Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🗡️ Capítulo 23. 🗡️

El templo más querido de Apolo, se halla en la ciudad llamada Sarias. Feme se ha encargado de propagar tal rumor, ello ha causado el incremento de los siervos. Con la capucha retirada y por ende, el rostro al descubierto Hermes se mueve por los callejones. Aprovecha las noches, cuando la luna es oscura y Hécate está en el cielo, para pasear. No es la primera vez que hace tal cosa y, aunque se puede valer de las sandalias aladas, elige mezclarse con los habitantes.

—¡Por Zeus! Es un alivio que esos rebeldes se hayan desvanecido.

—Bien pueden estar ocultos en alguna parte, Aerturión. Es demasiado pronto para cantar victoria.

Tal plática se desarrolla entre dos hombres que pasan junto a él. Desea quedarse a escuchar lo que dicen, pero se arriesga a atraer la atención. Ha de continuar el camino hacia el templo, donde Apolo le espera.

—La policía civil ha echado el ojo a Heredna, la dueña de La taberna del campanario —el hombre llamado Aerturión lo saca de las cavilaciones.

Hermes dobla la esquina y accede al pequeño espacio que queda entre dos edificios. La conversación entre los que, ha reconocido, son soldados puede arrojar luz a ciertas interrogantes. Desde aquel día, en el que se reuniera con Iris en esas ruinas, estas no hacen más que aumentar.

—¿Tal cosa te parece extraña? Esos rebeldes, que se hacen llamar Los inmortales, causaron un buen alboroto.

Uno de los hombres suspira hondo, como si estuviera agotado.

—En efecto, he sido uno de los que ha peleado con ellos. Tratan nuestras calles, edificios y cada rincón de esta ciudad como si fueran suyos.

—¿Insinúas que conocen la ciudad a la perfección?

—Tanto como un hombre aprende todo sobre la palma de su mano.

Hermes arquea una ceja, se coloca la capucha y retrocede unos pasos. Los hombres siguen de largo, incapaces de advertir que se haya oculto en ese callejón. El sonido de unos dados, tras agitar el vaso que los contiene, lo atrae. Se da la vuelta, oculta la sorpresa que siente al advertir quien lo ha provocado.

—He pensado que te hallaría en templo, rodeado de tus hijos.

Hermes se acerca, cruza las piernas al sentarse ante el dios.

—Supe que esos soldados pasarían, cuáles serían sus palabras exactas. He vaticinado este encuentro, Hermes.

—Entonces, quizás soñaste con las ruinas de una ciudad cercana a esta.

Apolo agita el vaso que tiene entre las manos, retira la palma de la boca de este y lanza los dados. Hermes sigue el camino que estos hacen, el como se detienen a pocos pasos.

—Algo a lo que dejamos de dar importancia ha vuelto. Los hijos de Diomedes lo ocultan, reciben ayuda del otro continente.

—¿Crees que esos...?

—Puede que si, mas no lo aseguro del todo. Si deseas respuestas más concretas, ve al bosque de Melione.

Hermes sonríe con ironía, ambos dados indicaban un solo círculo. Bajo la atenta mirada del dios que ve como amigo, los recoge. Cuando cierra y abre la mano una vez, estos desaparecen.

—Entiendo, he de dejar que Autólico continúe esta travesía.

Los ojos de Apolo se tornan blancos por entero. Todo lo que trae en las manos se desvanece e incluso, él mismo.

—Tu hijo se hallará allí, cuando lo oculto se revele.

Cuando en aquel callejón solo queda por única presencia la suya, Hermes alza el vuelo. Como mensajero de los dioses que es ha de volver a dar un mensaje.

🗡️🩸🗡️

Euterpe

Cierro los ojos, para evitar que la arena me entre en estos. No soy capaz de decir cuán profundo caigo. Las piernas me tiemblan, ruedo hacia atrás y me tumbo boca arriba. Trato de calmar mi respiración, descansar meros instantes antes de investigar. Al mirar hacia arriba noto lo alto que es el techo, el cual se halla cubierto de figuras luminosas. La forma tan detallada de estas, en lo que es piedra de las profundidades, me dice que la han creado humanos. A medida que avanzo, noto elaborados caminos laterales con las mismas figuras del techo. No soy capaz de hallar el camino correcto, por lo que pronto acabo perdida.

Tras salir a una zona circular, que ostenta seis caminos, me siento en el suelo. El recuerdo de lo que me trajo a este lugar domina mi mente. ¿Cómo es posible que Einar ha sido dominado por la diosa Eris? ¿Eso significa que había algún sirviente de esa diosa en la taberna? Porque me permití ser ciega ante la verdad, he perdido a mi hermana.

Es imposible negar que Einar es el verdadero asesino de Frey, que mató a su hermano por órdenes de Eris.

Incluso si no confío en mi esclavo, he de admitir que Holandés solo se tornó parte de una conspiración. Orquestada por los que considero una familia, en los que ya no volveré a confiar a ciegas. El poder que se acumula en mi garganta sale en forma de maldición. La tierra se fragmenta a mi alrededor, justo en el instante en el que aparecen un grupo de humanos. Estos visten con telas finas de colores cálidos, la cual les cubre hasta los labios.
Salto hacia atrás, compruebo que mis hachas sigan en la funda antes de hablar.

—¿Quiénes son? ¿Qué lugar es este?

No recibo respuesta alguna, quizás sea por mi actitud hostil. Por ello, alzo las manos tras alejarla de mis armas.

—No pretendo hacerles daño, no atacaré sin un motivo.

Uno de los humanos, que resulta ser la hija de Diomedes que me ayudó en Sarias, se quita la tela fina que le cubre el rostro. La alegría se mezcla con la ira, mas no demuestro tales emociones.

—Sabemos que nos nos atacarás, antigua musa de la música, ha sido divertido verte actuar con tanta cautela.

Me aproximo unos pasos a ella, tengo varias preguntas respecto a lo que hizo. No obstante, una se formula sin que apenas la piense.

—Hija de Diomedes, ¿cómo te llamas?

Ella se ríe, se inclina un poco antes de responder.

—Por orden de quienes gobiernan Derinka, se nos prohibió responder a sus preguntas. Acompáñenos, Euterpe, los reyes la esperan.

Al principio me resulta raro mas luego, la sensación de que un nuevo hilo se teje me hace obedecer.

—Llevadme con sus reyes.

A medida que los caminos laterales quedan atrás, contemplo algunas construcciones. Piedras circulares que hacen la función de puertas, profundos pozos e incluso un lugar donde almacenan animales. Nos detenemos ante una gran habitación, en la que están apostados dos soldados. La hija de Diomedes habla con estos, los cuales me miran de reojo mientras asienten. Al parecer, la puerta solo se abre desde dentro cosa que no tarda en suceder.

—Me llamo Amenet, soy la princesa de Derinka —susurra ella, antes de acceder primero al lugar.

Voy detrás suya, deseosa de ver qué me ofrecerá el destino.


🗡️🩸🗡️

Apenas Helios se ha dejado ver en el cielo, el capitán Zalk ha presentado la dimisión. Considera el ataque de los rebeldes a Sarias, un fracaso con el que debe cargar.

—Nim será el nuevo capitán, hará un trabajo excelente —se detuvo delante de los que fuesen sus hombres antes de irse.

Tras recoger las pertenencias, se dispone a pasear por la ciudad una última vez. Confía en la habilidad que la manzana que le ofrecieran le ha otorgado. Busca entonces entre fantasmales imágenes de peleas transcurridas, hasta encontrar la correcta en el callejón de un edificio. De esta solo logra captar meros instantes, como si algo le bloquease su poder.

—Los hijos de Diomedes, poseen polvos capaces de tales cosas —el hombre de ojos negros aparece delante suya, se inclina ante un cuerpo que no tarda en reconocer.

A primera vista, el joven de cabellos naranjas parece haber muerto debido a una herida en el estómago. Zalk se siente aliviado cuando nota su lenta respiración, eso significa que ha logrado curarse solo. Quizás desciende de algún semidios, explicaría tal suceso.

—Eres una parte crucial de mi ascenso —con ayuda del hombre de ojos negros, levanta al joven del suelo —No debes morir todavía.

—No lo hará, no os preocupéis.

El otro encapuchado aparece, este se encarga de distraer a los soldados que encuentran en el camino. Les hipnotiza para que solo se centren en la manzana que lleva.

Al llegar al que ya no será su hogar, dejan al joven en una carreta que han preparado los encapuchados.

—Sabíamos que no tardarías en encontrarlo, que dejarías incluso tu actual posición.

—Sin duda, sabéis demasiado —Zalk se monta en la carreta, ve a los encapuchados montarse junto al conductor.

—Tal vez, si las Moiras lo desean, lleguéis a conocer tal información —el hombre de ojos rojos se gira unos instantes, a la vez que el otro ordena partir.

Zalk sonríe, una manzana dorada aparece entre sus manos.

🗡️🩸🗡️

Nota de la autora:
¡Hola, personitas pacientes! ¡Feliz año a todos! Vaya, hace un buen tiempo que no escribo una nota de autora 😅.

Bien, dejen que reaccione por ustedes...

OMG, al fin un nuevo capítulo de El juego. ¡Dios! La autora no avisó de pausa alguna ni nada, solo dejó de escribir y ya. 😅😅

Resulta que esto tiene una explicación, personitas. Se me rompió el celular, escribo en los celulares de mis padres y en la PC. Perdí información que tenía anotada de varias historias, cosa que me enojó bastante. Tardé un poco en recomponerme, pero ya ven.

Este capítulo es un aviso de todo lo que viene, es lo único que diré. 😎😎

Besos o lo que sea, Titania.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro