9. Reflejo del pasado
Me duele todo.
Hoy tuve mi primer entrenamiento y pensé que sería más relajado al ser un juego sobre una escoba... especialmente porque estaría en banca, pero a Potter le importó muy poco. Me duelen músculos que ni siquiera sabía que tenía... ¿sabían ustedes que las nalguitas duelen?, pensé que era un mito, pero además de grasa es músculo.
Como tengo el resto de la tarde libre y no puedo descansar apropiadamente, decidí recapitular lo que sucedió durante el verano.
• VERANO •
Llegamos a las soleadas tierras del sur... ¿pero que tan al sur? Me sentía perdida en alguna parte del Amazonas, fuera de juego, estaba desorientada en el "Pulmón del planeta".
Nuestra única orientación era Magna, quien se paseaba bastante alegre entre la naturaleza.
Tenía calor, el clima era parecido al de aquella vez en la biblioteca, húmedo, caliente y luego de mucho rato caminando sentía como me costaba hacer llegar oxígeno a mi cuerpo, no tanto por el clima; si no por mi falta de actividad física.
Recapitulo desde aquí porque hay dos puntos importantes a señalar. El primero y llamativo para mi, es que mientras más nos acercábamos al destino; Magna se veía más viva... a diferencia de cómo lucía en Londres, ahora parecía una persona viva. Desde que nos movimos más al sur podía pasar desapercibida como una persona "normal"; pero ahora realmente era normal.
Su aura fantasmagórica había desaparecido, ahora era un ser físico; sus pasos dejaban huella en la tierra y sus manos jugueteaban con las hojas con completa normalidad.
Mi mamá pidió parar en un tramo, nos detuvimos en unas raíces a beber agua antes de que Magna decidiera hablar sin que nadie se lo pidiera.
—Esta ruta que te estoy enseñando es muy antigua, son caminos protegidos por energía mágica... quien sabe desde cuando; ya estaban así cuando yo había nacido —esa vez volteé a verla con aún más sorpresa. ¿Magia más antigua que Magna?—. Por eso no nos ha molestado nada.
—¿Cómo lo hicieron? ¿Y por qué? —inquirí rápidamente, era probable que fuesen mis últimos tiempos hablando directamente con Magna.
—No lo sé... es un misterio incluso para mi. —confesó con un dejé de nostalgia.
Me giré para ver a mi mamá, que parecía abatida... no se porque aceptó venir sabiendo que tendría que someterse a esto, pero en parte lo entiendo... las mamás se sacrifican por sus hijos, ¿no? A mi también me parecería descabellado que un día Alejandro me dijera sobre un viaje hasta Asia; insinuando que iría solo.
Magna nos iba platicando cosas sobre su vida y demás, hasta que casi al anochecer llegamos a un estanque con una linda cascada que le abastecía agua.
—Por favor... dinos qué ya estamos por llegar, no aguanto más; creo que me voy a infartar —habló mi mamá antes de caer de rodillas en la tierra y mirar hacia el cielo buscando misericordia.
Yo ni siquiera pude responder; estaba apoyada a un árbol con lágrimas apunto de salirse de mis ojos.
—Es de mi agrado informarles, que ya llegamos... solo saltan unos pasos más —habló Magna llena de entusiasmo y señaló la cascada—. Detrás de esa cascada está la entrada, es un camino seguro, una vez ahí podrán descansar apropiadamente.
Mi mamá y yo nos observamos antes de sonreírnos con alivio, podríamos dormir.
La ayudé a reincorporarse y rodeamos el estanque, entre las rocas se formaron unas escaleras para nosotras, subimos con seguridad y pasamos detrás de la cascada. El sitio era mucho más fresco... aunque se trataba de una pequeña cueva. Podía ver la pared del fondo, no era demasiado grande tampoco.
—¿Esta es la tierra que nos prometiste? —pregunté indignada y decepcionada—. Es decepcionante.
—¡Dios!, ¿que estaré pagando yo? —exclamó mi mami antes de tambalear en su sitio.
Un ceño fruncido apareció en su rostro, junto a una sonrisa sarcástica— Observen.
La miramos atentamente mientras se dirigía a la pared del fondo, colocó su palma con delicadeza sobre la roca lisa.
Segundos después unas grietas aparecieron, la roca cedió con un sonido satisfactorio; dejando a la vista una entrada digna de un reino.
Pasamos el portal... ¿tengo la obligación de describirlo? ¿Como se abrió ante nosotras un pasillo rodeado de arena extrañamente roja?, si. El techo del otro lado no existía, era el cielo; las estrellas y los astros se veían mejor que en ninguna otra parte, desde donde estábamos podíamos ver un valle; varias casas y estructuras se alzaban hasta lo lejos.
—No toquen la arena roja —advirtió Magna, dejándome bastante preocupada al respecto.
—¿Por qué? —preguntó mi mamá mientras veía como el aire lograba hacer formas maravillosas en ella.
—La arena roja tiene efectos únicos para cada cosa que haga contacto con ella —advirtió—. Hay quienes pueden ver el futuro cuando interactúan con la arena roja, objetos que toman conciencia, animales que hablan, personas con habilidades únicas y nuevas... o desapariciones e incluso la muerte —tragué grueso ante su explicación y mi mamá se alejó lo más posible del borde, tomándome por los hombros para que no me aleja de ella.
Magna siguió caminando mientras hablaba— Lo que estoy por decirles es importante. El efecto es diferente en cada persona... si tienen la dicha de obtener un don, entonces cada vez que interactúen con la arena podrán acceder a él. Los efectos son temporales y el tiempo varía según cada uno... sea un humano o no.
Escuchamos atentas e intenté memorizar lo más que pude esas palabras. Avanzamos hasta salir del camino tentador, en unos minutos llegamos a una plaza que parecía la principal. No había mucha gente ahí, quizá por la hora.
—Esperaremos a alguien. Pueden sentarse, no tardarás en venir —explicó mientras volteaba a todos lados, atenta a cualquier movimiento que fuese importante.
Me senté junto a mi mamá, quien aún parecía absorta con todo. Miraba con calma cada cosa e intentaba comprender ciertos movimientos ambientales (como un letrero que flotaba indicando los caminos). La ciudad se veía bastante grande y avanzada, pero no se si tendríamos tiempo para turistear.
Los minutos pasaban y mi estómago tembló de hambre; mi mamá se estaba cayendo de sueño y la persona impuntual no daba señales.
Cuando estaba por quejarme en voz alta, una silueta apareció en la plaza que estaba prácticamente vacía.
—¿Magna? —una voz suave preguntó a la distancia que se encontraba. Llamando la atención de las dos (mi mamá se durmió en la banca).
Mi antecesora se volteó con rapidez, quedándose pasmada en su lugar al observar a la chica que yo antiguamente había visto en las visiones que Magna me mostró durante el primer año.
La sonrisa de Magna creció e inmediatamente se deformó a una especie de puchero; las lágrimas desbordándose de su rostro surgieron casi al mismo tiempo que las de...
—Hally —dijo su nombre en tub timbre suave, mientras su compañera corría los metros que las distanciaban.
Hally la abrazó, aferrándose lo más que podía a la prenda que rodeaba a Magna. Por otra parte, mi ancestra pareció salir del shock cuando su compañera gimoteó, la pelinegra levantó sus manos con temblor y lentitud para rodear a Hally en un abrazo tan dulce como la caña.
Observé el reencuentro desde mi sitio. Me guardé la queja del hambre, sueño, cansancio y mal olor en lo más recóndito de mi ser, aparté la mirada para proporcionarle un poco más de privacidad a su momento emotivo (la privacidad que se podía tener estando en una plaza pública).
Escuché que se intercambiaban palabras rápidas entre sollozos, como intentando resumir sus travesías para poder avanzar. En un descuido Magna estaba a mi lado, presentándome ante su compañera.
Decir que Hally era contraria a Magna sería un error, consideraría que son más complementarias la una con la otra. La de cabellos miel y pecas suaves me comentó varias cosas rápidamente, entre ellas mencionó algo sobre una cama y comida. No pregunté nada más y acepté.
Mamá despertó confundida... no solo por seguir en un sitio mágico y que fuese real; si no por el hecho de que la temeraria Magna andaba de manito sudada con otra chica.
*
Me habría gustado decir que nos colocamos al día esa misma noche, pero apenas cubrimos nuestras necesidades caímos completamente dormidas... no se si "dormidas" es el término correcto al estado de coma que vivimos.
La mañana siguiente comenzó tarde para nosotras. Nos levantamos más cerca de la hora del almuerzo que del desayuno. Mi mamá pidió disculpas apenada y se ofreció a ayudar con la comida... yo no me disculparía en absoluto, me merecía ese descanso.
—Muchas gracias —comentó Hally sentada a mi lado mientras yo intentaba no estorbar en casa ajena. Mis cejas se levantaron con sorpresa al admirar la sinceridad con la que decir aquellas palabras —. Por salvar y traer a Magna.
Un agradecimiento honesto, creo que nunca me habían mirado unos ojos con tanta sinceridad. Me sentí tan pequeña ante su benevolencia que no pude explicarle que Magna me había extorsionado de cierta manera, pero no importaba ahora...
No podía negar que me había ayudado y salvado el trasero un par de veces (aunque algunas situaciones riesgo hayan sido inducidas pero no hace falta entrar en detalle). "Estar a mano" se vuelve un término muy ambiguo cuando suceden tantas cosas al mismo tiempo, vernos envueltas en caminos entrecruzados puro haber sido una coincidencia o no; lo cierto es que salimos adelante... ¿"Gratitud" es una palabra que podríamos utilizar?
Si, de cierta forma lo era.
*
No podíamos irnos sin antes dar una vuelta por la ciudad escondida (de la cual no podíamos hablar y estábamos en la obligación de mantener en secreto... pero escribirlo en un diario que nadie leería no me daría problemas, ¿verdad?).
En el camino descubrimos que la arena roja no solo era parte de la entrada, al parecer formaba parte de esta cultura. Había vasijas con ella, caminos decorativos llenos de su forma y un río que la llevaba hacia quien sabe donde.
Saqué mi teléfono para tomarme fotos con mi mamá a escondidas, mientras nos reíamos entre nosotras intentábamos tener cuidado de no tener un encuentro desfavorable con el producto mágico que rodeaba la zona.
Pero ningún medio preventivo era suficiente cuando algo del destino estaba escrito.
Cuando volvimos para empacar nuestras cosas, al entrar en la habitación me encontré con una escena bastante difícil de digerir durante los primeros segundos.
—Lamento mucho que me encontrases en esta situación, tendrás que disculparme... pero es que nunca había podido caminar —expresó mi diario con una voz llena de clase y elegancia mientras estaba atorado entre la mamá y la mesa de noche.
Mi confusión fue demasiado grande y negué el hecho, atribuyendo a que había un hombre en la habitación, pero dejé escapar un grito bajito cuando el diario se sacudió y volvió a hablar.
—¿Está en ti ayudarme? Me encuentro un poco agobiado en esta situación tan... ¿aplastante?, ¿cual sería el mejor juego de palabras? —preguntó lo último en voz alta intentando disminuir la tensión que se había formado en la habitación.
Brinqué en mi lugar y me apresuré a ayudarle. Moví un poco la mesa y lo sostuve para que no cayese de golpe. Lo alcé para dejarlo a la altura de mi rostro...
... una especie de boca se asomaba en la portada, intenté buscar sus ojos para hacer contacto visual y poder hablarle, pero no los encontraba, así que le di la vuelta, pero tampoco había nada.
—¿No puedes ver? —pregunté sin filtro, sintiéndome mal al instante por haber hablado tan directamente.
—Puedo verte, pero no necesito de ojos para hacerlo —respondió con amabilidad, haciendo que me destensara. Su boca apareció en la parte trasera, haciendo que me diera un sobre salto por como se manifestaba en sí mismo—. Me parece que la última vez que bebiste agua dejaste mal cerrada tu mochila... algo de arena se coló por la abertura y terminé absorbiéndola.
—Pero, eso fue ayer... ¿por qué no habías dicho nada?
—Porque desconocía mi estado de consciencia, aún no lo asimilaba... en mi soledad descubrí que los pensamientos dentro de mi ya no eran los tuyos, eran los míos —explicó con tranquilidad.
Me quedé otro segundo en silencio y mi rostro se sonrojó de inmediato... ¡Ese diario conocía mis pensamientos más profundos y yo estoy en la preadolescencia!
¡No es el mejor momento para que alguien pueda ver lo que pienso!
Mi diario rió ante mi desconcierto y pánico— No te agobies, no te juzgaría por tus nuevas ideas, al fin y al cabo soy un objeto.
¿Un objeto?
—Pero ahora sientes... ¿no?, estás vivo...
—Por tiempo limitado —señaló antes de chasquear su lengua—. No sabemos cuánto tiempo "viviré" en este estado, por favor, no te encariñes.
Demasiado tarde.
Apreté mi agarre sobre el y negué... no, definitivamente ya no podía permitir que simplemente se esfumara, sería como dejarlo morir... todavía ni sabe desplazarse bien.
Busqué en la habitación mientras escuché un bufido cansado de su parte, dió la batalla por perdida cuando hice contando visual con un frasco bastante grande. Dejé al diario sobre la cama y procedí a tomar la pertenencia decorativa.
Salí por la ventana para que no me preguntaran nada sobre porque llevaba un frasco vacío por la casa... solo tenía que encontrar una vasija con arena roja, recolectar y volver.
No me costó conseguir un buen punto, uno de esos caminos se encontraba posando frente a mi. Enterré el frasco y esté comenzó a llenarse, tuve mucho cuidado de no tocar la arena directamente y rogué porque no pasara nada especial en el objeto de cristal.
Pero a medida que el frasco se llenaba, este se iba tornando negro... bueno, un cambio de color me parece una alteración decente. Enrosque la tapa y volví por donde vine, como un ninja.
Escondí el frascote en mi bolso y volteé a ver al diario.
—Bien, ahora piensa un nombre para ti —señalé mientras colocaba un montón de cosas para taparlo y que no se viera por accidente si abría la mochila para algo.
El diario no me dijo nada y tampoco le di mucho tiempo porque lo coloqué en el bolsillo de adelante... al menos ahí iría más cómodo que entre mis pantis.
Al salir de la habitación con mis cosas y las de mi mamá; me encontré a Magna, quien me observaba bastante seria.
«Lo sabe, lo sabe todo. Me va a colgar en la plaza»
—Seré breve —advirtió—. Mi marca te mantendrá unida a mi mientras yo "viva"... pero no será igual que antes, aunque la intuición que heredaste te podrá ir dando pistas, ¿entendiste?
—¡Si, señora! —contesté rápidamente haciendo un saludo militar— Gracias por las habilidades que me legaste.
Magna frunció el ceño y asintió, dándome paso libre para ir con mi mamá.
El regreso fue mucho más fácil porque usamos polvos flu (cosa que no podíamos hacer para llegar porque Magna desconocía el código).
Aparecimos cerca del hotel donde nos hospedábamos y mi camino fue silencioso. Mamá parecía muy callada también... bastante a decir verdad. Su mirada estaba demasiado seria y hasta parecía enojada, pero no entendí porque.
Igual no parecía tener ganar de hablar.
Y así fue.
Nunca me contó que vio o que le dijeron para que quedara así, pero definitivamente algo sucedió.
*
—Siete. ¿Qué te parece? —me habló el diario mientras traspasaba una parte de la arena roja a otro frasco más pequeño para dejárselo a mi hermana.
—¿Cómo el número?, ¿quieres tener el nombre de un número? —pregunté para confirmar.
—¡Por su puesto!, me halagaría mucho.
Fer miraba espantado el evento. El había estado esperándonos con mi hermana... obviamente no esperaba que cuando volviese del viaje me trajera un diario parlante conmigo.
—Si es de tu gusto está bien, de todas formas pareces el más inteligente de nosotros —comenté en aceptación—... les dejare esta arena, el frasco grande me lo quedaré.
—Deberías hacerle comentarle a tu hermana de primera mano, así evitarías mal entendidos —dijo mientras se desplazaba por la cama.
Siete aprendió a... "¿caminar?", parecía que flotaba si lo veías desde arriba (que es como normalmente lo veo), lo cierto es que descubrió como mover pequeños hilos que formaban parte de su empastado... así que era como un ciempiés, solo que sus "patitas" estaban debajo de el y no se veían.
Me llevé otro susto cuando lo vi caminando por la pared, y un calorcito al corazón cuando recogía sus patitas para que pudiésemos alzarlo.
Siete es el secreto mejor guardado... mi principal idea era decir que se me cayó a un lago y se ahogó, pero creo que mejor escribo la verdad. No lo llevé conmigo a Hogwarts porque Fer, las gemelas, Javier y mi propia persona ya era suficiente responsabilidad, además... me daba un poco de miedo que lo describieran y terminaran encerrándolo en la sección prohibida, o peor, en el ministerio por "objeto poseído" o algo así.
Siete no es malo y está muy lejos de serlo.
• PRESENTE •
Este es el mejor resumen que pude hacer, seguramente se me pasaron un montón de cosas pero es lo importante y ya estoy al día, me siento más tranquila, además, era mejor opción que redactar mi exhaustivo entrenamiento de hoy.
Fer está tomando una relajante siesta a mi lado... de todas formas había sido un día de clases bastante movido y aún se está adaptando a seguirme estrictamente el horario, pero desde que me acompaña parece más relajado; quizá sea por la compañía... o porque esta adquiriendo mejor información para su conquista del mundo mágico y muggle.
~ • ~ • ~ • ~ • ~
¡Hola! Perdón si me atrasé, pero tuve una semana terrible de movida y no sabía cómo resumir todo el arco de verano para que tuvieran en contexto.
Por cierto, ¿Alguien juega Stardew Valley? Estoy pensando en comprarlo pero me gustaría leer reviews honestas 🙈😂
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro