como quieras.

—Pero si no te gusta no es justo.

—¿Qué clase de criatura tú eres?

La niña que había mostrado tristeza por lo de mi nombre sonrió de repente. Era fea, pero tenía una sonrisa bonita.

—Soy Walentyna Huffmoore. A mí sí me gusta mi nombre.

—Presumida, tu nombre es bonito.

—¡Gracias! Aunque el tuyo a mí me gusta, suena a un poderoso mago, ¡el gran mago Uwe Brajko."

¿Qué es esto? Esa niña que me había parecido fea y aburrida, de pronto me pareció muy interesante. Me acerqué un poco más a ella que me mostraba una sonrisa bien grande y sentí calor en mis mejillas.

—Cuando lo dices así... a mí también me gusta mi nombre.

—¡Bien! ¡Bien!, Uwe, ¿podemos ser amigos?

—¿Amigos?, ¿qué es eso?

—¿Nunca has tenido amigos? —exclamó con ojos temblorosos—. Los amigos se cuidan y protegen, juegan juntos y se cuentan secretos que nadie más sabe.

—Interesante, pues te permito ser mi amiga.

Ella me abrazó de pronto mientras chillaba todos los juegos que le gustaban y haríamos juntos. Esto era divertido, nunca había estado mucho tiempo con los otros niños porque ellos solo tenían malas intenciones debido a que mi familia era poderosa. Pero Walentyna no activaba ninguno de mis sensibles sentidos, sabía que podía confiar en ella.

Aquel día de miedo en el bosque se convirtió en el momento donde tuve a mi primera amiga. Ella era divertida, hablaba mucho, y tenía una bonita sonrisa. Tyna se preocupó por mis heridas y me acompañó hasta los adultos para sanarla, me dijo que los demonios no podían usar a magos poderosos, así que estaba a salvo.

"Pronto nos volvimos inseparables ella y yo, nuestras familias no soltaban comentarios al respecto, pero éramos tan pequeños que no nos importaba. Sin embargo, la verdad de los Huffmoore se me fue revelada dos años después cuando tenía ocho años, el día que mi sello se rompió."

—Hijo, ahora eres oficialmente un mago como nosotros, sé que eres pequeño, pero crecerás para convertirte en alguien importante —me decía mi padre en su estudio—. No cualquiera tiene un dominio tan poderoso como el tuyo sobre su magia, todo un Hargreaves después de todo.

—Agradezco sus palabras, padre, pero vine aquí a pedirle permiso para faltar a mis prácticas de esta tarde. Tyna quiere que vaya a su casa a jugar.

—Walentyna Huffmoore, ¿eh?

No entendía la densa aura de mi padre, él se acercó hacia donde yo estaba sentado en el sofá de su estudio y se arrodilló para quedar a mi altura. Sus ojos naranjas no me gustaban mucho, se sentían imponentes.

—Uwe, ahora que tu sello se ha roto, es momento de que deje de ocultarte la verdad sobre tu amiga.

"Era un niño de ocho años, sin embargo, comprendí la densidad de lo que se me fue confiado. Si me permitía seguir al lado de Tyna, esa cosa, esa maldición se esparciría en mi familia y yo sería el culpable. Tuve que elegir, y elegí a los Hargreaves sin pensarlo dos veces."

"Corté mis lazos con ella, la ignoré, traté de decirle que no quería seguir siendo su amigo, pero Walentyna nunca se rindió y siguió buscándome. Me di cuenta entonces que odiaba a los Huffmoore por lo que nos habían hecho, y la odiaba a ella por ser parte de esa cosa, mas, no conseguía cambiar mis sentimientos. Para mí seguía siendo mi mejor amiga."

—¡Uwe!, ¡hoy viniste! —exclamó ella al correr hacia mí y abrazarme—. Ya me aburría jugar sola.

—Walentyna...

—¿Eh?, ¿por qué me llamas así?, dijiste que preferías decirme "Tyna."

Ella se separó de mí. Yo trataba de disimular que no estaba temblando, hoy era el día que le haría entender en serio, en serio que nunca más podríamos ser amigos.

—A partir de ahora no quiero que me llames más por mi primer nombre, yo tampoco usaré el tuyo, ya no seremos mejores amigos.

—¿Otra vez con eso?, ya te dije que la amistad no puedes cortarla. Seremos amigos por siempre.

—¡No lo seremos! —me limpié el rostro por las lágrimas—. Yo odio a tu familia, y te odio a ti también, no puedo ser tu amigo. Además, ahora soy un mago de verdad y tú sigues con tu magia sellada, no somos iguales.

—Entiendo, nuestra amistad te causa dolor.

Estábamos en el mismo bosque donde hacía dos años nos habíamos conocido, quería olvidar eso, quería olvidarlo todo.

—Siento tu dolor, también tu tristeza y tu rabia. Puedo no ser tan poderosa como el gran Uwe Brajko, pero puedo ayudarte.

—Solo me ayudarás fingiendo que no nos conocemos.

Ella se acercó para tomarme de la mano. Yo que había evitado mirarla, levanté la cabeza sin pensarlo. Esa niña seguía sonriendo, derramaba una lágrima, pero seguía sonriendo, ¿por qué?

—Te mentí antes, sí puedo eliminar nuestra amistad para ti, aunque yo siempre te vea como mi mejor amigo, puedo hacer que me olvides.

—¿Cómo?

—Mis padres siempre me dicen que olvidar un sentimiento es como olvidar por completo, no sé qué significa, pero si borro tu tristeza hacia mí, lograrás odiarme por completo y no solo un poco.

—¿Por qué harías eso? —le grité al zafarme de ella—, no te ayuda en nada.

—Porque es mi culpa que estés triste por algo que te hice, tú sientes dolor y yo sólo quiero verte feliz, porque eres mi mejor amigo y los amigos se cuidan y protegen.

"Ese fue el último día que pasamos juntos, luego de eso fui olvidándola poco a poco mientras el sentimiento de odio iba creciendo dentro de mí. Olvidé quién era Walentyna, y comencé a verla como todo lo que detestaba: la chica buena de la escuela, la de perfectas calificaciones, mi rival contra quien no podía perder."

"En los próximos diez años casi no volvimos a hablarnos más allá de lo necesario, si chocaba con ella la atormentaba para hacerle saber que era insignificante, y todo este tiempo, ella estuvo esperando que yo recordase, que la perdonase por algo de lo que no tenía culpa."

"¿Se puede ser más idiota que esa chica?"

"Sí, yo lo era"

—¿Ya lo recuerdas? —me trajo de vuelta la voz de Neyath—. Con el poder de Neyath solo puedo mostrarte los sentimientos que te fueron arrebatados, mas, Neyath es incapaz de devolvértelos. ¿Sospecha?, este lugar debe ser especial para ti si te hizo recordar tan pronto.

—Sí, es especial. Al menos lo fue cuando era pequeño.

—Mmm... Neyath ya está en la obligación de marcharse , no olvides tu promesa.

Ignoré cuándo desapareció porque mis sentidos solo podían concentrarse en una persona y esa atracción me hizo caminar por aquel bosque que no visitaba hacía diez años. Al pasar el tronco roto, luego de escabullirme entre dos arbustos, justo allí estaba ella.

Tyna dio un brinco por la sorpresa de verme y pude ver en su rostro los resultados de estar llorando por buen tiempo, me agaché hasta ella y no demoré en llevar mi mano a su rostro caliente para limpiarle las lágrimas.

—Brajko, ¿qué haces aquí? deberías estar en clases.

—Tú también, ¿quién te estuvo molestando?

—Nadie.

—Debiste haberle lanzado esa aura maligna a "nadie."

—No digas cosas crueles, no me gusta ver a la gente sufrir.

—Tonta, ¿incluso si ellos te hacen daño?

—Las personas solo toman represalias cuando les duele más ser dañados que dañar a otros. Yo no quiero hacerle daño a la gente.

—No me digas que olvidaste cómo pulverizaste con una amenaza de muerte a Neyath.

—Eso es porque me duele más perderte que hacerle daño a esa bruja.

Se llevó las manos a la boca de pronto como si hubiese dicho algo de lo que se arrepentía, mas, yo no me arrepentía de haberlo escuchado. Llevé mis manos a las suyas para apartárselas mientras la distancia entre ambos iba disminuyendo.

—Ya es demasiado tarde para eso, Tyna.

Sentí cómo se paralizaba.

—¿Cómo me llamaste?

—De la forma que nunca debí dejar de llamarte.

Sin poder controlar mis emociones, terminé por darle un beso en la mejilla húmeda.

—Ya lo recuerdo todo, el sacrificio que hiciste para mantener mi felicidad, el por qué todos estos años no te defendías ni contraatacabas, lo recuerdo.

—Perdóname, debe ser doloroso para ti. Aunque no pueda borrar las emociones del hechizo, puedo deshacerme de las otras nuevamente, así no te dolerá tenerlas.

Ella puso sus manos en mi rostro y yo perdí el poco control que trataba de mantener. Sin pensarlo mucho terminé por acercarme hasta su boca y la besé sin pensar en nada más, todo a mi alrededor se desvaneció hasta que solo pude tener mis sentidos en ella. Sus labios tan suaves como deliciosos terminaron por responderme, lo que provocó una llama en mi interior que jamás se apagaría.

Tyna se separó de mí agitada, su corazón latía tan fuerte como el mío y aquello me era irresistible.

—Tú solo... —dijo rápidamente—. Tú solo hiciste eso por el hechizo, sé que no es real y no puedes evitarlo, así que trataré de que no suceda nuevamente.

—Supongo que así lo haces más divertido —me hizo reír—. Tyna... no creo que todos mis sentimientos por ti ahora mismo sean debido al hechizo, y pienso demostrártelo.

—Te equivocas, puedo sentirlo, sé que no es real. Tú en realidad me odias, lo has demostrado durante diez años.

—Lo siento.

—¿Por odiarme?

—No por eso —mi mano acariciaba su cabello y mi rostro terminó por acercarse al suyo.

—¿Por qué entonces?

—Si te lo digo ahora temo que no creas mis palabras, sino que las atribuyas al hechizo.

—Entonces asegúrate de decírmelas cuando sea el momento.

Lo haría porque a partir de ahora no iba a mirar más atrás. Fuesen o no reales, los sentimientos que me incitaron a besarla eran fuertes y no podía controlarlos, así que estaba decidido. Conquistaría el corazón de esta hermosa bruja.