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— Esperé por favor— pidió el rubio bajando del coche

Sakura lo vió, él se acercó

—Sakura-chan creo que debo dejarte en tu apartamento— dijo cuando se cruzaron

Ella se asombro

—No puedo dejarte sola— añadió

—No soy débil— le dejó en claro haciendo un leve puchero

Naruto le sonrió —Prefiero evitar cualquier cosa que pueda disgustar a Sakura-chan. No quiero que intenten meterte a la cárcel por golpear a un idiota—

Sakura lo miró con calidez —Esta bien— suspiró—Prometo no golpearte— ironizó tomando la delantera

El oji-azul sonrió con auténtico placer para seguirla, le abrió la puerta y ambos entraron... otra vez

Creía que era la mejor opción, no era muy invasiva y tal vez podía darle gusto a la mujer. Los dos ya eran cómplices mientras no pasará nada que se podía considerar demasiado romántico o sexual debía estar bien.

—¿Crees que ella me acepté si le pido mi trabajo de nuevo?— cuestionó la oji-jade

—Yo creo que sí, dattebayo. Además no creo que ella sea tan poco inteligente para dejar ir a alguien tan valioso como Sakura-chan.—

Sakura sonrió —¿Y...—

—Yo te ayudaré si no es así, veremos en otros hospitales— dijo mirando su celular

—¿Y tú?— preguntó

Ella sabía que las empresas heredadas de Naruto estaban pasando malos momentos, no catastróficos pero no era igual de rico que cuando entró, sumado que las partes y acciones de la empresa la tenían otros

—No siempre fui dueño de empresas millonarias, no hay problema— dijo con ligereza

—¿No te acostumbraste a eso?— cuestionó preocupaba por él

—Supongo que sí, pero el dinero no podía sacarme de mi propio infierno. De hecho me cambiaron de medicamento en la cárcel y me funcionó mejor que los del medico que tenía— comentó

—Naruto— soltó después de pensar un poco —¿No creés que los medicamentos que te recetaron tuvieron algo que ver con tu desorden y no mantener a raya tu depresión crónica?—

El rubio rodó su mirada al otro lado con un rostro incómodo, Obito también se lo dijo desde antes de entrar a la cárcel, la posibilidad de que estaban tratando de hacer algo mediante esas. Eso sería pensar que Hinata estuvo detrás de eso y no se permitía pensar eso de ella.

—No creo— se convenció —Ella sería incapaz de hacer algo así—

Sakura lo miró con extrañeza —Te quitaron una pastilla, ¿Para que era?—

—Era un suplemento vitamínico— respondió cortante —Se acabó y no pudieron hacerle análisis—

La mujer seguía dudosa y sospechando algo más grande detrás de eso —¿Quién es ella?— cuestionó con rapidez

—Hinata— contestó igual de rápido

La oji-jade también no la creía capaz de hacerle daño a la persona que tanto amaba, entonces descartó la opción

—¡Pero, ey, ya estoy mejor!— trató de sacar de sus pensamientos a la mujer

La peli-rosa le regresó una pequeña sonrisa —Lo mejor que puedes—

—Debía. Para poder ver a Sakura a los ojos debía ser un mejor Naruto— soltó descubriendo su trato interno

La oji-jade no pudo evitar volver a verlo, tomó sus rodillas y lo veía con unos ojos que irradiaba calidez, le gustó. No había en eso su síndrome de salvadora, no había culpa obligatoria, ni siquiera le importaba como se veía en ese momento o su atractivo, era sus palabras honestas y que él parecía  completamente diferente a lo que ella le atraía...antes. Naruto auténticamente queria ser mejor. Apretó sus manos. Ella estaba celosa, ella quería tener esa misma fuerza y voluntad, sabía que tenía un poco pero el oji-azul iba un paso adelante en eso.

—Hagámoslo juntos— propuso

Naruto se confundió —¿Qué?—

—Seamos mejores personas juntos— ofreció con una sonrisa

El rubio se quedó en el mismo estado.

Procesó.

Entendió.

—Estaría un poco celoso— respondió rascando su nuca —Sakura-chan va adelantada—

La peli-rosa se convenció de que él realmente la creía genial y estupenda

—Nos ayudaremos— dijo tranquila

El de marcas de nacimiento de bigotes sonrió —Bien. Si Sakura-chan quiere correr el riesgo conmigo. Prometo no hacer nada que la disguste—

Ella lo miró de manera recriminatoria

—...demasiado— añadió

—Bien. Es una promesa— soltó libre

El Uzumaki la vió sin dejar de sonreír, ella no quería irse, debería de irse pero no lo hacía, no sabía si era porque no lo consideraba una amenaza o por... negó, de nuevo estaba imaginando cosas

La oji-jade podía sonreír con libertad, sabía que él la quería, la satisfacía y la motivaba. Era expresamente querida y no podía creer la enorme diferencia que eso significaba.

Podía perdonar uno que otro error.

Ella ya no tenía una idea preconcebida, un estereotipo o una obligación en ello.

Podían ser amigos.

Eso pensaba Naruto, eso era lo que creía Sakura que eran.

Llegaron al apartamento, Naruto ya le había dado la dirección al taxista

Sakura puso su mano en la puerta —Adios— se despidió a falta de mejores palabras

—Que te vaya mejor, Sakura-chan— recíprocamente se despidió

—¿Tienes el mismo teléfono que antes?— cuestionó sin verlo

—Dattebayo— respondió —Es más fácil así—

—Te hablaré por ahí— le aviso abriendo la puerta

—Bien— soltó pensando ello —¿Vas a ponerme al tanto del plan?—

La de cabellos rosas pensó un poco en lo que él le había dicho, ¿Que plan?, entonces recordó que él quería que regresará con su esposo —Hablemos de eso después— alargó la espera para decirle lo que había pasado

El rubio le regaló una sonrisa —Bien, Sakura-chan—

Sakura subió abrió con su llave y vió al Uchiha trabajando —¿Qué pasó?—

—Naruto me trajo— respondió

—¿Él no pudo hacer nada contra tí, verdad?— cuestionó con una sonrisa sabiendo que el Uzumaki seguramente fue él que cedió

—Lo intento— soltó orgullosa

—Espero que sea para bien— comentó

—Jiraiya o Kakashi no parecen tanto como un padre para Naruto que tú— alegó —Siendo así, no se realmente porque se pelearon— bufó acercándose a él —Aunque debe quedarte claro que si traicionas o dañas a Naruto lo vas a pagar— amenazó

Obito abrió sus ojos

—Aún así agradezco que lo ayudes tanto y a mí— dijo quitándole tensión al ambiente

El Uchiha sonrió —¿Lo quieres ayudar no?—

La mujer desvío la mirada, la sombra del síndrome de la salvadora

—Lo estás haciendo muy bien. Me diste miedo— apoyo el de cabellos oscuros —Yo también tengo cosas que pagarte, como a él, no te preocupes, no lo haré— suspiró —No les hare daño porque sé que ambos me matarían si le hago daño a el otro—

La oji-jade se sintió satisfecha — ¿Quién cuidará a Naruto?—

—Nos vamos a repartir ese trabajo, en este momento esta Kakashi— informó —Aunque el psicólogo nos dijo que no necesitaba seguimiento total—

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