CAPÍTULO 9
La memoria es la inteligencia de los tontos.
Kenna Bianchi
Actualidad, Florencia
Nos encontrábamos en la mesa del comedor y el segundo desayuno ya residía en nuestros platos. Nadie decía absolutamente nada, la mirada de Niran junto al reciente integrado Ian, no se centraba en otra persona que no fuese el italiano de ojos color tormenta.
⸻Entonces, ¿eres el dueño de las empresas petroleras Clark?
⸻Así es ⸻Kenneth bebe un poco de café bajo la atenta mirada de todos⸻ ¿Tu padre es el dueño del conglomerado Carrington? ⸻Ian asiente⸻ escuche que estaban atravesando una crisis monetaria.
Reparo su rostro después de que suelta las palabras. Sus ojos brillan con peligro y sé de inmediato que lo dijo con toda la mala intención posible. Sonrío cómplice llevando un trozo de mango a mi boca.
⸻Sí, pero es algo afortunadamente controlable.
⸻No lo creo ⸻murmuro picando otra fruta.
⸻¿Eres algo de Alessia Clark? Te me haces conocido ⸻Niran se acerca un poco más.
<<Hipócrita>>
⸻Es mi madre ⸻Kenneth me mira de soslayo.
⸻Ya veo ⸻sonríe nostálgicamente⸻. Entonces tú eres el niño que no se le despegaba de mi hija cuando vivíamos aquí.
Muerdo el interior de mi mejilla reprimiendo una risa. Kenneth oculta su desagrado y me sorprende tomando mi mano sutilmente por debajo de la mesa.
⸻Entonces sabrá que lo de su hija conmigo no es algo reciente.
—Avery nunca me dijo nada de ti.
—Bueno, hay muchas cosas que no te cuento —respondo fingiendo delirio.
⸻Pero ese no es el motivo por el que estamos aquí, señor O'Connor.
Niran evade la comida y se centra en nosotros. Ian por su parte, no deja de apretar los cubiertos.
⸻¿Entonces?
⸻Le debía una disculpa por la forma tan bochornosa en la que me expresé esta mañana al tomar el celular de Kenna.
Me reservo cualquier tipo de comentario. Esto de fingir se nos estaba dando demasiado bien, podría jurar que parecíamos una pareja perdidamente enamorada y no un par de personas que se quieren arrancar los ojos, pero que se entienden para obrar mal y para follar. Kenneth entendía perfectamente el motivo necesario para tratar a Niran como la seda y no mandarlo a rodar.
⸻¿Podemos hablar? ⸻Ian interrumpe la charla⸻ en privado ⸻agrega cuando lo observo obvia.
Podría negarme, sin embargo, la mirada acusatoria de mi padre y la mano inquieta del italiano en mi pierna no me dejaban tranquila.
⸻Por supuesto.
Con mucho pesar y teniendo en cuenta el fino cuchillo infiltrado en mi cabello, vuelvo a agregar: ⸻Con permiso.
Les sonrío antes de que Kenneth aleje mi silla y me deje ir.
Empiezo a caminar por delante segura de mí misma. Trabajé demasiado para poder llegar hasta donde estoy ahora, en la cima, y quería hacérselo notar al animal detrás de mi espalda.
Voy por más, nunca me conformo y quizá eso termine por destruirme, pero que significado tendría la vida sin algún drama. Además, otro ingrediente a mi autoestima era el saber que ninguna otra mujer y a mi edad ha logrado más de lo que yo en poco tiempo, me hace sentir poderosa, provoca que quiera romper aún más los estereotipos y demostrar que en este negocio también hay espacio para las mujeres.
Pisé muchas cabezas, corté demasiados cuerpos y derramé infinitas gotas de sangre para conseguir lo que deseaba solo con el fin de demostrar que para Kenna Bianchi no existen imposibles.
⸻¿Y... bien?
Recargo mi cuerpo contra el escritorio con los brazos cruzados esperando por una palabra de su parte.
⸻¿Terminaste ya de fingir que lo amas? ⸻junto mis cejas sin entender⸻ ¿de engañarte?
El veneno en mi lengua florece, ¿Qué maldito idioma necesitaba para quitarme a Ian de encima? Hasta pena ajena me da todo lo que se esfuerza para terminar rechazado.
⸻¿Terminaste ya de fingir que sigues importándome? —pregunto burlona.
Muy por encima de mis planes iniciales, Ian jugó sucio al meterse con Gala y algo mucho más grande que mi ego siempre fue mi orgullo y él siendo un jodido peón termino ciertamente de molestarme.
Resultaban hasta cómicas las ideas de conquista que tenía, mi nombre pesaba lo suficiente ahora como para retirarme y solo albergar un puesto secundario o convertirme en un cupón de emergencia porque la otra lo abandonó.
Se cree muy machito, pero no terminó de satisfacer a una y se quiso hacer de dos.
⸻Ambos sabemos que eso no es cierto. Quieras o no, fui y seré tu primer amor y ese jamás se olvida.
⸻En eso te equivocas ⸻suspiro con el recuerdo de los dos niños corriendo en un jardín, con la diferencia que ahora puedo ver perfectamente sus rostros⸻, nunca fuiste mi primer amor. Kenneth lo fue, convivimos siete años juntos.
De los que no nos conocimos los cuatro primeros, nos quisimos uno y terminando odiándonos los dos finales.
⸻No te engañes de esta mane... ⸻lo interrumpo.
⸻No Ian, tú no te engañes de esta manera ⸻me acerco⸻. Abre los ojos y deja de hacerte el payaso con tanto circo que vas montando. Deja de creerte el centro del mundo, de actuar como si siempre viviré perdidamente enamorada de ti porque no es así. Yo ya le pasé página a tu engaño y hasta he detenido mis compras, ahora detén tú este teatrito.
—Cariño...
—¡Abre los ojos!, joder.
—El payaso aquí es ese imbécil de afuera que te toma de la mano y piensa que te tiene, pero se equivoca si cree que me rendiré.
Gruño exasperada.
—Mira Ian, te dejé pasar la astucia de faltarme al respeto engañándome e incluso te lo aplaudo—junto mis manos haciendo el sonido⸻, pero lo que no, es que intentes manipular a mi padre para que me diga palabras ofensivas. Si esto se trata de venganza por lo de tus empresas, créeme que no tienes ni puta idea de lo que soy capaz cuando me siento amenazada. No me tientes por me encuentras.
Jadea.
⸻Por su puesto que no se trata de venganza, esto se trata de amor. Me amas Ave y nada de eso cambiará.
Suelto una risa sarcástica.
⸻¡No te humilles de esta manera!, por muy idiota que hayas sido conmigo no te mereces caer tan bajo.
⸻Me amas ⸻reafirma y niego.
⸻Por dios, date cuenta que solo te estás armando un cuento.
⸻Mientes.
⸻No lo hago, me conoces lo suficiente como para saber que te estoy diciendo la verdad.
Muerde su labio y mueve sus ojos empañados. Genial, lo que me faltaba.
⸻Dime que me amas ⸻suplica mientras toma su cabello en un momento de desesperación cuando no atiendo a su pedido⸻. Necesito escucharlo de ti, por favor.
⸻El día en el que yo te olvide, tú comenzaras a recordarme ⸻cito las palabras de mi libro preferido entrando en el papel de mujer herida⸻. Enterré tu recuerdo hace mucho Ian, y para ser sinceros no me apetece revivirlos.
Se limpia las mejillas con el agua de por medio mientras habla: ⸻Siempre supe que eras tú. Te amaba.
⸻No me amabas Ian ⸻espeto cansada⸻. Únicamente no estabas dispuesto a sentirte solo o quizá era lo suficientemente buena para complacer a tu ego, quizá te hacía sentir mejor por lo que estabas atravesando, pero no me amabas; porque uno no destruye lo que ama.
Se queda en silencio y aprovecho el momento para intentar retirarte, pero vuelve a hablar: ⸻Tenía miedo...
Me detengo.
⸻Eso no es justificación, porque yo también lo tuve cuando empezó la relación y al final fui la que más dio. Cada quién hace lo que quiere con lo que recibe ⸻miro sus ojos⸻ y tú decidiste dejarme ir.
Asiente nostálgico.
⸻Gala y yo terminamos semanas después de que te fueras. No podía seguir mirándola sin pensar en ti.
⸻Eso es una pena, parecían realmente enamorados ⸻me encojo de hombros retomando mi camino.
⸻A la única mujer que amo es a ti y no me cansaré de repetírtelo.
Llego hasta él y le tiro una bofetada queriendo atraer algo de su inteligencia.
⸻Si crees que por venir con mi padre no puedo tirarte a la calle, estas muy equivocado ¡estoy harta de las estupideces que sueltas! —grito— ¡Ya no siento nada por ti y mientras más rápido lo entiendas será mejor para todos! Tanta palabrería barata no te sirve ahora cuando antes tuviste la oportunidad de escogerme. Yo no recibo sobras de nadie, ni mucho menos soy una segunda opción; grábatelo bien.
Tiene suerte que ahora mismo mi jet esté transportando mercancía, porque de lo contrario no dudaría en enviarlo de regreso a Manhattan.
Ian solo regresó a joderme más la vida.
Salgo de la habitación pensando en que mi padre sabe muy bien lo que hace, pero me cree lo suficientemente estúpida como para no notarlo. Parece que olvida de dónde provengo.
Necesito algo de paz y una buena distracción, de lo contrario terminaré asesinando a alguien sin ser necesario y no es que no me atraiga esa idea, pero esconder un cuerpo es algo complicado con los visitantes VIP que mantengo en alojamiento.
Ian Carrington
Verla después de tanto tiempo, costaba demasiado. Avery se convirtió en toda una mujer exitosa y maravillosa.
No debí dejarla ir aquella tarde.
Me hiere el hecho de que ahora ya no me vea con la misma ilusión de antes, que no se le forme una sonrisa cuando platicamos o que no le brillen los ojos en mi presencia.
Todo eso se suprimió a nada.
Era consciente del daño causado al utilizarla de aquella manera, pero la amaba y estoy dispuesto a enmendar dichos errores. No me interesaban las empresas, si me lo pidiese, ahora mismo estaríamos frente a un sinfín de abogados firmándole y cediéndole toda mi herencia.
El verla al lado de alguien más me comía por dentro, deseaba la muerte de todo aquel que la tocara de esa manera. Este sentimiento solo lo ha provocado una persona.
Conocí a Gala en mi viaje a Rusia. Solía creer que estaba perdidamente enamorado de ella y que era la mujer que necesitaba a mi lado, la que más me complementaba, sin embargo, tenía demasiadas cosas encima. La rusa era el tipo de mujer tóxica, de las que no quieres soltar a pesar de que eres consciente del daño que te puede causar.
Lo que tuvimos supera lo prohibido y a pesar de que nunca me interesó ello hasta después, muy posiblemente lo que haya alentado la idea era el hecho a que nunca me funcionaron bien las reglas y esas idioteces baratas.
En el mundo que fui implantado, eso no se respeta. Cada uno vive como rey si se tiene un buen apellido y una infinita cuenta bancaria.
Cuando regresé a Manhattan, más concretamente, cuando la rusa y yo creímos haber logrado huir de su exesposo, este nos atacó en el aeropuerto dejándola malherida por interponerse entre una bala y mi pecho.
Recuerdo muy bien todo el martirio que atravesé. Nunca me sentía bien con nada, detestaba todo lo que se me ponía enfrente y me aparté de la sociedad; hacía lo imposible por no dejarla sola pues ese siempre fue su mayor miedo. Gala perdió a sus padres desde muy pequeña, sus tíos esperaron a que tuviera un poco de edad para venderla a un tipo de su misma nacionalidad.
Los días fueron pasando hasta que se convirtieron en meses, comencé a aceptar la realidad y a fijarme en las personas que me rodeaban, fue entonces cuando conocí a Avery, la hija del socio mayoritario de "Nnorvers".
En la Universidad se decía mucho de ella, es decir, era un chico antisocial, pero tampoco era como si estuviese sordo; sin embargo, nadie se molestaba a ver lo que existía detrás de esa fachada.
Ave contaba con una belleza celestial, era muy parecía a Gala, aunque la primera tenga más potencia en el azul de sus ojos que la segunda. Utilicé a Avery con el fin de mermar el dolor de ver al que creí mi gran amor en un estado vegetal.
Un grave error.
Todo corría de una espléndida manera, poco a poco la conocí y conforme pasaba el tiempo notaba que no era como todos la pintaban. No le gustaba depender del dinero de su padre, buscaba oportunidades y estudios todo el tiempo. Ella no era solo una niña rica de papi, era todo lo contrario.
Pasamos demasiadas cosas, nunca faltaban los detalles o las risas, aunque no me gustase que fuera muy curiosa sobre mi pasado. La hice mi novia, se entregó a mí y no fue hasta que se montó en ese avión que sentí que la vida se me iba al no poder decirle lo que en verdad quería de ella.
Aún recuerdo la mirada de mi bonita, se me era difícil cerrar los ojos y no verla desbordando tanto odio como fuese posible. Intenté pensar en lo poco que me interesaba en ese entonces, intenté pensar que era mejor que ella lo viera con sus propios ojos y se dé cuenta que no era lo que creía de mí.
Ese día fue un ajetreo, después de que Avery saliera por la puerta de emergencia, me quedé con Gala a explicarle las cosas y a tranquilizarla, esperé a que se durmiera y salí a caminar sin rumbo alguno.
Cuando la vi sentada a mitad de la playa tan absorta en sus pensamientos y sonriendo como una loca decidí acercarme, mis intenciones eran las mismas, pedirle disculpas y dejarle en claro que amaba a la rusa.
Nunca quise aceptar mis sentimientos hasta que sentí a Gala como una intrusa en mi vida. Ella lloró, se enojó y prometió vengarse de mí, pero sinceramente poco me interesaba; decidí buscar a Avery por cielo, mar y tierra.
Cuando salía en revistas, periódicos y transmisiones tomaba el primer jet que se me atravesara para poder ir con ella, pero cada que llegaba al que creía era su destino, resultaba que era demasiado tarde.
Avery se había ido.
Hasta que meses después, Niran me contactó. Las empresas Carrington estaban cayendo y los Bianchi las estaban comprando sin dudarlo. Emprendimos vuelo a Italia, el lugar que descarté miles de veces por el significado que tenía para ella.
Los Bianchi eran reconocidos mundialmente por ser uno de los apellidos que se mantuvo en un estatus alto desde su nacimiento, inclusive por haber duplicar su fortuna de generación en generación.
Aunque también por ser un dolor de cabeza para mi verdadero padre.
La primera impresión después de un año fue: Seguridad y poder. Esas palabras era lo que más destilaba al caminar, ella sabía que el mundo le pertenecía y la idea le encantaba.
La elegancia con la que se expresaba era magnifica, incluso hasta para respirar moderadamente. Su cabellera negra creció un poco más, bajó un poco de peso, aunque no le haya afectado demasiado puesto a que se seguía viendo increíble.
Mi bonita puede jurar que me iré al saber que hay alguien más en su vida, pero no tiene ni idea de lo que soy capaz de hacer por lo que quiero. Jamás dejé que algo mío se me fuera de las manos y ella no es la excepción.
Poco me importa enfrentarme a la Bestia Al Capone o al mismísimo Anticristo.
Avery O'Connor llevaría la corona de mi familia en su cabeza, el anillo que por años portaron las mujeres de mi legado.
Ella sería mi reina consorte. Mi Reed Queen (reina roja).
—¿Señor?
—Necesito que me consigas información sobre Lana Peterson y su relación con Hudson Payne.
—Eso entra en territorios griegos, señor. A su padre no le gusta llamar la atención de tal manera.
—Vladimir, solo obedece no me gusta el personal inepto.
—Está bien, pero recuerde que la semana entrante debe presentarse en el evento de la Bratva o el Boss le retirará su apoyo.
—Mi padre no está en posición de negarme algo —cuelgo reparando mi aspecto en uno de los reflejos.
Si Kenneth significa mucho para ella, tengo que quitarlo del juego a como de lugar. El imbécil cree que solo él sabe los trapos sucios de los demás; sin embargo, ha estado tan ensimismado con su juguete nuevo que ha terminado por bajar sus defensas.
¿Quiere fuego? Le haré arder en su mierda.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro